Durante la semana pasada todos los contratos continuaron con importantes alzas, en línea con la creciente incertidumbre respecto al programa de venta de bonos anunciado por el Tesoro. Los contratos subieron en promedio 3,2%, con las mayores subas concentrándose en los contratos más largos. Entre diciembre de 2023 y febrero de 2024, las subas fueron de entre 4,8% y 5,6%. Los precios parecen asignar una mayor probabilidad a un salto devaluatorio a lo largo del año y/o una aceleración en el ritmo de inflación.
El contrato de marzo fue el único en registrar una caída y cotiza en $209,6, implicando un ritmo de devaluación esperada del 7,0% para el resto de marzo, bastante por encima del 6,1% que mantuvo en la semana. A partir de abril, los contratos señalan un marcado aumento en el ritmo de devaluación, saltando a un 7,7% promedio. Alcanzando un máximo de 8,5% en diciembre.
Con esto, las tasas implícitas subieron en promedio unos 10,0 puntos. Como se puede ver en el gráfico, esta importante ampliación vino marcada por un marcado empinamiento en la curva. En tanto que la tasa del contrato de marzo se ubica en 83%, desde abril hasta julio quedan entre 98% y 109%. El tramo restante hasta febrero 2024 se ubica entre 115% y 139%.