Uno de los principales problemas que atraviesa la deuda soberana es el bajo cupón: este año, el rendimiento de estos bonos por intereses será menor al 1%. Sin embargo, la deuda provincial muestra títulos que ya este año rinden más de 10%, ¿valen la pena?

El cuadro muestra los bonos provinciales performing; es decir, que ya fueron reestructurados, o que directamente nunca dejaron de pagarse (como es el caso de Ciudad de Buenos Aires y Santa Fe). No se incluyen los bonos de La Rioja, Chaco o Provincia de Buenos Aires, los cuales fueron defaulteados y cuyas negociaciones por ahora no se encuentran bien encaminadas. Tampoco se incluyen los bonos de Tierra del Fuego, los cuales, si bien se mantienen performing, están en el medio de una compleja renegociación, debido a que los acreedores cuentan con los pagos garantizados por regalías de hidrocarburos.
Un punto para destacar fue el trato más favorable para el inversor que mostraron casi todas las provincias a la hora de renegociar, sobre todo si se lo compara con lo que fue la negociación soberana. No hubo quitas de capital, reconocieron los intereses no pagados -que abonarán en efectivo y/o con su capitalización-, y alcanzaron una reducción del cupón de interés promedio mucho menos agresiva.
Si dividimos los cupones que obtendremos en los próximos años por el precio actual de estos bonos, eso nos refleja el “cupón corriente” que figura en el cuadro. Debido a la mencionada reducción de cupones más “amigable” de las provincias, esta métrica se muestra mucho más interesante para los bonos provinciales que para los soberanos.
¿Cómo operarlos?
Una de las particularidades de los bonos provinciales es la lámina mínima. Como se muestra en el cuadro, muchos de estos bonos tienen mínimos de inversión grandes, de 150.000 nominales. Para citar un ejemplo, para un bono de Chubut esto representa una inversión mínima de 104.010 USD (se debe multiplicar la lámina mínima por el precio y dividirlo por 100). Hay otros bonos con láminas mínimas menores, incluso de 1 solo nominal.
Otro aspecto para tener en cuenta es que estos bonos operan mayormente en la plaza de Nueva York; por lo cual, sería necesario tener abierta una cuenta en EE. UU. (lo cual se puede hacer a través de Cohen).
En la lista también agregamos el CO26, bono de Córdoba. Este bono es el único de la lista que se puede obtener desde el mercado local. Cuenta con una lámina mínima de 1, por lo que es fácil de operar; tiene una TIR (tasa interna de retorno) de 17% y un cupón corriente para los próximos años de 12%.
Recomendaciones
Para los perfiles más conservadores, el bono de Santa Fe 2023 es una opción atractiva: esta provincia mostró el año pasado, al margen de la pandemia, un superávit fiscal de 13,3%, por no mencionar que tiene el ratio más bajo de deuda sobre ingresos totales. Otro de los bonos más conservadores es el de Ciudad de Buenos Aires, al cual la agencia calificadora Moodys recientemente le mejoró su perspectiva a “estable”, debido a que, al tener los gastos de capital más altos, le da la flexibilidad de poder bajarlos en caso de necesitar equilibrar sus cuentas.
Otros bonos que vemos con buenas perspectivas, al margen de que contemplan algo más de riesgo, son los casos de Mendoza y Salta, puesto que ambas provincias vienen manejando con prolijidad sus cuentas públicas, con superávits primarios de 4,1% y 3,4% respectivamente. También tenemos el bono TICADE de Neuquén, cuyo aspecto positivo es que están garantizados con regalías hidrocarburíferas.
Finalmente, también nos parece una opción interesante el mencionado CO26. Debido a la estructura de este bono, que va devolviendo el capital con amortizaciones trimestrales, entre cupones y principal ya recupera casi el 80% de su inversión inicial para antes de 2025. Es recién en ese año cuando el frente externo argentino comienza a volverse más desafiante, debido a que comienzan los repagos más importantes de la deuda externa privada con bonistas (por eso también recomendamos el bono de Santa Fe 2023 por sobre el de 2027). Además, el CO26 posee garantías de coparticipación federal de impuestos, lo cual le da mayor valor defensivo; durante la renegociación de la provincia, se decidió seguir pagando este bono por este motivo y evitar riesgos de judicialización.