El mercado estadounidense tuvo una jornada negativa, impulsada por las débiles ganancias de ASML –que provocaron una liquidación generalizada en los papeles de los fabricantes de chips– y por la fuerte caída en los precios del petróleo, lo que presionó a las acciones del sector energético. El S&P 500 cayó un 0,7%, el Dow Jones perdió un 0,8% y el Nasdaq retrocedió un 1,3%. Las acciones de ASML se desplomaron un 16,5% tras recortar sus perspectivas, lo que afectó a otros fabricantes de chips, como Nvidia (-4,5%), Broadcom (-3,5%), AMD (-5,2%) e Intel (-3,3%). Las acciones del sector energético estuvieron bajo presión, con Exxon Mobil (-3%) y Chevron (-2,7%) cayendo debido a la fuerte baja en los precios del petróleo. Además, UnitedHealth retrocedió un 8,2% tras emitir una previsión de ganancias más débil. Por el contrario, Bank of America subió un 0,5% luego de reportar ganancias e ingresos del tercer trimestre mejores de lo esperado. Apple sumó un 1,1% tras alcanzar un máximo intradiario histórico de USD 238, potenciado por informes que indicaban una fuerte demanda de modelos anteriores a raíz del lanzamiento del iPhone 16.
En cuanto a la renta fija, el rendimiento del UST10Y cayó a 4,04%, retrocediendo desde los máximos de más de dos meses de 4,1% alcanzados la semana pasada. Esto se debió a que el índice manufacturero Empire State de Nueva York fue más débil de lo esperado: la lectura cayó a -11,9 en octubre, el nivel más bajo en cinco meses, lo que indica una contracción de la actividad empresarial en Nueva York tras un repunte positivo en septiembre. Los próximos datos sobre ventas minoristas, producción industrial y el índice manufacturero de la Fed de Filadelfia proporcionarán más información sobre la fortaleza de la industria y el consumo. Actualmente, los operadores asignan una probabilidad del 88% de que la Fed reduzca las tasas en 25 pb en noviembre, luego de la significativa reducción de 50 pb en septiembre.
El precio del petróleo WTI bajó un 4,4%, ubicándose en USD 70,6 por barril, tras informes que sugirieron que Israel podría evitar atacar la infraestructura petrolera de Irán, lo que alivió los temores de una posible interrupción significativa del suministro en la región. Además, la AIE recortó sus previsiones de crecimiento de la demanda, citando una capacidad excedente casi récord en la OPEP+ y una desaceleración en la demanda de mercados clave como China. Se proyecta que la demanda mundial de petróleo aumentará en poco menos de 900.000 barriles por día (bpd) en 2024 y 1 millón de bpd en 2025, lo que representa una desaceleración en comparación con el crecimiento de 2 millones de bpd observado después de la pandemia. La demanda de petróleo en China ha sido particularmente débil, con un consumo que cayó 500.000 bpd en agosto, marcando el cuarto mes consecutivo de disminución. Mientras tanto, se espera que la producción de crudo en América aumente en 1,5 M de bpd este año y el próximo. Además, el lunes, la OPEP rebajó por tercer mes consecutivo su previsión de demanda mundial de petróleo para 2024 y 2025.
Las expectativas de inflación al consumidor para el próximo año, medida por la Fed de Nueva York, se mantuvieron sin cambios en 3% en septiembre de 2024. Sin embargo, las proyecciones medianas de inflación aumentaron a 2,7% desde 2,5% para el horizonte de tres años, y a 2,9% desde 2,8% para el horizonte de cinco años. La probabilidad percibida de una separación voluntaria del empleo y la posibilidad de encontrar trabajo en caso de pérdida aumentaron. Aunque las previsiones de crecimiento del ingreso y del gasto de los hogares para el próximo año disminuyeron ligeramente, las percepciones y expectativas sobre el acceso al crédito mejoraron. Por otro lado, las estimaciones de morosidad continuaron en tendencia ascendente, alcanzando el nivel más alto desde abril de 2020.