Luego del balotaje de noviembre de 2023, la confianza de los inversores en las políticas promercado impulsó al mercado accionario argentino, que creció en volumen y tuvo rendimientos positivos a pesar de la ausencia de cambios concretos.

Así, el Merval tuvo un inicio de año favorable, registrando un incremento del 35% en pesos y del 3,4% en dólares durante enero. No obstante, la incertidumbre política provocó un retroceso en lo transcurrido de febrero, con caídas del 15% y del 4% en pesos y dólares, respectivamente. Así, el índice, que había superado los USD 1.000, ajustó su valor a mediados de mes, alcanzando un mínimo de USD 880, para luego recuperarse hasta situarse en los USD 940 actuales.

A pesar de que tanto el índice Merval como el Contado con Liquidación (CCL) experimentaron un aumento idéntico del 15%, la inflación de enero alcanzó el 20%. Esto implica que solo un grupo selecto de empresas ha conseguido crecer en términos reales. Entre estas, se destacan: Comercial Del Plata, con un incremento del 61%; Banco Galicia, con un 38%; y Banco Macro, con un 32%. Si analizamos por sectores, Industria y Finanzas encabezan el crecimiento con subas del 44% y del 30%, respectivamente. En contraste, los sectores de Materiales y Construcción muestran incrementos más moderados, con un 2% y un 8% respectivamente, ubicándose así entre los de menor beneficio en el contexto actual.

Si bien el panorama actual se presenta ambiguo, existen razones para adoptar una postura optimista.  El principal driver positivo es la meta del gobierno de lograr tanto un superávit fiscal y comercial para el 2024. Como consecuencia, otro factor fundamental es el fin de la emisión monetaria por parte del Banco Central, producto de que el tesoro lograría cubrir todos sus gastos, incluidos los intereses, con ingresos propios. Por último, esta absorción de pesos por parte del gobierno ayudaría a sacar presión sobre el dólar, acompañado por una cosecha favorable.

Los puntos más débiles de este plan de estabilización son la situación social con una pobreza al alza, una fuerte caída del nivel de actividad y la merma en el poder adquisitivo. En duda se encuentran cuestiones acerca de cómo se materializan las reformas (fiscales, impositivas, laborales, etc.) así como también el objetivo de una inflación de un dígito mensual para el segundo semestre.

A raíz de esta coyuntura nos encontramos ante una pregunta clave: ¿mantiene el Merval el potencial de ascenso a pesar de la reciente corrección? Si ponemos el foco en la perspectiva histórica y ajustamos por inflación, el Merval en dólares marcó una recuperación desde su punto más bajo en 2021, estabilizándose alrededor de los USD 500, lo que indica que su valoración se alineó con su promedio histórico. Considerando el margen de crecimiento que ofrece un contexto macro favorable, si se materializan los cambios en el gobierno de Milei, se observa que el índice aún se encuentra a una distancia considerable del techo de USD 1400 alcanzado en los momentos más prósperos bajo la gestión de Macri.

 

Otro aspecto importante y que refuerza el potencial de suba es la correlación positiva de 0,64 entre el índice de riesgo país y el Merval. En la actualidad, el riesgo país se encuentra en 1.800 puntos, marcando una mejora respecto a la cota de los 2.000 puntos que prevaleció durante la mayor parte del 2023. Sin embargo, esta cifra sigue siendo superior al mínimo histórico de 400 puntos registrado en 2017 bajo la administración de Macri, cuando el Merval, expresado en dólares, alcanzó los USD 1.400. Dicha dinámica puede darse, pero nuevamente estará condicionada por la eficacia de las políticas que se adopten para estabilizar la macroeconomía y para disminuir el déficit fiscal durante el transcurso del año. De lograrse esa confianza necesaria, veremos una caída considerable del riesgo de mercado y el upside del equity de cara a futuro es prometedor con un potencial de retorno de 40% en dólares.

Respecto al piso del Merval, actualmente observamos una corrección del 20% en pesos en lo que va del mes. Si examinamos el máximo drawdown –que representa la pérdida máxima que experimenta un índice desde su punto máximo hasta su punto mínimo, antes de recuperarse hasta alcanzar un nuevo punto máximo– dicho fenómeno ocurrió en septiembre de 2020, cuando la merma fue del 24%. Esto nos sugiere que estaríamos cerca de alcanzar el piso.

En relación con las oportunidades de inversión, identificamos dos indicadores clave para el análisis: el EV/EBITDA, que indica cuántas veces el valor de la empresa (incluyendo deuda y efectivo) excede sus ganancias operativas; y el P/E, que muestra cuánto los inversores están dispuestos a pagar por cada peso de ganancia anual de la empresa. 

Dicho esto, las oportunidades relevantes se localizan en el sector energético, estimulado por las iniciativas que se espera implemente la Secretaría de Energía. Específicamente, vemos una oportunidad en Pampa Energía (EV/EBITDA de 15,5 y un P/E de 6,25), y en Central Puerto, que presenta un (EV/EBITDA de 15,5 y un P/E de 18,7).  Asimismo, Vista Oil & Gas emerge como una opción atractiva, beneficiada por el desarrollo en Vaca Muerta y un favorable cuarto trimestre de 2023.

A su vez, pese al riesgo que implica la anunciada reducción en la obra pública, el sector cementero sugiere ser prometedor, especialmente ante un posible cambio de control en Loma Negra, cuyo EV/EBITDA es de 15,17 y el P/E de 32,62, y a Holcim EV/EBITDA 14 y P/E 25 por la robusta generación de efectivo, la recompra de acciones y los bajos índices financieros. 

Por otro lado, Bolsas y Mercados Argentinos (BYMA) se destaca con una capitalización de mercado de USD 900M, activos financieros de USD 400 millones y un ingreso neto de USD 110M, favorecido por un incremento en el volumen transaccional del cuarto trimestre de 2023.

En conclusión, si bien el mercado se anticipó a las perspectivas de cambio, el revés que generó la ley de ómnibus en el Congreso hizo retroceder dicha euforia. Si bien dicho retroceso es esperable, ya que se encontraba muy sobre extendido al alza, el Merval se encuentra cerca de encontrar su piso. A futuro, si se materializan los cambios de gobierno mencionados, con la inflación descendiendo y el ancla fiscal sostenida, las oportunidades de inversión existen en las empresas de energía (Pampa, Cepu y Vista), así como en las cementeras Loma y Holcim, y la financiera BYMA, que, por sus múltiplos y ventajas de mercado, ofrecen drivers interesantes de entrada.