¿Qué pasó?
Internacional

En la última semana los mercados cerraron nuevamente a la baja, afectados por las nuevas declaraciones – cada vez más agresivas – de la FED y los malos resultados empresariales. Se sumó también la caída en las proyecciones de crecimiento global y las preocupaciones sobre la dinámica de China. Este combo volvió a impulsar la volatilidad y la incertidumbre, especialmente el viernes, afectando a bonos y acciones, que tuvieron la tercera semana consecutiva con caídas. 

China en la mira. Si bien en el 1Q22 el PBI de china creció 1,5% t/t y duplicó la expectativa del mercado, el nuevo brote de COVID-19 y la estricta política sanitaria ponen en alerta al mercado, dados los posibles impactos en la economía china y global. Por esta incertidumbre, el yuan se devaluó 2% y cerró la semana USDCNY 6,50, su valor más alto respecto al dólar en los últimos 9 meses. Concretamente, el gobierno de China mantiene su política de #cero COVID”, a pesar de la caída en los contagios en la última esta semana – 33.000 contagios diarios, vs 53.000 la semana previa –. Sin embargo, los mercados dudan de la veracidad de los datos, ya que China mantiene una estricta política restrictiva, a pesar de que la proporción de casos sea muy baja en comparación a los 26 millones de habitantes que conviven solo en Shanghái. Esto impacta en la paralización del principal puerto del país – y del mundo –, pues desde allí parte el 27% de las exportaciones. No llegan los camiones, no hay trabajadores y los contenedores se apilan en el puerto, lo que amenaza nuevamente a las cadenas de suministro globales, lo que podría darle un nuevo impulso a la inflación.

Retroceden las expectativas de crecimiento global. Al igual que en enero pasado, el FMI redujo las estimaciones de crecimiento en casi todas las zonas del mundo y corrigió al alza las proyecciones de inflación, ambas producto de los efectos del conflicto bélico en Ucrania. La tasa de crecimiento del PBI global se reducirá: de 6,1% en 2021 a 3,6% para este año y el que viene (caída de 0,8 y 0,2 pp respecto a las proyecciones de enero). La mayor corrección la tuvo la estimación del PBI de Europa, que se redujo 1,1 pp – hasta 2,8% – para este año, en tanto que para EE.UU se estima un alza de 3,7%, 0,3 pp menor al previsto en enero. Cabe destacar que la excepción serían los países productores de materias primas (sin Rusia), que se verían favorecidos por un alza en sus exportaciones. Con respecto a la inflación del 2022, se proyecta en 5,7% i.a. en las economías avanzadas (vs el 4,9% i.a. estimado en enero) y en 8,7% i.a. en las economías de mercados emergentes y en desarrollo (vs el 5.9% i.a. de la proyección anterior).

A la espera de nuevas sanciones. Las especulaciones respecto a nuevas sanciones por parte de la Unión Europea y de EE.UU continúan marcando una gran volatilidad en los mercados. A pesar de que no se considera que la UE pueda prohibir las importaciones energéticas rusas, dada su gran dependencia, el avance de Rusia sobre Ucrania presiona cada vez más a los miembros de la OTAN. Esto llevó a que se reparta una gran cantidad de armamento a la zona ucraniana, aunque los países mantienen su postura de no intervenir en el conflicto bélico actual. 

Commodities cada vez más volátiles. Luego de terminar la semana anterior al alza, el petróleo retrocedió un 6%, hasta ubicarse en los USD 101. Mientras los avances respecto a la invasión impulsaron la cotización al alza, las expectativas de menor crecimiento presionaron a la baja. A esto se le sumó que EE.UU liberó 30 millones de barriles de sus reservas estratégicas con el objetivo de controlar la suba de precios del crudo. Lo mismo viene ocurriendo con el gas natural y el carbón: ambos empezaron la semana alcista, pero terminaron en rojo respecto a los valores de la semana previa. Lo propio ocurrió también con el cobre, que cayó 3%, y el oro, que lo hizo 1,3%. Si bien la menor producción en el hemisferio sur y los problemas climáticos en EE.UU le ponen un piso más alto, los commodities agrícolas siguieron la misma suerte y cerraron a la baja.

50 pb sobre la mesa. Distintos miembros de la FED declararon ante el senado esta semana donde dieron a entender que una política más agresiva sería necesaria para controlar la inflación, que ya triplica sus estimaciones de 2%. Esto fue confirmado por Jerome Powell, presidente de la entidad, quien detalló que una suba de 50 pb era una de las opciones que se barajaban para la suba de mayo. Esto ya estaba descontado por el mercado, aunque ahora aumentan las probabilidades de esa suba tanto para mayo como para julio. A su vez, empieza a sonar la opción de 75 pb, aunque no se espera que la FED tome un cambio tan abrupto respecto a su postura de 25 pb en marzo. Esto, sin embargo, lleva a confirmar que la entidad está tomando una postura más agresiva, lo que llevaría a las tasas a finalizar el año en 3% – vs el 1,9% que se planteó luego de la suba de marzo –. 

Rendimientos de bonos sin freno. Ante el contexto de suba de tasas y desaceleración económica, los bonos continúan siendo los principales afectados. La USD10YR avanzó 7 pb en la última semana y cerró el viernes en 2,9%, luego de tocar un nuevo máximo desde diciembre de 2018. Por su parte, la USD2YR terminó en 2,67%, luego de avanzar 21 pb, lateralizando aún más la curva de rendimientos. Esto demuestra las expectativas inflacionarias cada vez mayores que tiene el mercado para el corto plazo, mientras que para el largo se proyecta un crecimiento cada vez más lento. Por su lado, tanto los bonos de alto rendimiento (high yield) como los de mayor calidad (investment grade) cerraron otra semana con caídas: 1,3% y 2,8%, respectivamente. Con este resultado, en el último mes los bonos high yield acumularon una baja de 2,3%, y de 8,4% en lo que va del año, mientras que los IG fueron más golpeados, al padecer una caída de 5,6% y 14,5% en sendos períodos. Igual resultado tuvieron los bonos emergentes.

Los resultados empresariales hunden a los mercados. Afectados por el contexto actual, los balances empresariales no vienen mostrando los resultados esperados, presentando en su mayoría ingresos y proyecciones de crecimiento por debajo de las expectativas. Siendo el último viernes la peor jornada del año, con los principales índices cayendo más de 2,7%, la 16° semana del año cerró con el Nasdaq bajando 2,9%, el S&P 1,8% y el Dow Jones 0,9%. Todos los sectores terminaron en rojo, con el de materiales marcando la peor performance, al caer 3,2%. Entre las empresas, Netflix defraudó al presentar una caída de 200.000 suscriptores respecto al 4Q21, mientras que proyecta una baja de casi 2 millones para el próximo trimestre. Esto, al igual que en el trimestre anterior, impactó en el precio de la compañía, que retrocedió un 36,2% semanal y ya lleva una baja de 64,2% en lo que va del año, siendo la mayor perdedora dentro de las empresas que componen al S&P 500. 

Malas perspectivas futuras hacen retroceder al mundo. El ETF ACWI World retrocedió 2,1% en la última semana, acumulando así una caída de 10,2% en lo que va del año. Mientras los mercados emergentes – ETF EEM – también marcaron una contracción (-3,8%), LATAM se llevó la peor parte, al caer 5,6%. Todos los países que componen el índice cerraron a la baja, con Brasil (-6,4%) y Perú (-4,1%) marcando las principales caídas. El contexto inflacionario y de suba de tasas afecta el crecimiento global, principalmente a aquellos países emergentes que ven encarecidas sus posibilidades de endeudamiento. 

Local

Mala semana para los activos argentinos. El marcado deterioro de las cuentas públicas, en conjunto con un sector externo que no logra aprovechar las ventajas de los mejores precios internacionales, aumenta las expectativas de inflación y de mayor presión cambiaria. Las respuestas del gobierno van por el camino opuesto, al apuntar a una mayor presión tributaria y aceleración del gasto. Se suma también un contexto internacional más volátil e incierto. Así las cosas, en la última semana la brecha cambiaria se despertó, el riesgo país subió y la bolsa cayó.

Con inflación no alcanza. Si bien la aceleración inflacionaria es una ventaja para la recaudación, dado que gran parte del gasto – y ahora también de la deuda – están indexados, las cuentas públicas no mejoran. Peor aún, empeoran. Concretamente, en la última semana se publicó el resultado fiscal de marzo, que marcó un déficit primario de $99.800 M (+34% i.a.) y un déficit global de $172.000 (+47% i.a.). Si bien los ingresos totales subieron más que el gasto primario (92% i.a. vs 85% i.a.), esto obedeció al aporte de “otras rentas” (proviene de las colocaciones sobre la par que realizó el tesoro), que aportaron más de $120.000 M, mientras que los ingresos tributarios crecieron 64% i.a. Dentro del gasto primario, todos los rubros marcaron una fuerte aceleración y subieron en términos reales, donde se destacaron – como era de esperarse – los subsidios económicos, que tuvieron una expansión de 235% i.a. (120% real), y las transferencias a provincias, que aumentaron 116% (40% real). Con este resultado, el 1Q22 cerró con un déficit primario de $193.000 M (0,3% PBI, vs 0,19% PBI en el 1Q21) y un déficit global de $460.000 M (0,8% PBI vs 0,5% PBI en el 1Q21), lo que permitió cumplir la meta con el FMI, que exigía un déficit primario de $220.000 M. Vale destacar que, excluyendo el concepto de rentas de la propiedad, el déficit primario llega a 0,8% PBI, 0,3 pp más que en el 1Q21. Pese a estos resultados preocupantes, el gobierno decidió una nueva suba de gastos de 0,3% para bonos a jubilados, monotributistas y trabajadores informales, que se financiaría con un impuesto “a la renta extraordinaria” que aún  no fue aprobado por el Congreso – y difícilmente lo sea –.

Menor saldo comercial. Pese al fuerte incremento en los precios de las exportaciones (-23% i.a. en marzo), el superávit comercial volvió a caer. Concretamente, en marzo las exportaciones subieron 28% i.a., mientras que las importaciones lo hicieron al 33% i.a., por lo que el superávit comercial llegó a USD 280 M (vs USD 400 M un año atrás). Así las cosas, en los primeros tres meses del año las exportaciones se expandieron 26% i.a. (en cantidades sólo 5%) y las importaciones 33% i.a. (con las cantidades subiendo 17% i.a.), lo que resultó en un superávit comercial de USD 1.400 M, muy por debajo de los USD 2.530 M que había registrado en el 1Q21.

Caen las reservas internacionales. Continuando con la tendencia que veníamos marcando, si bien mejoró en las últimas jornadas, el BCRA no logra comprar divisas de mercado cambiario, en un contexto en el que la estacionalidad en la liquidación del agro le juega a favor. Concretamente, en la última semana el BCRA compró USD 168 M, que si bien es mucho más que el pobre desempeño de las dos semanas previas, es muy poco en comparación a lo que suele ser abril (un año atrás compró USD 1.400 M). La liquidación del agro fue de USD 140 M diarios, USD 20 M menor al ritmo de las dos semanas previas. Pese a estas intervenciones, por la caída del oro y la devaluación del yuan, las reservas internacionales cayeron en USD 438 M en la semana, cerrando con un stock bruto de USD 42.865 M. 

BCRA devalúa al 60%. Tras dos semanas en las que el BCRA había acelerado el ritmo de devaluación del tipo del tipo de cambio oficial al 64% – con jornadas donde rozó el 80% –, en la última semana moderó el ritmo, promediando un alza del 60% anualizado. De mantener este ritmo, abril cerraría con una devaluación entre puntas del 4,0%, la más alta desde agosto de 2019.

Se despertaron tipos de cambio paralelos. Luego de tres meses de fuertes caídas, en la última semana el dólar CCL y el MEP se despertaron, al marcar un alza de 10%, cerrando la semana entre $207 y $210 – respectivamente, por lo que la brecha con el tipo de cambio oficial subió al 80%. Es un valor más acorde al de cobertura de las reservas internacionales y la demanda de dinero (M2 y 50% de PF), que se ubica en torno a $205.

Caen los bonos soberanos. Con este marco de fondo, los bonos en moneda extranjera no logran repuntar, al marcar una caída de 3% en la semana, con igual desempeño de legislación local e internacional, por lo que en abril acumulan una baja de 5%. En este contexto, el riesgo país subió 0,3% y cerró la semana en 1.738 pb.

Mejoran los dollar linked. En cuanto a la curva en pesos, los de mejor desempeño en la última semana volvieron a ser los dollar linked. El T2V2 y el TV23 subieron 2,3% y 3,7% respectivamente, acumulando mejoras respectivas en lo que va de abril de 7,4% y 9,4%. Los bonos ajustables por CER, si bien fueron golpeados por el alza del CCL, tuvieron un alza promedio de 0,4%, acumulando en el mes una mejora de 3,5% (el de mejor desempeño fue el TX23, que subió 1,2% y 5,2% respectivamente). Los más golpeados fueron los bonos a tasa fija, que en la semana cayeron 2,3% y en lo que va de abril acumulan una pérdida de 15%.

Mala semana para las acciones. El Merval medido en moneda local cerró la semana prácticamente sin cambios respecto a la anterior, aunque dada la suba en CCL, medido en moneda extranjera marcó una caída de 8,3%, borrando toda la ganancia que había logrado en la primera quincena. El mejor desempeño de la semana lo tuvieron Bolsas y Mercados Argentinos (BYMA) y Supervielle, que marcaron subas de 2,8%, mientras que Cresud tuvo la peor performance, al marcar una caída de 2,3%.

Lo que viene
Internacional

Los mercados continúan expectantes ante el avance del confinamiento en China y novedades respecto al conflicto bélico.

La agenda de datos está nutrida, dado que se publicará la primera estimación del PBI de EE.UU del 1Q22, en la que las expectativas apuntan a un crecimiento de solo 1,5% t/t (vs 7,1% en el 4Q21). También se publicará la evolución de ingresos y gasto personal de marzo, así como también el PCE, que apunta a un alza de 0,5% m/m.

Otro dato destacado de la semana será el resultado de la balanza comercial de marzo de EE.UU, donde se verá si el país continúa marcando un déficit cada vez mayor, producto del encarecimiento de las importaciones en relación a las exportaciones que genera.

En cuanto a la temporada de balances, se esperan los resultados de grandes compañías, entre las que se destacan Coca-Cola (KO), Microsoft (MSFT), Google (GOOGL), Visa (V), Meta Platforms (FB), Apple (AAPL) y Amazon (AMZN).

Local

El deterioro del contexto global, con la apreciación del dólar y la caída de los commodities, seguirá presionando sobre las perspectivas del tipo de cambio, que hasta el momento no fueron corregidas con la misma intensidad que las de inflación.

Al respecto, las miradas se enfocarán en el ritmo de devaluación del BCRA y en las estimaciones de inflación de alta frecuencia. Vale destacar que, ante la elevada diferencia que tuvieron las estimaciones privadas con el IPC oficial en los últimos dos meses, aumenta la incertidumbre en cuanto a la dinámica de la inflación en abril, que varias consultoras privadas ubican por debajo del 5%. Mientras tanto, por medios periodísticos – como ocurrió el mes pasado – informan que el gobierno maneja una proyección cercana al 6%.

En cuanto a los datos económicos, esta semana el BCRA publicará el balance cambiario de marzo, lo que nos marcará un mejor termómetro de cómo viene la demanda de divisas, la que provoca que el BCRA compre tan pocas reservas pese al control de cambios.