Semana positiva para los mercados globales, especialmente para las acciones que alcanzaron nuevos máximos históricos, en tanto que los bonos mostraron un leve repunte. A su vez, el dólar se debilitó y los commodities tuvieron resultados mixtos, destacándose un nuevo retroceso en el precio del petróleo. En el plano económico, lo más relevante fue el dato de inflación de julio, que mostró un leve repunte y se aleja de la meta de la Fed, al tiempo que los indicadores de actividad continúan reflejando un escenario de soft-landing. Trump y su gabinete siguen presionando a Powell para un recorte agresivo de tasas, pero mientras la inflación se mantenga en estos niveles, la política monetaria tenderá a ser más restrictiva. Esto mantiene volátil el desempeño de la renta fija, con las acciones continuando en un sendero alcista apoyadas por los sólidos balances presentados y por las expectativas de tasas de interés más bajas. Las miradas de esta semana estarán puestas en las minutas de la última reunión de la Fed, en la que se destacó la disidencia de dos miembros del FOMC, justamente los candidatos de Trump para reemplazar a Powell.
Inflación más alta. Los datos de inflación de julio volvieron a encender luces amarillas respecto de la dinámica de precios tras la suba de aranceles, que interrumpió el proceso de desinflación registrado desde el año pasado. El IPC general marcó un alza de 0,2% m/m, levemente por debajo del 0,3% m/m de junio y de las expectativas del mercado, acumulando en los últimos doce meses un aumento de 2,7%, repitiendo la performance de junio y acelerando frente al 2,3% i.a. registrado en marzo. El componente de vivienda subió 0,2% m/m y el de servicios médicos 0,7% m/m, siendo los principales impulsores del índice, mientras que los precios de los alimentos no mostraron cambios y los de energía cayeron 1,1% m/m. La mayor preocupación provino del IPC Core, que avanzó 0,3% m/m —el mayor incremento desde enero—, acumulando en el último año un alza de 3,0%, la más alta desde febrero. La presión de los precios también se reflejó en el índice de precios mayoristas (PPI), que en el mismo mes aceleró y subió 0,9% m/m, la mayor alza desde junio de 2022 y muy por encima de las expectativas que apuntaban a 0,2% m/m, quedando 3,3% por encima de julio del año pasado. Igual tendencia mostró el PPI Core, que aumentó 0,9% m/m y 3,7% i.a.
Subió el déficit fiscal. La mayor recaudación por la suba de aranceles a las importaciones, por ahora, muestra un efecto muy limitado. En julio, los ingresos crecieron 2,5% i.a. —sin la recaudación por aranceles de USD 27,7 billones, habrían caído 3,9% i.a.—, en tanto que el gasto primario avanzó 9,0% i.a., lo que resultó en un déficit primario de casi USD 200 billones, 22% mayor al de julio del año pasado. Dado que los pagos por intereses aumentaron 13% i.a., el déficit total del mes alcanzó USD 291 billones, 20% más que un año atrás. Con este resultado, en lo que va del año los ingresos crecieron 10% i.a. —sin aranceles, que totalizaron USD 114,9 billones, lo hubieran hecho al 7% i.a.—, mientras que el gasto subió 5% i.a., generando un déficit primario de USD 316 billones (vs. USD 441,7 billones en igual período de 2024). En cambio, el déficit total llegó a USD 917,6 billones (vs. USD 1.007,7 billones en los primeros siete meses de 2024). Tomando los 10 meses del año fiscal, el déficit total aumentó 7% hasta USD 1.629 billones.
Actividad mantiene buen ritmo. A pesar de los temores que generó el último dato de empleo de julio, los demás indicadores de actividad muestran que la economía está lejos de un estancamiento o recesión, reforzando la idea de soft-landing. Las ventas minoristas de julio subieron 0,5% m/m nominal, en línea con las expectativas del mercado, mientras que el dato de junio fue corregido al alza hasta un crecimiento de 0,9% m/m. Excluyendo servicios de comida, concesionarios de automóviles, tiendas de materiales de construcción y estaciones de servicio —indicador utilizado para medir el PBI—, aumentaron 0,5% m/m, tras un incremento revisado al alza de 0,8% m/m y también por encima de las expectativas de 0,4% m/m. En el mercado laboral, las peticiones semanales de desempleo bajaron 3.000 desde la primera semana de agosto, totalizando 224.000, por debajo de las expectativas de 228.000, lo que refleja un mercado laboral aún robusto, aunque algo más débil que en meses anteriores. El dato de producción industrial fue menos favorable, ya que en julio retrocedió 0,1% m/m luego de crecer 0,4% m/m en junio. Con todos estos indicadores, el Nowcast de la Fed de Atlanta proyecta un crecimiento de 2,5% t/t anualizado en el 3Q25, impulsado por el consumo privado, que mostraría un alza de 2,2% t/t, y por la inversión privada, que lo haría en 6,6% t/t.
Leve retroceso de la confianza del consumidor. El índice de confianza del consumidor de la Universidad de Michigan cayó en agosto a 58,6 puntos —desde 61,7 en julio—, por debajo de las expectativas del mercado de 62 puntos. Así, marcó el primer retroceso tras cuatro meses de fuerte recuperación, principalmente por la creciente preocupación por la inflación y el drástico empeoramiento de las condiciones de compra de bienes duraderos. Si bien las expectativas sobre las finanzas personales futuras mejoraron levemente, los consumidores aún anticipan un deterioro en inflación y desempleo. El índice de condiciones actuales descendió de 68 a 60,9 y el de expectativas de 61,7 a 57,2. En paralelo, las expectativas de inflación para el próximo año aumentaron de 4,5% a 4,9%, al tiempo que para los próximos cinco años subieron a 3,9% desde 3,4% en el mes anterior.
Mirando a septiembre. Con todo el gobierno de Trump presionando cada vez más a Powell para que baje rápidamente las tasas de interés —la semana pasada el secretario del Tesoro, Scott Bessent, sostuvo que la Fed debería reducir en 150 pb la tasa de referencia lo antes posible—, cada indicador económico tiene un impacto inmediato sobre las expectativas de recortes de los inversores, más allá de que el escenario planteado por Powell desde comienzos de año contemplaba dos recortes en 2025 a partir de septiembre. Así, cuando los datos de actividad e inflación resultan por debajo de lo esperado, la expectativa de recortes aumenta, y viceversa. Con los inversores preocupados por la debilidad de los últimos datos de empleo, creció la expectativa de tres recortes para este año y otros tres para 2026; pero con los datos de inflación recién publicados, la proyección se redujo y ahora se esperan cinco recortes hasta fines de 2026. En lo que sí hay consenso es en que, en la reunión del próximo 17 de septiembre, la Fed bajará la tasa 25 pb hasta 4,25%.
Tasas al alza. La expectativa de recorte en la próxima reunión de la Fed mantiene estable el tramo corto de la curva de rendimientos, mientras que la expectativa de inflación y el deterioro fiscal presionan sobre el tramo medio y largo. En la última semana, la UST2Y cerró en 3,75%, prácticamente en el mismo nivel que la semana anterior, acumulando una baja de 20 pb en lo que va de agosto. Por otro lado, la UST10Y y la UST30Y finalizaron en 4,32% y 4,92%, respectivamente, 4 y 7 pb por encima del cierre de la semana previa. En lo que va de agosto, la primera se ubica 4 pb por debajo del cierre de julio, en tanto que la segunda está 4 pb por encima. En este contexto, la renta fija mostró un comportamiento mixto: los bonos del Tesoro retrocedieron 0,2% en la semana, mientras que los corporativos IG y los HY subieron 0,3% y 0,2%, respectivamente. Lo más destacado volvieron a ser los bonos emergentes, que anotaron un alza de 0,5% y en agosto acumulan un avance de 1,1%.
Acciones baten nuevos récords. La renta variable continuó con el impulso de la semana previa, sostenida por los buenos balances presentados. El 91% del S&P 500 ya reportó sus resultados y el 81% de las compañías mostró una sorpresa positiva en beneficios, uno de los porcentajes más altos de los últimos años. En cuanto a los balances, las ventas crecieron 5,94% i.a. y los beneficios 11,3%, destacándose el sector de comunicación con un alza de 44% i.a., junto con tecnología y financiero que avanzaron 15% i.a. En contraposición, el energético cayó 19% i.a. En este marco, los índices de acciones estadounidenses registraron subas generalizadas: el mejor desempeño fue del Dow Jones, que ganó 1,7% y alcanzó un nuevo máximo histórico, seguido por el Nasdaq y el S&P 500, que aumentaron 1,7% y 1,0%, respectivamente. Así, los tres principales índices acumulan en agosto un alza en torno al 2%. También fue una buena semana para la renta variable global: el índice global avanzó 1,2% y 1,6% sin EE. UU., con especial desempeño para las acciones asiáticas, donde Japón y China subieron 2,8% y 2,6%, respectivamente, mientras que el índice de Latam ganó 1,2%.
Dólar débil. Las dudas sobre el impacto de las medidas de Trump y la expectativa de recortes de tasas de la Fed siguieron presionando al dólar, que mantuvo una tendencia volátil y a la baja. En la semana, el DXY perdió 0,3%, con un desempeño similar frente a todas las monedas, destacándose la libra, que se apreció 0,8% frente al dólar, mientras que el euro y el yen lo hicieron 0,5% y 0,4%, respectivamente. También se apreció el real brasileño que, en un contexto de tasas reales muy positivas —la Selic en 15% frente a una inflación del 5%—, cerró 0,6% por encima de la semana previa y acumuló en las dos primeras semanas de agosto una apreciación de 3,6%, convirtiéndose en la moneda que más se fortaleció frente al dólar en lo que va de 2025.
El turno de la soja. Los commodities tuvieron una semana mixta, resaltando el repunte de la soja. El petróleo cayó 1,2% y cerró el viernes en USD 63 el barril de WTI, una baja total de 8,8% en agosto y de 12% en lo que va del año. Entre los factores bajistas se señaló la expectativa de acuerdo entre Rusia y Ucrania en vísperas de la reunión entre Trump y Putin del sábado —que concluyó sin grandes anuncios—. El oro retrocedió 1,8% y el cobre se mantuvo prácticamente en los mismos niveles de la semana anterior. Lo más relevante fue el precio de la soja, que subió 5,7% en la semana y cerró el viernes en USD 375 la tonelada. El alza se debió al informe de agosto del USDA, que redujo 2% la producción de soja estadounidense, y por la expectativa de un acuerdo con China, dado que Trump reclamó a los asiáticos cuadruplicar sus importaciones de soja antes de la fecha límite de la tregua arancelaria —por ahora, China continúa abasteciéndose principalmente de Brasil y aún debe asegurar volúmenes significativos para entregas entre octubre y diciembre—.
Lo que viene. La atención de la semana estará puesta en las actas de la última reunión del FOMC, en la que las tasas se mantuvieron sin cambios, aunque con la disidencia de dos miembros. Este documento servirá como antesala del Simposio de Política Económica de Jackson Hole. Los discursos de Waller y Bowman, responsables de la disidencia en la última reunión y aspirantes a ser nominados como próximos presidentes de la Fed, podrían aportar nuevas perspectivas. En cuanto a la agenda económica, se esperan las cifras del mercado de vivienda —el Índice del Mercado de la Vivienda de la NAHB, permisos de construcción, inicios de construcción de viviendas y ventas de viviendas existentes—, junto con los resultados preliminares de los PMI del S&P de agosto. Respecto de la temporada de balances, la semana incluirá comunicados de los principales minoristas estadounidenses, como Walmart, TJX Companies, Lowe's, Target y Home Depot, además de Salesforce y Analog Devices en el sector tecnológico.