El último recorte de 25 puntos básicos de la Reserva Federal, anunciado en la reunión del Comité de Política Monetaria del mes de octubre, y su decisión de poner fin al ajuste cuantitativo fueron ampliamente anticipados. Sin embargo, el desacuerdo entre los miembros con derecho a voto del organismo refleja la creciente incertidumbre sobre la trayectoria de la economía. Mientras un miembro respaldó un recorte más agresivo de 50 puntos básicos y otro se opuso a cualquier reducción, la Fed parece debatirse entre señales contradictorias, agravadas por la escasez de datos económicos.

Si bien encontramos ciertos niveles de incertidumbre global, mantenemos una visión positiva en renta variable, respaldada por un crecimiento todavía sólido de las ganancias corporativas y el potencial de políticas fiscales pro-crecimiento. En la exposición al mercado accionario, preferimos segmentos core/blend que podrían beneficiarse de una rotación continua desde las compañías de alto crecimiento de gran capitalización en EE.UU., sin perder foco de oportunidad en la disyuntiva de estilo “valor versus crecimiento” de un típico contexto de incertidumbre y altas valuaciones como el que transcurrimos en este 2025.

La renta fija ha ofrecido protección durante las caídas generadas por los anuncios arancelarios del mes de abril. Por lo que mantenemos una posición diversificada en crédito, enfocada en el tramo corto a intermedio de la curva, dado que esperamos que persista la volatilidad en las tasas debido a datos mixtos de crecimiento e inflación, así como a la incertidumbre política.

El efectivo continúa fuera de nuestro foco, ya que los rendimientos actuales lucen todavía atractivos. Respaldados por las tasas de interés de referencia de los bancos centrales, no solo protegen el poder adquisitivo frente a la inflación, sino que también ofrecen una alternativa sólida frente al bajo rendimiento que puede generar mantener efectivo. Sin embargo, empezamos a considerar interesante mantener cierta posición en efectivo para poder aprovechar eventuales correcciones o puntos de entrada más favorables ante las valuaciones extendidas en los mercados de renta variable.

RENTA VARIABLE

En el mercado norteamericano, la solidez de las ganancias empresariales probablemente continúe respaldando el desempeño de las compañías, reflejando la fortaleza subyacente de la economía estadounidense. Si bien persisten ciertos niveles de incertidumbre política y preocupaciones fiscales que mantienen elevados los rendimientos, el dinamismo corporativo y la capacidad de adaptación del mercado siguen siendo factores diferenciales a favor de las acciones de EE. UU.

En Europa, las valuaciones ya no lucen tan atractivas y el fortalecimiento del euro podría comenzar a presionar las ganancias de las grandes compañías. Sin embargo, el incremento del gasto en defensa por parte del gobierno alemán sirvió de impulso en la región, y podría brindar apoyo adicional al crecimiento y al desempeño de los mercados europeos en los próximos trimestres.

A pesar de que los mercados emergentes siguen encontrando apoyo en los flujos de capital que han rotado internacionalmente, en un entorno que se beneficia de un mayor estímulo fiscal y de condiciones financieras más flexibles, mantenemos la recomendación neutral. La debilidad del dólar estadounidense añade un impulso adicional, aunque seguimos privilegiando una exposición equilibrada dado el perfil de volatilidad característico del segmento.

Aunque mantenemos una visión negativa sobre China, ya que la actividad se mantiene moderada y el sentimiento ha mostrado una mejora reciente, seguimos viendo limitaciones en términos de previsibilidad y atractivo para el capital internacional. Esperamos que el estímulo fiscal adicional y un enfoque algo más favorable al mercado por parte de Pekín contribuyan a cierta estabilización, aunque sin un cambio estructural que modifique sustancialmente nuestra visión cautelosa sobre la renta variable china.

En Asia emergente, India continúa brindando soporte a la región. Si bien las perspectivas de crecimiento a mediano plazo aún son favorables, los avances en la región siguen siendo desiguales y la falta de previsibilidad en algunos mercados limita el atractivo relativo frente a otras oportunidades globales.

RENTA FIJA

Los bonos del Tesoro de EE. UU. mantienen valuaciones razonables, aunque las inquietudes sobre el déficit fiscal y los riesgos inflacionarios justifican un enfoque prudente. En este entorno de inicio de recortes por parte de la Reserva Federal, privilegiamos el tramo intermedio de la curva, que ofrece un mejor equilibrio entre rendimiento y exposición a la volatilidad.

En corporativos de alta calidad sostenemos una inclinación hacia el tramo intermedio de la curva, donde la relación entre carry y duración resulta más equilibrada. Pero el potencial de compresión adicional es limitado, por lo que el balance entre riesgo y retorno resulta poco atractivo en el margen. En este sentido, preferimos buscar valor en otras áreas del crédito con mayor prima de rendimiento o mejor protección frente a posibles episodios de volatilidad.

Mientras, en corporativos de alto rendimiento (baja calidad) los fundamentos se mantienen sólidos y los rendimientos totales siguen siendo atractivos, especialmente en un contexto de tasas de referencia en descenso. Favorecemos el crédito High Yield de corto plazo por su atractivo carry y menor riesgo de duración.

En el caso de la deuda de mercados emergentes, los rendimientos resultan atractivos y aún existe margen para recortes de tasas en un contexto de menor inflación por parte de los bancos centrales de estos países. Sin embargo, las tasas más altas en el tramo largo de EE. UU. y el impacto incierto de los aranceles sobre las economías representan desafíos. La debilidad del dólar estadounidense ha sido un factor favorable y se espera que continúe siéndolo. En este marco, preferimos un enfoque blend sin necesidad de extender vencimientos. Y para perfiles con mayor tolerancia a la volatilidad se favorece la combinación de deuda en moneda local.

MATERIAS PRIMAS

Aunque ya no están tan baratos como hace doce meses, las materias primas –en particular el oro– siguen siendo una cobertura útil frente a repuntes de la inflación, sorpresas positivas de crecimiento, efectos estacionales, tensiones geopolíticas y/o eventos inesperados que generen estrés en el mercado financiero.