Semana volátil, pero con resultados positivos para los mercados globales, en la que solo desentonaron las acciones tecnológicas, golpeadas luego de informes negativos sobre la rentabilidad de proyectos de inteligencia artificial. La volatilidad estuvo marcada por la expectativa de los inversores respecto del rumbo de la política monetaria de la Fed, en un contexto en el que la inflación repuntó y el mercado laboral mostró señales de enfriamiento. La buena noticia llegó al cierre de la semana con el discurso de Powell en Jackson Hole, donde insinuó que podrían bajar la tasa de referencia en la reunión de septiembre, contradiciendo las minutas de julio conocidas esta misma semana, en las que las autoridades se mostraban más duras y remarcaban sus temores sobre la dinámica de precios. Sin dudas, los datos de empleo de julio —conocidos a principios de agosto, tras la reunión de la Fed— inclinaron la balanza hacia la preocupación por la actividad más que por la inflación. La expectativa de una política monetaria más laxa revirtió la tendencia de los activos y dio impulso a bonos, acciones y commodities, debilitando al dólar. En el plano geopolítico, pese a la reunión en Alaska entre Trump y Putin, el acuerdo de paz con Ucrania aún parece muy lejano. Las miradas de esta semana estarán puestas en la publicación del índice de precios PCE y del consumo de los hogares de julio, datos que serán claves para evaluar la marcha de la economía de cara a la próxima reunión de la Fed.

Los dilemas de la Fed. Con los datos de julio que marcaron un mercado laboral mucho más débil de lo previsto y con la inflación repuntando —reflejo de que la suba de aranceles comienza a sentirse en los precios—, sumado a la fuerte presión de Trump sobre Powell, los próximos pasos de la Fed generan incertidumbre en los inversores. La última semana mostró inestabilidad, con señales contrapuestas: el miércoles se publicaron las minutas de la reunión de julio, donde las autoridades expresaron su preocupación por la dinámica de precios, lo que justificaba mantener la tasa de referencia. Sin embargo, en aquel momento no se conocían aún los datos de empleo de julio que, como comentamos en informes anteriores, sorprendieron negativamente al mercado al reflejar una fuerte desaceleración en la creación de puestos de trabajo en los últimos tres meses. Probablemente fue esto lo que motivó que en su discurso en el simposio de Jackson Hole, Powell abriera la puerta a un recorte de tasas en septiembre, al remarcar que el escenario base y el cambio en el balance de riesgos “podrían justificar un ajuste en la política monetaria”. Powell destacó la desaceleración del mercado laboral —con menor creación de empleos y riesgo de despidos— al tiempo que la inflación mostró una aceleración. Reconoció que la suba de aranceles repercutirá en los precios, aunque confía en que será un efecto transitorio y controlable. Además, presentó el nuevo marco de política monetaria de la Fed, orientado a mantener la inflación en torno al 2% de manera sostenida. En este contexto, la probabilidad de un recorte de 25 pb en septiembre se mantiene en 84% —prácticamente igual a la semana pasada—. Para diciembre, se espera otro recorte de 25 pb, mientras que para octubre el mercado asigna 46% de probabilidad a un segundo recorte y 49% a que no haya cambios. Para 2026, se descuentan tres recortes adicionales de la misma magnitud.

Las tasas cedieron y repuntaron los bonos. Tras la conferencia de Powell, la curva de rendimientos de los bonos del Tesoro reaccionó a la baja y cerró la semana con caídas en todos los tramos, lo que dio impulso a toda la renta fija. La UST2Y cayó 6 pb y cerró en 3,70%, la UST10Y retrocedió 7 pb y finalizó en 4,25%, mientras que la UST30Y cayó 5 pb y se ubicó en 4,88%. Con este movimiento, el índice de bonos del Tesoro subió 0,4% en la semana y acumula en agosto un alza de 0,6%. Mejor aún fue la performance de los bonos ajustables por inflación (TIPS), que anotaron una ganancia de 0,8% en la semana, 1,1% en el mes y 4,1% en lo que va del año. La expectativa de recortes de tasas también benefició a la renta fija corporativa y a los bonos emergentes, que subieron 0,4% en la semana. En lo que va de agosto y en el año, los Investment Grade acumulan subas de 1,0% y 3,1% respectivamente, los High Yield de 0,6% y 2,8%, mientras que los emergentes lideran con ganancias de 1,4% en el mes y 5,8% en lo que va de 2025.

Datos mixtos de actividad. En una semana con agenda liviana de publicaciones, los últimos datos mostraron señales mixtas. En el mercado laboral, las solicitudes iniciales de subsidio por desempleo subieron más de lo esperado, alcanzando su nivel más alto en ocho semanas, mientras que las solicitudes continuas también aumentaron, reflejando una desaceleración en la creación de empleo. Por otro lado, las ventas de viviendas existentes crecieron 2% en julio y superaron las expectativas, apoyadas por una leve mejora en la accesibilidad y un crecimiento salarial que continúa por encima de los precios, junto con un inventario ligeramente mayor y un incremento moderado en los precios medianos.

Las acciones resisten el retroceso de las tecnológicas y anotan nuevos máximos. Las acciones comenzaron la semana con tono negativo tras la publicación de un informe del MIT que señaló que el 95% de los proyectos de inteligencia artificial generativa emprendidos por empresas no han producido retornos medibles, destacando que la mayoría no logra transformar procesos ni generar valor significativo. Esto repercutió principalmente en el Nasdaq, que cerró la semana con un retroceso de 0,5%, mientras que el S&P 500 compensó la caída del sector tecnológico con la suba de los sectores Value, cerrando la semana con una ganancia de 0,3%, acumulando en el mes un alza de 2,1% y de 10,1% desde fines de 2024. Quienes mejor capitalizaron la expectativa de recorte de tasas y los buenos balances empresariales fueron el Dow Jones y el Russell 2000 —que agrupa a las small caps—, con alzas semanales de 1,6% y 3,4%, respectivamente, liderando también en el mes con subas de 3,5% y 7,0%. Con esto, acumulan ganancias de 7,3% y 6,3% en el año, achicando la distancia con el S&P y el Nasdaq, que a pesar de la baja semanal sigue siendo el de mejor desempeño en lo que va de 2025 con un alza de 11,3%.

Mejor emergentes. En el resto del mundo, las acciones también cerraron la semana en alza, con los mercados emergentes a la cabeza. Entre los desarrollados, las acciones europeas subieron 0,8%, acumulando en agosto un alza de 5,7% y ampliando la ganancia anual al 30%. En contraste, las acciones japonesas retrocedieron 0,2% en la semana, aunque mantienen una suba de 8,7% en agosto y 19,3% en lo que va del año. El índice de mercados emergentes avanzó 1,4% en la semana, 4,3% en el mes y 21,1% en el año. Dentro de este grupo, se destacaron las acciones de China y Latam, que registraron subas semanales de 3,2% y 2,3%, respectivamente, ampliando las ganancias de agosto a 7,2% y 7,4%, y acumulando alzas de 31,4% y 27,8% en lo que va de 2025. 

El conflicto Rusia-Ucrania permanece sin definiciones. Durante la semana, las negociaciones en torno a un eventual acuerdo de paz en Ucrania mostraron señales encontradas. En Washington, Trump expresó optimismo sobre un desenlace rápido y se comprometió a brindar garantías de seguridad junto a Europa, aunque sin avances concretos en el alto el fuego tras su contacto con Putin. Zelensky, por su parte, condicionó un encuentro con el líder ruso a la definición de un esquema claro de garantías de seguridad —con países de la “Coalición de la Voluntad”, pero excluyendo a China— y propuso sedes neutrales como Suiza, Austria o Turquía para una cumbre trilateral con Trump. Además, pidió a EE. UU. endurecer sanciones y aranceles contra Rusia en caso de que Moscú rechace el diálogo, al tiempo que solicitó apoyo para destrabar su ingreso a la Unión Europea. Sin embargo, desde el Kremlin persisten señales de intransigencia: Putin insiste en imponer condiciones que limitan la soberanía ucraniana, mantiene su exigencia de concesiones territoriales y busca un acuerdo de paz integral de largo plazo que le permita continuar la guerra mientras evita sanciones más duras. De este modo, mientras EE. UU. y Europa presionan para acelerar el proceso, la falta de flexibilidad rusa y el lanzamiento de su mayor ataque con drones y misiles sobre Ucrania en más de un mes mantienen alta la incertidumbre sobre la viabilidad de un entendimiento cercano.

Semana volátil para el dólar. El viernes, tras el discurso de Powell, el dólar tuvo una importante caída a nivel global, con el DXY retrocediendo un 0,9% en una sola rueda y borrando todas las ganancias acumuladas en las jornadas previas. Así, en la semana cerró con una baja de 0,2%, ampliando la pérdida de agosto a -2,2% y de -9,9% en lo que va del año. En la semana, el euro avanzó un 0,2%, mientras que la libra perdió un 0,2% y el dólar cayó frente al yen un 0,3%. La excepción fue el real brasileño: el dólar avanzó un 0,4% y cerró en USDBRL 5,42, aunque en agosto acumula una baja de -3,2% y en el año de -12,2%, siendo la moneda que más se apreció frente al billete estadounidense. En este contexto, el oro aprovechó el escenario de menores tasas y subió un 1,1% semanal, cerrando en USD 3.373 la onza. Con esto, acumula un incremento de 2,5% en agosto y de 28,5% en lo que va del año.

Commodities al alza. La disminución de expectativas de un acuerdo rápido negociado por EE. UU. para poner fin a la guerra entre Rusia y Ucrania presionó sobre el precio del petróleo, que subió 1,6% en la semana y cerró en USD 63,6 el barril de WTI. También influyó la decisión de EE. UU. de intensificar la presión sobre India por sus compras de crudo ruso, al anunciar un arancel del 25% sobre productos indios a partir del 27 de agosto —considerando que el petróleo representa casi el 35% de las importaciones de India—. Los precios recibieron además apoyo del último informe de inventarios de EE. UU., que mostró la mayor caída nacional desde mediados de junio, aunque el aumento continuo en Cushing reflejó una demanda subyacente más débil. A pesar de la mejora semanal, en agosto el crudo acumula un retroceso de 7,9% y en el año de 11,3%. En cuanto a los agrícolas, la soja se benefició del potencial de baja de tasas y de la fuerte demanda de exportaciones, subiendo 1,7% en la semana y cerrando en USD 382 la tonelada, con un alza acumulada de 4,1% en 2025. El cobre cedió 0,7% en la semana, aunque mantiene subas de 2,7% en agosto y de 11,6% en lo que va del año.

Lo que viene. La atención de la semana estará puesta en los datos de pedidos de bienes durables que se publicarán el martes. El jueves se conocerá la segunda estimación del PBI del 2Q25, mientras que lo más relevante llegará el viernes con la publicación del informe de ingresos y gastos de las familias, del que se desprenden la dinámica del consumo y la tasa de ahorro, así como el índice de precios PCE, la medida preferida por la Fed para monitorear la evolución de los precios.