La rueda del lunes fue levemente positiva, con subas en las acciones, en los bonos y en el petróleo, en tanto que el dólar volvió a cerrar a la baja y se ubicó en mínimos de tres años.

El S&P 500 avanzó un 1,5%, al tiempo que el Dow Jones y el Nasdaq ganaron un 1,3%. Apple subió un 3,9%, tras haber llegado a ganar hasta un 8% en la mañana. En cuanto a resultados corporativos, Goldman Sachs aumentó un 1,5% luego de presentar sólidos balances.

El rendimiento de la UST10Y se ubicó en 4,37% este lunes, recortando el repunte de la semana pasada que lo había llevado a superar el 4,5%, mientras los mercados siguen evaluando el futuro de la política comercial de EE. UU. y su impacto en el crecimiento económico y en la demanda extranjera de deuda estadounidense. Por su parte, la UST2Y cerró en 3,85%.

El precio del petróleo WTI avanzó 0,2% y alcanzó los USD 61,6 por barril, fluctuando al tiempo que las noticias sobre posibles restricciones más laxas al petróleo iraní chocaban con un alivio temporal de aranceles en EE. UU. En tanto, las importaciones de crudo de China aumentaron un 5% i.a. en marzo, impulsadas por un mayor ingreso de petróleo iraní y ruso. Por su parte, el oro retrocedió un 0,8% y cerró en un precio de USD 3.212 la onza, a medida que las tensiones comerciales se suavizaron luego de que el presidente Donald Trump otorgara exenciones arancelarias a smartphones, computadoras y otros productos electrónicos, en su mayoría importados desde China.

El índice DXY cayó un 0,2% y cerró en 99,59, debilitándose nuevamente y ubicándose en su nivel más bajo en tres años. Perdió 0,2% contra el euro, 0,9% frente a la libra y 0,3% contra el yen japonés. A su vez, retrocedió en Brasil un 0,3%, cerrando en USDBRL 5,85.

En la noticia económica del día, en marzo de 2025 las expectativas de inflación de los consumidores en EE. UU. subieron por segundo mes consecutivo, alcanzando el 3,6% anual, el nivel más alto desde octubre de 2023. Este aumento se explicó principalmente por mayores expectativas de suba en alimentos, salud y alquileres, mientras que cayeron en gasolina, educación universitaria y precios de viviendas. A mediano plazo, las expectativas se mantuvieron estables o bajaron levemente. Además, los consumidores prevén menores aumentos salariales y un fuerte incremento en el desempleo esperado, que trepó al 44%, el más alto desde abril de 2020.