Noticias y mercado: lo que pasó y lo que viene en el plano internacional.
Semana con altísima volatilidad para los mercados. Los datos económicos fueron de mayor a menor: primero, con la confirmación de un sólido rebote de la actividad en el 2Q25, y al cierre de la semana, con un dato de empleo que desilusionó al reflejar un mercado laboral mucho más débil. ¿Comenzó el ajuste o es una pausa? El debate está abierto, aunque parece una reacción exagerada y seguimos en un escenario de soft-landing. Mientras tanto, Trump aprovecha cada ocasión para presionar a Powell en bajar las tasas de interés, quien, a su vez, suma críticas internas en la Fed. En este contexto, las expectativas de recorte para septiembre aumentaron, aunque nadie espera una reducción agresiva. A todo esto, el fin de la tregua comercial volvió a aportar tensión, dado que EE. UU. aún no llegó a un acuerdo con socios comerciales clave –como Canadá e India–, al tiempo que crece la tensión con Rusia. Mucho revuelo para un mercado que no pudo beneficiarse de los buenos resultados de los balances. De esta forma, la semana cerró con una importante caída en las acciones, baja en los rendimientos de los bonos del Tesoro, suba en el precio del petróleo y fortalecimiento del dólar a nivel global, aunque no exenta de inestabilidad. Las miradas de esta semana estarán puestas en la evolución de las negociaciones comerciales, los comunicados de las autoridades de la Fed y los datos de actividad que puedan convalidar o rechazar los temores de una rápida desaceleración.
Fin de la tregua y nuevos aranceles. Finalizada la tregua el 1° de agosto, Trump anunció un nuevo plan arancelario que entrará en vigor a partir del 7 de agosto, que impone un gravamen del 30% para varios países que no sellaron un acuerdo comercial a tiempo, aunque introduce alivios para quienes sí lo lograron. La nueva tasa mínima para las naciones con las que EE. UU. mantiene una balanza comercial negativa quedó fijada en el 15%, mientras que en el caso de aquellos con los que mantiene un saldo positivo, el arancel será del 10%. La mayoría de los países vieron reducidos sus aranceles con respecto al listado publicado en el Liberation Day del 2 de abril. Los que lograron un acuerdo comercial –como la UE, Japón, Reino Unido y Corea del Sur– tendrán un arancel fijo del 15%, en tanto que a Vietnam le corresponderá uno de 20%. Sorprendió que a Canadá se lo gravará con un 35% debido a que, de acuerdo con el gobierno americano, no cooperó para frenar el flujo constante de fentanilo y otras drogas ilícitas y, además, ha tomado represalias contra EE. UU. por las acciones del presidente para hacer frente a esta amenaza inusual. A Brasil, además del arancel "universal" del 10%, se le ha impuesto otro adicional del 40%, en represalia por el juicio al que está sometido allí el expresidente Jair Bolsonaro. En el caso de México, Trump acordó una nueva prórroga de 90 días en la aplicación de la mayoría de los aranceles. En cuanto a China, llegaron a un acuerdo temporal por el cual EE. UU. rebajó del 145% al 30% sus aranceles, mientras que China redujo del 125% al 10% los impuestos sobre bienes estadounidenses. También eliminaron restricciones al intercambio comercial de bienes clave como las tierras raras y los semiconductores. Ambos países se encuentran en medio de negociaciones para llegar a un pacto definitivo antes de que expire esta pausa el próximo 12 de agosto, un plazo que podría ser extendido para propiciar el éxito de unas conversaciones que “marchan bien”. Además de estos aranceles globales, se mantienen vigentes los que Trump estableció en su momento al aluminio y al acero, que ascienden al 50%, y ratificó que varios productos fabricados con cobre recibirán idéntico gravamen a partir de la entrada en vigor de los nuevos aranceles, con excepciones como los cátodos exportados por países como Chile.
Camino al soft-landing. Tal como lo veníamos destacando en informes anteriores, en el 2Q25 el PBI de EE. UU. se recuperó de la caída sufrida en los primeros tres meses del año, aunque también confirma que la actividad económica perdió impulso luego de dos años de fuerte crecimiento. Concretamente, la primera estimación del PBI del 2Q25 marcó un avance del 3,0% t/t, recuperándose de una contracción del 0,5% del trimestre anterior y superando las expectativas de un aumento del 2,4% t/t. Los vaivenes en el PBI de la primera mitad del año se debieron principalmente a la dinámica de las importaciones, dado que en el 1Q25, ante la incipiente suba de aranceles, las empresas adelantaron compras desde el exterior, lo que se reflejó en un alza del 38% t/t –le quitó 4,7 pp al PBI–. En cambio, en el 2Q25 se observó un resultado opuesto, con una caída de 30% t/t en las importaciones –le aportó 5,2 pp al PBI–. Este comportamiento también se reflejó en la variación de inventarios, dado que mientras en el 1Q25 le sumó 2,6 pp al PBI, en el 2Q25 le restó 3,2 pp. Excluyendo la variación de inventarios, se puede ver más claro el proceso de desaceleración de la actividad en EE. UU.: tras un crecimiento de 2,8% i.a. en 2024, en el 1Q25 lo hizo al 1,4% y en el 2Q25 al 2,4%, promediando en la primera mitad del año una expansión del 1,1%.
Pese a la recuperación en el margen, la demanda agregada pierde impulso. La recuperación en el PBI del 2Q25 estuvo impulsada a su vez por la dinámica del consumo privado que, tras crecer 0,5% t/t en el 1Q25, durante el trimestre pasado lo hizo al 1,4% t/t. Vale destacar que aquí también se nota la moderación respecto del comportamiento del año pasado, cuando se expandió al 3%, marcando incluso el crecimiento más moderado en trimestres consecutivos desde la pandemia de COVID-19. El gasto público (incluye consumo e inversión pública) reflejó igualmente esta moderación dado que, si bien en el 2Q25 se recuperó de la caída de 0,4% t/t del trimestre anterior al expandirse 0,4% t/t, el alza de la primera mitad del año está muy por debajo del 3,3% t/t promedio de 2024. La peor noticia del último trimestre fue la fuerte desaceleración de la inversión privada, que subió apenas 0,4% t/t contra un 7,6% registrado en el 1Q25, con un retroceso de 10% t/t en la inversión en estructuras (vs. una caída de 2,4% t/t en el 1Q25) y del 4,6% t/t en residencial (en el trimestre anterior retrocedió 1,3% t/t). Asimismo, hubo una desaceleración en la inversión en equipos, que moderó el crecimiento al 4,8% t/t (vs. 23,7% t/t en el 1Q25). Finalmente, las exportaciones cayeron 1,8% t/t –la mayor caída desde el 2Q23–, en contraste con un aumento del 0,4% t/t en el 1Q25.
Sorpresa por el mal dato de empleo. Por primera vez en muchos meses, los datos de empleo vinieron muy por debajo de las expectativas y encendieron luces amarillas en cuanto al verdadero estado de la economía americana. No fue solo que la creación de empleo no agrícola en julio estuvo lejos de lo que preveía el consenso de mercado, sino también que se corrigieron a la baja los datos de mayo y junio, reflejando una importante moderación en la generación de empleo y un leve repunte del desempleo. En concreto, en julio la creación de empleo no agrícola fue de apenas 73 mil, muy alejado de los 110 mil que preveía el consenso. Peor aún, los datos de mayo y junio tuvieron una fuerte revisión a la baja dado que se pasó de 125 mil y 147 mil a solo 19 mil y 14 mil, respectivamente, lo que marca que el empleo no estaba tan sólido como parecía –se crearon 240 mil empleos menos, lo que trajo la furia de Trump, quien pidió remover a la encargada de las estadísticas laborales–. Si bien en julio la población económicamente activa retrocedió 39 mil personas, dado que el empleo agrícola cayó en 330 mil, la cantidad de desocupados subió en 220 mil personas, por lo que la tasa de desocupación subió al 4,2% desde el 4,1% de junio.
Incertidumbre para el 3Q25. Como podemos apreciar, los datos sugieren que la actividad americana perdió impulso. A los datos de empleo de julio se suma el mal resultado del PMI manufacturero, que en julio cayó a 48 puntos y marcó el quinto mes consecutivo de contracción en el sector, siendo la más débil desde octubre del año pasado. La tensión aumenta por el estilo Trump, que presiona a la Fed para un rápido recorte de tasas, exponiendo a Powell y poniendo dudas sobre su futuro y sobre la independencia de la política monetaria. Estos malos resultados son compensados con una mejora constante en la confianza del consumidor, luego del derrumbe del primer trimestre, y con indicadores del sector de servicios que marcan un buen dinamismo. De hecho, las primeras estimaciones del Nowcast de la Fed de Atlanta apuntan a un crecimiento del 2,1% t/t en el 2Q25, impulsado por el consumo y la inversión, que se expandirían al 1,9% t/t y 2,5% t/t, respectivamente.
¿Se abre una grieta en la Fed? Por quinta reunión consecutiva y tal como estaba descontado por el mercado, la Fed mantuvo las tasas de interés de referencia en un rango de 4,25%-4,50%. La novedad fue que dos de los 18 gobernadores –Waller y Bowman– que componen el FOMC discreparon a favor de un recorte, la primera disidencia dual de este tipo desde 1993, lo que abre el debate interno dentro del organismo, exacerbado por la presión de Trump sobre Powell. Los responsables de la política monetaria observaron que, si bien las fluctuaciones en las exportaciones netas siguen influyendo en los datos, los indicadores recientes apuntan a una moderación en la actividad económica en el primer semestre, lo que contrasta con evaluaciones anteriores que señalaban que el crecimiento avanzaba “a un ritmo sólido”. La Fed también dijo que la tasa de desempleo sigue siendo baja, mientras que la inflación continúa algo elevada y persiste la incertidumbre sobre las perspectivas económicas. Con este panorama, Powell reiteró que los ajustes adicionales a la tasa de interés dependerán de los datos entrantes, la evolución de las perspectivas y el balance de riesgos.
Tasas para abajo. El mercado quedó mareado con tanta incertidumbre respecto a los próximos movimientos de la tasa de referencia. De hecho, tras la reunión de la Fed, se recortaron las expectativas de baja de tasas –había bajado la expectativa por un recorte en septiembre–, pero con el dato de empleo el mercado migró rápidamente a un escenario de tres recortes, previendo que por la debilidad económica la Fed baje la tasa a un rango de 3,50%-3,75%. Esto repercutió directamente en los rendimientos de los bonos del Tesoro, especialmente en el tramo corto. Así, la UST2Y cerró en 3,70%, 21 pb por debajo de la semana anterior, en tanto que la UST10Y cedió 17 pb hasta 4,22% y la UST30Y bajó 14 pb hasta 4,81%. Estos movimientos hicieron que los rendimientos retornen a los niveles de un mes atrás, revirtiendo toda la suba que habían tenido hasta fines de julio. Con este marco de fondo, los bonos en general tuvieron una buena semana con un alza de 0,7%, aunque la novedad fue el mejor desempeño relativo de los bonos del Tesoro frente a los corporativos y emergentes: mientras que los del gobierno subieron 0,7% en la semana, los IG lo hicieron al 0,6%, los HY retrocedieron 0,6% y los bonos emergentes cerraron sin cambios.
A pesar de los buenos resultados, las acciones retrocedieron. La semana pasada, otras 162 compañías presentaron los resultados del 2Q25, por lo que ya conocemos los balances del 66% del índice S&P 500. Las ventas mostraron un aumento del 6,0% i.a. y los beneficios lo hicieron al 8,65% i.a. Este crecimiento en beneficios no fue homogéneo, con el sector de energía registrando una contracción del 20,7% i.a., al tiempo que los sectores financiero, de comunicación y de tecnología reportaron un alza superior al 15% i.a. Pese a estos resultados, las acciones tuvieron una semana negativa, con caídas generalizadas que contrarrestaron gran parte de las ganancias del último mes. El S&P 500 perdió 2,5% en la semana, el Nasdaq un 2,2% y el Dow Jones un 3,0%. La mayoría de los sectores que componen el S&P operaron a la baja –la mayor caída la tuvo materiales, que retrocedió 6%– y solo se diferenció el de utilities, que avanzó 1,1%. También fue una mala semana para las acciones del resto del mundo, que retrocedieron 3,3%, siendo las bolsas de Europa y China las más golpeadas, con caídas superiores al 4%, mientras que Brasil perdió 1,1%, ampliando la baja del último mes al 8%.
Se fortalece el dólar. No exento de volatilidad, especialmente en la última rueda de la semana en la que tuvo una importante caída, el dólar a nivel global volvió a cerrar otra semana al alza. El DXY subió 1,1% y terminó muy cerca de 100, el nivel más alto en dos meses. El mayor avance semanal lo tuvo frente al euro, contra quien se apreció 1,3%, en tanto que frente al resto de las monedas operó ligeramente a la baja. Con esta performance, en el último mes el dólar acumuló un alza promedio del 2%, recortando las pérdidas del año al 9%. El oro aprovechó la incertidumbre global y marcó un aumento de 0,8%, cerrando en USD 3.360 la onza, casi 2% más que un mes atrás.
Commodities dispares. Los precios de las materias primas tuvieron un comportamiento dispar. Por un lado, se destacó el alza de 3,3% en el precio del petróleo, que cerró en USD 67 el barril de WTI, impulsado por la tensión geopolítica, ahora entre EE. UU. y Rusia. Por otro lado, la soja bajó otro 3,7% y en los últimos 30 días acumula una caída de 6,1% ante las buenas perspectivas de oferta por la cosecha en EE. UU. y Brasil, mientras se mantiene la incertidumbre por la demanda de China. El peor desempeño lo tuvo el cobre, que se derrumbó 23% luego de que Trump anunciara que los nuevos aranceles a este metal se aplicarían únicamente a productos semiacabados como cables y tuberías, excluyendo insumos clave como el mineral, los cátodos y los concentrados –las formas de cobre más comúnmente importadas–. Con la exención vigente, estas primas se están liquidando rápidamente. Los analistas también advirtieron que Estados Unidos podría enfrentarse a un exceso de cobre, con el potencial de reexportar el exceso de inventario, lo que aumentaría la presión sobre los precios mundiales.
Lo que viene. Arranca una semana “relajada” en cuanto a la publicación de indicadores económicos, dado que solo se destacan los datos de comercio exterior de junio y el PMI de servicios de julio que, ante la expectativa de que marque un buen resultado, serviría para compensar el mal humor que dejó el último informe de empleo. Además, la atención de los inversores seguirá puesta en la temporada de balances y en las declaraciones de miembros de la Fed. Todo esto en un contexto en el que la tensión por los aranceles y la guerra comercial continúan, con la expectativa centrada en las negociaciones con China. En el mercado de commodities, se espera una presión bajista sobre el precio del petróleo ante el anuncio de la OPEP de aumentar la producción en 547 mil barriles diarios a partir del mes que viene.
Noticias y mercado: lo que pasó y lo que viene en el plano local.
Se fue otra semana de tensión en el mercado local, con los bonos en moneda extranjera y las acciones en baja. La cotización del dólar volvió a ser la gran protagonista, tanto de la última semana como de todo el mes. No es para menos: a pesar de las intervenciones oficiales indirectas –con el Tesoro subiendo tasas y el BCRA interviniendo el mercado de futuros–, el tipo de cambio pateó el tablero de las expectativas y cerró muy cerca del techo de la banda, algo impensado para esta altura del año, cuando el mercado cambiario suele beneficiarse de la oferta extraordinaria del agro. El frente externo sigue siendo la parte más frágil del programa, con reservas internacionales que no logran mantener un sendero alcista, dado que el Tesoro no compra divisas y todo queda supeditado a los préstamos de organismos internacionales, como ocurrió en la última semana de julio. En este sentido, a pesar de no haber cumplido la meta de reservas, el FMI mantiene su apoyo al programa, flexibilizando dicha meta para lo que resta del año, y se espera un nuevo desembolso por USD 2.000 M que reforzará el poder de fuego del BCRA para intervenir si el tipo de cambio supera el techo de la banda. En el mercado de pesos, el Tesoro pagó tasas de interés muy elevadas en la última licitación, en la que renovó el 75% de los vencimientos y colocó a plazos más cortos, haciendo más exigente el perfil de vencimientos para los próximos meses. Más deuda y a tasas más altas incrementan la carga de intereses capitalizados, que si bien no se contabilizan en el resultado fiscal base caja, reflejan que el resultado de las cuentas públicas es menos sólido de lo que parece –incluso señalado por la revisión del FMI–. Esta semana, las miradas estarán puestas en la evolución del tipo de cambio, las tasas de interés y el impacto que ambos tuvieron sobre la inflación de agosto y el nivel de actividad. En el frente político, la atención volverá a centrarse en el Congreso tras el veto del presidente a las leyes de aumento de jubilaciones.
Esperando al FMI. En la última semana, las reservas del BCRA subieron en USD 747 M y cerraron con un stock bruto de USD 41.030 M, mientras que las reservas netas quedaron con un saldo negativo de USD 8.000 M. La mejora semanal respondió exclusivamente al ingreso de un préstamo del BID por USD 1.200 M, compensado parcialmente por pagos netos de deuda y la reducción de encajes en moneda extranjera, en un contexto en el que el Tesoro no realizó compras de divisas en el mercado. Lejos de la meta establecida en el acuerdo original, la revisión del programa con el FMI redujo en USD 5.000 M el objetivo de reservas netas para este año –aunque se mantuvo sin cambios la meta total del programa, que prevé alcanzar USD 22.900 M a fines de 2027–, por lo que ahora se espera que 2025 cierre con un saldo negativo de USD 2.600 M –objetivo que continúa siendo exigente dada la dinámica actual–. Vale destacar que las revisiones dejarán de ser trimestrales y pasarán a ser semestrales, por lo que la próxima revisión del programa se realizará en febrero de 2026.
Recaudación. En julio, la recaudación total aumentó 43% i.a. en términos nominales, mientras que en términos reales –suponiendo una inflación de 1,9% m/m y 37% i.a.– implicó una mejora real de 4,5% i.a. Excluyendo el impuesto PAÍS –que en julio del año pasado representaba el 6% del total–, la mejora fue más notoria, al marcar un alza real de 11% i.a. El aumento obedeció al alza en la recaudación por el impuesto a las Ganancias (+18% i.a.), aquellos asociados al empleo (+11% i.a., de la mano de la suba en la remuneración bruta a empleados) y al comercio exterior (+14% i.a. por el aumento de 51% i.a. en lo recaudado por derechos de exportación, debido al adelantamiento de liquidaciones del agro, y 31% i.a. en aranceles a la importación, compensado por la caída de 5% i.a. en el IVA aduana, lo que sugiere que el saldo comercial del mes pasado habría sido de neutral a negativo). La recaudación por impuestos asociados al nivel de actividad subió 3% i.a. en términos reales. Con este resultado, en los primeros siete meses del año la recaudación creció 2% i.a., explicada por los impuestos asociados al empleo y a la actividad, que compensan una peor performance de Ganancias y la eliminación del impuesto PAÍS.
Se acerca al techo. Con el agro reduciendo fuertemente la oferta en el mercado –de liquidar a razón de USD 250 M por día en las primeras tres semanas de julio, en la última apenas aportó USD 40 M por día– y una demanda muy activa, el tipo de cambio oficial cerró la semana en $1.365 –apenas 6% por debajo del techo de la banda–, lo que implicó una suba de 5,6% en la semana y de 13% en el último mes. Los dólares financieros acompañaron la tendencia, con subas de 5,8% en el MEP y 6,2% en el CCL, cerrando en $1.365,4 y $1.367,6 respectivamente. En línea con la fuerte suba del tipo de cambio, los futuros de dólar cerraron la semana con un avance promedio de 4,6%. La mayor corrección se dio en el contrato de agosto, que acumuló una suba de 5,7% en la semana y descuenta una devaluación implícita del 2,9% m/m –hasta $1.390,5–. En promedio, los contratos descuentan una devaluación implícita del 2,4% m/m entre septiembre y octubre, y se estabiliza en 2% m/m hacia adelante –el tipo de diciembre se negoció en $1.519, llegando al techo de la banda–. Además, se registró un aumento en el volumen de contratos operados, que subió 37% hasta los USD 1.355 M, y una suba promedio semanal de 5% en el interés abierto.
El Tesoro pagó tasas elevadas. En la licitación del martes, la Secretaría de Finanzas adjudicó $9 billones, frente a vencimientos por $11,8 billones, lo que implicó un rollover del 76,34%. La mayor parte del monto se concentró en LECAPs de corto plazo, que representaron el 98,1% del total adjudicado, convalidando una tasa promedio de 3,97% TEM (47% TNA), por encima de los niveles operados en el mercado secundario. El Boncer TZXO6 registró una demanda marginal, aunque a una tasa real superior al 16%, mientras que los instrumentos dollar linked quedaron desiertos, con excepción del TZVD5, que se colocó a devaluación +5,54%. El escaso interés por los dollar linked podría estar vinculado al mayor rendimiento encontrado en estrategias de sintéticos dollar linked, que el día de la licitación se ubicaban en torno al 16% en USD para el tramo más corto. Este mes será particularmente desafiante para el Tesoro, con vencimientos por $36,5 billones, de los cuales $22 billones se concentran el 18 de agosto.
Las tasas ceden levemente. A pesar de que el Tesoro pagó tasas elevadas, con la nueva suba de encajes que anunció el BCRA, en la última rueda las tasas cedieron y cerraron la semana con una leve compresión, aunque aún se mantienen en niveles altos. La tasa de caución a 1 día cayó 3,5 pp y cerró en 28,1% TNA, al tiempo que el tramo corto de la curva a tasa fija comprimió 2,6 pp y rinde 40,6% TNA. Sin embargo, la tasa TAMAR mostró una suba de 4,6 pp, cerrando en 40,24% TNA. Con este movimiento de tasas, la curva a tasa fija avanzó un 1,6% en la semana y mantiene una pendiente negativa, con rendimientos que van del 3,4% TEM (40,6% TNA) en el tramo corto a 2,8% TEM (34% TNA) en el tramo largo. No obstante, este buen desempeño no llegó a compensar la suba del tipo de cambio, que sí fue capturada por los instrumentos dollar linked, que lideraron en rendimiento en la semana con subas del 3,4% –a estos precios rinden devaluación +12% y descuentan una devaluación implícita directa del 8,2% a diciembre de 2025, por debajo de nuestras proyecciones–. Los bonos duales también registraron una buena semana, avanzando un 1,5% y rinden 2,4% TEM en su versión tasa fija y TAMAR +8% en su versión tasa variable. Por otro lado, los bonos CER subieron un 1,3% y rinden tasas reales de CER +13% en el tramo 2025, CER +15% en el tramo 2026 y CER +13% en el resto de los tramos. A estos precios descuentan una inflación implícita promedio del 2% m/m de julio a octubre y una inflación acumulada del 27,3% para 2025. En último lugar estuvo el Bonte 2030, que cerró con una suba semanal del 1,2% y rinde 28,4% TNA al vencimiento y 29,4% TNA valuado a la fecha de put.
Caída en la deuda en dólares. Los soberanos tuvieron una semana de bajas en un contexto en el cual los comparables se mantuvieron neutrales y el spread de tasas con los CCC se amplió 22 pb hasta los 126 pb. De esta manera, el riesgo país cerró en torno a los 730 pb. En promedio retrocedieron un 0,6% en la semana, impulsados por los Bonares que cayeron un 0,8% –el más golpeado fue el AL30 con una caída de 0,9%–, mientras que los Globales perdieron 0,4% –el GD30 perdió 0,5%. Con esta baja, en lo que va de 2025 los soberanos pierden un 0,1%. A estos precios, la curva de Bonares luce con una pendiente negativa, con rendimientos que van desde 14% TIR hasta 12% TIR, mientras que la curva de Globales tiene una forma plana en torno al 12% TIR. No obstante, tampoco fue una buena semana para los BOPREAL, que cayeron un 1,2%, aunque siguen siendo los ganadores del año con una suba de 8,4%. Los BOPREAL Serie 1-C y Serie 1-D cayeron un 1,4% y 1,6%, respectivamente. Con esto, los BOPREAL Serie 1 ofrecen rendimientos entre 5,9% y 8,8%. Los bonos sub-soberanos subieron 0,5% de la mano del PB37, que ganó 1,0%, acumulando en el año un alza de 8,0%. En cuanto a los corporativos, anotaron una suba de 0,2%, siendo Pampa 2031 lo más destacado con un avance de 1,1%.
Retrocedieron las acciones. El Merval no le escapó al ruido global y terminó la semana un 2,0% abajo en dólares CCL, mientras que en pesos subió un 3,5%. El índice accionario había comenzado la semana con subas, ampliando el rally del último mes, pero el miércoles rompió la racha. Con esto, el Merval cerró en un nivel de USD 1.669 y acumula una caída de 22,1% en el año. La industria, las comunicaciones y los bancos fueron los sectores que más sufrieron en la semana. En dólares, las peores caídas fueron para Macro (-5,6%), Cresud (-4,6%) y Telecom (-4,7%), en tanto que Edenor (6,39%), TGS (2,58%) y Aluar (2,38%) fueron las de mejor desempeño. Las acciones que cotizan en la Bolsa de Nueva York retrocedieron 0,9% en la semana –se destacaron las bajas de 9% de Globant y Bioceres y de 5% de IRSA, mientras que Edenor subió un 7,0%, TGS un 3,7% y Ternium 2,5%.
Lo que viene. Finalizado julio, esperamos los resultados de las estimaciones privadas de inflación que, de acuerdo con nuestras proyecciones, se ubicarían en torno al 2% m/m –recordemos que el IPC Nacional se publica el miércoles 13 de agosto–. No será menor la atención sobre los ajustes previstos para agosto luego del salto cambiario del mes pasado. Las miradas de la semana estarán puestas en la dinámica de tasas de interés y tipo de cambio. En cuanto a lo primero, se espera que se estabilicen en los niveles actuales luego de la alta volatilidad registrada en julio tras el desarme de LEFIs. Respecto al tipo de cambio, la oferta seguiría baja mientras que la demanda continuaría elevada en el arranque del mes, por lo que la cotización del dólar se mantendría presionada. En cuanto a la agenda económica, esta semana se publican datos de actividad de junio correspondientes a la industria, la construcción, la minería y la pesca, de los que prevemos un comportamiento mixto, confirmando que la actividad perdió impulso. El miércoles se publica el REM, lo cual será un buen termómetro de cómo evalúa el consenso de analistas los movimientos de tasas y del dólar durante julio. En el ámbito político, el foco de atención se centrará en la capacidad del oficialismo para conseguir en el Congreso los votos que impidan el bloqueo de lo aprobado por ambas cámaras, tras el veto presidencial a las leyes de aumento de jubilaciones.
Análisis de instrumentos de renta fija y variable.
A continuación podrás descargar el informe semanal del mercado local, en el que analizamos los distintos instrumentos de renta fija con posibles escenarios de sensibilidad. Además, mostramos los índices de mercados accionarios locales e internacionales, y finalmente el mercado de renta variable local.
Descargar informe al 01/08/2025
Los contratos de dólar en A3 operaron fuertemente al alza, tanto en interés abierto como en volumen.
Los contratos de dólar en A3 operaron fuertemente al alza en la semana, con nuevas subas tanto en interés abierto como en el volúmen. Los mayores avances fueron para los contratos de agosto (5,66%), septiembre (5,27%) y octubre (4,96%).
El próximo contrato en vencer es el de agosto, que cotiza en $1.390,5 y marca una devaluación directa y mensualizada de 2,1%. Para los tres meses siguientes, los precios reflejan que el alza en el dólar correría en niveles en torno al 2,2%: 2,4% en septiembre ($1.427,5), 2,3% en octubre ($1.459) y 2,3% en noviembre ($1.488). A partir de ahí, señalan una devaluación que continúa al ritmo de 1,9% promedio hasta junio del 2026.
La curva de tasas (TNA) comprimió en todos sus tramos. Agosto cayó a 26%, y sube a 30% en septiembre, donde vuelve a caer gradualmente al 26%. De esta manera, la curva de TNA de los futuros permanece con rendimientos por debajo de los que ofrece una Lecap.
El volumen operado aumentó frente a la semana anterior. En las últimas cinco ruedas se comerciaron USD 6.794 M. El viernes 1° de agosto el interés abierto cerró en USD 5.530M, mostrando una suba de 46% m/m y de 163% a/a.
Noticias locales: el país hoy.
El mercado estuvo marcado por una nueva suba en el tipo de cambio, al tiempo que la deuda en pesos mostró signos de repunte en todos sus segmentos, impulsando las tasas de interés a la baja. En paralelo, los bonos soberanos en moneda extranjera finalizaron la rueda con retrocesos, en una jornada en la que el Merval acompañó esta tendencia y también cerró en terreno negativo.
Tras la liquidación de la licitación del martes, la deuda en pesos registró una recuperación generalizada, aunque no logró compensar el avance del tipo de cambio spot, que superó los $1.350. En este contexto, los bonos dollar linked lideraron las subas con un alza promedio del 2,3%, seguidos por los instrumentos CER y los bonos duales, que avanzaron 1,9%. Por su parte, la curva a tasa fija mostró una mejora del 1,7%, con una compresión de rendimientos desde 43,6% TNA en el tramo corto hasta 38,6% TNA, al tiempo que la tasa de caución a un día se mantuvo estable en 32,3% TNA.
En el mercado de cambios, el tipo de cambio oficial registró una fuerte suba del 4,5%, por lo que en julio acumuló un alza del 13%. Los dólares financieros operaron con subas del 3,2% en el MEP (GD30), cerrando en un nivel de $1.361,95, al tiempo que el CCL cerró con una suba del 2,8%, alcanzando los $1.365,48. En tanto, el stock de reservas brutas cayó en USD 1.897 M, cerrando en USD 38.864 M en la jornada, explicado principalmente por el desarme estacional de encajes de fin de mes.
Los futuros operaron nuevamente al alza en una rueda en la cual se vieron fuertes subas en el volumen y en el interés abierto. La suba promedio fue de 2,67%, con mayor impacto en los contratos más cortos. El volumen fue de USD 2.337 M, lo que implica una suba de USD 1.281 M en una sola rueda, mientras que el interés abierto subió otros USD 508 M y cerró en USD 7.689 M, nuevo máximo del año. La TNA de agosto cerró en 46%, en tanto que la Lecap a mismo plazo rinde 42,8% TNA.
Tras varias ruedas consecutivas con subas, la deuda soberana en dólares registró una rueda con pérdidas del 0,8%, con caídas generalizadas en todos los tramos. El riesgo país se mantuvo en los 716 pb, al tiempo que los BOPREAL se mantuvieron firmes con subas del 0,3%.
El Merval cayó un 2,6% en dólares CCL y cerró en USD 1.705. En pesos registró una suba de 0,6%. Los sectores más perjudicados fueron utilidades, industria y construcción. En acciones, las más perjudicadas fueron Transener (-3,1%), Holcim (-2,5%) y COME (-2,2%). Por el lado de las acciones que cotizan en la Bolsa de Nueva York, el retroceso fue de 2,2%, liderado por Globant (-6,0%), IRSA (-5,6%) y Supervielle (-3,2%).
Noticias globales: el mundo hoy.
En una jornada marcada por el dato de inflación PCE, las tasas mostraron una reacción contenida. Las tecnológicas volvieron a tomar el protagonismo, con fuertes avances en Meta y Microsoft, que impulsaron al Nasdaq, en contraste con las caídas en el S&P 500 y el Dow. Mientras tanto, el dólar se fortaleció frente a las principales monedas y el oro mostró una nueva suba, reflejando cautela en los mercados. El petróleo cedió tras sorpresivos datos de inventarios y Trump volvió a instalar ruido político con críticas a la Fed, sumando tensión al escenario monetario.
Las acciones operaron mayormente a la baja tras haber comenzado la rueda al alza. Concretamente, el S&P 500 perdió 0,2% y el Dow Jones un 0,5%. En cambio, el Nasdaq logró una performance positiva de 0,1%. En acciones, Meta se disparó hasta un 11,4% tras superar las expectativas de ganancias y brindar una perspectiva de ventas optimista, en tanto que Microsoft subió un 3,7%, habiendo alcanzado un 8%, elevando su capitalización de mercado por encima de los USD 4 billones gracias al buen desempeño de Azure.
A pesar de un dato de inflación mayor a lo esperado, las tasas reaccionaron levemente a la baja y la UST10Y cerró en 4,35%. En paralelo, Trump reavivó sus críticas al presidente de la Fed, Jerome Powell, por no recortar las tasas, poniendo fin a una breve tregua.
Por otro lado, el dólar volvió a fortalecerse en el margen frente al resto de las monedas del mundo. El DXY subió un 0,2%, impulsado principalmente por el avance del 1% frente al yen japonés, al tiempo que se apreció 0,2% contra el euro. Con este resultado, en julio acumuló un alza de 3,2% y cerró en 100, el nivel más alto desde fines de mayo. En Brasil, el tipo de cambio también registró un aumento de 0,5% y el USDBRL cerró en 5,6. A pesar del avance del dólar, el oro registró una suba de 0,6% y cerró en USD 3.293.
Con respecto al petróleo, retrocedió luego de tres ruedas consecutivas en alza, aunque persiste la incertidumbre respecto de posibles sanciones al crudo ruso por parte de Trump si no hay un alto el fuego. Por otro lado, la semana pasada se registró un aumento inesperado de 7,7 millones de barriles en los inventarios de crudo en EE. UU., debido a una caída en las exportaciones, lo que contrasta fuertemente con las expectativas de una reducción.
En la noticia económica del día, el índice de precios PCE subyacente en EE. UU. –que excluye los componentes volátiles como alimentos y energía, y es la medida de inflación preferida por la Reserva Federal– avanzó un 0,3% m/m en junio. Así, marcó el mayor aumento en cuatro meses, aunque en línea con las expectativas del mercado. En la comparación interanual, el índice aumentó un 2,8%, por encima del 2,7% esperado.
En junio de 2025, el ingreso personal en EE. UU. subió 0,3% m/m, recuperándose de la caída previa y superando las expectativas. El avance se explicó por mayores transferencias del gobierno y mejoras en ingresos de propietarios y compensaciones laborales. La misma performance mostró el gasto de las familias: el alza en el gasto en servicios fue compensada en parte por el retroceso del consumo de bienes durables. Con este resultado, el ahorro de las familias se mantuvo en 4,5% de los ingresos, idéntico al promedio de los cinco meses anteriores. Por otro lado, medido en términos reales, el consumo de las familias repuntó 0,1% m/m y se recuperó de la caída de 0,2% m/m que había marcado en mayo.
¿Qué variables macro avanzan de manera positiva y cuáles se encuentran bajo tensión?
✅D A T O P O S I T I V O D E L A S E M A N A
El Merval muestra señales de recuperación y, desde el piso del 11 de julio, acumula una suba del 8,7%, impulsado por un fuerte rebote en los sectores de utilidades y energía. Se destacaron Transportadora de Gas del Sur y del Norte, con avances del 15% y 14%, respectivamente. Este repunte permitió al índice recortar parte de las pérdidas del año, que ahora se reducen al 20,2%.
⚠️A M O N I T O R E A R
Desde el 23 de julio, el riesgo país mostró una compresión de casi 60 pb y cerró en 716 pb. En paralelo, los bonos soberanos en dólares registraron una suba cercana al 2% en ese período, aunque aún acumulan una caída del 3% en lo que va del año. Hacia adelante, las tensiones cambiarias y la actividad, que no muestra signos de tracción, podrían alimentar la incertidumbre electoral, lo que acortaría el margen para una compresión adicional del riesgo país en los próximos meses.
🚨R I E S G O
A pesar de la mayor liquidación de divisas del agro, el tipo de cambio oficial cerró julio en $1.352, lo que implicó un alza de 13,2% en todo el mes y acumulando un incremento del 25% desde la flexibilización del cepo para personas físicas. En los últimos tres meses, el tipo de cambio promedió un alza mensual de 4,2%. Aunque con un traslado a precios mucho más leve que en períodos anteriores, estimamos que el mayor ritmo de devaluación presione al alza la inflación.
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La jornada dejó señales mixtas, pero relevantes. Por un lado, la Fed mantuvo su enfoque paciente y data dependiente al dejar sin cambios la tasa de interés. Por el otro, la política comercial volvió al centro de la escena, con Trump redoblando la apuesta arancelaria y reavivando temores sobre una escalada global. El sólido dato de crecimiento en EE. UU. trajo alivio, pero fue interpretado como una señal de que los recortes de tasas podrían demorarse más de lo previsto. El mercado respondió con subas en los rendimientos de los bonos y un fortalecimiento del dólar.
De esta forma, la Fed mantuvo las tasas sin cambios en el rango de 4,25%-4,50% por quinta reunión consecutiva, tal como se esperaba, aunque dos gobernadores votaron a favor de un recorte –la primera disidencia doble desde 1993–. Los funcionarios señalaron que, si bien las fluctuaciones en las exportaciones netas siguen afectando los datos, los indicadores recientes apuntan a una moderación de la actividad económica en el primer semestre, en contraste con evaluaciones previas que mencionaban un crecimiento “sólido”. La Fed también indicó que la tasa de desempleo se mantiene baja, la inflación algo elevada y persiste la incertidumbre sobre las perspectivas económicas. Reafirmó que futuros ajustes en la tasa dependerán de los datos entrantes, la evolución del escenario macroeconómico y el balance de riesgos. La Fed mantiene un enfoque de “wait and see” ante el temor creciente de que la guerra comercial en curso complique el objetivo inflacionario del 2%.
En materia comercial, Trump endureció su postura con una serie de medidas arancelarias. Anunció un arancel del 25% sobre productos de India, que podría elevarse desde el 1° de agosto por sus vínculos con Rusia, y oficializó un arancel del 50% sobre importaciones desde Brasil. Además, impuso una tasa del 50% sobre productos semielaborados de cobre (excluyendo chatarra e insumos) y eliminó la exención de aranceles para importaciones de bajo valor (menos de USD 800), a partir del 29 de agosto. Finalmente, EE. UU. y la UE aceleran para cerrar los últimos detalles de un nuevo acuerdo comercial antes del viernes, aunque enfrenta fuertes críticas internas en Europa.
Por otro lado, la economía de EE. UU. creció un 3% t/t anualizado en el 2Q25, según la primera estimación del BEA (Bureau of Economic Analysis), superando ampliamente el 2,4% esperado por el mercado y revirtiendo la contracción del -0,5% del 1Q25. El principal impulsor fue una caída del -30,3% en las importaciones (vs. +37,9% en el 1Q), debido al adelantamiento de compras en los primeros meses del año por temor a mayores aranceles. El consumo privado se aceleró a 1,4% (vs. 0,5% en 1Q), con un alza del 2,2% en bienes y del 0,9% en servicios. La inversión fija se redujo fuertemente a 0,4% (vs. 7,6%), con bajas en estructuras (-10,3%) y residencial (-4,6%), en tanto que la inversión en equipos creció 4,8% (vs. 23,7%). Las exportaciones retrocedieron -1,8% (vs. +0,4%), al tiempo que los inventarios restaron 3,17 pp al crecimiento.
Tras el discurso de Powell, las acciones operaron a la baja. El Dow Jones se llevó la peor parte al caer 0,6%, mientras que el S&P 500 retrocedió 0,3% y el Nasdaq se mantuvo neutral. Visa perdió 0,5% a pesar de presentar resultados mejores a los esperados, y Starbucks cedió 0,9% también a pesar de reportar ingresos superiores a las estimaciones. A excepción del EWZ (+0,7%), el resto de las bolsas del mundo cayó. Europa perdió un 1,2%, China un 1,2% y Japón un 0,1%.
Por su parte, las tasas reaccionaron al alza, con subas de 7 pb para la UST2Y, que cerró en 3,94%, y de 5 pb para la UST10Y, que finalizó en 4,38%. De esta manera, el índice de bonos del Tesoro bajó 0,3%. Por otro lado, el Tesoro mantuvo sin cambios los volúmenes de emisión de notas y bonos, pero anunció que incrementará el volumen de recompras de títulos nominales de largo plazo y de TIPS, lo que reduce la oferta de instrumentos de mayor duración. La caída en los bonos del Tesoro perjudicó a los Investment Grade (-0,4%), mercados emergentes (-0,3%) y High Yield (-0,2%).
El dólar volvió a apreciarse en el mundo, principalmente frente al euro. El DXY exhibió una suba de 0,9% y cerró en 99,79. De esta manera, en julio acumula un aumento de 3,0%, mientras que en el año retrocede un 8,0%. El euro cayó 1,1%, la libra 0,9% y el dólar se apreció 0,7% frente al yen. El fortalecimiento de la divisa americana sumó presión bajista adicional sobre el oro, que retrocedió 1,6% y cerró en USD 3.272 la onza, ya que el mercado pospuso sus expectativas de recortes este año. El metal, que suele beneficiarse de tasas más bajas y mayor incertidumbre, también enfrentó vientos en contra por los sólidos datos de PBI de EE. UU.
En cuanto al petróleo, persiste la presión al alza sobre el precio debido a la amenaza de Trump de sancionar a países que importen petróleo y gas ruso, sumado a la mejora en las perspectivas de demanda global por el reciente acuerdo con la UE. En este contexto, el petróleo WTI aumentó un 1,4% y cerró en USD 70 por barril. Distinta fue el caso de la soja, que cedió otro 1,4% hasta USD 355,6 la tonelada, acumulando una baja de 3,1% en lo que va del año.
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El mercado de deuda en pesos reaccionó con compresión en las tasas, mientras que en el mercado de cambios reaparecieron las presiones sobre los dólares financieros y los futuros. En la renta fija hard dollar, los soberanos lograron desmarcarse del clima global negativo, pero la renta variable local no escapó a la corrección de los mercados internacionales.
Las curvas en pesos repuntaron y se vio una caída en las tasas en el día después de la licitación, en la que el Tesoro dejó $2,8 billones sin renovar. Los dollar-linked fueron los de mejor performance, subiendo un 0,8%, impulsados por el D3105, que avanzó un 1,5%. En segundo lugar estuvieron las Lecaps, con una suba promedio de 0,5% impulsada por el tramo largo. A su vez, la caución a un día retrocedió a 31,5%. El Bonte, por su parte, sumó un 0,2% y acumula una ganancia de 1,3% en la última semana. Los CER se mantuvieron neutrales, al igual que los duales.
En el mercado de cambios, el stock de reservas brutas cayó en USD 480 M en la jornada, cerrando en USD 40.761 M. En tanto, el tipo de cambio oficial retrocedió 0,2%, ubicándose en $1.294,17, por lo que en el mes acumula un alza de 8,4%. Los dólares financieros operaron con subas de 2,3% en el MEP (GD30), cerrando en un nivel de $1.320,22, al tiempo que el CCL subió 2,8% y alcanzó los $1.328,76.
Los futuros de dólar estuvieron presionados al alza y avanzaron 1,2% en promedio, impulsados por el tramo corto. El volumen se mantuvo estable y el interés abierto subió en USD 77,7 M, movimiento que se explica por el contrato de agosto. La TNA del contrato a agosto superó a la TNA de la Lecap S29G5 y cerró en 48%. El resto de la curva de TNA también se arbitró contra las Lecaps. La devaluación mensual implícita promedio subió a 2,9% para diciembre de 2025.
Los soberanos en dólares anotaron otra rueda de subas en un contexto negativo para la deuda a nivel global y avanzaron un 0,3%, impulsados por el tramo 2030 en ambas legislaciones. Con esto, el riesgo país cerró en 719 pb. Por su parte, los BOPREAL tuvieron una tercera rueda consecutiva a la baja al perder un 0,2%.
El Merval cayó un 1,8% en dólares CCL, mientras que en pesos subió un 0,1%. La caída estuvo en línea con el resto de los activos de renta variable a nivel global. Concretamente, el Merval cerró en USD 1.750 y las mayores caídas fueron para COME, TGS y Cresud, con retrocesos por encima del 2,3%, en tanto que Ternium (5,9%), Aluar (3,9%) y Pampa (2,3%) anotaron las subas más importantes.
Alternativas de inversión de la mano de la lucha contra el delito informático.
La digitalización de la economía avanza a una velocidad vertiginosa. Empresas, gobiernos y personas dependen cada vez más de sistemas conectados, servicios en la nube y dispositivos interconectados. Esta transformación ha potenciado la eficiencia, la innovación y el alcance de los negocios, pero también ha expuesto al mundo a una amenaza creciente: el cibercrimen.
El delito informático ya no es un problema marginal. Según Cybersecurity Ventures, el costo global del cibercrimen superará los USD 10 billones en 2025, convirtiéndose en uno de los mayores desafíos económicos del siglo XXI. La protección de la información, los activos digitales y la continuidad operativa se ha vuelto una prioridad crítica. No obstante, en artículos anteriores hemos explicado cómo estos ataques virtuales representan no solo un riesgo para empresas y gobiernos, sino también una oportunidad de inversión en una de las megatendencias más potentes y duraderas para los próximos años.
Una necesidad estructural y en expansión
Los crecientes ataques, impulsados por el trabajo remoto, la adopción de servicios de nube, el “Internet of Things” y la automatización, han hecho que las que las empresas destinen una parte de su presupuesto en prevenirlos y remediarlos. Desde ransomware dirigido a hospitales hasta sofisticadas campañas de espionaje industrial o ataques a infraestructura crítica, la magnitud y frecuencia de los ciberdelitos ha escalado dramáticamente.
El gasto global en ciberseguridad ya supera los USD 200 MM anuales y se espera que mantenga una tasa de crecimiento cercana al 11% compuesto anual durante esta década.
Todo esto configura una oportunidad estructural para compañías especializadas en soluciones de defensa digital, tanto desde el punto de vista tecnológico como del inversor.
Invertir en ciberseguridad desde Argentina
Desde el mercado local, es posible aprovechar esta megatendencia a través de CEDEARs. De este modo, los inversores pueden obtener exposición a empresas líderes a nivel global sin necesidad de operar directamente en mercados internacionales.
Ya en nuestro artículo Ciberseguridad en la era Digital: un mercado en crecimiento habíamos compartido algunas empresas que habían comenzado a posicionarse en el mercado como una opción atractiva. Hoy, estas compañías se destacan entre las más representativas del sector por su liderazgo, escala y proyección de crecimiento:
1. Palo Alto Networks (PANW)
Palo Alto es uno de los líderes indiscutidos en firewalls de nueva generación y protección en la nube. Su plataforma Prisma Cloud ofrece una solución integral que cubre entornos híbridos y multicloud, permitiendo a las empresas proteger cargas de trabajo, datos y aplicaciones de forma coordinada.
Según Morningstar, PANW cuenta con una ventaja competitiva amplia gracias a su portafolio integrado y a su fuerte inversión en I+D (investigación y desarrollo). A pesar de ciertos desafíos macroeconómicos, mantiene un ritmo sólido de adopción por parte de empresas grandes y medianas. Su modelo de ingresos recurrentes y la creciente demanda de seguridad en la nube refuerzan sus fundamentos de largo plazo.
2. CrowdStrike (CRWD)
CrowdStrike ha revolucionado el segmento de seguridad endpoint mediante una plataforma basada en inteligencia artificial y machine learning. Su producto estrella, Falcon, permite detectar amenazas en tiempo real, adaptándose a nuevos vectores de ataque mediante análisis conductual.
El crecimiento de CRWD ha sido explosivo en los últimos años, y sus perspectivas siguen siendo muy positivas. Según Morningstar, mantiene una tasa alta de retención de clientes y gana participación de mercado de forma sostenida. Su enfoque “cloud-first”, la escalabilidad de su arquitectura y su capacidad de incorporar nuevos módulos convierten a CrowdStrike en un actor dinámico y con amplio potencial.
3. Fortinet (FTNT)
Fortinet es pionera en combinar servicios de red y ciberseguridad. Su estrategia SASE (Secure Access Service Edge) integra acceso remoto seguro, firewalls, detección de amenazas y gestión centralizada. Esta visión integral le permite destacarse en eficiencia operativa y simplicidad para sus clientes.
De acuerdo con Morningstar, FTNT también cuenta con un buen posicionamiento competitivo y márgenes operativos por encima del promedio del sector. Su ventaja tecnológica se complementa con un enfoque pragmático: Fortinet apunta a consolidar soluciones bajo una sola marca, facilitando la transición digital de organizaciones complejas.
Estrategia de inversión sugerida
La ciberseguridad como tema de inversión permite múltiples aproximaciones. Una estrategia equilibrada podría combinar exposición a estas tres compañías para capturar distintos perfiles dentro del sector:
Estas empresas balancean solidez, crecimiento y eficiencia dentro de una tendencia global irreversible. A su vez, la inversión puede complementarse con un monitoreo trimestral de resultados, expansión de clientes y nuevos lanzamientos tecnológicos.
Riesgos a considerar
Como en toda inversión temática, es importante evaluar también los riesgos específicos del sector:
Por eso es clave mantener un enfoque diversificado y revisar regularmente el cumplimiento de los fundamentos que justifican la inversión.
(Ciber)Seguridad en los portfolios
La ciberseguridad es mucho más que un segmento tecnológico: es una necesidad creciente en un mundo cada vez más digital. Para inversores que buscan combinar crecimiento con una lógica estructural, esta megatendencia ofrece una oportunidad concreta y accesible desde Argentina mediante CEDEARs.
Empresas como Palo Alto Networks, CrowdStrike y Fortinet reúnen ventajas competitivas, posicionamiento global y visión estratégica. Al invertir en ellas, no solo se busca rentabilidad financiera, sino también estar expuesto a un sector que gana relevancia con cada avance digital.
Desde el equipo de Asset Management de Cohen Aliados Financieros seguimos de cerca estas tendencias estructurales y analizamos continuamente las alternativas de inversión vinculadas. Si estás interesado en incorporar esta megatendencia en tu portafolio, te recomendamos contactar a tu asesor financiero para evaluar la estrategia más adecuada según tu perfil y objetivos.
Noticias locales: el país hoy.
En el mercado local, nuevamente se vio una rueda positiva para los activos en dólares, con leves subas en los soberanos y una disparada del Merval por encima del 4% en dólares. Diferente fue el caso de los bonos en pesos, que siguieron en baja, a excepción del Bonte y de los bonos dollar linked. En la licitación del día, el Tesoro consiguió un rollover del 76,4% de los vencimientos, teniendo que convalidar tasas muy por encima de las del mercado secundario. Las reservas aumentaron en USD 1.098 M producto de un desembolso por parte del BID.
La Secretaría de Finanzas adjudicó $9 billones en la licitación de ayer, frente a vencimientos por $11,8 billones, lo que implicó un rollover del 76,34%. La mayor parte del monto se concentró en LECAPs de corto plazo, que representaron el 98,1% del total adjudicado, convalidando una tasa promedio de 3,97% TEM (47% TNA), por encima de los niveles operados en el mercado secundario. El Boncer TZXO6 registró una demanda marginal, aunque a una tasa real superior al 16%, mientras que los instrumentos dollar linked quedaron desiertos, con excepción del TZVD5, que se colocó a devaluación +5,54%.
En la antesala de la licitación, la deuda en pesos cerró con nuevas pérdidas y un leve repunte en las tasas. La curva a tasa fija retrocedió un 0,4% y alcanzó una TNA del 45,4% (3,8% TEM) en el tramo corto, mientras que la caución a 1 día subió a 36,9% TNA desde 34,4% el lunes. Los bonos CER siguieron castigados y cayeron otro 0,4%, con tasas reales anuales que superan el 20% en el tramo corto. Los duales también cerraron con caídas del 0,7%, en línea con los Boncap de duration similar, al tiempo que los dollar linked se mantuvieron como los más resilientes de la rueda, con una suba diaria del 0,4%.
En el mercado de cambios, el stock de reservas brutas aumentó en USD 1.098 M en la jornada, cerrando en USD 41.241 M. La suba respondió principalmente al desembolso de USD 1.200 M por parte del BID. En tanto, el tipo de cambio oficial continuó presionando al alza y cerró con una suba del 0,7%, ubicándose en $1.296,67, por lo que en el mes acumula un alza de 8,6% y, en promedio, se ubica un 6,8% por encima del promedio de junio. Los dólares financieros operaron con caídas del 0,3% en el MEP (GD30), cerrando en un nivel de $1.290,1, al tiempo que el CCL cerró con una caída del 0,5%, alcanzando los $1.292.
Los futuros de dólar subieron 0,12%. El volumen operado se mantuvo estable, en tanto que el interés abierto marcó una leve suba de USD 33 M, que nuevamente se explica en su mayor parte por el contrato de agosto. Con esto, la devaluación mensual implícita promedio para diciembre se ubica en 2,6% y la TNA de agosto es de 25%, muy por debajo de la S29G5.
La deuda soberana en dólares operó con subas marginales del 0,1%, en una rueda favorable para la deuda emergente comparable, siendo el tramo largo el más favorecido, con subas del 0,7%. En este marco, el riesgo país retrocedió otros 15 pb y se ubicó en 719 pb, mientras que los BOPREAL registraron una caída marginal del 0,6%.
El Merval anotó una fuerte suba de 4,1% en pesos, mientras que en dólares subió un 4,6%. Así, cerró en un nivel de USD 1.782, por lo que en las últimas cinco ruedas acumula una suba de 11,9% y en julio de 7,9%. El principal sector beneficiado fue el energético –en parte gracias a la suba del petróleo– junto con utilities y bancos. Supervielle y COME mostraron subas por encima del 9%, en tanto que BBVA subió un 5%. En cuanto a las acciones que cotizan en la Bolsa de Nueva York, la suba fue de 3,4% promedio, con Supervielle (9,3%), TGS (7,9%) y Vista (5,7%) a la cabeza.
Noticias globales: el mundo hoy.
Los mercados siguen moviéndose al ritmo de la geopolítica y los balances. Sin progreso entre EE. UU. y China en Suecia y con la tregua arancelaria cerca de expirar, creció la incertidumbre comercial. Los resultados corporativos, en esta oportunidad, sumaron presión bajista, mientras los bonos del Tesoro se recuperaron con fuerza. En commodities, el petróleo se disparó por tensiones con Rusia, en tanto que el dólar retomó impulso gracias al acuerdo con Europa. En este contexto, el mercado continúa navegando entre señales mixtas de crecimiento, inflación y política internacional.
Luego de dos días de negociaciones en Estocolmo, EE. UU. y China no lograron avances significativos. La decisión sobre una posible extensión de la tregua arancelaria, que vence el 12 de agosto, quedará ahora en manos de Trump, quien deberá definir si se reanudan los aranceles que habían alcanzado niveles de tres dígitos. Las conversaciones se centraron en el acceso a productos estratégicos, en particular las denominadas tierras raras –minerales clave para la industria tecnológica global–, en cuya producción y exportación China mantiene una posición dominante. Según representantes estadounidenses, los acuerdos vinculados a este sector aún se encuentran en proceso de ajuste, tras rondas previas en Ginebra y Londres. En Suecia también se discutió la transformación estructural de la economía china, con el planteo de que el país avance hacia un modelo menos dependiente de la manufactura y las exportaciones, y que promueva una mayor demanda interna como vía para reequilibrar el comercio bilateral.
Asimismo, la creciente preocupación por los riesgos de suministro de petróleo a nivel global, tras la advertencia de Trump a Rusia para que frene la guerra en Ucrania y la posterior negativa del Kremlin a modificar su postura, impulsó una fuerte suba en el precio del crudo WTI. El barril aumentó un 4,1% en la jornada y alcanzó los USD 69,4. Mientras tanto, la soja siguió cayendo otro 0,7%, hasta los USD 361 la tonelada. Con esto, pierde un 1,7% en el año.
Por otro lado, las tasas de los bonos del Tesoro volvieron a retroceder, observándose mayores caídas en el tramo largo. En concreto, la UST10Y y la UST30Y recortaron 9 pb y cerraron en 4,33% y 4,87%, respectivamente, en tanto que la UST2Y bajó 4 pb hasta 3,88%. De esta manera, los bonos del Tesoro anotaron una suba promedio de 0,4%. Los demás segmentos de renta fija se contagiaron del efecto positivo y registraron alzas de 0,5% para los corporativos Investment Grade y 0,4% para bonos de mercados emergentes.
Las acciones, por su parte, operaron a la baja en medio de la presentación de algunos balances que no vinieron como se esperaba. El Dow Jones se llevó la peor parte al caer un 0,5%, seguido del S&P 500, que perdió un 0,2%. En tanto, el Nasdaq se mantuvo neutral. Los resultados y proyecciones de las principales compañías previas a la apertura se inclinaron hacia el pesimismo: Merck bajó un 2,3% a pesar de superar las estimaciones. Además, UPS se desplomó un 9,2% ante la posibilidad de que los aranceles afecten su panorama, y Boeing retrocedió un 4% luego de la presentación de su balance. En el resto del mundo se vio una pérdida de 0,3% en Europa y de 0,5% en Japón, a diferencia de los Emergentes que, en promedio, se mantuvieron neutrales, con una suba de 1,0% en Brasil y una caída de 0,1% en China.
El dólar continuó mostrando señales de recuperación a pesar de la caída en las tasas. El acuerdo comercial con la UE fue percibido por el mercado como favorable para EE. UU., lo que le dio impulso al US Dollar Index, que avanzó un 0,3% y cerró en 98,91. Con esta suba, en julio gana un 2,1%, mientras que en el año acumula una caída de 8,8%, habiendo llegado a caer por encima de 11%. Nuevamente, la moneda que más perdió en el día contra el dólar fue el euro, que retrocedió un 0,4%. Del lado del oro, en esta oportunidad avanzó un 0,4%, casi a la par del dólar, y cerró en USD 3.326 la onza.
En el dato económico del día, el déficit comercial de bienes de EE. UU. se redujo a USD 86.000 M en junio, marcando una compresión de USD 10.400 M frente al mes anterior y ubicándose por debajo de lo esperado. La caída respondió principalmente a una fuerte baja de las importaciones (-4,2%), especialmente en bienes de consumo e insumos industriales, mientras que las exportaciones apenas retrocedieron (-0,6%). La menor demanda de importaciones está vinculada a compras adelantadas en los primeros meses del año ante el temor a nuevos aranceles.
En junio de 2025, las ofertas de empleo en EE. UU. cayeron a 7,437 millones, por debajo de lo esperado. Las mayores bajas se registraron en alojamiento, salud y finanzas, en tanto que aumentaron en comercio minorista, información y educación pública. Las contrataciones y desvinculaciones se mantuvieron estables en torno a 5,2 y 5,1 millones, respectivamente.
Noticias globales: el mundo hoy.
En el comienzo de la semana, las acciones en EE. UU. operaron mixtas, el dólar se fortaleció, las tasas subieron levemente y el petróleo registró una importante suba.
Las acciones habían comenzado el lunes al alza, aunque finalizaron mixtas, con una suba de 0,2% para el Nasdaq, mientras que el S&P 500 y el Dow Jones retrocedieron 0,1% y 0,2%, respectivamente. El sector energético lideró las ganancias, con Exxon Mobil subiendo 0,9% y Chevron, un 0,6%. En cambio, el sector de materiales tuvo el peor desempeño. En el resto del mundo se observaron caídas generalizadas: Europa y Japón cayeron 1,8% y 2,0%, respectivamente, mientras que los mercados emergentes retrocedieron 0,8%, liderados por Brasil, que perdió un 1,9%, y China, con una caída del 0,5%.
A la espera de la reunión de la Fed del miércoles –donde probablemente se mantenga la tasa de referencia entre 420 y 450 pb–, el mercado está atento a las señales que aporte el comunicado. En este contexto, los rendimientos de los bonos del Tesoro tuvieron un leve repunte: la UST2Y cerró en 3,93% y la UST10Y en 4,41%, 3 pb por encima del viernes. Con esto, el índice de bonos del Tesoro retrocedió 0,2%, al igual que los corporativos Investment Grade, mientras que los bonos emergentes cayeron 0,1% y los High Yield se mantuvieron sin cambios.
El dólar se apreció considerablemente a nivel global tras el acuerdo comercial entre EE. UU. y la UE. El DXY subió 1,04%, alcanzando un nivel de 98,66. El euro fue la moneda que más se depreció frente al dólar, al caer 1,3% y cerrar en EURUSD 1,16. La libra perdió un 0,6%, mientras que el dólar ganó 0,6% frente al yen japonés. También recuperó terreno frente al real brasileño, con una suba de 0,5%, cerrando en USDBRL 5,59. En cuanto al oro, se debilitó nuevamente un 0,6% al perder atractivo como refugio de valor y cerró en USD 3.316 la onza.
El petróleo WTI también sintió los efectos positivos del acuerdo comercial –por su potencial mayor demanda– y avanzó 2,7%, alcanzando un valor de USD 67 por barril. Además, Trump adelantó un plazo para que Rusia acuerde una tregua en Ucrania, advirtiendo que tiene entre 10 y 12 días para cumplir o enfrentará aranceles secundarios del 100%. Esto generó temores de interrupciones en el suministro de petróleo, ya que se sumarían a nuevas sanciones de la UE que incluyen un tope de precio más bajo al crudo ruso. Sin embargo, persisten los riesgos de sobreoferta, ya que se espera que la OPEP+ vuelva a aumentar las cuotas en septiembre. En cuanto a los agrícolas, la soja cayó un 1,0% y cerró en USD 363 la tonelada, acumulando una baja de 1,0% en el año.
Noticias locales: el país hoy.
La semana comenzó positiva para los activos locales en dólares, con alzas en los soberanos y buen desempeño del Merval. Los tipos de cambio, tanto financieros como el oficial, subieron en un contexto en el que los bonos en moneda local volvieron a retroceder.
El tipo de cambio oficial comenzó la semana con un aumento de 0,8%, alcanzando $1.287,33, por lo que en el mes acumula un alza de 7,8% y en promedio se ubica un 6,6% por encima de la media de junio. En tanto, los dólares financieros operaron con subas del 0,3% en el MEP (GD30), cerrando en $1.294,4, y del 0,9% en el CCL, hasta $1.298,8. En el mercado de cambios, el BCRA finalizó la jornada con un stock de reservas brutas de USD 40.356 M, lo que implicó una caída diaria de USD 135 M.
Por su parte, los contratos de dólar futuro registraron un alza de 1,2%, impulsados por los contratos más largos. El volumen operado se mantuvo estable en torno a USD 1.031 M, mientras que el interés abierto subió USD 324.524 y alcanzó los USD 7.071 M, nuevo máximo en el año. Del aumento en el interés abierto, un 81% se concentró en el contrato de agosto, que avanzó 0,5%, por debajo del promedio, lo que podría ser una señal de intervención por parte del Central. La TNA de agosto se ubica en 30%, en tanto que la Lecap S29G5 se encuentra en 42%. A su vez, la devaluación mensual implícita promedio se sitúa en 2,7% hasta diciembre de 2025.
En paralelo, la renta fija en pesos inició la semana con nuevas correcciones a la baja. Los bonos duales lideraron las caídas con un retroceso del 1%, seguidos por los títulos CER, que cedieron un 0,8%. La curva a tasa fija continúa sin señales de recuperación, con una baja promedio del 0,5%, aunque con mayor presión en el tramo largo, que cayó en torno al 1%. En este contexto, las tasas se ajustaron al alza: el tramo corto cerró en 43% TNA frente al 41% del viernes, al tiempo que la tasa de caución a un día se ubicó en 34,4% TNA. En cambio, los bonos dollar-linked mostraron mayor resiliencia y cerraron la rueda sin variaciones significativas.
En paralelo, la deuda soberana en dólares extendió su racha alcista por tercera rueda consecutiva, con una suba promedio de 0,6%, gracias en parte a una mejora en la percepción de confianza sobre el gobierno. El GD41 se destacó dentro del tramo largo, con un avance de 1,2%. En este marco, el riesgo país retrocedió 19 pb y se ubicó en 734 pb, mientras que los BOPREAL registraron una caída marginal de 0,2%.
El Merval se destacó frente a otros índices de acciones como el EWZ (-1,9%) y el S&P 500 (-0,1%) al avanzar un 0,7% en pesos y 0,2% en dólares CCL. Con esto, alcanzó un nivel de USD 1.704 y anotó su cuarta suba consecutiva. Los sectores de construcción, consumo básico y utilidades fueron los de mejor desempeño, en tanto que en acciones se destacaron COME (8,6%), Edenor (8,2%) y Holcim (7,9%). Los bancos fueron los de peor rendimiento, con pérdidas de 2,1% para Supervielle y 0,7% para Macro y BBVA. Para los activos que cotizan en la Bolsa de Nueva York fue una rueda levemente negativa, con una caída de 0,1% liderada por Supervielle (-3,4%), Adecoagro (-2,4%) y Banco Macro (-2,3%). Del lado opuesto, se destacaron Edenor (6,9%), LOMA (2,4%) y Cresud (2,0%).
En cuanto a los datos del día, se publicó el Índice de Confianza en el Gobierno de la Universidad Di Tella correspondiente a julio, el cual marcó que la imagen positiva del Gobierno se ubicó en 49%, registrando una suba de 2,2 puntos porcentuales respecto de junio (46,8%). De esta forma, recuperó el nivel de mayo y consolidó una estabilización tras el deterioro observado durante el verano. La mejora mensual respondió a subas en cuatro de los cinco componentes del índice, destacándose “Preocupación por el interés general”, que aportó 3,5 puntos. El único retroceso se dio en la evaluación general del Gobierno, que cayó medio punto. La imagen fue más alta entre hombres, jóvenes y personas del interior del país. Por otro lado, de acuerdo con la Encuesta de Turismo Internacional (ETI) del INDEC, en junio salieron al exterior 643,8 mil residentes argentinos, lo que implica un aumento del 28,6% i.a., mientras que el turismo receptivo cayó 4,1% i.a., lo que resultó en un saldo neto de turistas negativo en 325,0 mil personas, casi el doble al de un año atrás.
El día de hoy, la Secretaría de Finanzas llevará a cabo una licitación, cuya liquidación está prevista para el jueves 31. El menú de instrumentos contempla la reapertura de Lecaps y Boncaps con vencimientos entre 15 y 90 días (S15G5, S29G5, S12S5, S30S5, T17O5 y S31O5). También se reabre el bono CER con vencimiento en octubre de 2026 (TZXO6) y se ofrece nuevamente exposición dollar-linked, a través de dos nuevas emisiones con vencimiento en agosto y septiembre (D29G5 y D30S5), y dos reaperturas (D31O5 y TZVD5). Dada la delicada situación de liquidez de los bancos y teniendo en cuenta que la suba de encajes y cuentas remuneradas comenzará a regir a partir de agosto, es probable que el nivel de rollover se ubique por debajo del 100%. En ese marco, el Tesoro podría convalidar tasas en línea con las del mercado secundario, que se mantienen en niveles elevados.
Noticias y mercado: lo que pasó y lo que viene en el plano internacional.
Mientras se avanza en un nuevo esquema arancelario y a la espera de nuevos datos que confirmen un escenario de soft landing de la economía americana, los mercados globales volvieron a tener una semana positiva, con alzas generalizadas. La temporada de balances del 2Q25 siguió aportando buenas noticias, lo que volvió a impulsar a las acciones, que cerraron otra semana en niveles máximos. Sin expectativa de que la Fed relaje su política monetaria en el corto plazo, los rendimientos de los bonos del Tesoro se mantuvieron estables, lo que dio algo de alivio a los índices de renta fija, que cerraron la semana al alza. Distinto fue el caso del dólar, que volvió a debilitarse, y de los commodities, que tuvieron una mala semana arrastrados por la caída del petróleo. Con buenas noticias por el acuerdo comercial alcanzado con la UE este domingo, arranca una semana cargada de eventos en la que los inversores estarán pendientes de la desescalada en la guerra comercial, de los balances de las empresas, de la reunión de la Fed y de la publicación de indicadores económicos clave, como el PBI del 2Q25 y la evolución del empleo en julio.
Ganó Trump. Con la fecha límite del 1° de agosto, Trump celebró el acuerdo comercial alcanzado con Japón. Lejos del arancel del 25% previsto inicialmente –aunque muy por encima del 2,5% que regía hasta el año pasado–, se anunció que se aplicará un 15% a las importaciones japonesas, mientras que el país asiático se compromete a invertir USD 550.000 M en EE. UU. y abrirá su mercado a más productos estadounidenses. La nueva tasa arancelaria impacta directamente en las exportaciones japonesas de autos y repuestos, que estaban seriamente amenazadas, aunque no incluye las compras de acero y aluminio, que seguirán gravadas con un 50%. En paralelo, también se anunció un acuerdo comercial con Filipinas, que establece un arancel del 19% sobre los productos importados desde ese país. Por otra parte, Indonesia eliminará cerca del 99% de las barreras arancelarias a productos industriales, alimentarios y agrícolas estadounidenses, mientras que EE. UU. aplicará un arancel del 19% a las importaciones desde Indonesia. Ayer domingo, Trump y la Unión Europea anunciaron un acuerdo comercial que incluye un arancel del 15% a las exportaciones europeas –la mitad del 30% con el que había amenazado inicialmente EE. UU.–. Ciertos bienes, como componentes de aeronaves y productos químicos específicos, estarán exentos de aranceles, mientras que los impuestos sobre los automóviles se reducirán al 15%. El acuerdo también contempla que la UE compre energía estadounidense y aumente sus inversiones en el país.
Temporada de balances con buenas noticias. En la última semana, 110 compañías que componen el S&P 500 presentaron los balances del 3Q25 –los más destacados fueron los de Alphabet, Tesla, Intel, Coca-Cola y Lockheed Martin–, por lo que ya presentaron resultados el 33,4% del índice. El 84% de las empresas reportaron una sorpresa positiva en beneficios. Las ventas mostraron un aumento del 4,8% i.a., y los beneficios, del 8,3% i.a. Para esta temporada del 2Q25, se espera que los beneficios marquen un alza de 7,7% i.a., 5 pp menos que en el 1Q25, siendo la más baja desde el 2Q23. Los sectores de mejor desempeño serían comunicación y tecnología, con subas de 37% i.a. y 17% i.a., respectivamente, mientras que el más golpeado sería energía, con una caída de 21% i.a. en beneficios.
Récord tras récord. Impulsadas por buenos resultados corporativos y el renovado optimismo en torno a los acuerdos comerciales, las acciones globales cerraron otra semana al alza. En EE. UU., el S&P 500 subió un 1,5% y alcanzó un nuevo máximo histórico, rozando los 6.400 puntos. Con este resultado, en lo que va de julio acumula una suba de 3,1% y de 8,7% en lo que va del año. El buen desempeño fue generalizado entre los sectores, aunque los más destacados de la última semana fueron salud, materiales e industrial, con subas en torno al 3% –este último lidera el avance anual con un alza de 16,9%, seguido por tecnología y comunicaciones, que subieron 12%–. El Dow Jones avanzó 1,3% en la semana, con una ganancia mensual de 1,9% y un alza de 5,5% en 2025. El Nasdaq mostró una suba semanal de 0,9% –se mantiene cerca de sus máximos históricos– y acumula un alza de 2,5% en el mes y de 10,6% en el año. En el resto del mundo, la dinámica también fue positiva, con un alza semanal de 2,0%, logrando una ganancia en el mes de 1,9% y de 19% desde fines de 2024. Las acciones de Japón fueron las de mejor desempeño semanal, al marcar un alza de 5,3% –impulsadas por el acuerdo comercial con EE. UU. comentado más arriba–, que les permitió recuperarse de las pérdidas de las semanas previas, logrando una ganancia de 0,9% en el mes y de 13% en el año. Le siguió China, con una suba semanal de 2,6%, ampliando la ganancia del mes a 7,0% y a 26% en lo que va del año –se posiciona así como la segunda de mejor desempeño, detrás del 28% de ganancia de Europa–. Europa avanzó 1,9% en la semana y 1,4% en el mes, en tanto que LATAM fue la de peor desempeño semanal, con un avance de solo 1,4%. Brasil registró una suba de apenas 0,3% –en julio la bolsa carioca perdió casi 7% y redujo la ganancia anual al 20%–.
Tasas estables y bonos al alza. Los rendimientos de los bonos del Tesoro operaron estables y mixtos, con alzas en el tramo corto y caídas en el largo. La calma también estuvo influida por la desescalada de la presión de Trump sobre el presidente de la Fed, Jerome Powell, al asegurar que no tiene intención de destituirlo –aunque no se privó de volver a criticarlo por no bajar las tasas de interés–. Concretamente, la UST2Y subió 4 pb hasta 3,92%, mientras que la UST10Y cayó 5 pb a 4,39% y la UST30Y retrocedió 7 pb hasta 4,93%. Como resultado, el índice de bonos del Tesoro registró un avance semanal del 0,3%, mientras que los bonos corporativos Investment Grade subieron 0,7% y los High Yield, 0,4%. Con este resultado, el índice agregado avanzó 0,3% en la semana y recortó la pérdida de julio a 0,8%, mientras que en el año gana 1,6%. El mejor desempeño lo volvieron a tener los bonos emergentes que, impulsados por la debilidad del dólar a nivel global y la estabilidad macroeconómica, escapan a la incertidumbre global, logrando en la semana un avance de 0,9% y consolidándose como el segmento de mejor rendimiento en 2025, con una ganancia acumulada del 4,1%.
El dólar perdió impulso. El dólar se debilitó a nivel global tras haber mostrado señales de recuperación en la semana previa. Pese a que el viernes el DXY cerró con un alza de 0,3%, en la semana perdió 0,8%, por lo que la ganancia de julio se redujo a 0,8% y la pérdida en el año se amplió al 10%. El mayor retroceso fue frente al euro, contra quien perdió 1,0% en la semana y compensó gran parte del avance que había logrado en las semanas previas. Así, en julio gana apenas 0,4% y la pérdida en el año llega al 11,9% –cotiza en EURUSD 1,17, nivel no visto desde agosto de 2021–. Por otro lado, el dólar cayó un 0,8% semanal frente al yen japonés, que cerró en USDJPY 148, 6% más bajo que a fines de 2024. El real brasileño también aprovechó este contexto y cerró en USDBRL 5,56, 0,2% por debajo de la semana previa, aunque en el mes acumula una suba de 2,4%. La debilidad del dólar no fue aprovechada por el oro, que en un clima de mayor distensión global retrocedió 0,4% en la semana y cerró en USD 3.335 la onza –en julio gana 1,0% y en el año 27%–.
Commodities a la baja. La desescalada de la tensión en Medio Oriente y la mayor oferta de Arabia Saudita –en mayo, sus exportaciones de crudo alcanzaron el nivel más alto en tres meses– volvieron a presionar a la baja al precio del petróleo, que cayó un 3,2% en la semana y cerró en USD 65 por barril, perdiendo todo lo que llevaba ganado en el mes, por lo que en todo el año acumula una caída de 9,1%. La soja también tuvo una mala semana, dado que las lluvias favorables en el Medio Oeste de EE. UU. presionaron a la baja sobre la oleaginosa, que cerró en USD 367 por tonelada, 2,9% por debajo de la semana anterior y 2,5% más baja que a fines de junio, quedando prácticamente en el mismo nivel que a fines de diciembre pasado. El cobre volvió a ser la excepción: impulsado por los aranceles de Trump a las importaciones de este metal, en la semana ganó otro 3,3%, ampliando la suba en julio al 15% y al 47% en lo que va del año.
Lo que viene. Será una semana con una agenda cargada. En el plano corporativo, continúa la temporada de balances con la presentación de importantes empresas como Microsoft, Meta, Apple y Amazon, aunque también aparecen los de Boeing, PayPal, P&G, Spotify, Starbucks, Visa, Mastercard, Merck, American Tower, Ford, Qualcomm, Chevron y Exxon Mobil. Por el lado de la política monetaria, se llevará a cabo la quinta reunión del año de la Fed, en la que reafirmará su postura de wait and see, por lo que se espera que deje la tasa sin cambios, en un rango de 4,25% a 4,50%. En cuanto a la agenda económica, se publica la primera estimación del PBI del 2Q25, en la que se prevé un rebote de 2,5% t/t anualizado, luego de la caída de 0,5% t/t en el 1Q25 debido al adelantamiento de importaciones. Más importantes aún serán los datos de empleo de julio, para los que el consenso espera que la creación de empleo no agrícola sea de 102 mil –la más baja desde febrero–, en tanto que la tasa de desocupación subiría a 4,2% y los salarios aumentarían 0,3% m/m. También se publica el PCE de julio –confirmaría la aceleración que marcó el IPC, al proyectarse un alza de 0,3% m/m– junto con ingresos y gastos del consumidor. Otros indicadores relevantes serán el ISM manufacturero y el precio de las viviendas. Del otro lado del Atlántico, se publicará el PBI de la Eurozona, para el que se estima un resultado nulo –la caída en Alemania sería compensada por la expansión en Francia, Italia y España–.
Noticias y mercado: lo que pasó y lo que viene en el plano local.
A pesar de la volatilidad en el tipo de cambio y las tasas de interés, los activos locales tuvieron una buena semana, con subas en bonos y acciones. El desarme de las LEFI fue más costoso de lo esperado y obligó al BCRA a ofrecer nuevos instrumentos de liquidez para estabilizar las tasas. El tipo de cambio también operó inestable y mantiene la presión al alza ante la mayor tensión en el mercado cambiario, lo que le pone un piso a las tasas, que se estabilizarían en un nivel sensiblemente superior al de los meses anteriores. Esto tendrá impacto en la actividad, que en los últimos meses se estancó, y le da aire a que la inflación se mantenga contenida y el tipo de cambio pueda seguir recuperando competitividad. El frente externo sigue siendo el eslabón más débil del programa, dado que la oferta se sostiene con adelantamiento de exportaciones, mientras que la demanda se mantiene firme y creciente, lo que plantea un desafío para los próximos meses, considerando que la temporada alta de liquidación del agro ya finalizó. En este contexto, las reservas continúan sin recuperarse y la meta con el FMI queda cada vez más lejana. A pesar de esto, el Fondo mantiene el apoyo al programa y prepara el desembolso que ya estaba programado. Con la carrera electoral lanzada y la mira puesta en las elecciones de PBA, el Gobierno anunció una baja permanente de retenciones que, si bien no pone en jaque el superávit primario, tendrá un costo fiscal acotado. Las miradas de esta semana estarán puestas en la licitación de mañana, en la que el Tesoro deberá afrontar vencimientos por casi $12 billones, así como también en el mercado cambiario, considerando la menor liquidación del agro y la mayor demanda que suele darse entre la última y la primera semana de cada mes.
La actividad se estancó. En mayo, la actividad económica cayó 0,1% m/m y no logra superar el nivel registrado en febrero pasado. En términos interanuales, el nivel de actividad creció 5% y acumula una suba de 6,1% i.a. en los primeros cinco meses del año. A nivel sectorial, la mayoría presentó mejoras interanuales, destacándose la intermediación financiera (+25,8% i.a.), el comercio (+10% i.a.) y hoteles y restaurantes (+6,1% i.a.). Sin embargo, algunos sectores comienzan a mostrar signos de agotamiento, como la construcción y el agro. Para junio, los datos adelantados son mixtos: del lado positivo se observan subas en el Índice Construya (+15,5% m/m), producción de gas (+14,9% m/m), petróleo (+3,8% m/m), molienda de soja (+5,1% m/m) y escrituras en CABA (+4,5% m/m). En cambio, cayeron la producción de hierro (-14,6% m/m), cemento (-3% m/m), autos (-8,5% m/m) y acero (-10% m/m), lo que sugiere que en junio la actividad económica seguiría en torno al nivel de febrero de 2025, acumulando cinco meses de estancamiento.
Leve repunte de salarios, pero sin recuperar lo perdido. Los salarios registrados crecieron 2,4% m/m en mayo, lo que implicó un aumento real del 0,9%. El avance fue mayor en el sector público (+3,3% m/m, +1,8% real) que en el privado (+2,0% m/m, +0,5% real). Este repunte compensa solo parcialmente las caídas previas: los salarios registrados aún se ubican 0,5% por debajo en términos reales desde diciembre de 2024, con los privados 1,3% abajo y los públicos 1,5% por encima. En comparación con noviembre de 2023, la pérdida acumulada es mayor: los salarios reales registrados retroceden 5,4%, con una baja de 0,7% en los privados registrados y de 13,1% en los públicos.
Más oferta y más demanda de dólares. En junio, el saldo de la cuenta corriente del mercado cambiario logró un superávit de USD 2.295 M, casi el triple del registrado el mes anterior y el mejor resultado desde mayo del año pasado. Esta mejora fue determinada por el fuerte incremento de las exportaciones liquidadas, que marcaron un récord histórico de USD 9.100 M, 85% por encima del nivel de junio de 2024, en tanto que los pagos por importaciones totalizaron USD 5.745 M, 40% más que un año atrás. El resultado fue un superávit comercial liquidado de USD 3.376 M –dado que el saldo liquidado superó con creces al saldo devengado de USD 1.200 M, este resultado indica un fuerte adelanto en la liquidación del agro–. El excedente comercial fue compensado en parte por el déficit en la cuenta de servicios reales por USD 750 M –básicamente debido al déficit de la cuenta de viajes por USD 850 M– y por pago neto de intereses por USD 330 M –recordemos que la demanda por dividendos sigue restringida–. El superávit de la cuenta corriente fue prácticamente compensado por el déficit de USD 2.042 M en la cuenta capital y financiera, determinado por la formación de activos externos por USD 4.051 M, al tiempo que el ingreso neto por préstamos financieros fue de USD 1.378 M. Así las cosas, el resultado de las operaciones en el mercado cambiario arrojó un superávit de USD 252 M. Al considerar las operaciones del sector público (pagos netos de intereses y colocación neta de deuda) y la PCG de los bancos, construimos el Balance Cambiario, el cual marcó un superávit de cuenta corriente por USD 2.158 M y superávit de cuenta financiera por USD 745 M –esto porque el déficit de la cuenta financiera del mercado cambiario fue más que contrarrestado por las operaciones del sector público y el BCRA, que lograron un financiamiento neto de USD 3.370 M, compensado por la caída en el PCG de los bancos–. Esto permitió que en junio las reservas internacionales brutas aumenten en USD 2.916 M y cierren con un stock bruto de USD 40.000 M y netas en USD -6.300 M, muy alejadas de la meta con el FMI, que establecía que debía llegar a USD -3.000 M. A pesar de este incumplimiento –que se amplió en julio por los pagos netos de deuda–, el FMI anunció que aprobó la revisión del programa con Argentina, con lo que desembolsará USD 2.000 M en las próximas ruedas.
Se termina la temporada alta de liquidación del agro. La semana pasada, la liquidación del agro totalizó USD 660 M, lo que marca una fuerte caída respecto al ritmo de las semanas previas. Esto se debió a que el miércoles finalizó el plazo para liquidar las declaraciones juradas de ventas al exterior de junio, en las que la alícuota de retención era de 10 pb menos. De hecho, la caída en la oferta se notó en las ruedas del jueves y viernes, con liquidaciones de USD 95 M y USD 25 M, respectivamente. Con este resultado, en lo que va del mes el agro ya aportó casi USD 4.000 M y se encamina a superar lo liquidado en junio y cerrar el mejor julio desde que se tenga registro. De esta forma, en lo que va del año el sector ya aportó USD 23.000 M y le quedarían por liquidar en el resto del año solo USD 7.000 M. Este será un tema muy importante a monitorear, dado que la caída en la oferta del agro repercutirá en todo el mercado cambiario, que deberá absorber la mayor demanda neta por el déficit en servicios y formación de activos externos.
Reservas en baja. Las reservas internacionales brutas cerraron la semana con un stock de USD 40.278 M, lo que implicó una caída de USD 115 M respecto a la semana previa. Las operaciones del sector público apenas contribuyeron con USD 39 M, que no lograron compensar la caída de encajes en moneda extranjera. Con este resultado, en lo que va del mes las reservas acumulan un alza de USD 306 M, dado que el pago de vencimientos de deuda por USD 4.208 M fue contrarrestado por compras de divisas del Tesoro por USD 850 M –que, sumadas a lo adquirido en junio, totalizan compras netas por USD 1.025 M–, ingresos de la CAF por USD 320 M y el aumento de encajes en moneda extranjera por USD 3.500 M. Así, el stock de reservas internacionales netas cerró la semana en torno a los USD 9.500 M negativos.
Volatilidad cambiaria. El tipo de cambio oficial operó inestable, aunque terminó la semana con una suba acumulada de solo 0,5%, lo que implica un alza de 7% en lo que va de julio y de 6,5% si se toma el promedio mensual. Concretamente, el A3500 –el de referencia del BCRA que toma la cotización promedio del día–, tras haber tocado los $1.286 a comienzos de la semana, cedió hasta $1.260 en la rueda del miércoles para luego volver a subir y cerrar la semana en $1.277 –aunque la cotización al cierre del viernes quedó en $1.282–. Igual tendencia siguieron los dólares financieros: el MEP cerró en $1.290, mientras que el CCL cayó un 0,6% y cerró en $1.287,5.
Cedieron los futuros. Los futuros de dólar acumularon caídas promedio del 1,1% en la semana. El mayor ajuste se dio en el contrato de octubre 2025, que retrocedió un 1,5% y descuenta una devaluación directa del 14%. Además, se registró una disminución tanto en el volumen operado –que pasó de 862.000 contratos la semana previa a 523.000 al cierre del viernes– como en el interés abierto, que retrocedió en 65.500 posiciones. Así, la devaluación mensual implícita se ubica en 2,4% m/m para agosto, sube hasta 2,7% m/m en septiembre y luego promedia 2,5% m/m hasta diciembre.
Inestabilidad en las tasas. La semana estuvo nuevamente marcada por la volatilidad en las tasas. La curva a tasa fija no termina de ganar impulso y el tramo corto cerró en 41% TNA (3,4% TEM), por encima del 39% TNA (3,2% TEM) de la semana pasada. En tanto, la tasa de caución se mantuvo estable, aunque no exenta de inestabilidad, y finalizó el viernes en 31,6% TNA (prom. ponderado), levemente por debajo del 32,2% del viernes anterior. Buscando reducir esta volatilidad, el BCRA extendió la ventana de liquidez inmediata y facilitó el manejo de liquidez para bancos que ya cuentan con títulos integrados en encajes. Sin embargo, al estar acotada únicamente a esos activos encajados, su capacidad para reducir la volatilidad podría ser limitada cuando la presión sobre las tasas proviene de la necesidad de pesos líquidos para integrar efectivo mínimo.
Buena semana para los activos con tasa variable. Con las tasas descomprimiendo levemente, la renta fija en pesos dejó una semana sin demasiados matices. Se destacaron la Letamar M31L5 y los duales, favorecidos por el repunte de tasas (la TAMAR pasó del 33% al 37% TNA), que avanzaron cerca de 1% y 0,5%, respectivamente. A estos precios, los duales rinden 2,5% TEM en su versión a tasa fija y un margen del 7,6% sobre la tasa TAMAR. También fue una buena semana para el Bonte 2030, que subió 0,6% y rinde 28,7% TNA. Los bonos CER registraron alzas de 0,2% y rinden CER +15,7% en los tramos 2025 y 2026, y CER +12,8% en el resto. A estos precios, descuentan una inflación implícita promedio del 2% m/m hasta octubre y 2,1% m/m de noviembre a diciembre, lo que equivale a una inflación acumulada del 29,6% en 2025. Mientras tanto, la curva a tasa fija se mantuvo sin variaciones, conservando una pendiente negativa, con rendimientos de 3,4% TEM en el tramo corto, 3,2% TEM en el tramo medio y 3,0% TEM en el tramo largo. Por último, los instrumentos dollar-linked interrumpieron el rally alcista de las semanas previas y cedieron 1,1%, aunque mantienen el liderazgo en el mes y en el año, con avances de 5,1% y 27%, respectivamente.
Repuntaron los soberanos. Los bonos soberanos en dólares tuvieron una semana positiva que trajo alivio al mercado y al riesgo país. En promedio, avanzaron un 1,4%, llevando al riesgo país a 753 pb, 20 pb menos que la semana anterior. Los bonos argentinos habían comenzado la semana con caídas que fueron revertidas entre el jueves y el viernes, junto con la noticia del FMI y una suba en el tipo de cambio. El mayor aumento se concentró en los bonos de tramo corto y medio bajo legislación local, con el AL30 y el AL35 subiendo un 1,6%. La performance de los soberanos se destaca más al analizarla contra los comparables, que retrocedieron en promedio un 0,1% en la semana. Sin embargo, en el año los comparables registran un alza de 1,9%, al tiempo que los soberanos suben 0,4%. Al compararlos con los corporativos CCC, también se destaca una buena performance del soberano argentino, ya que el spread de tasas bajó 33 pb hasta los 108 pb. A estas paridades, las curvas bajo ambas legislaciones muestran pendientes negativas. Bajo ley local, los rendimientos van desde 13,4% TIR hasta 12,3%, mientras que bajo ley extranjera la TIR se ubica entre 12,1% y 11,6%. Contrario a la tendencia últimamente observada, los BOPREAL retrocedieron en promedio un 0,3%, impulsados por el BOPREAL Serie 3 que cayó un 0,5%. De esta manera, el Serie 3 rinde una TIR de 3,2%, en tanto que los Serie 1 B, C y D rinden entre 7,2% y 7,9%. Por su parte, el BOPREAL Serie 4 perdió un 1,2% y ofrece una TIR de 10,6%. En cuanto a los subsoberanos, no mostraron variaciones en la semana. Por el lado de corporativos, en promedio avanzaron 0,1%, destacándose YPF 2026 con una suba de 0,3%.
Nuevo repunte del Merval. En un contexto favorable para la renta variable a nivel global, el Merval avanzó por segunda semana consecutiva al lograr un alza de 5,9% en pesos y 6,3% en dólares, cerrando la semana en USD 1.700. Con este resultado, en lo que va de julio acumula una suba en moneda extranjera de 3,0% y redujo la caída anual al 20,6%. Lo más destacado de la semana se vio en los sectores de construcción, bancos y energía, con LOMA, Macro y TGN ganando por encima de 9,7%. Del otro lado, COME (-5,0%), Aluar (-1,7%) y BYMA (-0,3%) exhibieron los peores desempeños. En el año, medido en dólares, el sector de bienes raíces se mantiene como el de mejor performance, mostrando un alza de 1,27%, mientras que el sector industrial se lleva la peor parte, con una pérdida del 39,26%. En acciones, la única con rendimiento positivo en el año sigue siendo Ternium, con un 16,9%, al tiempo que COME cae 57,0%. Las acciones que cotizan en la Bolsa de Nueva York superaron en desempeño a las locales, con una suba promedio de 1,7% en la semana gracias a LOMA, Galicia y Macro, que avanzaron por encima de 8%, en tanto que Vista, Adecoagro y MELI retrocedieron entre 0,9% y 1,7%. En el año, las acciones que cotizan afuera pierden un 15,0%, siendo Globant (-58,6%) la de peor rendimiento y MELI (40,6%) la de mayor ganancia.
Lo que viene. La semana arranca con expectativa por el impacto de la baja permanente de retenciones al agro, anunciada el sábado por el presidente en la Exposición Rural. En detalle, los derechos de exportación de carne aviar y vacuna bajan de 6,75% a 5%, los de maíz y sorgo del 12% al 9,5% –igualando la alícuota de trigo y cebada, que ya habían sido reducidos en forma permanente–, los de girasol de 7% a 5%, y lo más relevante: los de porotos de soja del 33% al 26% y los de subproductos del 31% al 24,5%. Con esto, se estima un costo fiscal para este año de USD 700 M, equivalente a un 0,2% del PBI anualizado. En cuanto a la agenda económica, hoy se publica el Índice de Confianza en el Gobierno, un indicador clave en el actual contexto electoral y útil para evaluar si la reciente volatilidad cambiaria afectó la imagen presidencial. Además, se publican las estadísticas de turismo internacional de junio, fundamentales para estimar la dinámica de la cuenta viajes del Balance de Pagos. El martes 29 se llevará a cabo la última licitación de julio, en la que el Tesoro deberá afrontar vencimientos por $11,8 billones, principalmente correspondientes a la Lecap S31L5. También serán relevantes los registros privados de inflación que se conocerán esta semana, esencial para definir julio: esperamos que, pese al mayor ritmo de devaluación, el alza del IPC vuelva a ubicarse por debajo del 2,0% m/m. Finalmente, el viernes se publicará la recaudación correspondiente a julio.
Los contratos de dólar en A3 operaron a la baja en la semana, con el mayor retroceso en junio 2026.
Los contratos de dólar en A3 operaron a la baja en la semana, con nuevas subas en interés abierto y caídas en el volumen. Los mayores retrocesos fueron para los contratos de junio 2026 (-1,41%), abril 2026 (-1,36%) y octubre 2025 (-1,28%).
El próximo contrato en vencer es el de julio, que cotiza en $1.280,5 y marca una devaluación directa 0,2% y mensualizada de 1,1%. Para los tres meses siguientes, los precios reflejan que la suba en el dólar correría en niveles en torno al 2,6%: 2,4% en agosto ($1.316), 2,7% en septiembre ($1.356) y 2,6% en octubre ($1.390). A partir de ahí, señalan una devaluación que continúa al ritmo de 2,1% promedio hasta junio del 2026.
La curva de tasas (TNA) comprimió fuertemente en junio, mientras que en el resto de los tramos se mantuvo. Julio cayó a 13%, muy por debajo del 53% que ofrece la Lecap S31L5, en tanto que el resto de la curva se mantuvo en torno al 31%, también por debajo de los rendimientos que ofrecen las Lecap.
El volumen operado también retrocedió frente a la semana anterior. En las últimas cinco ruedas se comerciaron USD 4.981 M. El viernes 21 de julio el interés abierto cerró en USD 6.750M, mostrando un alza de 51% m/m y 172% a/a.
Noticias locales: el país hoy.
El jueves fue una rueda positiva para los activos locales, con subas en los bonos en dólares, bonos en pesos y acciones. La tasa de las Lecap y la caución comprimieron y parecerían estar normalizándose. En cuanto al tipo de cambio, se mantuvo estable tanto en el spot como en los financieros y futuros. Por último, el BCRA publicó que abrirá una ventana en la que ofrecerá comprar bonos integrados en encajes de los bancos.
La renta fija en pesos volvió a registrar una rueda positiva, siendo los duales los principales ganadores, con una suba de 1,3%. La curva a tasa fija operó con subas de 0,6%, liderada por el tramo largo, que trepó un 0,9%. Así, tanto la parte corta de la curva a tasa fija como la tasa de caución a 1 día promedio ponderada registraron bajas, ubicándose ambas en torno al 37% TNA. Los bonos CER continuaron repuntando un 0,5%, mientras que los dollar-linked cerraron la rueda con pérdidas de -0,7%.
El tipo de cambio oficial registró una suba de 0,2%, cerrando en $1.262. Así, el tipo de cambio promedio se ubica 6,4% por encima del promedio de junio. En tanto, los dólares financieros operaron con subas de 0,6% en el MEP (GD30), cerrando en un nivel de $1.269,3, al tiempo que el CCL cerró con una suba de 0,5%, alcanzando los $1.271,4. En el mercado de cambios, el BCRA cerró la jornada con un stock de reservas brutas de USD 40.356 M, subiendo en USD 74 M diarios.
Los futuros de dólar en A3 se mantuvieron estables, con bajas en los contratos que van de agosto a noviembre. El volumen operado subió USD 178,6 M y cerró en USD 828,4 M. El 94% de la suba en el volumen se concentró en el contrato de julio, que avanzó 0,4%. A su vez, el interés abierto cerró con un incremento de USD 155,1 M, concentrando el 81% de la suba en el contrato de agosto, que se mantuvo neutral. Así, el interés abierto alcanzó nuevos máximos del año, cerrando en USD 6.750 M. Con esto, la devaluación mensual implícita promedio para diciembre 2025 se mantiene en 2,7% y la TNA de agosto cerró en 33%, por debajo del rendimiento de la Lecap S29G5 (TNA 37,7%).
En una rueda estable para los pares emergentes, los bonos soberanos en dólares repuntaron un 1,3%, con subas generalizadas en todos los tramos. El riesgo país se mantuvo en torno a los 773 pb, mientras que los BOPREAL retrocedieron -0,1%.
El Merval tuvo una buena rueda, a diferencia de emergentes (-0,4%) y el EWZ (-1,3%), y subió un 2,5% en pesos, mientras que en dólares avanzó un 1,8%. Con esto, cerró en un nivel de USD 1.677 y en julio acumula una suba de 1,6%, en tanto que en el año cae -21,6%. Los sectores que traccionaron la suba fueron construcción, bancos y materiales, de la mano de LOMA (+5,3%), Galicia (+4,3%) y Macro (+4,0%). En contraposición, BYMA, Mirgor y Ternium retrocedieron en torno a -0,5%. Para los activos que cotizan en la Bolsa de Nueva York, también fue una rueda positiva, aunque no tanto como en el mercado local. En concreto, avanzaron un 0,9%, impulsados por Galicia, LOMA y BBVA, con subas por encima del 3,1%.
A partir del lunes 28/07, el BCRA ajustará el horario de la ventana de liquidez inmediata para los bancos que suscribieron bonos integrados en encajes: estará disponible de 19:00 a 20:30 hs del día hábil anterior y de 8:30 a 9:30 hs del mismo día de liquidación. En ese espacio, la autoridad monetaria ofrece recomprar esos títulos para proveer liquidez a las entidades. El precio que paga el BCRA es el correspondiente a la mayor tasa entre la promedio operada y la de cierre del día anterior (es decir, el precio más bajo) más 2 puntos porcentuales. Luego, entre las 9:00 y las 10:00 hs del mismo día, el BCRA publica los precios de recompra calculados para que los bancos confirmen o no la operación.
Por último, en mayo, los salarios registrados crecieron 2,4% m/m, lo que implicó una suba real de 0,9% m/m. En el detalle por sector, los salarios privados avanzaron 2,0% m/m (+0,5% real m/m) y los públicos 3,3% m/m (+1,8% real m/m). Este repunte compensa de forma parcial las pérdidas previas: respecto a diciembre de 2024, los salarios registrados se encuentran 0,5% por debajo en términos reales, con los privados aún -1,3% abajo y los públicos 1,5% por encima.
Noticias globales: el mundo hoy.
Los mercados globales mostraron un desempeño mixto: los índices estadounidenses alcanzaron nuevos máximos impulsados por resultados sólidos en el sector tecnológico, mientras que los emergentes retrocedieron. Por otro lado, el informe de solicitudes iniciales por desempleo en EE. UU. confirmó la fortaleza del mercado laboral, lo que contribuyó a una suba moderada en las tasas de interés y a un dólar fortalecido a nivel global. En Europa, el BCE mantuvo sin cambios las tasas, adoptando una postura cautelosa ante la inflación estabilizada y la incertidumbre comercial. En commodities, el petróleo rebotó tras la caída en inventarios y los avances en negociaciones comerciales, aunque persisten las tensiones geopolíticas.
La renta variable operó mayormente al alza, con el S&P 500 y el Nasdaq avanzando un 0,1% y 0,3%, respectivamente, y alcanzando nuevos máximos. El impulso provino de los sólidos resultados de Alphabet, que reforzaron la confianza en las inversiones en inteligencia artificial. Sus acciones subieron 1,5% tras superar las expectativas del segundo trimestre y elevar en USD 10.000 M su proyección de gasto de capital para 2025, lo que también impulsó a otras tecnológicas como Microsoft, Nvidia y Amazon. En cambio, Tesla cayó 8,8% luego de que su CEO, Elon Musk, advirtiera sobre trimestres difíciles por delante. Por su parte, el Dow Jones cedió un 0,6%, afectado por una baja del 8% en IBM debido a ingresos débiles en su división de software, y una pérdida del 3,7% en UnitedHealth tras conocerse que enfrenta una investigación del Departamento de Justicia. En contraposición a EE. UU., las acciones de China (-0,1%), Brasil (-1,3%) y mercados emergentes en general (-0,4%) retrocedieron.
Con el dato de solicitudes iniciales por desempleo mostrando un mercado laboral que se mantiene sólido, las tasas subieron 2 pb para la UST2Y y 4 pb para la UST10Y. Por su parte, el BCE (Banco Central Europeo) mantuvo sin cambios las tasas de interés en julio, poniendo fin a su ciclo de bajas tras ocho recortes en el último año. La decisión responde a que la inflación alcanzó el objetivo del 2% en junio y a la incertidumbre sobre el impacto de los aranceles propuestos por EE. UU. en la economía. Lagarde adoptó una postura prudente y señaló que, aunque el BCE no apunta al tipo de cambio, lo considera en sus proyecciones de inflación. En este contexto, los bonos del Tesoro americano cayeron un 0,1%, arrastrando a los corporativos Investment Grade y High Yield, que también retrocedieron un 0,1%. En tanto, los bonos de mercados emergentes se mantuvieron neutrales.
En paralelo, el dólar se fortaleció a nivel global. El DXY avanzó un 0,2% y cerró en 97,4; el euro se mantuvo neutral frente al dólar en EURUSD 1,18, la libra perdió un 0,5% y el dólar se apreció un 0,3% frente al yen japonés, donde la tasa a diez años cruzó la barrera del 1,6%. Por otro lado, el oro bajó un 0,5% y cerró en USD 3.372 la onza.
Respecto a commodities, el precio del petróleo WTI subió 1,5% hasta USD 66,2 por barril, cortando así una racha negativa de cuatro ruedas a la baja. El aumento se debió al optimismo en torno a las negociaciones comerciales y una caída en inventarios de 3,2 M de barriles, mayor a la esperada. Mientras tanto, persisten las tensiones geopolíticas, con Rusia deteniendo temporalmente sus exportaciones desde puertos del Mar Negro, y EE. UU. y la UE evaluando nuevas sanciones al sector energético ruso.
En el dato económico del día, las solicitudes iniciales de desempleo en EE. UU. bajaron a 217.000 en la tercera semana de julio, su menor nivel desde abril y marcando la sexta caída consecutiva, lo que refuerza la solidez del mercado laboral. Sin embargo, las solicitudes continuas se incrementaron levemente, reflejando una moderación en el ritmo de contrataciones. En esta línea, las presentadas por empleados federales alcanzaron su nivel más alto en cuatro meses tras despidos recientes.
Revisamos el posicionamiento en pesos ante más tensión cambiaria y tasas inestables.
En informes anteriores veníamos señalando que la estrategia de carry trade en pesos persistía, aunque con un margen cada vez más acotado por las señales de deterioro en el frente externo. Tras el anuncio del nuevo esquema monetario, inicialmente interpretamos que la eliminación de las LEFI por parte del BCRA podría dar lugar a una reconfiguración favorable de la curva en pesos, a partir del traspaso de liquidez hacia las Lecaps de corto plazo. Sin embargo, el desarme abrupto de las LEFI derivó en un contexto de mayor incertidumbre y volatilidad, antes que en una convergencia ordenada hacia nuevos niveles de tasa de interés.
El exceso de liquidez de los bancos quedó en evidencia la semana posterior al fin de las LEFI, cuando la tasa de caución a un día operó en niveles del 16% TNA (PP), muy por debajo del 30% TNA que aún ofrecían las Lecaps en el tramo corto. La licitación por fuera del calendario anunciada el 14 de julio buscó contener este descalce, absorbiendo pesos y marcando un piso para las tasas. Desde entonces, tanto las tasas de caución como las de Lecaps corrigieron al alza: las primeras treparon a 32% TNA y las segundas a 39% TNA. Sin embargo, el efecto fue transitorio. Parecería que los bancos licitaron por encima de su necesidad de pesos, lo que forzó desarmes en el mercado secundario y, en un contexto de mayor tensión cambiaria, profundizó el ajuste de tasas. A comienzos de la semana siguiente, la caución a un día escaló hasta 66% TNA y las Lecaps alcanzaron el 50% TNA. Actualmente, ambas tasas se moderaron, pero se mantienen en niveles elevados: 42% y 40% TNA, respectivamente.
En este contexto, el tipo de cambio oficial no estuvo exento de volatilidad y acumula una suba cercana al 6% en lo que va de julio, reflejando un adelanto de la tensión cambiaria, que se preveía más cercana a las elecciones. Esta dinámica, sumada a la volatilidad de tasas y a la falta de una señal clara del BCRA sobre su sendero de normalización, obliga a reconfigurar las estrategias en moneda local, incluso aquellas centradas en el carry trade, que hasta junio venían ofreciendo retornos en dólares atractivos.
Como mencionamos en Tensión cambiaria en la previa electoral, nuestro escenario base contempla una devaluación del 2,7% m/m promedio entre agosto y octubre, con un salto discreto del tipo de cambio del 9,5% tras las elecciones. En este contexto, las estrategias de carry en pesos lucen cada vez más riesgosas, incluso en un entorno de tasas elevadas, ante una exposición cambiaria que comienza a dominar la ecuación. Por este motivo, consideramos prudente pausar las estrategias de carry en el corto plazo y esperar condiciones más favorables de entrada, particularmente en términos de tipo de cambio. Mientras tanto, sugerimos dolarizar carteras mediante instrumentos hard dollar, tal como detallamos en Dónde reinvertir los cupones de julio.
Esto no implica abandonar completamente las posiciones en pesos, sino que, para aquellos inversores que quieran mantenerse posicionados en moneda local, sugerimos privilegiar instrumentos que ofrezcan mayor protección frente a la volatilidad cambiaria y la incertidumbre política.
Curva a tasa fija
Para estrategias en pesos, privilegiamos el tramo corto de la curva de Lecaps, que ofrece tasas elevadas en torno al 3,4% TEM (40% TNA). Consideramos que, debido a la proximidad electoral y la persistente volatilidad cambiaria, resulta más prudente mantenerse cortos en duration y evitar extenderse hacia tramos más largos. Además, no podemos perder de vista que la próxima semana el Tesoro deberá afrontar vencimientos por $12 billones, al tiempo que durante agosto el total asciende a $30 billones. A partir de la dinámica observada en las últimas licitaciones y las presiones al alza sobre el tipo de cambio, es probable que el Tesoro continúe convalidando tasas elevadas en sus colocaciones. En este contexto, las licitaciones podrían mantenerse como una oportunidad atractiva para captar rendimientos elevados en el tramo corto de la curva.
Curva CER
Teniendo en cuenta nuestro escenario base, que contempla una inflación algo superior a la prevista inicialmente –producto del mayor ritmo de devaluación–, los bonos CER vuelven a perfilarse como una alternativa atractiva. Actualmente, estos instrumentos exhiben tasas reales en torno al 14,7% anual, niveles que no se observaban desde octubre de 2023. Así, la inflación implícita promedio se ubica en 1,9% m/m hacia enero de 2026, por debajo de nuestras proyecciones. En particular, destacamos el TZXM6 (CER +15,9%) y el TZXD6 (CER +14% TEA), no solo porque muestran tasas reales muy atractivas, sino porque permitirían captar la posible aceleración de precios a raíz de una suba en el ritmo de devaluación.
Bonos duales
La persistencia de tasas reales más altas, en un contexto de mayor ritmo de devaluación y un tipo de cambio con presión al alza, nos lleva a seguir sobreponderando los bonos duales vs. la alternativa a tasa fija de duration similar. En este escenario, creemos que el TTM26 (2,6% TEM / TAMAR +8%) y el TTJ26 (2,5% TEM / TAMAR +7,5%) continúan resultando particularmente atractivos, dado que podrían capturar parte de esas tasas reales más elevadas. Ambos ofrecen TAMAR breakeven promedio al vencimiento de 22,7% y 23%, respectivamente, niveles que superan nuestras estimaciones, lo que sugiere que terminarían pagando la tasa variable al vencimiento.
Curva dollar-linked
Sostenemos una visión constructiva sobre los instrumentos dollar-linked, que se sobresalieron dentro del universo en pesos al ser los únicos en registrar retornos positivos en lo que va de julio (+4,5%). Además, encabezan el desempeño acumulado del año con una suba del 26%. Asimismo, seguimos destacando el TZVD5, que rinde devaluación -1% y descuenta una devaluación implícita directa del 16%, por debajo del 19% directo que contemplan nuestras proyecciones.