- La inflación mensual minorista de septiembre se situaría en 2,8% y acumularía 36% en el año. La dinámica mensual no parece desacelerarse frente a un contexto económico signado por la dominancia política.
- Las proyecciones de inflación sostienen niveles mensuales altos. El relevamiento de expectativas de mercado (REM) del Banco Central proyecta un crecimiento anual del nivel de precios de 48,4% durante este año.
Resumen
- La gestión inflacionaria se enfrenta a mayores dificultades dada la decisión del sector político del gobierno en aumentar abruptamente el gasto y la emisión monetaria luego de las elecciones PASO.
- Ciertamente, una expansión fiscal de corto plazo derivada de la dominancia de la política no es edificante para la sostenibilidad macroeconómica en condiciones de inflación mensual en niveles relativamente altos.
Decisiones de precios en proceso inflacionarios que se sostienen y conviven con factores de mayor impulso como el súbito aumento de la cantidad de dinero, derivan en ajustes de precios con mayor frecuencia.
- Las expectativas de mercado se sostienen en un nivel alto de inflación dada la incertidumbre de mercado. Estimamos que esta dinámica de precios se sostendrá hasta fin de año y, al menos, el primer trimestre del año 2022.
- En este escenario, es natural que la política económica se enfrente a mayores complejidades en relación al objetivo de estabilización de precios y en una instancia donde la incertidumbre afecta al ancla nominal, representada por el tipo de cambio.
- Las proyecciones del comportamiento de precios son similares respecto al mes previo. Para este año se establece una inflación de 48,4%, mientras que para el año 2022 se sitúan en 46,2%. Hacia el año 2023 se proyecta un 38,6% anual.
- El nivel general del Índice de Precios al Consumidor (IPC) registraría en septiembre una variación mensual de 2,8%. Las proyecciones de mercado establecen que el nivel promedio de variación mensual será mayor durante el resto del año, diferencia notoria respecto a las proyecciones de julio.
- Durante los primeros nueve meses del año el aumento acumulado de precios sería de 36%, mientras que en mismo período del año 2020 fue 22,3% y en el año 2019 fue 37,7%. El desempeño futuro estará determinado por la dinámica monetaria y el nivel de presión cambiaria.
- Adicionalmente, destacamos que la evolución inflacionaria sigue siendo la principal complejidad para la política económica dada la dinámica mensual que no se desacelera y, más aún, en un contexto de elevada incertidumbre de mercado y mayor necesidad de financiamiento fiscal.
- En tal sentido, emerge la necesidad de un cambio de perspectiva en la gestión inflacionaria para generar mayor coordinación entre la política monetaria y fiscal, y a los efectos de minimizar la dominancia del ciclo política.
- El Índice de Precios Internos al por Mayor (IPIM) registró un crecimiento interanual de 60% en agosto de 2021 sosteniéndose un nivel mensual relativamente alto desde octubre de 2020.
- El nivel general del Índice de Costo de la Construcción (ICC) en el Gran Buenos Aires de agosto 2021 registra un aumento intermensual de 2,1%, ciertamente una menor dinámica respecto al mes anterior.
- La dinámica de salarios total registrado del sector privado y público mostró un crecimiento de 4,9% en julio de 2021 respecto el mes anterior, desde el cual se desprende una recuperación mensual del poder adquisitivo del trabajo de 2%.
- Tras los resultados de las elecciones primarias, es evidente el peso relativo de la política sobre la gestión económica lo cual es particularmente desfavorable para los instrumentos, canales de transmisión y efectos esperados de la política económica. Ante un mayor nivel de incertidumbre y mayor irracionalidad en el manejo de los instrumentos de la gestión fiscal, el objetivo de disminución de inflación se torna más distante y, por lo tanto, se generan mayor necesidad de esfuerzo fiscal y de gestión para converger a un proceso desinflacionario.
- La gestión económica sobre la inflación se enfrenta a mayores complejidades en su objetivo de estabilizar el nivel mensual de precios. Luego de la decisión del sector político del gobierno en aumentar abruptamente el gasto y la emisión monetaria luego de las elecciones PASO.
- En un contexto de incertidumbre, inflación alta y mayor emisión monetaria, es natural que la política económica se enfrente a dificultades respecto al objetivo de estabilización de precios y donde la incertidumbre afecta la gestión de política y las decisiones económicas. Ante el sostenimiento de ese proceso se plantea el riesgo de generar mayor impulso inflacionario y, en su paso, efectos en los niveles de actividad y redistribución de ingresos en forma regresiva.
- Nuevamente destacamos que economías con procesos inflacionarios de períodos prolongados deben gestionar ajustes de precios con sobrerreacciones que adicionan impulsos inerciales sobre la dinámica general de precios.
- Desde esos aspectos, notamos que las expectativas inflacionarias de los agentes se sostienen en un nivel alto de inflación mensual frente a la incertidumbre de mercado lo cual estimamos que se sostendrá hasta fin de año y, al menos, el primer trimestre del año 2022.
- En ese sentido, las proyecciones informadas en el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), realizado por el Banco Central, estiman que la inflación minorista de septiembre se situará en 2,8%, mientras que en octubre y noviembre sería 2,8%. A su vez, la inflación anual para el año 2021 se proyecta en 48,4% y, para el año 2022, a 46,2%.
- Mientras que las proyecciones para el primer trimestre de 2022 registran un nivel mensual ascendente de la dinámica de precios. Concretamente, en el período enero-marzo, el promedio de aumento de precios minoristas se situaría en 3,7%.
- Las estimaciones de mercado registran un crecimiento mayor de precios lo cual no es un aspecto favorable ante el objetivo de sustentar la dinámica macroeconómica. Concretamente, ante un mayor desalineamiento de expectativas respecto de gestionar un proceso desinflacionario, se presentan mayor complejidad y necesidad de instrumentos para estabilizar esa coyuntura. Efectivamente esto es un escenario potencial para la economía argentina.
- La inflación del mes de septiembre de 2021 registraría un aumento mensual de 2,8%. Nuevamente, el ritmo inflacionario mensual se sitúa en un nivel alto para el objetivo necesario de desinflar las expectativas en toda la estructura de precios de la economía y tras una caída inédita del PIB en el año 2020.
- El crecimiento del IPC acumularía 36% en el período enero-septiembre 2021. Esa dinámica sería similar al del período anterior a la pandemia, es decir, al acumulado durante los primeros nueve meses del año 2019 donde la inflación registró 37,7%.
- Nuevamente, el registro inflacionario de septiembre sostendría un marcado distanciamiento respecto al objetivo de una fase descendente de inflación y posterior estabilización. En tal sentido, emerge la necesidad de un cambio de perspectiva en la gestión inflacionaria que genere mayor coordinación entre la política monetaria y fiscal, y a los efectos de matizar la dominancia del ciclo política. A su vez, establecer un programa de acción de mayor alcance y de acuerdos que generen incentivos a los efectos de minimizar aumentos de precios, la dinámica inflacionaria será sustancial en términos relativos respecto a la coyuntura de potencial cuarentena.
- La dinámica mensual del Índice de Precios Internos al por Mayor (IPIM) durante agosto registró una dinámica similar respecto del mes anterior. Concretamente, el aumento fue del orden de 2,5% respecto de julio 2021. Esta variación se explica como consecuencia de la suba intermensual de 2,6% en los productos nacionales, donde el factor manufacturas y energía eléctrica presentó un crecimiento de 3,1%. Mientras que los precios de los productos importados ascendieron 1,3% mensual. Entretanto, la dinámica del nivel mayorista general respecto al mismo mes del año anterior registró un crecimiento de 60,5%.
- El Índice del Costo de la Construcción (ICC) en el Gran Buenos Aires correspondiente al mes de agosto de 2021 registra un crecimiento de 2,1% respecto de julio de 2021. Esto muestra una dinámica menor al aumento intermensual del mes precedente, en el cual se había registrado una expansión de 5% en julio respecto a junio. El crecimiento se conforma del alza de 3,3% en Materiales, Mano de Obra en 0,6% y 3% en Gastos Generales.
- En períodos de inflación mensual de niveles relativamente altos como el que se registra en la economía argentina, el poder adquisitivo de los salarios se ajusta notoriamente. En simultáneo los costos sociales se materializan en la contracción del consumo y menor cantidad de personas que acceden a la canasta de alimentos. Este es un factor determinante para la evaluación de la política de estabilización económica futura.
- En ese sentido, una medida parcial de ese ajuste puede notarse si se observa que en el período enero-julio del año 2021 el crecimiento acumulado de los ingresos totales de los asalariados fue 28,8%, mientras que la inflación acumulada de ese mismo período fue 29,1%.