En la rueda del martes, el mercado norteamericano tuvo un comportamiento mixto. Las acciones tecnológicas recuperaron terreno, mientras que los sectores Value estuvieron presionados. Los datos económicos mostraron que el mercado laboral y el consumo perdieron impulso, lo que avala la decisión de la Fed de recortar los tipos de interés. En este contexto, los rendimientos de los bonos del Tesoro tuvieron un leve retroceso, favoreciendo a todos los índices de renta fija, que presentaron subas generalizadas. En paralelo, el dólar operó estable y el oro retrocedió. Lo más destacado del día fue la nueva caída del precio del petróleo, que alcanzó el nivel más bajo desde 2021 y acumula el mayor retroceso desde 2018. Fuera de EE. UU., se destacó el mal desempeño de los activos de Brasil.

El S&P 500 y el Dow Jones marcaron una pérdida diaria de 0,1% y 0,4%, respectivamente, en tanto que el Nasdaq quebró la racha de tres ruedas negativas y repuntó 0,2%. A nivel sectorial, la baja del precio del petróleo golpeó a las acciones de Exxon Mobil (-2,6%) y Chevron (-2,0%), lo que empujó al índice energético a anotar una caída de 3,5%. Las megacaps tuvieron resultados mixtos: Alphabet cedió 0,5%, Apple, Microsoft y Amazon operaron estables, en tanto que subieron Nvidia (+0,8%), Meta (+1,5%) y Tesla (+3,1%). Vale destacar la mejora que tuvieron Broadcom (+0,4%) y Oracle (+2,0%) luego de las fuertes caídas de las ruedas previas.

Los rendimientos de los bonos del Tesoro operaron a la baja, especialmente en el tramo más largo. La UST2Y retrocedió 2 pb hasta 3,49%, al tiempo que la UST10Y perdió 4 pb y terminó en 4,15%. Esto le dio impulso a los índices de renta fija, que anotaron un alza promedio de 0,2%, y a los bonos emergentes, que avanzaron 0,3%.

En el mercado de commodities, volvió a destacarse la evolución del precio del petróleo, que cedió 2,7% hasta USD 55,3 el WTI, el nivel más bajo desde principios de 2021, lo que extiende las pérdidas del año hasta 22% y marca el peor desempeño anual desde 2018. Las expectativas de que la guerra en Ucrania podría llegar a su fin aumentaron la posibilidad de que se alivien las restricciones a los flujos de petróleo ruso, lo que limita las posibles interrupciones del suministro en un mercado ya bien abastecido. El aumento de la oferta ha afectado los precios a lo largo del año, ya que los productores de la OPEP+ restauraron la producción previamente inactiva, mientras que los productores no pertenecientes a la OPEP, particularmente en América, continuaron impulsando la producción. Al mismo tiempo, los datos económicos de China han apuntado a una debilidad persistente en la segunda economía más grande del mundo, lo que empaña las perspectivas de la demanda. Los riesgos a la baja se vieron parcialmente compensados por la posibilidad de una acción militar de EE. UU. en Venezuela, después de que la administración Trump detuviera un superpetrolero la semana pasada.

Respecto a los datos económicos del día, se destacaron la actualización de los indicadores del mercado laboral de octubre y noviembre y las ventas minoristas de octubre, que confirmaron una situación frágil, pero con mejora en el margen. Concretamente, mientras que en octubre se destruyeron 105 mil puestos de trabajo –explicado por la baja de 157 mil puestos en el empleo público, en tanto que el sector privado generó 53 mil–, en noviembre se crearon 64 mil nuevos puestos –el sector público registró una baja de 5 mil, aunque el sector privado creó 69 mil–. Pese a la mejora marginal en la creación de empleo no agrícola, la tasa de desocupación subió desde 4,4% en septiembre a 4,6% el mes pasado, 0,5 pb más que a fines del año pasado y el nivel más alto de los últimos cuatro años. Pese a este escenario de menor dinamismo, los salarios siguieron subiendo por encima de la inflación al anotar un alza de 0,4% m/m en octubre y de 0,35% m/m en noviembre, acumulando en el último año un aumento de 3,9%, contra 3,0% i.a. que habría sido la inflación. Respecto a las ventas minoristas, en octubre se estancaron respecto de septiembre, tras un aumento revisado a la baja de 0,1% m/m, aunque las ventas excluyendo servicios de alimentación, concesionarios de automóviles, tiendas de materiales de construcción y gasolineras –que se utilizan para calcular el PBI– se dispararon 0,8% m/m, recuperándose de una caída de 0,1% m/m en septiembre y muy por encima de las expectativas de 0,4% m/m.

Fuera de EE. UU. se destacó el mal desempeño que tuvieron los activos de Brasil. El índice Ibovespa retrocedió 5,9% medido en dólares, en tanto que el real subió 1,7% y cerró en USDBRL 5,51, el nivel más alto de los últimos dos meses. Esto obedeció en parte a una nueva encuesta que muestra que el presidente Lula amplía su ventaja, lo que reavivó las preocupaciones sobre la disciplina fiscal y el gasto público a mediano plazo, elevando la prima de riesgo de Brasil y afectando principalmente a los valores financieros y de pequeña capitalización, que se llevaron la peor parte de la ola de ventas. Al mismo tiempo, las actas del Copom – el documento que publica el Comité de Política Monetaria del Banco Central de Brasil luego de cada reunión en la que define la tasa de interés (Selic)– reconocieron una desinflación más rápida, pero reafirmaron una postura política cautelosa, reforzando las expectativas de que el ciclo de flexibilización de la Selic comenzará más tarde de lo esperado. Las instituciones financieras marcaron el ritmo de la caída: Banco do Brasil (-1,4%), Santander (-3,6%), Bradesco (-2,8%), Itaúsa (-3,3%) y B3 (-4,8%) registraron fuertes pérdidas. Por otra parte, Petrobras, la megacapitalización, se ubicó entre las principales rezagadas tras bajar 2,7% ante el desplome de los precios del petróleo.