La economía global sigue sacudida por dos fuerzas: la incertidumbre sanitaria, marcada por crecientes casos reportados, aunque no es tan creciente el número de muertes, y por las reacciones de políticas restrictivas, que dificultan la actividad económica. Dos fuerzas estabilizadoras están presentes también. Una es de política: tanto monetaria como fiscal. La otra, la más importante, es la reacción de los agentes económicos, tanto individuos como empresas, para seguir funcionando de la mejor manera posible.

La economía mundial va camino a crecer 6% este año, y 4,5% el próximo, después de haber caído más de 3,4% el año pasado. Por primera vez en varios años, la contribución al crecimiento de los países avanzados se acerca a la de los países emergentes, y se espera que el próximo año suceda lo mismo. Esto refleja que la crisis sanitaria fue mucho más grave en los países con menores recursos para afrontarla. Podemos esperar 7% de crecimiento en EE.UU., 6,6% Asia, 5,9% en Latinoamérica, y 4,8% en Europa occidental.

La inflación está contenida después de estar 1,8% en 2020 y podemos esperar 3% este año, pero empieza a haber presiones que por el momento son localizadas. Sin embargo, con el tremendo aumento de oferta monetaria, el enorme déficit fiscal y las grandísimas restricciones sanitarias que limitan la oferta, empiezan a aparecer voces que expresan preocupación por un crecimiento de la inflación en el largo plazo, y de hecho se empieza a ver mayor inflación esperada en las encuestas.

En los EE.UU. se están reimponiendo restricciones sanitarias que pueden afectar negativamente la recuperación. El último reporte de empleo resultó muy favorable, con 1 millón de puestos de trabajo creados en julio que redujeron el desempleo a 5,4%, una mejora de 0,5% con respecto al mes anterior. El empleo total está, sin embargo, 5,7 millones menos que antes de la crisis. Si bien el empleo creció más de lo esperado, la Fed reaccionará lentamente a buenas noticias como esta, y si bien se espera una reducción de la expansión monetaria, todavía no hay indicios de que vaya a comenzar pronto. En la Fed hay también incertidumbre política acerca del próximo presidente, ya que Powell puede ser reemplazado. Existe también una discusión acerca de las presiones inflacionarias observadas recientemente, que llevaron la inflación a 4,5% en junio, por encima del objetivo de la Fed, y que, provocaron un aumento en la inflación esperada, tanto a corto como a largo plazo. La expectativa de inflación es de 4,8% para 2022 y 3,7% para dentro de tres años.

La Oficina de Presupuesto del Congreso estima que el déficit fiscal en 2021 sea de $3 trillones, solo $130 billones menos que en 2020, y el triple del de 2019. A 13,4% del PIB, es levemente inferior al 14,9% del año pasado, que fue el mayor desde la segunda guerra mundial. La magnitud del déficit del año pasado no fue muy cuestionada, pero el déficit de este año ciertamente tiene ya a muchos analistas preocupados, dada la recuperación observada. La deuda pública está creciendo a $700 billones por trimestre, y puede alcanzar el techo de deuda legal de $28 trillones en el último trimestre del año. Esto puede generar incumplimiento de pagos del gobierno, y requiere para aumentar el techo aprobación del congreso, cosa que puede traer incertidumbre política. Recordemos que hace unos años el aumento se retrasó, generando incumplimientos que le significaron una revisión negativa en la calificación de riesgo al país. La deuda pública alcanzara así el 130% del PIB a fin de año. Está previsto que el déficit se reduzca a $1,15 trillones en 2022, pero los gigantescos paquetes de gasto que se están tratando en el congreso, uno de los cuales tiene un monto multianual de $3,5 trillones pueden deteriorar aún más la solvencia pública.

En Europa también se observa una continuación de política monetaria y fiscal expansivas. La última decisión del comité de política monetaria del Banco Central Europeo mantiene los lineamientos de política anteriores. De manera similar a lo que sucede en EE.UU., el último relevamiento de mercado del BCE confirma expectativas crecientes de inflación en Europa, junto con expectativas de mayor crecimiento. En Asia, recientemente se ha visto que la recuperación dada por las exportaciones se ha debilitado y la incertidumbre por las restricciones sanitarias ha aumentado. Sin embargo, se puede esperar una continuación de la recuperación.

En conclusión, la economía mundial sigue sufriendo por las restricciones sanitarias, que los agentes tratan de absorber de la mejor manera, apoyada por políticas expansivas que traen alivio a corto plazo y riesgos de largo plazo.