Trump y su política arancelaria ya traen más preocupaciones que esperanzas. A pesar del buen dato de inflación de febrero, que vino más bajo que el de enero y por debajo de las expectativas, los inversores temen las consecuencias de una economía con estanflación, al tiempo que los consumidores están cada vez con menor confianza y mayores expectativas de inflación. La política fiscal empieza a ganar protagonismo dado que el déficit siguió empeorando y se vienen negociaciones claves en el Congreso para evitar un cierre de gobierno –shutdown–. Con este marco de fondo, las acciones americanas tuvieron otra semana para el olvido, con fuertes y generalizadas caídas, en tanto que los rendimientos de los bonos del Tesoro tuvieron una ligera suba, lo que arrastró a una leve baja de los índices de renta fija. El dólar operó estable, con un leve retroceso, mientras que los commodities mostraron alzas generalizadas, entre los que se destacaron el oro, que alcanzó un nuevo récord histórico, y el cobre, que tuvo un fuerte repunte. Del otro lado del océano, siguieron llegando buenas noticias desde Alemania, donde el futuro gobierno logró un acuerdo con la oposición para su plan de estímulo fiscal, lo que alimentó las expectativas positivas sobre las acciones del viejo continente, al tiempo que los rendimientos de los bonos alemanes volvieron a subir, manteniendo al euro fuerte. También se destacó el repunte de Brasil, apoyado en mejores datos fiscales de enero. Las miradas de esta semana estarán en la tercera reunión del año de la Fed, en la que, si bien no se esperan cambios de tasas, será importante el mensaje que bajen en cuanto a la situación y perspectivas de la economía. Del lado de la agenda económica, será muy importante la publicación de las ventas minoristas de febrero, de las que se espera un repunte luego de la caída de enero.
Bajó la Inflación. Luego de siete meses consecutivos con el IPC acelerando su dinámica mensual –de 0% m/m en junio subió todos los meses hasta marcar un alza de 0,5% m/m en enero pasado–, los datos de febrero trajeron cierto alivio al anotar una suba de 0,2% m/m, acumulando en los últimos doce meses un incremento de 2,8%. La desaceleración se apoyó en la caída de 4% m/m en los precios de pasajes aéreos y de 1% m/m en los precios de las gasolinas, mientras que el resto de los rubros siguieron mostrando resistencia a la baja, tal es el caso de vivienda que anotó un alza de 0,3% m/m. La desaceleración también se reflejó en el IPC Core, que subió 0,2% m/m y 3,1% i.a. –vs. 0,5% m/m y 3,3% i.a. de enero–, impulsado por el aumento de 0,3% m/m y 4,1% i.a. en los precios de los servicios, mientras que los de los bienes subieron 0,2% m/m y quedaron iguales al nivel de un año atrás. Los precios al productor confirmaron la desaceleración de la inflación al no registrar cambios respecto a enero –recordemos que habían arrancado el año con una suba de 0,6% m/m– y quedar 3,2% por encima de los de febrero del año pasado.
Deterioro de las expectativas. La inestabilidad y las idas y vueltas con los aranceles a las importaciones tuvieron un marcado impacto en el sentimiento de los consumidores. El índice que mide el sentimiento del consumidor de la Universidad de Michigan en marzo se derrumbó a 57,9 pts., contra 64,7 pts. de enero, y cada vez más lejos de los 74 pts. anotados en diciembre, alcanzando el nivel más bajo desde noviembre de 2022. La caída del sentimiento se dio tanto en las condiciones presentes como en las futuras, empujadas por un mayor pesimismo en cuanto a finanzas personales, mercado laboral, mercados de capitales e inflación. En cuanto a esto último, también se notó un nuevo aumento en las expectativas de inflación, tanto para los próximos 12 meses, que pasaron a 4,9% –0,6 pp más que en febrero y casi el doble que en noviembre–, como para los próximos cinco años, que subieron de 3,5% en febrero a 3,9% en marzo. Aunque con menor intensidad, el alza en las expectativas de inflación para los próximos doce meses también se registró en la encuesta de la Fed de NY, que subió a 3,1% en febrero contra 3% de los tres meses previos, quedando en el nivel más alto desde mayo del año pasado.
El déficit fiscal sigue creciendo. La delicada situación de las cuentas públicas volvió a quedar expuesta con los datos fiscales de febrero. En el segundo mes del año, el Tesoro marcó un déficit de USD 307 MM, unos USD 10 MM más que en el mismo mes del año previo y superando las expectativas del mercado, que esperaban un desequilibrio de USD 303 MM. Los ingresos subieron 9% i.a., mientras que el gasto lo hizo al 6,0% i.a., impulsado por el alza de 10% i.a. en los pagos de intereses, así como también por el gasto primario, que subió 5,8% i.a. Con este resultado, en los primeros 5 meses del actual año fiscal, los ingresos subieron 2,0% i.a., mientras que el gasto total lo hizo al 13% i.a., lo que resultó en un déficit primario de USD 750 MM y uno global de USD 1.146 MM, 45% y 38% mayor al del mismo período del ejercicio anterior, respectivamente.
Repuntan las tasas. Los rendimientos de los bonos del Tesoro americano tuvieron una semana volátil, aunque cerraron con ligeras subas respecto a la semana anterior. La UST2Y subió 2 pb hasta 4,02%, mientras que la UST10Y cerró en 4,32%, el nivel más alto en dos semanas, dado que los riesgos por mayor inflación fueron compensados por la expectativa de que la Fed baje más rápido la tasa de interés –ahora el mercado espera tres recortes de 25 pb a realizarse en junio, septiembre y diciembre–. Esto golpeó a los índices de renta fija, que en la semana cayeron 0,1% en promedio, acumulando en lo que va de marzo un retroceso de 1,0%. La particularidad de la semana fue el alza de 0,1% en los bonos del Tesoro, mientras que los bonos corporativos Investment Grade y los High Yield retrocedieron 0,3% y 0,7%, respectivamente. Tampoco fue una buena semana para los emergentes, que cayeron 0,3% y en el mes pierden 1,4%.
Corrección de las acciones americanas. A pesar del repunte del viernes, con subas superiores al 2%, el resultado semanal volvió a ser muy negativo para los principales índices americanos. El S&P 500 perdió 2,3%, extendiendo la pérdida en lo que va del mes al 5,3% y al 4,0% en el acumulado anual. Le siguió el Nasdaq, que en el mismo período cayó 2,5%, 5,6% y 6,2%, respectivamente, mientras que el Dow Jones tuvo el peor desempeño semanal de los últimos dos años con una caída de 3,0%, acumulando pérdidas de 5,2% en marzo y 2,4% en el año. El Russell 2000, que incluye las empresas de menor capitalización, tuvo una baja más moderada en la semana –solo un 1,5%–, aunque es el índice con peor desempeño anual, con una pérdida acumulada de 8,2%. La caída semanal fue generalizada entre los sectores –solo escaparon a la tendencia general el energético y el de utilities–, aunque nuevamente se destacó el retroceso de las grandes tecnológicas. Por caso, Apple perdió 10,7%, Alphabet y Tesla 4,8% y Meta 2,9%, siendo Nvidia la excepción, con un rebote de 8,0% en la semana, recortando las pérdidas anuales al 9%.
El resto del mundo resiste. Mientras las acciones americanas ya marcaron una caída cercana al 10% desde los máximos registrados un mes atrás, las del resto del mundo vienen mostrando una mayor resistencia. De hecho, mientras el índice de acciones global cayó 1,7% en la semana y 2,8% en el mes, al excluir las acciones americanas, registró una baja de solo 0,6% semanal y acumula una ganancia de 2,3% en lo que va de marzo. El buen desempeño semanal y mensual se apoyó en el repunte de las bolsas emergentes en general y de China y Latam en particular, que en la semana ganaron 1,5% y 3,7%, y en el mes acumulan subas de 7,1% y 6,2%, respectivamente. En el caso de Latam, lo impulsó especialmente el índice de Brasil, que subió 4,1% en la semana y 7,2% en el mes ante la publicación de datos fiscales mejores a los esperados –récord de superávit primario en enero y el compromiso del BCB de mantener una política monetaria restrictiva para bajar la inflación–, lo que también dio soporte al real brasileño, que se apreció 0,8% y cerró la semana en USD/BRL 5,74.
¿Despega Europa? Si bien en la última semana los índices bursátiles de Europa y Alemania cedieron 1,2% y 0,5%, respectivamente, en lo que va de marzo y del año acumulan un muy buen desempeño, con ganancias de 3,1% y 14,4% respectivamente para el índice general, y de 7,1% y 18,5% para la principal economía del bloque. Este desempeño es lo que le da soporte al euro, que la semana pasada se fortaleció contra el dólar otro 0,4%, acumulando en las dos semanas de marzo un alza del 5%. Las buenas noticias del viejo continente siguen llegando desde Alemania, dado que el futuro canciller, Friederich Merz, consiguió el apoyo del partido Verde para alcanzar los dos tercios que necesita y así reformar la Constitución. Con ello, podrán levantar el freno a la deuda y liberar el fondo de EUR 500.000 M, permitiendo realizar mayores gastos en estímulo económico. Parte de esos fondos se destinarán inmediatamente al Fondo de Transición Climática –alrededor de EUR 100.000 M–. A contramano de las acciones, el rendimiento del bono del Tesoro alemán subió hasta 2,9%, alcanzando su nivel más alto desde junio de 2011.
Commodities en alza y nuevo récord del oro. Los precios de los commodities tuvieron una semana con subas generalizadas. El petróleo WTI subió 0,2% hasta USD 67 el barril, aunque en marzo acumula una caída de 3,7% y en lo que va del año un retroceso de 6,3%, presionado por los riesgos de una menor demanda global, una mayor oferta de la OPEP y las expectativas de un cese al fuego en Ucrania. La soja subió 0,6% y cerró en USD 373 la tonelada, manteniendo una cotización relativamente estable en lo que va del mes y acumulando un alza de 2% en el año. La mejor performance volvió a ser la de los metales, con el cobre a la cabeza, que subió 4,0% en la semana, extendiendo la ganancia en lo que va de marzo a 7,9% y a 22% en el acumulado anual, alcanzando los niveles más altos de los últimos nueve meses. Finalmente, el oro cerró la semana en USD 2.984 la onza –entre semana llegó a superar los USD 3.000–, lo que implicó un alza de 2,5% semanal, 4% en marzo y 13,7% en el año.
Lo que viene. La semana estará marcada por la tercera reunión del año de la Fed, que finalizará el miércoles, en la que deberá decidir si mueve la tasa de referencia del actual rango de 4,25%-4,50%. Si bien no se esperan cambios –98% de probabilidad–, lo más importante será el tono del comunicado, en donde la autoridad monetaria evaluará la marcha de la economía y los riesgos provenientes de la política arancelaria y la caída de los mercados. De hecho, junto a su decisión dará a conocer sus nuevas proyecciones económicas, que generan un particular interés porque mostrarían la visión de la entidad sobre la evolución de la política económica de Trump. No menos importante será el inicio de la semana con la publicación de las ventas minoristas de febrero, de las que se espera cierta recuperación (0,7% m/m) luego de la baja de 0,9% registrada en enero. También se publicarán el índice de producción industrial, el balance de pagos del 4Q24 y diversos indicadores del mercado inmobiliario. En el resto del mundo también será una semana clave para la política monetaria, dado que se esperan decisiones sobre las tasas de referencia en China, Japón, Reino Unido y Suiza –que no realizarían cambios–, y en Brasil, donde se proyecta que el BCB eleve la tasa Selic en 1 pp hasta 14,25%.