El gobierno no logra restablecer la confianza, la brecha cambiaria supera el 100% y las reservas del Banco Central se encuentran bajo presión. Al ritmo actual difícilmente se logre evitar una devaluación importante en los próximos meses.
Dentro de las medidas anunciadas recientemente por el gobierno se destaca el abandono del sistema de devaluaciones constantes, dando paso a uno de cambios erráticos. Esto abre las puertas a mayores correcciones cambiarias.
Ante este escenario, la cobertura con futuros de dólar gana protagonismo. Para esta operatoria resulta preciso tener en cuenta que aumentó el atractivo de los contratos del tramo medio(diciembre-enero) ya que la menor probabilidad de devaluación en el corto plazo se traduce en un empinamiento de la curva de tasas implícitas, lo cual castiga el roleo de contratos cortos.
Un punto adicional a tener en cuenta es que a fin de no perder el diferencial entre la cotización actual del dólar y el precio que se paga por el futuro (tasa implícita) es necesario invertir la liquidez que pretende cubrirse en instrumentos que devenguen una tasa de interés.
Las Ledes son el instrumento más seguro por su menor plazo al vencimiento, lo cual les otorga menor volatilidad. El punto en contra radica en su bajo rendimiento, que termina dando como resultado una tasa sintética dollar linked muy negativa. Esto se puede compensar parcialmente reemplazándolas por plazos fijos, al costo de asumir un riesgo corporativo puntual.
Para obtener una tasa sintética más atractiva es necesario asumir mayor riesgo y posicionarse en instrumentos como el TX21, que ajusta por inflación y vence en agosto de 2021. De esta manera estamos constituyendo una tasa dollar linked superior a cambio de resignar calce de plazos al vencimiento.
Una segunda etapa de la estrategia de cobertura radica en tomar ganancias luego de que la devaluación importante tenga lugar, vendiendo solo los futuros y manteniendo la exposición a bonos CER para captar el brote inflacionario que seguirá al evento cambiario.