Análisis de la consultora independiente LATAM ConsultUs.
El último recorte de 25 puntos básicos de la Reserva Federal, anunciado en la reunión del Comité de Política Monetaria del mes de octubre, y su decisión de poner fin al ajuste cuantitativo fueron ampliamente anticipados. Sin embargo, el desacuerdo entre los miembros con derecho a voto del organismo refleja la creciente incertidumbre sobre la trayectoria de la economía. Mientras un miembro respaldó un recorte más agresivo de 50 puntos básicos y otro se opuso a cualquier reducción, la Fed parece debatirse entre señales contradictorias, agravadas por la escasez de datos económicos.
Si bien encontramos ciertos niveles de incertidumbre global, mantenemos una visión positiva en renta variable, respaldada por un crecimiento todavía sólido de las ganancias corporativas y el potencial de políticas fiscales pro-crecimiento. En la exposición al mercado accionario, preferimos segmentos core/blend que podrían beneficiarse de una rotación continua desde las compañías de alto crecimiento de gran capitalización en EE.UU., sin perder foco de oportunidad en la disyuntiva de estilo “valor versus crecimiento” de un típico contexto de incertidumbre y altas valuaciones como el que transcurrimos en este 2025.
La renta fija ha ofrecido protección durante las caídas generadas por los anuncios arancelarios del mes de abril. Por lo que mantenemos una posición diversificada en crédito, enfocada en el tramo corto a intermedio de la curva, dado que esperamos que persista la volatilidad en las tasas debido a datos mixtos de crecimiento e inflación, así como a la incertidumbre política.
El efectivo continúa fuera de nuestro foco, ya que los rendimientos actuales lucen todavía atractivos. Respaldados por las tasas de interés de referencia de los bancos centrales, no solo protegen el poder adquisitivo frente a la inflación, sino que también ofrecen una alternativa sólida frente al bajo rendimiento que puede generar mantener efectivo. Sin embargo, empezamos a considerar interesante mantener cierta posición en efectivo para poder aprovechar eventuales correcciones o puntos de entrada más favorables ante las valuaciones extendidas en los mercados de renta variable.
RENTA VARIABLE
En el mercado norteamericano, la solidez de las ganancias empresariales probablemente continúe respaldando el desempeño de las compañías, reflejando la fortaleza subyacente de la economía estadounidense. Si bien persisten ciertos niveles de incertidumbre política y preocupaciones fiscales que mantienen elevados los rendimientos, el dinamismo corporativo y la capacidad de adaptación del mercado siguen siendo factores diferenciales a favor de las acciones de EE. UU.
En Europa, las valuaciones ya no lucen tan atractivas y el fortalecimiento del euro podría comenzar a presionar las ganancias de las grandes compañías. Sin embargo, el incremento del gasto en defensa por parte del gobierno alemán sirvió de impulso en la región, y podría brindar apoyo adicional al crecimiento y al desempeño de los mercados europeos en los próximos trimestres.
A pesar de que los mercados emergentes siguen encontrando apoyo en los flujos de capital que han rotado internacionalmente, en un entorno que se beneficia de un mayor estímulo fiscal y de condiciones financieras más flexibles, mantenemos la recomendación neutral. La debilidad del dólar estadounidense añade un impulso adicional, aunque seguimos privilegiando una exposición equilibrada dado el perfil de volatilidad característico del segmento.
Aunque mantenemos una visión negativa sobre China, ya que la actividad se mantiene moderada y el sentimiento ha mostrado una mejora reciente, seguimos viendo limitaciones en términos de previsibilidad y atractivo para el capital internacional. Esperamos que el estímulo fiscal adicional y un enfoque algo más favorable al mercado por parte de Pekín contribuyan a cierta estabilización, aunque sin un cambio estructural que modifique sustancialmente nuestra visión cautelosa sobre la renta variable china.
En Asia emergente, India continúa brindando soporte a la región. Si bien las perspectivas de crecimiento a mediano plazo aún son favorables, los avances en la región siguen siendo desiguales y la falta de previsibilidad en algunos mercados limita el atractivo relativo frente a otras oportunidades globales.
RENTA FIJA
Los bonos del Tesoro de EE. UU. mantienen valuaciones razonables, aunque las inquietudes sobre el déficit fiscal y los riesgos inflacionarios justifican un enfoque prudente. En este entorno de inicio de recortes por parte de la Reserva Federal, privilegiamos el tramo intermedio de la curva, que ofrece un mejor equilibrio entre rendimiento y exposición a la volatilidad.
En corporativos de alta calidad sostenemos una inclinación hacia el tramo intermedio de la curva, donde la relación entre carry y duración resulta más equilibrada. Pero el potencial de compresión adicional es limitado, por lo que el balance entre riesgo y retorno resulta poco atractivo en el margen. En este sentido, preferimos buscar valor en otras áreas del crédito con mayor prima de rendimiento o mejor protección frente a posibles episodios de volatilidad.
Mientras, en corporativos de alto rendimiento (baja calidad) los fundamentos se mantienen sólidos y los rendimientos totales siguen siendo atractivos, especialmente en un contexto de tasas de referencia en descenso. Favorecemos el crédito High Yield de corto plazo por su atractivo carry y menor riesgo de duración.
En el caso de la deuda de mercados emergentes, los rendimientos resultan atractivos y aún existe margen para recortes de tasas en un contexto de menor inflación por parte de los bancos centrales de estos países. Sin embargo, las tasas más altas en el tramo largo de EE. UU. y el impacto incierto de los aranceles sobre las economías representan desafíos. La debilidad del dólar estadounidense ha sido un factor favorable y se espera que continúe siéndolo. En este marco, preferimos un enfoque blend sin necesidad de extender vencimientos. Y para perfiles con mayor tolerancia a la volatilidad se favorece la combinación de deuda en moneda local.
MATERIAS PRIMAS
Aunque ya no están tan baratos como hace doce meses, las materias primas –en particular el oro– siguen siendo una cobertura útil frente a repuntes de la inflación, sorpresas positivas de crecimiento, efectos estacionales, tensiones geopolíticas y/o eventos inesperados que generen estrés en el mercado financiero.
Political and international tailwinds set the stage for greater stability and a constructive market.
The electoral surprise triggered a sharp shiftin expectations for Argentina, driving a clearly more favorable political and economic outlook. The administration’s strong performance —securing more than 41% of the vote and defeating Peronism by over 10 percentage points, including an unexpected win in Buenos Aires Province, where it had lost by more than 14 points just two months ago— significantly strengthens the Government’s position in Congress and improves the prospects for effective governance. This outcome redefines the political landscape, providing a more solid foundation to advance structural reforms and consolidate the economic policy path.
This new political balance will not only enhance the Executive’s governability —with its own veto power and greater negotiating leverage— but also bring it closer to the majorities required to push forward key structural reforms. Specifically, the administration will hold 93 seats in the Lower House (107 including allies) and 20 seats in the Upper House (26 with allies).


The election outcome triggered an immediate and decisive market reaction. On the Monday following the vote, markets saw a historic rally across both bonds and equities. Sovereign USD-denominated debt surged an average of 19%, bringing the country risk toward 700 bps, while the Merval jumped 31% in dollar terms—its largest single-day gain since the restructuring. At the same time, ARS-denominated curves strengthened noticeably, reflecting the sharp shift in expectations following the electoral result.
From our perspective, local assets still offer meaningful upside, prompting a shift from a defensive to a more offensive stance. This adjustment reflects the consolidation of a more constructive baseline scenario following the electoral shock, supported by three key pillars:
1. Fiscal commitment. The Government remains firmly focused on achieving a balanced fiscal position, a goal now reinforced by a Congress more inclined to support consolidation measures, strengthening the sustainability of the economic program.
2. Governability. The new legislative balance provides a stronger political foundation, enhancing the Executive’s ability to advance structural reforms and sustain the economic stabilization process, thereby reducing uncertainty and reinforcing market confidence.
3. Reserve accumulation. The external front remains the weakest pillar, though with room for improvement. Markets are looking for a concrete FX-accumulation strategy that could combine Treasury purchases in the FX market, new debt issuance, or both—supported by U.S. financial backing through the USD 20 billion swap line and the potential implementation of repo operations with private banks.
Viewed as a whole, these pillars shape a more robust backdrop for the economic program and reinforce the perception of short-and medium-term stability. The path toward an earlier-than-expected reopening of capital markets now looks considerably clearer, prompting a shift inpositioning toward a more constructive strategy.
USD-DENOMINATED DEBT STRATEGIES
In the current environment, sovereign USD-denominated bonds continue to show meaningful room for further spread compression. In January, the GD35 was yielding 10.5%, of which 4.8% reflected the risk-free rate (UST10Y) and 4.2% the average LatAm risk premium, leaving a local spread of roughly 150 bps attributable exclusively to Argentina-specific risk. Today, with the risk-free rate at 4.0%, the LatAm premium at 3.3%, and Argentina’s country risk at 693 bps (implying a 10.9% YTM), that local premium has widened to about 365 bps—more than double the level recorded at the start of the year.
This suggests that Argentina still has close to 215 bps of “pure” local spread to recover merely to return to January levels, while full convergence toward regional benchmarks would imply potential tightening of up to 365 bps. Despite the recent appreciation, Argentine sovereigns continue to trade at a significant premium to LatAm peers, leaving scope for additional upside if the new political and economic backdrop continues to consolidate.

In this context, our base case envisions roughly 215 bps of country-risk compression —bringing spreads toward the 475bps area by the first quarter of 2026— which would pave the way for a reopening of access to international capital markets. Against this backdrop, sovereign bonds under local law stand out as the instruments best positioned to capture that adjustment. In particular, we highlight the AE38 (13% YTM), which offers an estimated upside of 17.9%, while among the ARGENT bonds (Globales) we favorthe GD41 (11% YTM) given its higher potential upside of 16.5% and its superior liquidity.

On the other hand, BCRA-issued debt also shows room for further repricing in this new environment. The Bopreal Series 4-A (BOA8D) offers a 15.8% YTM, above the 12.7% currently available on the AL30,with only a slightly longer duration. As an instrument issued by the Central Bank, its credit risk is lower than that of Treasury debt, while the relatively small outstanding amount (USD 845 M) and the option to use it for tax payments starting in April 2028 further enhance its relative appeal.
ARS-DENOMINATED DEBT STRATEGIES
While the momentum in hard-currency debt is undeniable, the external front remains the most fragile element of the macro framework. This is reflected not only in the balance of payments but also in market-implied expectations, which continue to price an exchange rate above the upper bound of the FX band—particularly evident in FX futures from December onward. Both the official exchange rate and financial dollars show that demand for hedging remains firm, even after the post-election rally in ARS-denominated curves.
In this regard, we continue to argue that the Government should recalibrate the FX band, setting a lower limit more aligned with the current level of the exchange rate. This would allow the BCRA or the Treasury to repurchase foreign currency and streng then international reserves, addressing the main vulnerability of the current economic program.
Under this scenario, we continue to prioritize hedging strategies through dollar-linked instruments. In particular, we highlight the dollar-linked TZVD5 (devaluation +21%) and the D16E6 (devaluation+12%), which imply a devaluation at maturity of 2.3% and 4%, respectively—levels that appear meaningfully below our projections.
On the other hand, we expect interest rates to begin declining, while inflation could take somewhat longer to ease due to greater FX tensions, albeit with a limited pass-through. This dynamic would reduce real rates and, in turn, provide renewed support for CER-linked bonds, which would regain relevance as a defensive hedge within the ARS universe. Within this segment, we highlight the TZX26 (CER +12%), which embeds an average breakeven inflation of 1.5% m/m between October 2025 and April 2026.
Dual bonds are once again emerging as an attractive alternative within ARS-denominated instruments. Although interestrates should begin a downward path, the breakeven TAMAR rate—the rate that equates the direct yield of a fixed-rate instrument with that of a dual bond of similar duration—remains well below the current TAMAR. In this respect, the TTM26 (TAMAR +5.1%) and TTJ26 (TAMAR +6.8%) look particularly appealing: their breakeven TAMAR rates stand at 18.3% and 22.5%, respectively, compared with the current TAMAR of 45.94% NAR. This means rates would need to drop sharply forthese instruments to stop outperforming their fixed-rate alternatives.
For more aggressive profiles, the Bonte 2030 (29.8% NAR) stands out as an attractive option for longer-horizon carry trade strategies, offering competitive dollar returns even under demanding exchange-rate assumptions. In a conservative scenario with rates declining to 20% NAR over the next 12 months, the bond would deliver a potential return of 9.6% in dollars at an exchange rate of ARS 2,000 and 21.7% at ARS 1,800,excluding coupon reinvestment. If rates remain at current levels, the downside would be 6.5% with an exchange rate of ARS 2,000 and 4% at ARS 1,800. In this context, the risk of holding ARS positions increases as the compensating spread for FX risk narrows.
Noticias locales: el país hoy.
El contexto internacional no ayudó a los activos locales, que tuvieron una rueda mayormente negativa, en la cual se vieron caídas en los soberanos y fuertes bajas en las acciones. En pesos, la curva de Lecap operó mixta, mientras que los CER cortos subieron y los largos cayeron. Las tasas de caución y repo continuaron con bajas marginales. Los tipos de cambio subieron en el margen, mientras que los futuros continuaron con las caídas.
El contexto internacional desfavorable golpeó a la deuda soberana en dólares, que en la rueda del jueves cayó un 0,9%. Los Bonares fueron los más afectados al caer un 1,1%, al tiempo que los Globales retrocedieron un 0,8%, mientras que los BOPREAL se mantuvieron más resilientes al caer un 0,4%. En este contexto, el riesgo país subió 14 pb hasta los 619 pb.
La deuda en pesos operó con caídas, siendo los duales la única excepción al subir un 0,1%, impulsados por el TTJ26 que avanzó un 0,4% y ya rinde por debajo del 2% sobre la tasa Tamar. En tanto, las Lecap se mantuvieron neutrales al igual que los dollar-linked y los CER retrocedieron un 0,1%. Por su parte, las tasas continúan mostrando estabilidad, con la tasa de caución a un día cerrando en 20,6% y la repo en 25% TNA, al tiempo que la Tamar se mantiene en torno al 35% TNA.
Los tipos de cambio operaron con leves subas. El dólar oficial avanzó 0,5% y cerró en $1.408,83, mientras que los financieros también mostraron incrementos moderados: el MEP subió 0,4% hasta $1.455,6 y el CCL aumentó 0,4% para finalizar en $1.479,2. Por su parte, las reservas brutas del BCRA crecieron USD 11 M, alcanzando USD 40.680 M.
Los futuros cayeron un 0,15% y la TNA de octubre cayó a 17%. En tanto, el resto de la curva se ubica en torno a 27% TNA. El volumen operado retrocedió USD 102 M hasta USD 906 M, mientras que el interés abierto subió nuevamente unos USD 87 M hasta USD 7.722 M.
El Merval retrocedió 3,4% en pesos y 3,6% en dólares CCL, cerrando en un nivel de USD 1.943. Los sectores de materiales, financiero y de consumo básico fueron los más castigados, y las acciones que más perdieron fueron Aluar (-8,5%), Supervielle (-6,4%) y Ternium (-6,3%). En tanto, las acciones que cotizan en la Bolsa de Nueva York perdieron en promedio un 3,1%, impulsadas por Bioceres (-6,1%), Supervielle (-6,1%) y Edenor (-5,7%).
Noticias globales: el mundo hoy.
A pesar del anuncio del fin del shutdown al inicio de la rueda, el mercado volvió a poner en tela de juicio las valuaciones de las empresas relacionadas a la IA. Esto, sumado a la espera de los datos económicos pendientes, la renta variable reaccionó con marcadas bajas en las tecnológicas, mientras se reacomodan las expectativas sobre el sendero de tasas de la Fed. Las probabilidades de un recorte adicional de tasas cayeron, a la vez que subieron las tasas de los soberanos y el dólar cedió. En commodities, el petróleo intentó recuperar algo de terreno pese a un panorama de oferta abundante, al tiempo que la soja extendió su avance a la espera del reporte del USDA, que podría ajustar a la baja el rendimiento proyectado.
Las acciones operaron con fuertes bajas, lideradas por el Nasdaq, que retrocedió un 2,11%, seguido del S&P 500 con una baja de 1,31% y, por último, el Dow Jones perdiendo un 1,00%. Los sectores de servicios de comunicación y tecnología permanecieron bajo fuerte presión. Nvidia (-4,3%), Broadcom (-5,1%), Alphabet (-2,9%) y Tesla (-7,4%) registraron fuertes caídas, en tanto que Disney se desplomó más de 8% tras presentar resultados mixtos. En contraste, Cisco ganó más de 4% luego de elevar sus proyecciones anuales de ganancias e ingresos.
Con el fin del shutdown, el mercado volcó su atención nuevamente a los datos económicos retrasados y a las posibles implicancias para la política monetaria de la Fed. De esta manera, la UST2Y y la UST10Y avanzaron ambas 2 pb hasta 3,59% y 4,11%, respectivamente. Por lo tanto, el índice de bonos del Tesoro cayó un 0,2%, mientras que en los corporativos los Investment Grade perdieron un 0,4% y los High Yield un 0,3%. En paralelo, la deuda de mercados emergentes bajó un 0,4%. En este contexto, las probabilidades de un tercer recorte de tasas se redujo a 52%, desde un nivel de 65%.
A pesar de las mayores tasas, el US Dollar Index retrocedió un 0,4% y cerró en 99,13, gracias a las fuertes subas del euro y la libra en 0,4% y 0,5%, respectivamente. En tanto, el oro, que venía acumulando un alza de 4,3% en las últimas cinco ruedas, cayó un 1,2% hasta un nivel de USD 4.149 la onza.
El WTI aumentó un 0,3%, cerrando en torno a USD 58,7 por barril tras desplomarse un 4% a un mínimo de tres semanas, en un contexto marcado por el creciente temor a una fuerte sobreoferta global. La AIE advirtió que el mercado está cada vez más desequilibrado, con inventarios en alza y superávits proyectados de 2,4 millones de barriles diarios este año y 4 millones el próximo, ya que la oferta crecería más rápido que la demanda. La OPEP también confirmó un exceso de 500.000 barriles diarios en el tercer trimestre. A esto se suman mayores proyecciones de producción en EE. UU. y un nuevo aumento de inventarios reportado por la EIA, lo que refuerza las preocupaciones sobre un mercado petrolero ampliamente excedido. En agrícolas, la soja avanzó otro 1,0% hasta USD 415,9 la tonelada, ante la expectativa del informe del USDA de este viernes. El impulso fue moderado por la falta de compras significativas de China, que continúa privilegiando soja brasileña pese a haber prometido compras a EE. UU. El mercado espera que el USDA recorte levemente el rendimiento proyectado.
¿Qué variables macro avanzan de manera positiva y cuáles se encuentran bajo tensión?
✅DATO POSITIVO DE LA SEMANA
El mes de noviembre se encamina a ser el de mayor volumen de colocaciones corporativas en dólares desde el inicio de la gestión Milei, y ya se consolidó como el de mayor monto emitido bajo legislación extranjera. Las empresas llevan emitidos USD 3.102 M, con USD 2.900 M bajo Ley Nueva York y a una tasa promedio de 8,1%, frente a vencimientos por solo USD 659 M en el mes. La reapertura del financiamiento internacional para el sector corporativo ofrece al gobierno una nueva vía de acumulación de reservas, un elemento clave para que la Argentina pueda recuperar acceso pleno a los mercados internacionales de deuda.

⚠️A MONITOREAR
En octubre el IPC Nacional marcó un alza de 2,3% m/m, levemente por encima de lo estimado, siendo la quinta aceleración mensual consecutiva y acumulando en los últimos doce meses un incremento del 31%. La suba estuvo explicada por el aumento de 2,8% m/m en los precios estacionales –impulsada por frutas– y de 2,6% m/m en los precios regulados –por transporte y combustibles–. En tanto, el IPC Core avanzó al 2,2% m/m, el mayor alza desde abril pasado. Si bien la dinámica de precios vino muy debajo de la evolución del tipo de cambio, los últimos datos marcan un amesetamiento de la desinflación. En un contexto de bandas cambiarias en el que el tipo de cambio no podrá subir más del 1% m/m, esta resistencia a perforar el 2% m/m irá mermando la competitividad.

🚨RIESGO
Los depósitos del Tesoro en el BCRA cayeron de $14 billones hasta $4,9 billones luego de la última licitación de octubre, cuando se usaron cerca de $6,6 billones para enfrentar los vencimientos del mes. Esta dinámica continúa siendo un foco a seguir: con obligaciones por $16,5 billones en noviembre y $40,2 billones en diciembre, el Tesoro solo podría cubrir cerca del 8,6% de los vencimientos del año con los depósitos disponibles. Esto ocurre, además, en un período de mayor necesidad de caja hacia fin de año y podría ralentizar el proceso de baja de tasas, al reducir el margen del Gobierno para remonetizar la economía por esta vía.

Noticias locales: el país hoy.
El miércoles, los activos locales tuvieron otra rueda mayormente positiva. Los tipos de cambio y los futuros operaron a la baja, y la curva CER continuó comprimiendo. El Indec publicó el dato de inflación, que dio por encima de lo que estaba puesto en precios por el mercado. En tanto, los soberanos en dólares continuaron con las subas, al igual que las acciones.
La deuda en pesos operó mixta, con una suba de 0,3% para los bonos CER, impulsados por el tramo largo. Con esta compresión, los CER a 2026 rinden en promedio CER +7%. Las Lecap mostraron una leve caída de 0,08% liderada por el tramo largo de la curva, por lo cual ahora ese tramo rinde en torno a 33% TNA. Los dollar-linked retrocedieron nuevamente un 0,14%, acompañando la caída en el dólar oficial, mientras que los duales cayeron un 0,3%. En cuanto a tasas, se vio una caída en la caución a un día, que operó a un promedio de 20,8%, mientras que la Repo cayó a 25,7%.
Los soberanos en dólares avanzaron otro 0,2% con mayores subas en el tramo largo bajo ley local y caídas en el tramo corto. Con esto, el riesgo país cerró en 603 pb y la curva de Bonares se encuentra cercana a rendir un dígito. Los BOPREAL avanzaron un 0,5% gracias a la suba en 0,6% del BOPREAL Serie 1 C y del BOPREAL Serie 3.
Los tipos de cambio registraron una jornada a la baja en una rueda en la cual el agro únicamente liquidó USD 20 M. El dólar oficial retrocedió 1,0% y cerró en $1.402, mientras que los financieros también mostraron leves descensos: el MEP cayó 0,2% hasta $1.450,2 y el CCL cedió 0,3% para finalizar en $1.473,5. En tanto, las reservas brutas del BCRA aumentaron USD 172 M, alcanzando un nivel de USD 40.669 M.
Los futuros retrocedieron una vez más un 0,4%. El volumen operado subió fuertemente respecto del martes por el feriado en EE. UU., y el interés abierto subió en USD 82 M, explicado por los contratos de diciembre y enero. Debido a la baja del tipo de cambio oficial, las TNA implícitas cortas se elevaron a 33% para noviembre, y 31% para diciembre y enero.
El Merval anotó una suba de 0,9% en pesos y 1,5% en dólares y superó la barrera de los USD 2.000 puntos. El impulso fue liderado por los sectores de industria, construcción y comunicación, siendo COME (6,8%), LOMA (4,1%) y Macro (3,3%) las de mejor performance. En tanto, las caídas más pronunciadas fueron para las acciones de Aluar (-3,6%), Transener (-1,6%) y TGS (-1,5%). Las acciones que cotizan en Nueva York también tuvieron una rueda positiva, con ganancias promedio de 1,0%, lideradas por Telecom (4,5%), Ternium (3,5%) e IRSA (3,2%), mientras que las bajas fueron para Adecoagro (-3,5%), Bioceres (-3,1%) y VISTA (-2,4%).
El IPC nacional de octubre registró un incremento de 2,3% mensual, acumulando 24,8% en el año y 31,3% i.a. La suba fue impulsada por Transporte y Vivienda, mientras que los menores ajustes se observaron en Equipamiento del hogar y Recreación. En la apertura por categorías, los precios estacionales crecieron 2,8%, los regulados 2,6% y el núcleo 2,2%, consolidando una moderada tendencia de desinflación, aunque con presión en servicios regulados y transporte. El dato de inflación contrastó con la inflación de 1,2% que ponía en precios el mercado.
Noticias globales: el mundo hoy.
El mercado mostró señales de cautela ante datos laborales más débiles, que reforzaron las expectativas de nuevos recortes de tasas por parte de la Fed. Las acciones operaron mixtas, con el Dow Jones destacándose por su acercamiento a máximos históricos gracias al impulso de los bancos y del sector financiero, mientras que el Nasdaq retrocedió por la toma de ganancias en tecnológicas. En paralelo, las tasas de los bonos cedieron y el oro continuó su rally apoyado en la expectativa de menor ajuste monetario. En commodities, el petróleo corrigió con fuerza tras la revisión de la OPEP, que proyecta un exceso de oferta, aunque la soja mantuvo su tendencia alcista ante señales de mayor demanda china.
Las acciones operaron de manera dispar, nuevamente lideradas por el Dow Jones, que se acercó a su máximo histórico tras subir un 0,9%. El índice se destacó gracias al fuerte desempeño de los principales bancos, como Goldman Sachs, JPMorgan, y American Express, que también marcaron nuevos récords. Por su parte, el S&P 500 avanzó un 0,1%, en tanto que el Nasdaq retrocedió un 0,3%. Las subas en semiconductores y acciones financieras fueron compensadas por caídas en el sector tecnológico. AMD se disparó más de un 8% tras proyectar un crecimiento de ventas superior al esperado, impulsando al resto del sector de semiconductores, entre ellos Broadcom (1%) y Qualcomm (1,4%).
En el mercado de renta fija, se vio una caída en las tasas de interés producto de los informes publicados en los últimos días que reflejan una desaceleración del empleo. Esto, sumado a las compras de letras que realizará la Fed para compensar los vencimientos de activos hipotecarios (MBS), favorecieron la baja de tasas en el tramo corto. Concretamente, la UST2Y retrocedió 2 pb y se ubicó en 3,56%, al tiempo que la UST10Y cayó 5 pb y cerró en 4,06%. Con esto, el índice de bonos del Tesoro ganó un 0,1%. Sin embargo, en corporativos, se vieron pérdidas de 0,1% para High Yield e Investment Grade, mientras que la deuda de mercados emergentes operó neutral.
En este contexto, el dólar DXY se mantuvo sin cambios en 99,45. Esto se debió a que el alza del euro fue neutralizada por una caída de la libra del 0,1%, sumado a una apreciación del dólar del 0,3% ante el yen. A su vez, la divisa recuperó terreno en Brasil y avanzó un 0,4% hasta un nivel de USDBRL 5,29. En cuanto al oro, anotó otra suba del 2,0% y cerró en USD 4.209 la onza, a un 3,4% de su máximo histórico. Este aumento también estuvo relacionado con los datos de empleo y una mayor expectativa de recortes en las tasas de interés.
En paralelo, el petróleo WTI bajó 4,3% a USD 58,4 por barril tras tres jornadas en alza, luego de que la OPEP revisara sus proyecciones y estimara un exceso de oferta global de 500.000 barriles diarios en el tercer trimestre, debido a una mayor producción en EE. UU. y dentro del bloque. La debilidad del mercado refleja preocupaciones por sobreoferta, aunque las sanciones de EE. UU. a petroleras rusas comienzan a afectar la producción de Lukoil en Irak. En tanto, la soja continúa con su racha alcista tras el acuerdo entre China y EE. UU., en el que el país asiático volverá a demandar soja estadounidense, y subió un 0,6% alcanzando un nivel de USD 412 la tonelada.
Noticias globales: el mundo hoy.
En una rueda con bajo volumen por el feriado en EE. UU., el mercado mostró un comportamiento mixto, marcado por la cautela frente a los datos de empleo y las dudas sobre las valuaciones del sector tecnológico vinculado a la inteligencia artificial. La renta fija se mantuvo estable, mientras el dólar retrocedió y el real brasileño continuó fortaleciéndose tras buenos datos de inflación. En commodities, el petróleo extendió su recuperación ante señales de mayor demanda y optimismo por el posible fin del shutdown en EE. UU., al tiempo que el oro se mantuvo sin grandes cambios.
Las acciones mostraron un desempeño dispar ante la reanudación de las preocupaciones por los datos de empleo y el cuestionamiento a las valuaciones de las empresas vinculadas a la inteligencia artificial. En este contexto, el Nasdaq retrocedió un 0,3%, en tanto que el S&P 500 avanzó un 0,2% y el Dow Jones subió un 1,1%. Los papeles asociados al fuerte aumento del gasto en inteligencia artificial siguieron bajo presión, ante las inquietudes por una posible burbuja luego de que SoftBank vendiera su participación de USD 5.800 M en Nvidia para financiar otros proyectos de IA. Así, Nvidia cayó 2,8%, al igual que Oracle, Meta y Tesla que retrocedieron entre 1,5% y 2,8%. Además, CoreWeave se desplomó 14,8% tras ofrecer una guía de resultados por debajo de lo esperado.
Por otro lado, las tasas de los bonos del Tesoro se mantuvieron estables en 3,59% para la UST2Y y 4,11% para la UST10Y. Como resultado, el índice de bonos del Tesoro avanzó un 0,3%. Dentro del segmento corporativo, los Investment Grade fueron los más favorecidos con un alza de 0,4%, y los High Yield registraron un leve incremento de 0,1%. Asimismo, la deuda de mercados emergentes subió un 0,2%.
En paralelo, el US Dollar Index (DXY) retrocedió un 0,2% y cerró en 99,39, impulsado por un aumento de 0,3% en el euro, mientras que frente a la libra y el yen el dólar operó estable. En cambio, en Brasil cayó otro 0,4% hasta USDBRL 5,27, tras un dato de inflación brasilero mejor al esperado, lo que mantiene elevada la tasa real. Con esta baja, el dólar acumula una caída de 14,7% frente al real en lo que va del año. En tanto, el oro retrocedió levemente un 0,1% y cerró en USD 4.113 la onza.
El petróleo WTI subió un 1,4% hasta USD 61 por barril, acumulando tres jornadas consecutivas al alza, impulsado por la expectativa de que el shutdown en EE. UU. finalice esta semana y por una mayor demanda de combustibles. Además, las sanciones a petroleras rusas comienzan a reflejarse en una caída de los envíos marítimos y en restricciones a las exportaciones de Lukoil, al tiempo que crece el optimismo por un posible acuerdo comercial entre EE. UU. e India.
En la noticia económica del día, el informe ADP mostró una pérdida de dinamismo en el mercado laboral de EE. UU. durante octubre, con un promedio de 11.250 empleos privados eliminados por semana. En paralelo, Challenger reportó 153.000 despidos, la mayor cifra para un mes de octubre desde 2003.
Noticias locales: el país hoy.
El mercado local continuó con la racha positiva y los bonos soberanos en dólares avanzaron nuevamente. Las curvas en pesos siguieron comprimiendo, con los CER a la cabeza, mientras que los dollar-linked retrocedieron, acompañando la caída del tipo de cambio oficial. A su vez, el MEP y los futuros también registraron bajas. Las acciones, en promedio, mostraron leves subas.
El segmento de deuda en pesos volvió a estar liderado por los bonos CER, que ganaron en promedio 0,7%. Les siguieron los bonos duales, con un avance de 0,6%, impulsados por los tramos más largos de la curva. Las Lecap mostraron un alza moderada de 0,2%, con un desempeño mixto entre vencimientos, en tanto que los bonos dollar-linked retrocedieron 0,3%. En el mercado de tasas, la caución se mantuvo estable en una media ponderado de 21,1%, y la tasa de Repo descendió a 26%.
Por su parte, los soberanos en dólares avanzaron 0,5%, con subas parejas tanto en Bonares como en Globales. Con esto, el riesgo país cerró en 598 pb y la curva de Bonares volvió a mostrar una pendiente plana en torno al 10,4%. Los BOPREAL cedieron 0,2%, debido a una caída de 0,5% en el BOPREAL Serie 1-D.
En paralelo, los tipos de cambio operaron mayormente a la baja. El dólar oficial retrocedió 0,2% y cerró en $1.416,5. En la misma línea, el MEP cayó 1,5% hasta $1.453,47, mientras que el CCL se mantuvo neutral en $1.477,48. A su vez, las reservas brutas aumentaron en USD 95 M, hasta un nivel de USD 40.497 M.
Los contratos de dólar futuro cedieron nuevamente 0,7%. El volumen operado fue bajo por el feriado en EE. UU. Concretamente, se operaron USD 305 M y el interés abierto aumentó USD 24 M, hasta USD 7.553 M. Con esta caída en los contratos, el de marzo se ubica por debajo del techo de la banda, y la TNA de noviembre se encuentra en 14%, al tiempo que en el resto de las curvas se mantiene en torno a 26%.
El Merval subió 0,1% en dólares y 0,2% en pesos. Así, cerró en USD 1.994, liderado por los sectores de consumo básico, industria y comunicación. Las acciones de COME (14,2%), IRSA (6,0%) y Mirgor (5,7%) encabezaron las subas, mientras que las bajas correspondieron a ByMA (-3,2%), Holcim (-2,2%) y Supervielle (-1,7%).
Noticias locales: el país hoy.
La semana comenzó positiva para los activos locales. El tipo de cambio oficial operó a la baja, aunque se amplió la brecha con los dólares financieros. La rueda trajo retornos positivos para todas las curvas en pesos, lideradas por los bonos CER, mientras que en dólares los soberanos mostraron una nueva suba y el riesgo país perforó los 600 pb. En acciones, el Merval también tuvo una rueda positiva, impulsada por los sectores de construcción y materiales.
El segmento de deuda en pesos fue liderado por los bonos CER, que avanzaron un 1,1% promedio, impulsados por el tramo largo de la curva. Detrás se ubicaron los duales, que subieron un 0,6%, también traccionados por los instrumentos más largos. Por su parte, los dollar-linked avanzaron en promedio un 0,3% a pesar de la caída en el tipo de cambio. En último lugar, las Lecap aumentaron un 0,3%, con avances parejos en todos los tramos. En cuanto a las tasas, la caución operó estable en un promedio ponderado de 21,2%, mientras que la Repo se mantuvo en 27,4%.
Para la deuda en dólares, la jornada fue mixta, con una suba de 1,5% para los soberanos, liderados por la curva de Bonares que avanzó un 2,1%. Con esto, el riesgo país se redujo a 599 pb. Por el lado de la deuda del BCRA, los BOPREAL cayeron un 0,2%, encabezados por el BOPREAL Serie 1 D, que retrocedió un 0,5%.
Los dólares financieros operaron al alza, con subas de 2,1% para el MEP y 0,5% para el CCL, cerrando en $1.476 y $1.477, respectivamente. De esta forma, la brecha con el oficial se ubicó en 4%. En tanto, el dólar oficial bajó un 1,5% y cerró en $1.419,33. A su vez, las reservas del BCRA aumentaron en USD 142 M, finalizando en un nivel de USD 40.402 M.
Los contratos de dólar futuro se mantuvieron sin cambios, y se observó una caída de USD 36 M en el volumen operado, que cerró en USD 1.077 M, mientras que el interés abierto subió USD 79 M, alcanzando un nivel de USD 7.530 M. El incremento en el interés abierto se explicó por los contratos de noviembre, diciembre y enero. Las TNA implícitas cerraron en 23% para noviembre, mientras que de diciembre a febrero se mantienen en torno a 29%. El contrato de marzo se ubica justo en el techo de la banda, y a partir de abril los contratos lo superan.
El Merval anotó una suba de 3,0% en pesos, mientras que en dólares CCL avanzó un 2,3%. Así, cerró en un nivel de USD 1.996, impulsado por los sectores de materiales, construcción y comunicación. Las acciones que más subieron en dólares fueron Ternium (15,8%), Aluar (10,8%) y Holcim (9,1%), mientras que las que más cayeron fueron BBVA (-2,7%), ByMA (-2,6%) y Supervielle (-1,3%). Entre las acciones que cotizan en la Bolsa de Nueva York, la suba promedio fue de 1,1%, liderada por Telecom (6,7%), Globant (4,9%) y LOMA (3,9%).
Noticias globales: el mundo hoy.
El mercado reaccionó con optimismo ante los avances en el Congreso hacia el fin del shutdown más prolongado en la historia de EE. UU. Las acciones repuntaron con fuerza, lideradas por los sectores tecnológico y de comunicaciones, mientras el dólar se estabilizó. Por su parte, el oro alcanzó máximos de noviembre en un contexto de mejora del apetito por riesgo y expectativas moderadas respecto de nuevos recortes de tasas. En commodities, el petróleo y los granos registraron leves subas, reflejando la combinación de alivio político y señales mixtas de oferta global.
En una votación de procedimiento realizada ayer, el Senado aprobó la primera etapa de un acuerdo para reabrir el gobierno, alcanzando el mínimo de 60 votos requeridos. Ocho senadores demócratas se apartaron del liderazgo de su partido al retirar su principal exigencia de incluir una extensión garantizada de los subsidios de Obamacare. La propuesta aún debe ser debatida y aprobada por el Senado, y luego recibir la aprobación de la Cámara de Representantes, controlada por los republicanos, donde su avance sigue siendo incierto.
El posible fin del shutdown tuvo un impacto sumamente positivo en la renta variable. Los tres principales índices registraron alzas, siendo el Nasdaq el más beneficiado. En concreto, este avanzó un 1,99%, en tanto que el S&P 500 subió un 1,29% y el Dow Jones un 0,56%. Los sectores de tecnología y servicios de comunicación lideraron las ganancias, ambos con incrementos cercanos al 2%, a diferencia de consumo básico y real estate que quedaron rezagados. Entre las principales subas se destacaron Nvidia (+4,7%), Palantir (+8,9%), AMD (+5,2%) y Micron Technology (+6,8%).
Las tasas de interés de los bonos del Tesoro operaron levemente al alza, lo que hizo caer al índice, mientras que los demás segmentos de renta fija se vieron beneficiados. La UST10Y subió 2 pb hasta 4,11%, y la UST2Y aumentó 3 pb hasta 3,59%. Con esto, el índice de bonos del Tesoro retrocedió un 0,1%. En corporativos, los High Yield se destacaron con un avance de 0,3% y los Investment Grade con un 0,1%. Para la deuda de mercados emergentes también fue una rueda positiva, con una suba del 0,2%. La probabilidad implícita en el mercado de futuros de tasas de un recorte adicional de 25 pb para la reunión de la Fed en diciembre se redujo a 61% desde el 68% registrado al cierre del viernes.
El DXY operó estable en torno a 99,59, ya que el euro se mantuvo sin cambios y si bien la libra subió un 0,2%, fue compensado por un alza del dólar del 0,4% frente al yen. En tanto, en Brasil el dólar cayó otro 0,5% y cerró en USDBRL 5,31. Por su parte, el oro aumentó un 2,7% y alcanzó los USD 4.108 la onza.
El petróleo WTI registró un leve incremento del 0,5% hasta USD 60 por barril, mientras el mercado aguarda los informes de la OPEP y la AIE. Los precios continúan presionados por la expectativa de sobreoferta global ante el aumento de producción de la OPEP+, EE. UU. y otros productores, en un contexto en que las sanciones de EE. UU. a petroleras rusas impulsan a China e India a diversificar sus fuentes de crudo. En paralelo, la soja avanzó un 1,3% hasta USD 410 la tonelada tras el anuncio de que China restablecerá la elegibilidad de exportación para tres empresas estadounidenses desde el 10 de noviembre. Aunque se firmaron acuerdos agrícolas en el marco de la tregua comercial, los precios permanecen contenidos por el arancel del 13% que enfrenta la soja de EE. UU., frente al 3% aplicado a Brasil y Argentina, mientras continúa demorado el informe del USDA por el cierre del gobierno estadounidense. A su vez, el cobre subió un 3,0%, impulsado por el optimismo ante el posible fin del shutdown en EE. UU. y por la debilidad del dólar. También se vio favorecido por el anuncio de que Trump incluyó al cobre en su lista de minerales críticos y por la expectativa de que China limite nuevos proyectos de fundición para reducir la sobrecapacidad.
Una fuente limpia y confiable que redefine la seguridad y la independencia global del suministro.
Un punto de inflexión para la energía global
Durante la última década, los gobiernos y los grandes fondos de inversión comenzaron a reconocer que la transición energética no puede basarse exclusivamente en fuentes intermitentes como la solar o la eólica. La nuclear, al generar energía de base sin emisiones de carbono y con alta densidad energética, complementa a las renovables y contribuye a la estabilidad de los sistemas eléctricos.
Según la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), más de 20 países planean expandir o reactivar sus programas nucleares, y se estima que la capacidad instalada podría duplicarse hacia 2050, aportando cerca del 10% de la electricidad global. Esta tendencia se ha acelerado por tres razones que operan en simultáneo: la transición energética y la descarbonización, la innovación tecnológica y la revalorización geopolítica de la seguridad energética.
Transición energética: energía limpia y confiable
El primer motor del renacimiento nuclear es su contribución a la descarbonización. A diferencia de los combustibles fósiles, las centrales nucleares no emiten gases de efecto invernadero durante su operación. Esto las convierte en una herramienta indispensable para alcanzar los objetivos de “cero emisiones netas” hacia 2050.
Los nuevos desarrollos tecnológicos, como los reactores modulares pequeños (SMR), permiten reducir costos, tiempos de construcción y riesgos, haciendo viable la expansión nuclear incluso en mercados emergentes. Además, la fusión nuclear, aún en fase experimental, promete una fuente de energía prácticamente ilimitada y sin residuos radiactivos de larga vida.
Innovación tecnológica: un cambio de paradigma
El avance en ingeniería nuclear está transformando la industria. GE Vernova, una de las compañías líderes del sector energético global, integra en su división Power tecnologías de gas, hidroeléctrica y nuclear, con foco en la digitalización de redes y electrificación industrial.
Según el último informe de Morningstar (octubre 2025), GE Vernova reportó ingresos de USD 37 mil millones y mantiene un backlog –el volumen de capacidad de generación que la empresa ya tiene contratada– de 70 gigavatios en generación despachable, que incluye turbinas de gas y nuclear, lo que le garantiza más de tres años de actividad. La firma cuenta con una posición de ventajas defensivas, respaldada por su escala, tecnología propietaria y barreras de entrada en el sector eléctrico. A pesar de que su acción (GEV) cotiza actualmente un 39% por encima de su valor justo estimado (USD 420), el consenso destaca su papel estratégico para la electrificación y el suministro continuo en la transición energética.
Revalorización geopolítica: seguridad e independencia energética
La invasión rusa a Ucrania y la volatilidad del mercado del gas natural reforzaron la necesidad de diversificar las fuentes energéticas. En este contexto, la energía nuclear gana peso como instrumento de soberanía energética y de protección frente a shocks de precios.
Un caso emblemático es Brookfield Renewable Partners (BEP), que a través de su participación en Westinghouse Electric se posiciona directamente en el resurgimiento nuclear. Según Morningstar (octubre 2025), el gobierno de EE. UU. comprometió USD 80 mil millones para la construcción de nuevos reactores Westinghouse AP1000, lo que podría significar un fuerte impulso en ingresos futuros para ambas compañías. Brookfield estima que su participación en Westinghouse representa alrededor del 7% de su EBITDA.
Aunque tradicionalmente asociada a energías renovables como la hidráulica, eólica y solar, la firma reconoce que el apoyo de políticas públicas es clave para consolidar un “renacimiento nuclear” sostenible, en el que la colaboración público-privada desempeñará un papel decisivo.
El insumo estratégico: el uranio
En el centro de esta megatendencia está el uranio, el mineral indispensable para alimentar los reactores. Su precio, que rondaba los USD 20 por libra en 2016, superó los USD 80 en 2024, impulsado por el aumento de la demanda de utilities y la limitada oferta minera.
Cameco Corp. (CCJ), el mayor productor de uranio de Norteamérica, es uno de los principales beneficiarios de este nuevo ciclo. La compañía posee activos de clase mundial en Canadá y Kazajistán y mantiene un portafolio de largo plazo con contratos que aseguran estabilidad de flujos.
Morningstar destaca que Cameco conserva una ventaja defensiva gracias a sus activos de bajo costo y a su integración vertical, que abarca desde la minería hasta la conversión y fabricación de combustible nuclear. Aunque históricamente el sector sufrió una década de precios deprimidos tras el accidente de Fukushima, la compañía ahora se encuentra bien posicionada para capturar la reactivación global. Con la normalización de inventarios y una proyección de contratos de suministro a largo plazo, los analistas estiman precios contractuales de uranio en torno a USD 65 por libra, nivel necesario para cubrir la demanda de una flota nuclear en expansión.
CEDEARs disponibles en Argentina
Los inversores argentinos pueden acceder a esta megatendencia a través de los siguientes CEDEARs que cotizan en BYMA:

Un nuevo equilibrio entre sostenibilidad y seguridad
El debate sobre la energía nuclear evoluciona desde el temor hacia una mirada pragmática. La prioridad climática, la estabilidad del sistema y el acceso a energía asequible convergen en un consenso creciente: sin el desarrollo del sector nuclear, no hay transición energética viable.
Aun con desafíos regulatorios y sociales, los avances tecnológicos y la reducción de costos de capital están redefiniendo la ecuación riesgo-retorno del sector. Las empresas vinculadas a esta cadena –desde productores de uranio hasta proveedores de tecnología e infraestructura– se perfilan como protagonistas de una megatendencia que podría extenderse por décadas.
Conclusión
La energía nuclear cumple simultáneamente los tres pilares de la nueva agenda energética:
En conjunto, conforman un ecosistema de inversión estructural, con empresas que ofrecen exposición a largo plazo a un cambio profundo en la matriz energética global.
Desde el equipo de Asset Management de Cohen Aliados Financieros, realizamos un seguimiento continuo de las compañías y activos vinculados a esta megatendencia. Invitamos a los inversores a contactar a su asesor financiero para evaluar cómo incorporar exposición a la energía nuclear a través de CEDEARs o fondos internacionales dentro de portfolios diversificados orientados al futuro.
Noticias y mercado: lo que pasó y lo que viene en el plano local.
Tras el shock inicial de expectativas luego del resultado electoral, el mercado comenzó a mostrar signos de mayor estabilidad. Los tipos de cambio cedieron incluso en un contexto de baja de tasas, reflejando un menor apetito por cobertura y expectativas de devaluación que comienzan a moderarse. Las curvas en pesos se mantuvieron firmes y los bonos en dólares continuaron subiendo, con un riesgo país que se mantiene en torno a los 650 pb, mientras las acciones corrigieron tras el fuerte rally de las semanas previas. En paralelo, el Tesoro logró renovar más del 100% de los vencimientos en la última licitación y extendió la duration de la deuda, en un entorno de mayor demanda por títulos públicos impulsada por la baja de tasas del BCRA —del 25% al 22%—. En cuanto a los datos macro, la recaudación de octubre volvió a mostrar una caída en términos reales por tercer mes consecutivo. Esta semana, el foco estará puesto en el dato de inflación de octubre —que estimamos en 2,2% m/m— y en la capacidad del tipo de cambio para sostener la estabilidad alcanzada en las últimas semanas en este contexto de tasas más bajas.
Cae la recaudación. La recaudación tributaria en octubre cayó 4,1% i.a., siendo el tercer mes consecutivo a la baja. El retroceso del mes pasado estuvo determinado por la caída de 68% i.a. en Bienes Personales —por la alta base de comparación, dado que un año atrás se realizaron pagos por el Régimen Especial de Ingreso por blanqueo— y de 66% i.a. real en Derechos de exportación —debido a la baja transitoria a 0% de las retenciones en septiembre, que incentivó el adelantamiento de exportaciones—, a lo que se sumó el impacto de la eliminación del impuesto PAIS. Entre estos tres tributos anotaron una caída real de 77% i.a., mientras que el resto registró un alza de 4% i.a., impulsado por los impuestos ligados al nivel de actividad, como el IVA y el impuesto al cheque, que subieron 3,3% i.a. y 7,5% i.a. real, respectivamente. La caída de los ingresos del Tesoro pone presión sobre las cuentas públicas y obliga al Gobierno a seguir recortando gasto para cumplir con la meta fiscal comprometida, que implica un superávit primario de 1,5% del PBI.
Las reservas en baja. En la primera semana de noviembre, las reservas internacionales brutas subieron USD 878 M y cerraron en USD 40.260 M. Este aumento estuvo exclusivamente explicado por la recomposición de encajes en moneda extranjera por casi USD 1.500 M, que fue compensada en parte por el pago de USD 793 M al FMI. El Tesoro tuvo una participación discreta en el mercado de cambios, comprando apenas USD 50 M, mientras que la liquidación del agro mostró un leve repunte al registrar una oferta de USD 191 M, USD 20 M más que la semana previa. Con este resultado, las reservas netas habrían cerrado la semana en USD 9.600 M negativas, lo que sigue siendo un foco de tensión con el mercado —más aún si se confirma que Argentina activó parte del swap con el Tesoro americano, lo que podría llevar las netas a casi USD 12.000 M negativas—.
Tipo de cambio estable, pero cerca del techo de la banda. El tipo de cambio oficial registró una leve caída del 0,1% a lo largo de la semana, en un contexto donde la demanda parece haberse moderado tras las elecciones, incluso pese a la baja de tasas y a una liquidación del agro que continúa siendo limitada. Así, el tipo de cambio oficial cerró en $1.441,5, ubicándose a un 4% del techo de la banda. Por su parte, los dólares financieros mostraron una caída más pronunciada del 2,3% el MEP y del 2,1% el CCL, cerrando en $1.445,5 y $1.469,9, respectivamente, y la brecha se redujo en torno al 0%-2%. La baja del tipo de cambio se reflejó también en los contratos de dólar futuro, que registraron caídas promedio del 2,5%. Actualmente, el mercado descuenta un tipo de cambio por encima del techo de la banda recién a partir del contrato de abril —que el viernes cerró en $1.601—, cuando una semana atrás lo hacía a partir de enero. Las mayores caídas se dieron en los contratos más largos, al retroceder un 3%, y el interés abierto promedio bajó en USD 1.207 M, cerrando en USD 7.466 M. Las tasas implícitas cerraron por encima de la TNA de las Lecaps: 16% TNA para noviembre, 21% TNA para diciembre y luego descienden gradualmente hasta 23% TNA hacia septiembre del próximo año. Así, la curva descuenta una devaluación implícita promedio del 1,3% m/m en diciembre, 1,8% m/m promedio en el primer semestre de 2026 y 1,7% m/m para el resto de los plazos.
Las tasas ceden. En las últimas semanas, las tasas comenzaron un ciclo de normalización que continuó en los últimos días, acompañado por la decisión del BCRA de reducir la tasa en la rueda de simultáneas en ByMA a 22% TNA —desde 25% TNA previo—. Este ajuste se trasladó al resto de las tasas de referencia: la caución a un día descendió a 21,1% TNA (desde 23,7%) y la repo se ubicó en 27,4% TNA (desde 32,6%). La baja generalizada impulsó la demanda por instrumentos del Tesoro, reflejada en la licitación del miércoles. Este proceso de normalización de tasas contribuye a reducir los costos de fondeo del sector privado y a sostener gradualmente la recuperación de la actividad económica.
Rollover alto. Con tasas en descenso y una mayor demanda de títulos públicos, el Tesoro logró un resultado positivo en la última licitación, donde enfrentaba vencimientos por $7,7 billones y colocó $8,5 billones, alcanzando un rollover del 111,2%. El mayor monto adjudicado se concentró en los instrumentos a tasa fija, que representaron el 64% del total colocado, seguidos por los CER con una participación del 20,1%, mientras que el 15,6% restante correspondió a las letras TAMAR. Además de extender la duration con títulos que abarcaron desde tres meses hasta casi un año y medio, logró una baja en las tasas respecto de la licitación anterior: la TEA promedio ponderada de las Lecaps/Boncaps se ubicó en 35%, por debajo del 40,5% previo, en niveles que no se registraban desde julio de 2025. Pese al buen resultado, la menor liquidez del Tesoro —cuyos depósitos en el BCRA se redujeron de $9,8 billones a fines de octubre a $5,2 billones tras la licitación del 29/11— lo llevó a convalidar rendimientos por encima de la curva de mercado, ofreciendo un premio de 2,44 pp en la LECAP S27F5, de 1,5 pp en la S31G6 y de 1,1 pp en la T30A7. De cara a los próximos meses, la evolución de los depósitos del Tesoro seguirá siendo un factor clave a monitorear, ya que su caída reduce el margen de monetización de la economía a través de esa vía, en un contexto de mayores necesidades de caja hacia fin de año, lo que también acota el espacio para eventuales compras de dólares.
Semana estable para la deuda en pesos. La deuda en pesos tuvo un desempeño estable a lo largo de la semana, siendo los Duales los más destacados al subir un 1,6% y rendir un margen del 3,3% sobre la tasa TAMAR, acercándose a los niveles observados a principios de julio, previo al fin de las LEFI. Aun así, la TAMAR breakeven promedio que iguala el rendimiento del TTJ26 y el T30J6 se ubica en 25,3% TNA, muy por debajo de la TAMAR actual (36,3% TNA), lo que sugiere que todavía existe espacio para una compresión adicional, a menos que se produzca una baja muy pronunciada en las tasas de referencia. Los CER le siguieron con una suba del 1%, y la curva se mantiene prácticamente flat, con tasas reales que van de CER+10% en el tramo 2026 a CER+9% en el resto de los plazos. En tanto, la inflación implícita en los bonos se ubica en 0,6% m/m en octubre, 30,3% acumulado en 2025 y 19,2% en 2026, levemente por encima de las estimaciones privadas, que proyectan una inflación acumulada del 29,6% en 2025 y 18,7% en 2026. La curva a tasa fija quedó más rezagada al subir un 0,5%, y los rendimientos cedieron levemente respecto de la semana anterior, cerrando en 28,3% TNA (2,4% TEM) en el tramo corto y 27,7% TNA (2,3% TEM) en el tramo largo. Por último, los dollar-linked cayeron un 1,7%, acompañando la baja en los tipos de cambio, y rinden devaluación +3,3% en el tramo corto y devaluación +2,8% en los tramos más largos, al tiempo que descuentan una devaluación directa del 2% en enero de 2026 y del 13,5% hacia abril de 2026, reflejando una mayor expectativa de ajuste cambiario más cercana al primer trimestre del próximo año.
Los soberanos extienden las subas. La deuda en dólares extendió su tendencia alcista semanal, a pesar de las bajas registradas el jueves y viernes en un contexto desfavorable para la deuda emergente. En particular, los bonos soberanos avanzaron 1,0%, impulsados por los Globales, que subieron en promedio 1,5%, mientras que los Bonares lo hicieron 0,2%. En comparación, la deuda de países pares cayó 0,15% y Argentina redujo el spread de tasas frente a los bonos corporativos de calificación CCC hasta 0 pb. Dentro de los Globales se destacaron el GD41 y el GD38, con subas de 2,1% y 2,5%, respectivamente. Estas variaciones ampliaron el spread legislativo promedio en 0,79 pp, hasta 3,46%, generando una oportunidad relativa en los Bonares. Con estos movimientos, el riesgo país se ubicó en torno a 647 pb, mientras la curva de Globales mantiene una pendiente positiva con rendimientos entre 9,5% y 10,0%. En contraste, la curva de Bonares continúa invertida, con TIR entre 11,7% y 10,7%. Por su parte, los BOPREAL retrocedieron 0,7% en la semana, liderados por el BOPREAL Serie 1B, que cayó 2,7%. A estos precios, la deuda del BCRA ofrece rendimientos de entre 1,9% y 11,3%. En el segmento subsoberano, la suba semanal fue de 0,6%, destacándose el Mendoza 2029 con una ganancia de 4,7%, mientras que los corporativos avanzaron 0,6%, liderados por el YPF 2033, que ganó 0,9%.
Corrección del Merval. El Merval retrocedió 2,5% en dólares CCL y 4,6% en pesos durante la semana, acompañando la corrección observada en los mercados globales y cerrando en USD 1.944. De esta forma, acumula una baja de 9,7% en lo que va del año. La caída semanal estuvo liderada por los sectores bancario, de consumo básico y real estate. Entre las acciones locales, las mayores bajas en dólares correspondieron a TGS (-7,7%), CEPU (-7,0%) y Galicia (-6,5%), mientras que las de mejor desempeño fueron Transener (11,1%), Telecom (4,9%) y Ternium (4,2%). En tanto, las acciones que cotizan en la Bolsa de Nueva York mostraron una corrección más pronunciada, con un descenso promedio de 3,3%, destacándose las caídas de Bioceres (-12,3%), Mercado Libre (-9,3%) y TGS (-8,1%).
Lo que viene. Esta semana se conocerá el dato de inflación nacional de octubre, que estimamos en 2,2% m/m, tras un mes de marcada volatilidad cambiaria en el contexto electoral. Además, con el nuevo nivel de tasas consolidado, el mercado seguirá de cerca si el tipo de cambio logra sostener la estabilidad alcanzada en las últimas ruedas.
Noticias y mercado: lo que pasó y lo que viene en el plano internacional.
Mal arranque de mes para los activos financieros globales, que registraron caídas generalizadas. El shutdown continúa, siendo el cierre de gobierno más largo de la historia. Esto está generando inconvenientes y, si bien no hay indicadores oficiales, los datos privados reflejan que la actividad pierde impulso, deteriorando la confianza de los hogares. Además, la Fed se muestra dividida entre priorizar el empleo o contener la inflación. En el plano financiero, las valuaciones elevadas de las empresas ligadas a la IA comenzaron a ser cuestionadas, lo que impactó negativamente en las acciones tecnológicas, que arrastraron a todos los índices pese a que los balances siguen presentando buenos resultados. En este contexto, las tasas mostraron movimientos acotados y los bonos operaron con sesgo negativo, mientras que el dólar retrocedió y los commodities reflejaron debilidad, con el petróleo y los metales a la baja y el oro estable en niveles elevados. Las miradas de esta semana estarán puestas en la evolución de las negociaciones en el Congreso para poner fin al shutdown y normalizar la actividad.
La economía se enfría. Con el cierre de gobierno, todas las publicaciones de indicadores oficiales siguen demoradas, lo que impide una lectura certera del verdadero estado de la principal economía del mundo. En este contexto, los inversores continúan apoyándose en los indicadores privados, que mostraron resultados dispares. El Nowcast de la Fed de Atlanta estima un sólido crecimiento de 4,0% t/t anualizado para el 3Q25, con base en el buen dinamismo del consumo, la inversión y el aporte positivo de las exportaciones netas. Sin embargo, ya entrado el último trimestre, los indicadores se muestran más débiles. El índice ISM manufacturero de EE. UU. de octubre retrocedió a 48,7, por debajo de las previsiones de 49,5 y del registro de septiembre, que había marcado 49,1, encadenando ocho meses consecutivos en zona de contracción, aunque con mejora en los subíndices de empleo y nuevos pedidos. Por otro lado, el ISM de servicios sorprendió al subir a 52,4 desde 50, lo que muestra que la actividad sigue en expansión. En materia laboral, el informe de ADP mostró una creación de 42 mil puestos en octubre y, si bien revirtió el resultado de los dos meses previos –en los que había caído 3 mil en agosto y 29 mil en septiembre–, sigue reflejando un menor dinamismo del empleo respecto de la primera mitad del año. Además, el informe de Challenger mostró que las empresas anunciaron 153 mil despidos –el mayor nivel para ese mes desde 2003– concentrados en tecnología y servicios profesionales, debido, en parte, al avance de la inteligencia artificial. Finalmente, la confianza del consumidor medida por la Universidad de Michigan cayó a 50,3 en noviembre, su nivel más bajo en más de tres años, afectada por el prolongado shutdown, las presiones de precios y el deterioro de las finanzas personales.
La Fed, dividida. Durante la semana, varios miembros de la Fed se pronunciaron sobre el mandato dual, mostrando posturas divididas de cara a la próxima decisión de política monetaria. El consenso indica que la autoridad monetaria no solo concluirá la reducción de su balance en diciembre, con reservas bancarias ya en un nivel “amplio”, sino que también planteó la posibilidad de reanudar compras de activos en 2025. En el frente de tasas, seis funcionarios –entre ellos Waller, Miran, Bowman, Williams, Daly y Cook– se inclinaron por avanzar con nuevos recortes, en tanto que Powell, Jefferson, Barr, Goolsbee y Musalem adoptaron un tono más cauteloso, y Schmid (Kansas City) se mantiene en contra. Entre las declaraciones más relevantes, Lisa Cook y Mary Daly enfatizaron los riesgos sobre el empleo, Miran pidió una baja de 50 pb al considerar la política aún demasiado restrictiva y Waller criticó la “niebla” de la que habló Powell en referencia al shutdown. En contraste, Goolsbee, Logan y Hammack advirtieron sobre la persistencia de la inflación, lo que refuerza la probabilidad de un recorte en diciembre cercano al 65%, seguido de una pausa táctica. En relación con la semana anterior, la probabilidad de un tercer recorte de 25 pb por parte de la Fed en diciembre avanzó 5 pp hasta 68%.
Tasas estables. Con datos mixtos de actividad y empleo, sumados a los discursos de los distintos miembros de la Fed, la reacción de las tasas también fue mixta. La UST2Y y la UST10Y cayeron 5 pb y 1 pb, respectivamente, y cerraron la semana en niveles de 3,56% y 4,09%. En cambio, la UST30Y avanzó 3 pb y concluyó la semana en 4,70%.
Semana negativa para la renta fija. La renta fija en general tuvo un mal desempeño, afectada por la suba de tasas en el tramo largo de la curva. En este sentido, la deuda del Tesoro bajó un 0,3% en la semana, acumulando en el año una ganancia de 0,6%. En corporativos, los Investment Grade mostraron una caída de 0,5% y un alza de 3,6%, respectivamente. Los High Yield retrocedieron un 0,8% semanal, mientras que en el 2025 avanzan un 2,0%, así como los TIPs, que perdieron un 0,6% pero suben un 3,9% desde enero. En tanto, la deuda de mercados emergentes fue la más perjudicada, con una caída semanal de 0,9%, aunque en el año continúa siendo la de mejor performance, con una ganancia de 7,6%.
La temporada de balances continúa superando expectativas. En la última semana, 135 empresas del S&P 500 presentaron sus balances, por lo que ya reportaron el 90% de las compañías del índice. Si bien los resultados semanales no fueron los mejores, el 82% del total de las ganancias superó las expectativas del mercado. En el segmento tecnológico, Palantir estuvo por encima de las estimaciones y elevó su guía anual, aunque cayó con fuerza por preocupaciones de valuación. AMD presentó proyecciones de ingresos por debajo de lo esperado, lo que generó una reacción inicial negativa, mientras que Qualcomm informó resultados sólidos en ventas, pero con ingresos por licencias algo menores, lo que derivó en una corrección de 3,1%. En el sector de consumo, McDonald’s sorprendió positivamente con un crecimiento de ventas en EE. UU. superior al previsto. Entre las compañías de capitalización media, Super Micro Computer se desplomó tras ofrecer una previsión de ganancias inferior a la esperada. En general, los reportes confirmaron un escenario dispar, con avances selectivos y un tono de cautela hacia las tecnológicas de mayor valuación. Hasta el momento, las ventas aumentaron 8,19% i.a. y los beneficios lo hicieron 11,8% i.a., reflejando el sólido desempeño que vienen mostrando las empresas.
Las acciones comenzaron noviembre con bajas. Las acciones cerraron la semana con caídas generalizadas, en un contexto de preocupación por las altas valuaciones de las compañías vinculadas a la inteligencia artificial y datos económicos menos favorables, lo que llevó a los principales índices a alejarse de sus máximos históricos. El Nasdaq lideró las pérdidas con una baja semanal de 4,4%, aunque aún acumula un avance de 17,6% en lo que va del año. El S&P 500 retrocedió 2,8% y mantiene una ganancia de 13,1% en el 2025, mientras que el Dow Jones cayó 2,0% y sube 9,5% en el mismo período. Las small caps también mostraron debilidad, con una caída semanal de 3,7% y un avance anual más moderado de 7,3%. Por sectores, tecnología encabezó el retroceso (-6,0%; +21,6%), seguida por comunicaciones (-3,4%; +14,6%) y consumo discrecional (-2,5%; +4,3%). En contraste, los sectores de energía (+0,9%; +3,9%), salud (+0,9%; +5,8%) y consumo no cíclico (+0,6%; -2,4%) tuvieron el mejor desempeño.
Las acciones del resto del mundo también cayeron. El índice global de acciones excluyendo EE. UU. retrocedió 1,5% en la semana, aunque mostró un mejor desempeño relativo que los activos estadounidenses y acumula una ganancia de 25,2% en lo que va del año. Las acciones de mercados emergentes perdieron 2,4%, pero aún registran un incremento anual de 29,0%. Dentro de este grupo, Brasil se destacó con una ganancia semanal de 2,5% y un avance acumulado de 41,9%, mientras que China retrocedió 0,9%, aunque mantiene una ganancia de 34,4% en el mismo período. Entre los mercados desarrollados, tanto Europa como Japón mostraron caídas de 1,1% en la semana, pero conservan alzas de 25,5% y 23,0%, respectivamente, en lo que va del año.
Leves caídas en dólar y oro. El dólar DXY cayó 0,4% en la semana y acumula una pérdida de 8,3% en el año. El impulso a la baja se dio el viernes, luego del mal dato de confianza del consumidor. Durante la semana había llegado a superar el nivel de 100, pero concluyó en 99,45. Esta baja respondió a las subas del euro (0,4%) y la libra (0,1%), al tiempo que retrocedió 0,6% frente al yen. En Brasil, el dólar cayó 0,5% en la semana y acumula una baja de 0,6% en el año, cerrando en USDBRL 5,35. El oro finalizó con una leve caída de 0,3%, en torno a USD 3.991 la onza, aunque acumula en 2025 un alza de 52,1%.
Commodities a la baja. El petróleo WTI finalizó con una baja de 1,7%, en USD 59,9 por barril, retrocediendo en total 16,4% en lo que va del año. Los precios estuvieron presionados por temores de sobreoferta, tras conocerse que la producción de la OPEP+ y de otros países aumentó en octubre, mientras Arabia Saudita recortó los precios de venta a Asia ante un mercado bien abastecido. En paralelo, los inventarios en EE. UU. se incrementaron y la debilidad de los datos manufactureros en Asia y EE. UU. reforzó las dudas sobre la demanda. A pesar de que la OPEP+ decidió pausar nuevos incrementos de producción y persisten riesgos de suministro por sanciones de EE. UU. a Rusia y ataques ucranianos en el Mar Negro, el foco del mercado se mantuvo en la pérdida de impulso del consumo global, lo que llevó al crudo a encadenar su segunda semana consecutiva de bajas. La soja finalizó la semana prácticamente sin cambios, en USD 404 por tonelada, mostrando una suba de 10,2% en el año, luego de una fuerte volatilidad impulsada por las noticias comerciales entre EE. UU. y China. Durante la semana, tras haber alcanzado un máximo de 16 meses, los precios cedieron ante la débil demanda china de suministros estadounidenses, que siguen gravados con un arancel del 13% frente al 3% aplicado a Brasil y Argentina. Si bien China confirmó que suspenderá los aranceles de represalia a partir del 10 de noviembre, aún no se registran compras a gran escala, en un contexto en que el shutdown en EE. UU. interrumpe los reportes del USDA. En paralelo, compradores chinos habrían reservado unas 20 cargas de soja brasileña para entregas entre diciembre y julio de 2026, mientras las autoridades estadounidenses estiman que China podría adquirir 12 millones de toneladas en los próximos dos meses. El mercado sigue atento a la concreción de esas operaciones y al impacto que podría tener sobre los precios internacionales. Por otro lado, el cobre cayó 2,4% en la semana y cerró en USD 4,95 por libra, exhibiendo una ganancia de 24,1% en el año, presionado por la debilidad de la demanda china y un dólar algo más fortalecido. Los datos comerciales de China mostraron una baja de 1,1% en las exportaciones y una desaceleración de las importaciones, mientras persiste la cautela global por el cierre del gobierno en EE. UU.
Lo que viene. La semana comienza con la expectativa de un acuerdo en el Congreso para poner fin al shutdown, dado que durante el fin de semana se lograron avances significativos luego de que la legislatura votara a favor de una moción de prueba para la aprobación de una legislación que financie al gobierno hasta, al menos, el 30 de enero de 2026. Por otro lado, la atención del mercado estará centrada en una agenda cargada de datos macro y presentaciones corporativas. El lunes se publicará el informe WASDE, que ofrecerá nuevas proyecciones sobre la oferta y demanda agrícola global. A mitad de semana hablarán varios miembros de la Fed, en un contexto de creciente división interna respecto del ritmo de recortes y del fin del ajuste de balance. Hacia el jueves y viernes deberían conocerse los principales indicadores de inflación (CPI y PPI), junto con los pedidos semanales de subsidio por desempleo y las ventas minoristas; sin embargo, la continuidad del cierre de gobierno en EE. UU. podría demorar la difusión de parte de estos reportes oficiales. En el frente corporativo, continuarán las presentaciones de balances con los resultados de Cisco, TransDigm, Copart, Disney y Alibaba, que podrían aportar señales sobre la evolución de la demanda en sectores clave.
Análisis de instrumentos de renta fija y variable.
A continuación podrás descargar el informe semanal del mercado local, en el que analizamos los distintos instrumentos de renta fija con posibles escenarios de sensibilidad. Además, mostramos los índices de mercados accionarios locales e internacionales, y finalmente el mercado de renta variable local.
Descargar informe al 07/11/2025
Los contratos de dólar en A3 operaron nuevamente con caídas, con una baja semanal de 2,51% promedio.
Los contratos de dólar en A3 operaron nuevamente con caídas, con una baja de 2,51% promedio en la semana. Los retrocesos, de hasta 3,01%, fueron parejos a lo largo de todos los tramos de la curva. De esta manera, los contratos se encuentran dentro de las bandas cambiarias hasta febrero, mientras que superan el techo a partir de marzo.
El próximo contrato en vencer es el de noviembre, que cotiza en $1.438 y cerró por debajo del A3500, por lo que marca una devaluación directa e implícita negativa. Para los tres meses siguientes, los precios reflejan que el aumento del dólar correría en niveles en torno al 1,8%: 1,3% en diciembre ($1.475), 1,7% en enero ($1.511,5) y 1,8% en febrero ($1.540). A partir de ahí, señalan una devaluación que continúa al ritmo de 1,8% promedio hasta septiembre del 2026.
La curva de tasas (TNA) se desplazó hacia abajo en todos sus tramos. En noviembre es negativa, mientras que diciembre cerró en 16% TNA, para luego subir a 23% para marzo, nivel que se mantiene hasta septiembre del 2026.
El volumen operado se incrementó fuertemente frente a la semana anterior. En las últimas cinco ruedas se comerciaron USD 3.450 M. El viernes 7 de noviembre el interés abierto cerró en USD 7.451M, mostrando una caída de 10% m/m y un alza de 151 a/a.



House View local: octubre de 2025.
El gobierno nacional consiguió un contundente e inesperado triunfo en las elecciones legislativas. Interpretamos este resultado como un voto de confianza de la sociedad al programa económico que logró bajar abruptamente la inflación y los niveles de pobreza heredados de la gestión anterior, sustentado en el ordenamiento de las cuentas públicas y en una menor intervención del Estado en la economía. No es un dato menor el apoyo internacional con el que cuenta el gobierno, especialmente del Tesoro americano, que tuvo un rol destacado en el último tramo de la campaña al intervenir en el mercado de cambios para contener la presión cambiaria. El resultado electoral deja al oficialismo en una posición política mucho más sólida, con una cantidad de legisladores que le permitirá avanzar en una agenda de reformas estructurales, aunque no sin antes negociar acuerdos con otras fuerzas políticas, incluso con el peronismo. Disipado el riesgo de gobernabilidad que había aumentado en los meses previos –más aún tras la derrota en las elecciones de PBA– y con Milei fortalecido, incluso con altas probabilidades de reelección, las perspectivas para los activos locales mejoraron notablemente. Así lo reflejó la reacción de las valuaciones, con un rally alcista histórico, una marcada caída del riesgo país, un fuerte salto en las acciones y una mejora en la deuda en pesos.
A pesar del cambio favorable en las expectativas, el mercado cambiario continúa tensionado y el tipo de cambio sigue operando cerca del techo de la banda, en un contexto en el que las reservas internacionales continúan en descenso. Insistimos en que el esquema cambiario actual, con un piso de banda irreal, impide al BCRA comprar divisas, lo que limita la acumulación de reservas y la remonetización de la economía, presionando sobre las tasas de interés que, pese a la reciente baja, se mantienen muy elevadas en términos reales y restringen la capacidad del país de retomar el sendero de crecimiento interrumpido en febrero pasado. Consideramos que este último punto sigue siendo la parte débil del programa y aquella sobre la que el gobierno deberá brindar mayores precisiones para, al menos, revertir la tendencia de las reservas y lograr que el riesgo país se acerque a los 400 pb para volver al mercado financiero en 2026 y refinanciar los vencimientos de deuda.
Somos optimistas a corto plazo, con una nueva “luna de miel” entre el gobierno y el mercado. Esperamos avances en la agenda de reformas, pero también ansiamos noticias sobre una política concreta para acumular reservas internacionales en 2026, ya sea mediante un nuevo esquema cambiario o una actualización de las bandas actuales, así como la eliminación de las restricciones que aún rigen para las empresas en el mercado de cambios, con el objetivo de dinamizar la inversión y descomprimir la tensión cambiaria.
El gobierno logró el apoyo necesario para continuar con el plan económico y deberá consolidar el equilibrio fiscal, retomar el camino de la desinflación y corregir el desequilibrio cambiario y monetario para que la economía retome el crecimiento.
Gobernabilidad asegurada. Contra todos los pronósticos y encuestas que anticipaban un empate o una derrota del oficialismo en las elecciones de medio término, el gobierno logró un amplio triunfo en casi todo el país, siendo la gran sorpresa haber superado al peronismo incluso en la provincia de Buenos Aires, donde menos de dos meses antes había perdido por más de 14 pp. Concretamente, el oficialismo (LLA) alcanzó el 41% de los votos para Diputados, frente al 32% de Fuerza Patria –y otros partidos afines que compitieron con distinto sello en algunas provincias–. Entre el resto de los espacios se destacó Provincias Unidas con solo el 7% –la fuerza liderada por gobernadores que buscaba terciar en la contienda no logró imponerse en ninguno de los distritos que actualmente gobiernan–. El resultado se explica principalmente por la sorpresiva victoria en la provincia de Buenos Aires, donde LLA obtuvo el 41,5% de los votos contra 40,9% de Fuerza Patria, a lo que se sumaron triunfos en otros 15 distritos, con definiciones contundentes en los más grandes: CABA (47,3% vs. 27,0% FP), Mendoza (53,9% vs. 25,1%), Córdoba (42,4% vs. 28,3% Provincias Unidas) y Santa Fe (40,7% vs. 28,7% FP). De esta forma, LLA suma 40 nuevos diputados y conforma un bloque total de 84, que asciende a 107 junto con los legisladores del PRO, superando al bloque del peronismo, que perdió cuatro bancas y quedó con 97, mientras que 53 diputados permanecen repartidos en distintos bloques. La mejora en el poder también alcanzó al Senado, dado que LLA ganó en seis de las ocho provincias en juego y agrega 13 bancas al bloque actual de seis, conformando junto al PRO y aliados un total de 26 senadores, frente a 28 del peronismo y 18 distribuidos en otros espacios. Así, Milei se asegura el tercio necesario para bloquear vetos y juicios políticos, y queda más cerca de reunir los apoyos necesarios para aprobar reformas –deberá sumar 21 votos adicionales en Diputados, un objetivo plausible considerando que 28 legisladores responden a gobernadores, y 11 en el Senado–.


El mercado festejó. Además de confirmar el rumbo económico, otro de los mensajes que dejó la última elección es que el peronismo perdió fuerza y atraviesa una profunda crisis interna, lo que reduce sus chances de retomar el poder en 2027. Con este escenario de fondo, la reacción del mercado ante la sorpresa electoral no se hizo esperar y fue diametralmente opuesta a la registrada tras las elecciones de legisladores provinciales en PBA el pasado 7 de septiembre, cuando el peronismo había superado por más de 14 pp a LLA. Concretamente, mientras que en la semana posterior a los comicios en PBA el riesgo país subió 16% hasta 1.100 pb, el Merval retrocedió 17% y el tipo de cambio aumentó 6%, en las cinco ruedas posteriores al triunfo nacional de LLA el riesgo país se desplomó 37%, el Merval avanzó más de 50% y el tipo de cambio oficial retrocedió 3%.

Consolidar el equilibrio fiscal. En septiembre, el Sector Público Nacional registró un superávit primario de 0,14% del PBI ($696,7 MM), lo que implicó una reducción real del 35% respecto de septiembre de 2024. El menor superávit respondió a que los ingresos cayeron 3,0% i.a. en términos reales –explicado principalmente por la baja de 92% i.a. real en Bienes Personales y de 26% i.a. real en derechos de exportación–, en tanto que el gasto primario se mantuvo constante en términos reales. El aumento de 3% i.a. en subsidios, 4% i.a. en jubilaciones con bono, 17% i.a. en gasto de capital y 18% i.a. en AUH fue compensado por la reducción de 36% i.a. en transferencias discrecionales a provincias, 27% i.a. en planes sociales y 11% i.a. en salarios. Si bien la carga de intereses se redujo 11% i.a. real –ya que los intereses de las Lecap no se contabilizan en el base caja–, el resultado financiero fue un superávit de $309,6 MM, casi la mitad en términos reales del registrado un año atrás. De esta manera, en los primeros nueve meses de 2025 los ingresos cayeron 1,0% real, mientras que el gasto aumentó 2,0% i.a. real, por lo que el superávit primario alcanzó 1,4% del PBI, 0,3 pp menos que en igual período del año anterior. El superávit financiero se mantuvo en 0,4% del PBI, igual que en 2024. En los últimos 12 meses, el superávit primario continúa deteriorándose mes a mes, desde su máximo de 1,8% en diciembre de 2024 del PBI hasta el 1,5% actual. Afianzar la disciplina fiscal será clave en los próximos meses y, en este sentido, es una buena señal el envío de una ley de Presupuesto para 2026 que contemple un superávit primario de 1,5% del PBI.

Leve repunte de la inflación. En septiembre, el IPC Nacional estuvo en línea con las expectativas del mercado y registró un aumento de 2,1% m/m, el más alto desde abril y 0,2 pp superior al de agosto. El repunte del mes se explicó por el comportamiento de los bienes, que aceleraron por tercer mes consecutivo y subieron 2,0% m/m –frente a 1,6% m/m en agosto–, al tiempo que los precios de los servicios avanzaron 2,3% m/m, su menor dinamismo desde octubre de 2020. Por grandes divisiones, lo más destacado fue que el IPC Core anotó un alza de 1,9% m/m, los regulados 2,6% m/m –ambos en línea con el mes previo– y los estacionales 2,0% m/m –tras una caída de 0,8% m/m en agosto–. Con este resultado, el IPC Nacional acumuló un incremento de 22% en lo que va del año y de 31,8% en los últimos doce meses. La mala noticia provino de los precios mayoristas, que volvieron a acelerarse con una suba de 3,7% m/m –frente a 3,1% en agosto, la mayor desde marzo de 2024–, impulsados por los productos importados, que aumentaron 9,0% m/m, y los nacionales, 3,0% m/m. En el último año, los precios mayoristas acumularon un incremento de 24%, aunque en los tres meses previos avanzaron a un ritmo anualizado promedio del 45%. Para octubre esperamos que los precios continúen en alza gradual, con un piso previsto para el IPC de 2,4% m/m.

Repunte transitorio de la actividad en agosto. Luego de tres meses consecutivos de caída, en agosto el nivel de actividad registró un leve repunte. Concretamente, el EMAE mostró un aumento de 0,3% m/m, de 2,4% respecto del mismo mes del año anterior y acumula en lo que va del 2025 un alza de 5,2% i.a. Los sectores que más contribuyeron al crecimiento anual fueron: intermediación financiera (+26,5%), minería (+6,4%), hoteles y restaurantes (+6,4%) y, en menor medida, construcción (+2,6%), En cambio, el desempeño más débil se observó en industria (-5,1%), comercio (-1,7%) y agro (-1,4%). A pesar de esta mejora, la economía se mantiene 0,6% por debajo del nivel de diciembre de 2024, aunque 3,4% por encima de noviembre de 2023. Estimamos que en septiembre la actividad habría vuelto a retroceder, lo que confirma un escenario de leve recesión.

Tocando el techo. Durante octubre, el mercado cambiario estuvo bajo una presión extrema, algo normal en períodos electorales, aunque en esta ocasión fue mayor a la habitual, en parte por el calendario electoral y la planificación financiera del gobierno, que incentivó el adelanto de liquidaciones del agro. Por un lado, la oferta de divisas del sector cayó con fuerza, ya que se habían anticipado ventas en septiembre para aprovechar la eliminación temporaria de retenciones. En octubre, la liquidación del agro fue de apenas USD 1.100 M, el menor registro del año, muy por debajo de los USD 8.200 M del mes anterior y equivalente a un tercio de lo liquidado en octubre del año pasado. Por otro lado, la demanda de divisas se mantuvo elevada ante la incertidumbre electoral y las expectativas de una modificación en el régimen cambiario. El gran protagonista del mes fue el Tesoro de EE. UU., que, en el marco del apoyo explícito de Trump al gobierno de Milei, vendió más de USD 2.000 M en el mercado cambiario, lo que permitió contener la presión. En este contexto, y pese a las restricciones para operar en el mercado de cambios, el tipo de cambio oficial volvió a mostrar una tendencia alcista y, al igual que en septiembre, tocó el techo de la banda, obligando al BCRA a vender divisas para defender el esquema. Así, en octubre la cotización del dólar subió 5,6% m/m y cerró en $1.443 –a menos del 4% del techo de la banda–, acumulando en el año un alza de 40% y de 46% i.a. Desde que el BCRA migró del esquema de crawling-peg al de bandas cambiarias con apertura del cepo para personas humanas, el tipo de cambio siguió una tendencia alcista y volátil que lo dejó muy cerca del techo. Entre abril y octubre, aumentó a una tasa promedio del 4% m/m y, de mantenerse el esquema actual, no podría subir más de 1% m/m. La buena noticia es que, en ese mismo período, la inflación promedió 2% mensual, lo que permitió recomponer competitividad y llevar el TCRM al nivel más alto desde abril del año pasado, 24% por encima del de diciembre pasado.

Reservas internacionales en baja. Las ventas de divisas del BCRA –en los días en que el tipo de cambio superó el techo de la banda– y del Tesoro por USD 46 M y USD 2.064 M, respectivamente, fueron determinantes para que el stock bruto de reservas internacionales se redujera en USD 992 M en octubre, finalizando el mes en USD 39.383 M. También hubo pagos netos a organismos internacionales por USD 200 M, mientras que la única ayuda provino del aumento de los depósitos privados en dólares, ante la mayor dolarización de carteras, lo que permitió que los encajes en moneda extranjera subieran casi USD 1.300 M, compensando parcialmente la caída del mes. Aún más preocupante fue la dinámica de las reservas netas, que en octubre disminuyeron casi USD 3.000 M y cerraron en torno a USD 10.000 M negativos. Mientras el gobierno no anuncie modificaciones en la política cambiaria, la tendencia de las reservas continuará siendo negativa debido a los próximos vencimientos de deuda en moneda extranjera, alejando cada vez más el cumplimiento de la meta establecida con el FMI, que prevé para fin de año un saldo negativo de USD 3.500 M.

Volatilidad y caída en las tasas de interés. Repitiendo la dinámica de los últimos meses, las tasas de interés mostraron volatilidad a lo largo de octubre: alcanzaron nuevos máximos a mediados del mes y luego cedieron, cerrando por debajo de los niveles de septiembre. La TAMAR promedió una TNA de 50,8% –equivalente a 4,2% TEM– frente al promedio de 52,1% del mes anterior, aunque finalizó el mes en una TNA de 38% –3,2% TEM–, tendencia que continuó en los primeros días de noviembre. La baja de tasas respondió a un sistema financiero más líquido –por el ajuste del crédito– y al hecho de que el Tesoro solo renovó el 70% de los vencimientos del mes, inyectando $4,5 billones al mercado. Además, el BCRA volvió a mensualizar la integración del efectivo mínimo, otorgando mayor margen al sistema financiero. En una perspectiva más amplia, desde que el BCRA eliminó las Lefis para favorecer tasas de interés endógenas, la TAMAR promedió 3,9% TEM, frente a una devaluación promedio de 4,9% m/m y una inflación de 2% m/m. Con menor incertidumbre financiera, si el gobierno logra convencer de la sostenibilidad del sistema de bandas y disipa las expectativas de devaluación, las tasas de interés –actualmente excesivamente altas en términos reales– deberían ceder y volver a los niveles de julio.

Dinámica del mercado en octubre
Durante el último mes se distinguieron dos etapas bien definidas. Tras la euforia inicial impulsada por el apoyo del Tesoro de EE. UU., el mercado local ingresó en una fase de lateralización, con algunos activos que incluso registraron retrocesos. Sin embargo, esta tendencia comenzó a revertirse en la semana previa a las elecciones legislativas, cuando se observó una mejora generalizada que se potenció tras los comicios, dando lugar a un rally tanto en bonos como en acciones.
En el balance mensual, los bonos soberanos en dólares avanzaron 32,7%, destacándose los Bonares, liderados por el AL35 (+43,1%), en tanto que los Globales también registraron fuertes subas, con el GD41 (+36,3%) como principal referente. Con este panorama, el riesgo país se comprimió hasta 660 pb, desde los 1.228 pb de fines de septiembre. En lo que va del año, los soberanos revirtieron el desempeño negativo que mostraban hasta septiembre y acumulan un alza de 9,9%, con los GD30 (+11,0%) y GD35 (+10,9%) entre los de mejor performance. El repunte de los bonos trajo aparejada una normalización en la forma de las curvas: los Globales recuperaron una pendiente positiva, al tiempo que los Bonares se mantienen prácticamente planos. Actualmente, el tramo corto de Bonares rinde 11,7% TIR y el largo, 11,1%, mientras que en la curva de Globales los rendimientos se ubican entre 9,8% y 10,6% TIR. A su vez, el spread de paridades entre legislaciones cayó a 2,7%, reflejando la mejora relativa de los Bonares frente a los Globales y una menor percepción de riesgo sobre la ley local.
Los BOPREAL –tradicionalmente de menor volatilidad– subieron 5,8% en el mes, acumulando en el año un alza de 12,7% y consolidándose como el activo en dólares de mejor desempeño de 2025. Dentro del segmento, se destacaron el BOPREAL Serie 4 (+32,2%) –de menor monto emitido– y el BOPREAL Serie 1C (+12,7%). La curva ofrece rendimientos que oscilan entre 3,3% y 11,9%.
Los bonos subsoberanos avanzaron 8,8% en octubre, acumulando una ganancia de 10,8% en 2025. El PBA 2037 lideró las subas mensuales (+26,7%), con un incremento anual de 10,4%. Los corporativos, por su parte, aumentaron 1,1%, impulsados mayormente por el YPF 2029 (+3,3%), con una mejora total anual de 5,5%.
El Merval se destacó como el activo más beneficiado en dólares, con un salto de 72,7% en octubre, recortando la caída anual a 6,7%. Bancos, industria y utilities fueron los sectores más favorecidos.
Dentro del segmento en pesos, los bonos duales registraron la mejor performance, con una suba de 28,4%, cerrando con una TEM promedio de 1,3% en su versión a tasa fija y un spread de 4,2% sobre la TAMAR en la variable. Los bonos CER mostraron un avance mensual de 22,2% y de 33,5% en el año, llevando las tasas reales a un dígito. Actualmente, la curva ofrece rendimientos de CER +9% en los tramos corto y medio, y de CER +8% en el largo. Las Lecap registraron un alza de 11,6% en el mes (+32,8% YTD), con rendimientos de 2,2% TEM en el tramo corto, 1,9% TEM en el medio y 2,4% TEM en el largo. Por último, los dollar-linked ganaron apenas 1,0% en octubre, aunque se mantienen como el activo en pesos de mejor desempeño del año, con una suba de 46,1% y una tasa promedio de devaluación +2%. En particular, el Bonte 2030 se destacó con una ganancia mensual de 32,2%, ofreciendo una TIR del 29,9% sin put y 28,5% con put a 2027.

Estrategia
Bonos soberanos en moneda extranjera. La amplia victoria oficialista nos lleva a pasar de una estrategia defensiva a una postura más ofensiva en bonos soberanos, favoreciendo una compresión adicional de spreads. Si bien el riesgo país se ubica en torno a 670 pb, aún se mantiene muy por encima de los niveles observados en Latinoamérica (322 pb), lo que deja margen para una valorización adicional. En este contexto, mantenemos una visión constructiva sobre los bonos en dólares, bajo un escenario en el que el riesgo país se comprima hacia la zona de 475 pb de cara al primer trimestre de 2026. Bajo este supuesto, preferimos el AE38, que ofrece mayor potencial de upside y un rendimiento cercano a 11,7% TIR, y el GD41, que combina liquidez con un rendimiento de 10,7% TIR.
Deuda BCRA. La deuda del BCRA también muestra espacio para revalorizarse en este nuevo escenario. En particular, el BOPREAL Serie 4-A (BOA8D) ofrece un rendimiento de 11,8% TIR, levemente por debajo del 12% TIR que presenta actualmente el AL30, con una duration algo superior. Al tratarse de un instrumento emitido por el BCRA, su riesgo de crédito es menor que el de la deuda del Tesoro, mientras que el bajo monto de emisión (USD 845 M) y la posibilidad de ser utilizado para la cancelación de impuestos a partir de abril de 2028 refuerzan su atractivo relativo. Dentro de este segmento, también se destaca el BOPREAL Serie 1-C, con un rendimiento de 8,7% TIR y el mismo beneficio impositivo a partir de abril de 2027.
Bonos subsoberanos. Si bien el resultado fiscal de las provincias se deterioró en el primer semestre de 2025 respecto del mismo período de 2024 –registrando un superávit primario equivalente al 0,2% del PBI y financiero del 0,1% del PBI–, los gobiernos subnacionales continúan mostrando una posición fiscal relativamente ordenada. Así, los bonos subsoberanos siguen siendo una buena alternativa para diversificar portafolios en dólares. Entre las opciones más atractivas destacamos Salta 2027 (SA24D, 7,3% TIR), Córdoba 2032 (CO32, 8,9% TIR) y Mendoza 2029 (PMM29, 7,6% TIR). Incluso la provincia de Buenos Aires –que actualmente cotiza con una prima de riesgo superior al resto por su posición fiscal más frágil– podría ofrecer un interesante potencial de revalorización en el Buenos Aires 2037 (BA37D, 13,6% TIR) si logra mostrar señales de mayor alineamiento con la política fiscal a nivel provincial y nacional, percepción que el mercado comenzó a incorporar tras la victoria legislativa de LLA.
Bonos Corporativos. Estos instrumentos ofrecen menor volatilidad y una exposición más acotada al riesgo político local, constituyéndose en una alternativa defensiva dentro de la cartera en dólares. En este sentido, privilegiamos los emisores bajo ley extranjera, que combinan rendimientos atractivos con mejor convexidad y un perfil riesgo-retorno más favorable que sus pares bajo ley local. Dentro de este universo, destacamos YPF 2029 (YMCIO; 7% TIR), Telecom 2031 (TLCMO; 8,1% TIR) y TGS 2031 (TSC3O; 7,3% TIR), que ofrecen una buena combinación entre retorno, solidez crediticia y liquidez. También recomendamos las siguientes ON bajo ley argentina para aquellos inversores que, ante las restricciones cambiarias vigentes, prefieran esta alternativa: YPF 2027 (YM35O; 6,3% TIR) en el tramo corto, y Vista Energy 2029 (VSCPO; 6% TIR) y Telecom 2028 (TLCOO; 7,7% TIR) en el tramo largo.
Deuda en pesos. Consideramos que el frente externo sigue siendo el punto más frágil del esquema económico, algo que se refleja no solo en las cuentas externas, sino también en las expectativas implícitas del mercado, donde los contratos de dólar futuro –a partir de enero– ya operan por encima del techo de la banda cambiaria. Ante este panorama, estimamos que el Gobierno debería recalibrar el esquema de bandas, estableciendo un piso más alineado con el tipo de cambio vigente para permitir la recompra de divisas y fortalecer las reservas. Bajo este escenario, mantenemos preferencia por instrumentos dollar-linked. En particular, destacamos el TZVD5 (devaluación +17,4%) y la D16E6 (devaluación +9,7%), que descuentan una devaluación implícita al vencimiento del 2,3% y 3%, respectivamente, niveles que lucen bajos frente a nuestras proyecciones. En paralelo, la baja en las tasas nominales y una desinflación más lenta podrían derivar en una compresión de las tasas reales, generando un contexto favorable para los bonos ajustables por CER. En este segmento, destacamos el TZX26 (CER +9,3%). Por su parte, los bonos duales continúan siendo atractivos: a pesar de la expectativa de baja de tasas, la TAMAR breakeven se mantiene muy por debajo de la vigente (38,3% TNA), por lo que las tasas deberían derrumbarse para igualar el rendimiento de la alternativa a tasa fija al vencimiento. Para perfiles más agresivos, el Bonte 2030 (29,8% TNA) se presenta como una opción interesante para estrategias de carry trade de mayor plazo, permitiendo capturar rendimientos en dólares competitivos incluso bajo un escenario exigente de tipo de cambio. En un escenario conservador, con una compresión de tasas hacia 20% TNA en los próximos meses, el bono ofrecería un retorno potencial significativo.
Acciones. El índice Merval, que actualmente se ubica en torno a USD 1.975, muestra señales de estar consolidando una tendencia alcista sostenida tras la fuerte recuperación desde los USD 1.250 que marcaba antes de las elecciones de octubre. Este avance refleja una mejora en las expectativas de los inversores sobre el escenario político y económico, acompañada por un mayor flujo hacia activos argentinos y una mayor estabilidad cambiaria. Un factor clave de “viento de cola” proviene de la marcada baja del riesgo país, que descendió hasta 650 pb y podría seguir reduciéndose hacia la zona de 450 pb en enero de 2026. De materializarse, esa compresión de spreads soberanos reforzaría la valuación de los activos argentinos y consolidaría al Merval en una fase sostenida de tendencia alcista en la búsqueda de nuevos máximos. Considerando la correlación entre riesgo país y Merval en dólares durante el período presidencial de Javier Milei, un riesgo país entre 400 y 450 pb determinaría un objetivo de mínima para el índice entre USD 2.520 y USD 2.720 –recordemos que, ante una baja en la tasa de descuento, el mercado tiende a anticiparse convalidando en precios el crecimiento esperado de las ganancias de las empresas–. Mantenemos la preferencia por los activos recomendados en informes anteriores, destacando oportunidades en PAMP, TGNO4, BYMA y el CEDEAR de VISTA para exposición exclusivamente local, junto con los CEDEARs de Tenaris, Ternium y Nubank. Recordemos que actualmente se están presentando los balances correspondientes al 3Q25.
PAMP fue una de las compañías que ya publicó sus resultados al 3Q25, donde se destacan los siguientes puntos por segmento:
El desarrollo de Rincón de Aranda y las sinergias derivadas de su integración vertical en generación eléctrica nos permiten proyectar un precio objetivo de USD 120 por ADR para los próximos 12 meses, con un objetivo de mínima de USD 90,7 por ADR, valuando los acres de dicha área según precios recientemente convalidados en operaciones de compraventa.
*Los datos utilizados en el presente informe tienen fecha de cierre 6 de noviembre de 2025.
Noticias globales: el mundo hoy.
El mercado corrigió con fuerza tras los datos laborales que mostraron el mayor número de despidos en más de dos décadas y reavivaron las preocupaciones por un enfriamiento del empleo. El informe, junto con las persistentes dudas sobre las elevadas valuaciones de las empresas de inteligencia artificial, presionó a las acciones tecnológicas y reavivó la volatilidad. En contrapartida, la expectativa de una Fed más flexible impulsó la renta fija, mientras el dólar cayó y el oro se mantuvo firme en un contexto donde, ante el cierre parcial del gobierno (shutdown) más largo en la historia de EE. UU., los reportes privados se vuelven la principal referencia sobre la situación económica.
En acciones, volvieron las preocupaciones por las altas valuaciones de las empresas tecnológicas vinculadas a la IA y los temores por una desaceleración del mercado laboral a raíz del informe de Challenger. Qualcomm cayó 3,1% tras reportar ingresos por licencias de propiedad intelectual levemente por debajo de lo esperado, mientras Tesla perdió 2,6% antes de su asamblea anual de accionistas. Entre las mayores bajas también se destacaron Oracle (-2,1%), Palantir Technologies (-5,3%) y AMD (-5,3%). Las principales large caps también retrocedieron: Nvidia (-2,6%), Microsoft (-1,5%), Amazon (-1,9%) y Meta (-1,7%).
La expectativa de deterioro en el empleo impulsó las probabilidades de que la Fed recorte la tasa en 25 pb en diciembre, que alcanzaron el 70%. En este sentido, las tasas de los bonos del Tesoro operaron a la baja, con la UST2Y y la UST10Y cayendo 7 pb hasta 3,56% y 4,09%, respectivamente. Esto dio impulso a todos los segmentos de renta fija, con subas de 0,4% para el índice de Bonos del Tesoro y mercados emergentes. Los destacados de la rueda fueron los Investment Grade, con una suba de 0,5%, mientras que los High Yield se mantuvieron neutrales.
En el mercado de monedas, el impacto fue una caída en el US Dollar Index, que retrocedió 0,5% y se ubicó nuevamente por debajo de 100. Concretamente, cerró en 99,68 gracias a las subas de 0,5% y 0,6% que mostraron el euro y la libra, respectivamente, y a la baja de 0,6% del dólar frente al yen. En Brasil, el dólar continuó con descensos y perdió otro 0,2%, cerrando en USDBRL 5,35.
El petróleo WTI retrocedió 0,3% a USD 59,4 por barril tras nuevos recortes de precios de Arabia Saudita y en medio de persistentes riesgos de suministro por sanciones de EE. UU. y ataques ucranianos a infraestructura rusa. El aumento de producción de la OPEP+ y otros países mantiene la presión por sobreoferta. La soja retrocedió 2,5% a USD 401 por tonelada tras alcanzar un máximo de 16 meses, afectada por la débil demanda china de suministros estadounidenses, que siguen gravados con un arancel de 13% frente al 3% aplicado a Brasil y Argentina. Aunque China anunció la suspensión de aranceles de represalia desde el 10 de noviembre, aún no se registran compras a gran escala, en un contexto en que el shutdown en EE. UU. interrumpe los reportes del USDA.
En la noticia económica del día, las empresas en EE. UU. anunciaron en octubre 153.000 despidos, el nivel más alto para ese mes desde 2003, según Challenger, Gray & Christmas. El aumento refleja recortes de costos, ajustes tras las contrataciones del período pospandemia y la reestructuración asociada a la adopción de IA. En lo que va del año, las compañías eliminaron más de 1,09 M de puestos, 44% más que en todo 2024, con el sector tecnológico liderando los recortes.
Por su parte, el Banco de Inglaterra mantuvo su tasa en 4% tras una votación dividida 5-4, en línea con lo esperado, aunque crece el apoyo dentro del comité a nuevos recortes. La entidad destacó que la inflación ya alcanzó su pico y que la desinflación avanza gracias a una política aún restrictiva, menor crecimiento salarial y desaceleración en los precios de los servicios. Con una economía débil y mayor holgura en el mercado laboral, los riesgos en torno al objetivo del 2% se consideran más equilibrados. El banco indicó que futuros recortes dependerán de los datos entrantes y que, de continuar la desinflación, la tasa podría reducirse gradualmente.
Noticias locales: el país hoy.
El jueves hubo poco volumen por el feriado bancario. En ese contexto, los soberanos en dólares registraron leves caídas, mientras que el Merval en dólares corrigió. En pesos, las curvas TAMAR y CER mostraron subas, al tiempo que la tasa fija operó mixta y los dollar-linked retrocedieron. En paralelo, los dólares financieros se mantuvieron estables.
La deuda en pesos cerró con leves subas en todos sus segmentos, a excepción de los dollar-linked que cayeron un 0,2%. Los bonos CER lideraron con un avance del 0,6%, al tiempo que las Lecap ganaron un 0,2% y los duales se mantuvieron prácticamente sin cambios.
Por su parte, la deuda en dólares cayó en el margen y cerró con leves pérdidas del 0,1%, al igual que los BOPREAL, que se mantuvieron neutrales. En tanto, el riesgo país subió 17 pb, hasta los 638 pb.
Los dólares financieros operaron estables, con un alza del 0,1% en el MEP y una caída del 0,1% en el CCL, que finalizaron en $1.479,5 y $1.501, respectivamente. A su vez, los futuros subieron levemente un 0,1% en una rueda con muy poco volumen. De esta manera, la curva de tasas se sostiene en torno al 25% en todos los tramos.
El Merval retrocedió un 2,2% en dólares, mientras que en pesos cayó un 2,4%. Así, cerró en USD 1.985 y acumula una baja del 7,8% en lo que va del año. La caída fue impulsada por los sectores de consumo básico, construcción y utilidades, al tiempo que las acciones que más perdieron corresponden a Edenor (-4,8%), Supervielle (-4,6%) y Cresud (-4,3%). Las acciones que cotizan en Wall Street cedieron en promedio un 2,2%, lideradas por MELI (-7,3%), Supervielle (-4,5%) y Cresud (-4,2%).
¿Qué variables macro avanzan de manera positiva y cuáles se encuentran bajo tensión?
✅D A T O P O S I T I V O D E L A S E M A N A
El spread legislativo de paridades promedio entre los bonos soberanos en dólares comprimió a 3,4%. Tras el resultado electoral adverso para el oficialismo en PBA en septiembre, el spread había llegado a niveles máximos de 10,4%. Esta compresión refleja una mejora en la confianza del mercado en los instrumentos bajo legislación local, que aún tiene recorrido si continúa la normalización de las curvas.

⚠️A M O N I T O R E A R
En la última licitación, el Tesoro enfrentaba vencimientos por $7,7 billones y colocó $8,5 billones, alcanzando un del 111,2%. Además de extender la duration con títulos que abarcaron desde tres meses hasta casi un año y medio, logró una baja en las tasas respecto a la licitación anterior: la TEA promedio ponderada se ubicó en 35%, por debajo del 40,5% previo –niveles que no se registraban desde julio de 2025–. Pese al buen resultado, la menor liquidez del Tesoro –cuyos depósitos en el BCRA se redujeron de $9,8 billones a fines de octubre a $5,2 billones tras la licitación previa– lo llevó a convalidar rendimientos por encima de la curva de mercado, ofreciendo un premio de 2,44 pp en la Lecap S27F5, de 1,5 pp en la S31G6 y de 1,1 pp en la T30A7. De cara a los próximos meses, la evolución de los depósitos del Tesoro seguirá siendo un punto a monitorear, ante una mayor necesidad de caja hacia fin de año y posibles compras de dólares.

🚨R I E S G O
La recaudación tributaria en octubre bajó 4,1% i.a., siendo el tercer mes consecutivo a la baja. El retroceso del mes pasado estuvo determinado por la caída de 68% i.a. en Bienes Personales –por la alta base de comparación, dado que un año atrás se realizaron pagos por el Régimen Especial de Ingreso por blanqueo– y de 66% i.a. real de Derechos de exportación –debido a la baja transitoria a 0% de las retenciones en septiembre, que incentivó el adelantamiento de las exportaciones–, a lo que esto se sumó el impacto por la eliminación del impuesto PAIS. Entre estos tres tributos anotaron una caída real de 77% i.a., mientras que el resto registraron un alza de 4% i.a. impulsados por los impuestos ligados al nivel de actividad como IVA y el impuesto al cheque que subieron 3,3% i.a. y 7,5% i.a. real, respectivamente. La caída de los ingresos del Tesoro pone presión a las cuentas públicas y obliga al gobierno a seguir recortando gastos para cumplir con la meta fiscal comprometida de un superávit primario de 1,5% del PBI.
