La idea de estas líneas es hacer consideraciones generales sobre el posicionamiento de los dos grandes espacios políticos del país frente a las elecciones de medio término que dentro de poco van a dominar el escenario. Será una campaña con temas clave de fondo como inseguridad, pandemia, empleo, reactivación, rol del Fondo, aborto, entre otros frentes. Cristina sigue siendo un gran animal político.
El Gran Buenos Aires es de ella, sobre todo el tercer distrito electoral ampliamente ganado por el peronismo. Este protagonismo es siempre un tema central para entender la elección de medio término en el distrito electoral más relevante del país. No se dispersaron los votos justicialistas en la elección presidencial de 2019. La polarización observada en la Provincia de Buenos Aires favoreció principalmente a Massa y perjudicó a Cambiemos, dejando trunco el proyecto político de reelección de Macri. Aunque Cristina ya se posicionó como líder de la actual administración, será siempre una incógnita el cogobierno con el Presidente, con marchas y contramarchas. No se vislumbran conflictos de magnitud. El kirchnerismo es hijo de la crisis de 2001 y Macri lo es, a su vez, del kirchnerismo. Por contraste y al constituirse como alternativa polar, no se comprende a Cambiemos sin los 12 años K. Si Reutemann o Dela Sota hubiesen sido presidentes en 2003 (no estuvieron lejos) es difícil imaginar la aparición del PRO.
La grieta sigue vigente y hay que ver si el kirchnerismo se apaga o crece a futuro. La grieta actual, por otra parte, es moderada si se la compara con las existentes en nuestros 200 años de vida independiente. ¿Habrá líder del peronismo en 2023 con capacidad de aglutinar lo que hoy está disperso en la coalición oficialista? El futuro del radicalismo, por otra parte, está abierto parece que va a seguir con Cambiemos en una alianza hasta el momento estable con ciertas tensiones.
¿Cambiemos sustituirá al radicalismo como partido de clases medias?
El 40% a nivel nacional otorga a Cambiemos oxígeno político para a futuro encarar las reformas económicas pendientes y otras todavía por idear.
Sin embargo, pese a la buena elección en 2019 de Cambiemos en la general sigue siendo minoría en ambas cámaras. Con la victoria se fortaleció políticamente el Presidente electo, claramente con experiencia de gestión pero no de construcción política propia. Macri no se consolida como poder de oposición, su proyecto implícito de regresar en 2023 es difícil, Larreta puede aspirar a conducir la oposición. Para ganar en 2023 Macri necesita de María Eugenia Vidal y de Larreta.
En los dos años que vienen, es preciso mucha negociación en el Congreso, con los gobernadores y con los sindicatos. El diálogo es clave. El ala técnica del gobierno de Cambiemos fue menos abierta que los cuadros políticos del Congreso, como por ejemplo el caso de Monzó y Massot, que fueron más dialoguistas. La influencia de Carrió por otra parte es siempre importante (¿será cierta su renuncia definitiva a la política?). El proyecto de Macri de instalarse en el poder (3° movimiento histórico de Alfonsín, Menem 99, alternancia de Néstor y Cristina) fracasó.
Ganar las elecciones de medio término fue un típico respaldo que tuvieron Menem, Alfonsín y Kirchner, pero en el caso de Macri no alcanzó con esa victoria en 2017. La visión del gobierno de Cambiemos fue desarrollista queriendo Macri emular a Frondizi. Dado el énfasis en el gasto social y la filosofía por el Ejecutivo demostrada, no parece que el gobierno tuviese un enfoque neoliberal. La economía definió las elecciones ya que ha sido un motor potente en cuanto a la decisión del voto.
No obstante, el rechazo a Cristina fue fuerte e influyó en el apoyo a Cambiemos. No llegó a cumplirse el test ácido de Juan Carlos Torre para la madurez del sistema, el cual plantea quede ben darse dos períodos consecutivos con gobiernos no peronistas pero se entregó, después de muchos años, la banda desde un gobierno no peronista.
Es difícil hacer conjeturas fuertes sobre la elección de medio término. La clave es que el nuevo gobierno está desgastado por la crisis sanitaria y la económica. En lo sanitario ha sido casi lo peor de todo el mundo y en lo económico no termina de tener un norte claro compartido por la dirigencia oficial. Es cierto tiene una herencia compleja que dejó Macri y una pandemia devastadora de la macro. Existe una oportunidad bien acotada de apretar el acelerador y consolidar el proceso de crecimiento que hace una década no se concreta en el país.