- El gobierno nacional se enfrenta a necesidades financieras crecientes que marcan una posición financiera de fragilidad. La crisis sanitaria y el confinamiento social sin precedentes comienzan a impactar seriamente en las cuentas fiscales nacionales y provinciales.

- El poder ejecutivo debe resolver la reestructuración para minimizar los factores de incertidumbre y evitar tensiones en los demás mercados. Tras la caída de la actividad privada y la incertidumbre sobre la deuda, es determinante que los recursos que genera la economía no se trasladen al mercado de cambios.

Resumen

- El marco de crisis sanitaria sin precedentes tuvo como principal respuesta el confinamiento social preventivo lo cual tiene costos fiscales importantes que se agravan en países con restricciones en el acceso al mercado de capitales internacional.

- El financiamiento de déficits fiscales operativos profundos presenta desafíos complejos para economías inestables que deben limitar la política de estímulos o bien, recurrir al financiamiento por emisión monetaria.

- Las economías desarrolladas gestionan políticas expansivas con la ampliación de programas de alivio cuantitativo (QE) sobre el sector privado lo cual es una imposibilidad para economías como la argentina.

- La gestión de estímulos fiscales del gobierno nacional comienza a evidenciar límites principalmente por las dificultades del financiamiento público, el escaso ahorro agregado y los problemas que pueden derivarse de expansión monetaria.

- En un contexto de caída de ingresos tributarios y necesidad de sostenimiento de gasto, se presentan premisas fundamentales que tienen que ver con administrar el confinamiento social y reactivar la economía.

- Si la gestión de reestructuración de deuda soberana se resuelve es posible generar un mayor espacio de gestión ya que al menos se evitarán tensiones financieras derivadas de un default definitivo.

- La recaudación impositiva totalizó $499.535 millones aumentando 12,4% interanual en mayo.

El aumento nominal fue sustancialmente menor al aumento de precios del mismo período.

- La caída de poder adquisitivo de la recaudación tributaria del orden del 31% interanual. Esto deteriora el accionar de expansión fiscal y deriva en que las necesidades de financiamiento se acentúen.

- Las provincias presentan mayores necesidades fiscales que deben ser financiadas parcialmente con asistencia nacional lo cual generó un crecimiento interanual de las transferencias corrientes a provincias de 929,4%.

- El impacto de las magnitudes del costo económico del confinamiento tiene diferencias al observar las distintas economías del mundo y esto depende fundamentalmente de las condiciones iniciales de cada país y del acceso relativo a los mercados de capitales internacionales.

- Las economías desarrolladas optaron por el mercado de capitales y la expansión de estímulos monetarios de alivio cuantitativo (QE) para administrar los costos económicos de la crisis sanitaria. Mientras que las economías emergentes con restricciones en el acceso al mercado de crédito internacional, con tensiones monetarias y de precios, se enfrentan a mayores límites para administrar la economía de la pandemia.

- Para algunas economías emergentes de Latinoamérica, como el caso de Argentina, se presentan dificultades de gran escala en la relación déficit fiscal, financiamiento por emisión monetaria y tensiones inflacionarias y cambiarias.

- Una evidencia derivada de la relación déficit fiscal y sus efectos es sugerida en el último informe del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF) donde se expone las consecuencias de la profundización de los resultados negativos fiscales pueden ser más complicadas para los mercados emergentes, debido a la falta de espacio político y la depreciación cambiaria.

- En el caso nacional, el marco de crisis sanitaria sin precedentes tuvo como principal respuesta el confinamiento social preventivo y su extensión por sobre la evaluación de los costos económicos que se generarían. Esto presiona el desempeño fiscal dado que los resultados operativos mensuales se transforman en déficit profundos.

- En ese sentido, los efectos derivados de la fuerte caída de la actividad se traducen en una menor recaudación impositiva en un contexto que demanda una fuerte intervención de la política fiscal en un escenario donde esa intervención es financiada con asistencia del Banco Central vía expansión monetaria.

- Por lo tanto, la urgencia en resolver la reestructuración de la deuda soberana se relaciona con la necesidad de minimizar el contexto de incertidumbre y mayores factores de volatilidad financiera que deterioren y, en definitiva, restrinjan aún más el desempeño fiscal para una economía con escaso ahorro privado. Contrariamente, el poder ejecutivo tendrá un menor espacio fiscal y político para extender la cuarentena sin grandes modificaciones sobre su administración.

- La recaudación tributaria de mayo registró un crecimiento de 12,4% interanual. En términos nominales, la recaudación fue $ 499.535 millones lo que marca un aumento de 25,3% respecto de abril de 2020.

- Adicionalmente, se observa una fuerte caída del poder adquisitivo de los ingresos del sector público en 30%. Esto se traduce en una mayor problemática dado el contexto de necesidades profundas gestionar política fiscal y de ingresos anticíclicas.

- La magnitud del costo del confinamiento social y su extensión notan un mayor crecimiento de las erogaciones fiscales por sobre los ingresos durante el primer cuatrimestre del año. Las consecuencias se observan en las dinámicas crecientes de erogaciones por transferencias a privados y asistencia a gobiernos provinciales.

- Los ingresos fiscales totales crecieron solo 30,4% interanual durante los primeros cuatro meses del año debido a la contracción promedio mensual de los ingresos tributarios nominales.

- Los gastos fiscales del primer cuatrimestre del año crecieron un 68% respecto al mismo período del año 2019. Esto resulta principalmente del fuerte incremento de las transferencias a las provincias en 228% para financiar los resultados fiscales, y dado el crecimiento de subsidios económicos al sector privado en 115,1%.

- Estimamos que el resultado operativo correspondiente al mes de mayo y junio se establecerán en déficits considerables. Las necesidades de financiamiento al sector privado y la asistencia a los gobiernos provinciales mediante transferencias extraordinarias derivadas del confinamiento generaría resultados mensuales negativos sin precedentes.

- El poder ejecutivo anunció la continuidad para el mes de junio del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), incrementos en la Asignación Universal por Hijo (AUH) y del Programa de Asistencia a la Producción y el Trabajo (ATP), aunque para este último caso, hay 86.000 empresas que desistieron de participar dadas las nuevas condiciones para acceder que implican que éstas no puedan comprar divisas ni siquiera a través de la Bolsa como tampoco girar utilidades.

- La dominancia fiscal se debería observar como una necesidad temporal que responde al contexto de pandemia. Nuevamente debemos notar que el camino a la pospandemia el impulso del gasto y los recortes impositivos deberán desactivarse para evitar eventos de de liliquidez y dinámicas de precios que establezcan a la economía en una nueva crisis.