Con el paso de los años los criterios ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG) se han ido afianzando cada vez más dentro de las empresas. Gran parte de los consumidores y trabajadores ya reclaman este tipo de cambios puertas adentro, como estándares básicos a cumplir.
Estas tendencias llegan hasta los propios líderes de las organizaciones. De acuerdo a una encuesta realizada por BDO, un 64% de los CFO cree que adoptar estas medidas mejorará el rendimiento financiero a futuro.
De cara a estas implementaciones, los líderes financieros son los encargados de controlar su funcionamiento y medir los resultados de su puesta en marcha. Incluso, estarán preparados para avanzar sobre la implementación de aquellas métricas no financieras o propias del área donde se desempeñan.
Es importante destacar que los criterios ESG van más allá de desarrollar la responsabilidad social corporativa o de abordar los impactos sociales, también se deberán enfrentar riesgos y desafíos generados a partir de dichas implementaciones. Es responsabilidad de los líderes estar listos para identificar oportunidades respecto a estrategias de este tipo que creen valor en el desarrollo de estos parámetros.
De cara al futuro será cada vez más habitual ver la aplicación de estas tendencias dentro de la compañía. Aquellas organizaciones que operan internacionalmente pueden verse obligadas a presentar requisitos en torno a cuestiones como la sostenibilidad.
Los controles internos respecto a las políticas de este tipo y la búsqueda de precisión y confiabilidad, pueden ser útiles para prevenir determinadas prácticas como “greenwashing” y afirmaciones falsas o engañosas sobre la responsabilidad ambiental.
Por su parte, en el plano internacional, los criterios de ESG han abierto puertas en lo que respecta a acceso al capital privado. Según el informe realizado por BDO, un 95% de empresas inversoras realizaron evaluaciones en esta temática durante los análisis previos a la firma de acuerdos.
De la misma manera, un 90% de las compañías aseguradoras realizan controles similares. Los directores financieros como representantes de esta relación frente a inversores y prestamistas deben luchar por la implementación de las expectativas y criterios demandados desde fuera de las firmas.
ESG y la generación de valor
La mejora de las calificaciones en ESG se encuentra entre los principales objetivos descriptos por parte de los CFO sondeados, ubicado en un cuarto lugar respecto a otras tareas. En este sentido, la implementación de políticas ambientales, sociales y de gobierno corporativo puede verse reflejado en el aumento de beneficios y de ingresos.
Las reducciones en la emisión de carbono, la búsqueda de edificios con certificaciones ambientales, la migración de datos a la nube y otras estrategias vinculadas pueden repercutir en la reducción de consumo energético y de los costos operativos. El desarrollo de estas acciones en vistas a resultados finales es uno de los puntos donde más harán foco los CFO.
Tampoco es recomendable perder el enfoque en los gastos para impulsar el crecimiento de la organización, sobre todo aquellas que respalden los objetivos a largo plazo, bajo la lente de los criterios ESG.
En países como Estados Unidos, más de un 60% de los consumidores califican las cuestiones de sostenibilidad como un criterio de compra. A su vez, un 42% está dispuesto a pagar un monto extra por productos y servicios con estas características.
También es necesario tener en cuenta el potencial de estas políticas de cara a la apertura de mercados y al desarrollo de nuevas innovaciones con el objetivo de acoplarse a las estrategias ESG.
Del mismo modo es tarea de los directores financieros medir el impacto económico en torno a estos criterios, así como la realización de análisis que evalúen los riesgos y prioridades correspondientes.
Los CFO están en una posición clave de cara al objetivo de encaminar a la organización de la que forman parte en el avance hacia los criterios ESG. Impulsar los análisis internos, realizar los informes correspondientes y establecer los objetivos e incentivos a largo plazo pueden garantizar el desarrollo positivo de estas estrategia dentro de la empresa.