A nadie le gusta pensar en el momento de su muerte y mucho menos hacer planes para prepararse y afrontarla. Es comprensible que la idea de enfrentar nuestra propia mortalidad nos produzca vértigo y nos lleve a evitar cualquier pensamiento relacionado con ello. 

Así, la planificación de la sucesión del patrimonio es un asunto que con frecuencia pasa inadvertido. Muchas personas evitan abordar este tema, lo cual genera incertidumbre y conflictos, especialmente cuando se trata de patrimonios empresariales y su integración dentro de la familia. Esta falta de previsión puede convertirse en un motivo para la pérdida de valor del patrimonio, algo que destacó Warren Buffett, reconocido inversor y empresario, cuando afirmó que "el mayor riesgo para el patrimonio familiar es la incertidumbre y los conflictos".

Por esta razón, es crucial preguntarnos cómo enfocar la planificación de la sucesión y las participaciones hereditarias. Este proceso no es simplemente un trámite burocrático sino que implica una dimensión civil, fiscal y empresarial. El objetivo final es alcanzar una solución que permita repartir el patrimonio heredado sin conflictos y de manera gobernable.

La propuesta para llevar a cabo una planificación efectiva de la sucesión consta de una serie de pasos fundamentales que tienen como punto de partida la elaboración de un testamento. Esta etapa inicial requiere una reflexión personal, profunda, acerca del patrimonio así como un análisis exhaustivo de los elementos familiares, patrimoniales y empresariales. Además, es necesario realizar una valoración fiscal que permita tomar decisiones anticipadas, como evaluar si es más conveniente heredar o donar. Por último, es esencial conocer y estar consciente de los instrumentos legales disponibles para este fin.

A continuación, detallamos los diez pasos del proceso de planificación patrimonial.

1. Conocer la legislación aplicable a la sucesión: es fundamental entender las leyes y regulaciones vigentes en materia de sucesiones para poder tomar decisiones informadas.

2. Valorar la posibilidad de someter la sucesión a otra ley: en caso de que aplique, puede considerarse la opción de regirse por la legislación de otras comunidades autónomas o países, si esto resulta más favorable.

3. Conocer las consecuencias de no testar: es esencial comprender las implicaciones legales y las limitaciones que la falta de un testamento impone sobre la disposición de los bienes.

4. Conocer el régimen económico matrimonial: en el caso de matrimonios, es necesario entender el régimen económico existente, sus características y las consecuencias que su disolución puede tener en caso de fallecimiento.

5. Conocer la composición y situación del patrimonio: esto es, tener un panorama claro de los bienes, derechos, deudas y circunstancias particulares de las empresas involucradas, incluyendo su forma jurídica y los acuerdos existentes.

6. Conocer el valor de los bienes y deudas: es decir, obtener una valoración precisa de los bienes, derechos y deudas que conforman el patrimonio, lo cual permitirá tomar decisiones adecuadas.

7. Conocer a los herederos: identificar a las personas que serán llamadas a la herencia, y conocer sus circunstancias personales, a fin de considerar sus necesidades y expectativas.

8. Evaluar donaciones realizadas: esto refiere a ganar conocimiento de las donaciones realizadas en el pasado y determinar si son colacionables o no, es decir, si deben ser tomadas en cuenta a la hora de la distribución del patrimonio.

9. Considerar las consecuencias fiscales: la sucesión conlleva implicaciones fiscales, por lo que es imprescindible evaluar el impacto que esta tendrá y tomar las medidas adecuadas para optimizar la carga tributaria.

10. Valorar la posibilidad de utilizar contratos de seguros de vida: en algunos casos, puede resultar conveniente utilizar seguros de vida como herramienta para transmitir el patrimonio mortis causa, lo cual es importante evaluar.

En resumen, la planificación de la sucesión del patrimonio es un proceso fundamental que no debe ser ignorado. Aunque implica la incomodidad de abordar el tema de la muerte, es esencial para garantizar la continuidad y la preservación de nuestros bienes y legado. Siguiendo los diez pasos propuestos podemos evitar conflictos y asegurar una distribución adecuada de nuestro patrimonio, brindando paz y estabilidad a nuestras familias en momentos difíciles. Como dijo Buffett: "Alguien está sentado en la sombra hoy porque otro plantó un árbol hace mucho tiempo". La planificación de la sucesión es esa siembra que asegurará el bienestar futuro de quienes amamos.