- El Banco Central sostiene una menor dinámica de agregados monetarios sin los resultados esperados en materia inflacionaria. Si bien la expansión monetaria se mantuvo estable, el ritmo de la inflación no disminuye. 

- La necesidad de una mayor apertura económica y el consecuente impulso fiscal representarán un mayor desafío inflacionario. Ante el apremio por reactivar la economía, se espera un nuevo impulso monetario que matizará el esfuerzo antiinflacionario.

Resumen

- Se presenta un panorama de mayor apertura económica y la necesidad de mayor impulso de reactivación dado que la economía no registra una clara recuperación. 

- Esa necesidad establecerá nuevamente desafíos para la autoridad monetaria y su rol estabilizador en un marco de necesidades de financiamiento al Tesoro nacional. 

- La gestión monetaria continúa determinando flujos monetarios en un ritmo contractivo incipiente y estable durante el mes de mayo lo cual determina un menor espacio al ritmo inflacionario. 

- No obstante, los excesos monetarios del año pasado conforman un espacio inflacionario que se sostiene, por este motivo se observa que la política monetaria aún no tiene efectos concretos sobre el nivel de precios. 

- La posibilidad de que los bancos comerciales puedan constituir reservas no solo con LELIQ sino también con títulos del tesoro constituye un riesgo potencial para el sistema financiero dada la historia de presiones financieras del sector público nacional. 

- Con la estrategia de contraer la cantidad de dinero para digerir los excesos monetarios, el Banco Central sigue constituyendo deuda con el sector bancario (LELIQ) que generan intereses a pagar. 

- El nivel de reservas internacionales brutas se mantiene estable en los primeros cinco meses del año. El saldo en la segunda semana de junio se registra en los U$S 42.292 millones. 

- Las perspectivas para las reservas internacionales y la administración cambiaria siguen siendo favorables debido al aumento temporal pero sustancial de los precios de las materias primas de exportación. 

- Durante junio el Banco Central sostiene el nivel de tasa de interés de política en 38% y no se espera un aumento ante las derivaciones del rebrote del virus. Mientras que la tasa de referencia efectiva anual es de 45,44%. 

- Durante el mes de junio el tipo de cambio minorista continúa con variaciones diarias mínimas en el segmento formal, resultando en una depreciación del 11,3% en lo transcurrido del año. 

- La cotización del mercado cambiario informal se presenta estable durante junio, siendo que el nivel ascendió a los $/U$S 158 hacia la segunda semana del mes. 

- El riesgo país medido por el EMBI+Arg aún se establece en un nivel relativamente alto respecto a la región llegando a 1474 p.b. durante la segunda semana de junio. 

- Se presenta un panorama de mayor apertura económica y la necesidad de mayor impulso de reactivación dado que la economía no acusa clara recuperación lo cual supone una mejor disponibilidad de recursos monetarios para el eventual impulso de la política fiscal. 

- Esa necesidad establecerá nuevamente desafíos y tensiones sobre la autoridad monetaria frente a su rol estabilizador. En un marco de necesidades de financiamiento al Tesoro nacional, es evidente que los flujos monetarios se reviertan a un escenario expansivo. 

- Por lo tanto, la expansión monetaria nuevamente plantea un riesgo temporal sobre la dinámica de precios y el mercado cambiario. Factores que alejan a la economía de una dinámica desinflacionaria.

- El Banco Central sigue gestionando utilizando principalmente los agregados monetarios y manteniendo inalteradas las tasas de interés mínimas de plazo fijo y las de política monetaria a los efectos de no afectar el proceso de normalización de la actividad económica. 

- Es evidente que la no utilización de la tasa de interés como instrumento de política antiinflacionaria ralentiza la convergencia hacia un menor nivel de inflación mensual. Asimismo, el sostenimiento de un nivel de inflación relativamente alto afecta y distorsiona las decisiones de consumo e inversión, generando un proceso de recuperación endeble. 

- Durante el mes de mayo la autoridad monetaria sostiene un menor ritmo en los flujos monetarios. En efecto, en mayo la Base Monetaria se ubicó en $2,53 billones, manteniéndose en un nivel similar al del mes previo. 

- La expansión del mes de mayo de la liquidez fue esterilizada principalmente a través de los instrumentos de regulación monetaria (Pases Pasivos y LELIQ). En términos interanuales y a precios constantes, la Base Monetaria continuó en la fase de contracción, registrando una disminución en torno a -24,4%. 

- La autoridad monetaria activó un canal potencial de mayor riesgo sobre el sistema bancario. La modificación en la regulación en relación a la posibilidad de que los bancos comerciales puedan constituir reservas no solo con LELIQ sino también con títulos del tesoro constituye un eventual riesgo para el sistema dado que las entidades tendrán mayor exposición a los pasivos del tesoro nacional. 

- Ciertamente, esa modificación tiene aspectos negativos. Uno de ellos es la calidad del activo de reservas de los bancos comerciales ante la historia de complejidades del Tesoro en su gestión financiera y, por otro lado, se genera un riesgo sustancial para los depositantes ante un eventual default del Tesoro y, así, convertir una crisis fiscal en una bancaria. 

- Desde la estrategia de contraer la cantidad de dinero para digerir los excesos monetarios, el Banco Central sigue constituyendo deuda con el sector bancario (LELIQ) que generan intereses a pagar. En ese sentido, los pasivos con los bancos en la primera semana de junio crecieron 4% respecto de mayo y 18% en lo transcurrido del año, situándose en $ 2,01 billones. 

- Durante mayo se registró una menor asistencia financiera del Banco Central al Tesoro Nacional con un nivel de $ 50.000 millones en concepto de transferencias de utilidades. Esto constituye un factor favorable en la estrategia de estabilizar los flujos monetarios y, en efecto, los precios de la economía. 

- El saldo de reservas internacionales brutas en la segunda semana del mes de junio es US$ 42.292 millones lo que implica un aumento incipiente de U$S 420 millones respecto del mes anterior y una recuperación de U$S 2.905 en relación de diciembre. 

- Las perspectivas para las reservas internacionales y la gestión cambiaria se presentan auspiciosas debido al aumento temporal pero sustancial de los precios de las materias primas de exportación, principalmente de la soja. El precio en la segunda semana de junio se registra en los U$S 555 por tonelada, nivel cercano a los del año 2012.

- Por otro lado, las reservas internacionales netas totalizarían los U$S 10.718 millones promediando el mes de junio y tras mantener el nivel de reservas brutas en un promedio de U$S 42.130 millones. La estimación del nivel neto se corresponde con el descuento de asignaciones por derechos especiales de giro del FMI, las obligaciones monetarias con otras entidades (swaps) y los depósitos por encajes en moneda extranjeras de entidades financieras. 

- La depreciación nominal en el mercado minorista hacia la segunda semana del mes de junio fue 11,3% respecto de principios de año, con una cotización promedio de cierre en $ 100,4 aunque luego del impuesto País y la nueva retención, la cotización efectiva resulta en $ 165,60. 

- El mercado informal sostiene cierta estabilidad durante el mes de junio, aunque en un panorama de inflación que no se desacelera no se deben descartar presiones. La cotización informal se sitúa, hacia la segunda semana de junio, en $/U$S 158, esto representa una disminución de 4,2% en lo transcurrido del año. 

- El nivel de tasa de política monetaria en el cierre de la segunda semana de junio se sostiene en 38% situándose en un promedio similar al del año 2020. Las expectativas en relación a aumento del nivel de tasa se desactivan dado el potencial inicio de una fase de confinamiento mayor y sus efectos negativos sobre la actividad económica. Esto plantea un panorama menor de tensiones inflacionarias y distorsiones respecto al tipo de cambio. 

- El riesgo soberano medido por el EMBI+Arg, hacia la segunda semana de junio se sitúa en 1474 p.b. Esto nota una disminución incipiente respecto de fines de mayo cuando el índice se situaba en los 1508 p.b.