El mercado comenzó la semana con un tono positivo en renta variable, impulsado por el rebote del sector energético. No obstante, en renta fija la rueda fue negativa, en un contexto de suba de rendimientos y de un mercado que, pese al mensaje más cauteloso de la Fed, continúa descontando un sendero de relajación monetaria hacia adelante. El dólar volvió a debilitarse a nivel global, favoreciendo un fuerte repunte del oro, que alcanzó nuevos máximos históricos, apoyado tanto en expectativas de menores tasas como en un escenario geopolítico más tenso. Este último también impactó en commodities, con el petróleo recuperando terreno, aunque persisten los temores estructurales de sobreoferta, mientras que la soja mostró una leve mejora tras las recientes bajas.
Las acciones continuaron repuntando al comienzo de la semana, lideradas por las energéticas a raíz del aumento en el precio del petróleo. Los tres principales índices de renta variable exhibieron alzas en torno al 0,5%. Nvidia ganó 1,2%, Micron Technology subió 3,8% y Oracle avanzó 3,1%. Otras acciones de gran capitalización mostraron un desempeño mixto: Amazon subió 0,5% y Tesla se disparó 2,8%, en tanto que Microsoft (-0,1%), Apple (-1,0%), Alphabet (-0,5%) y Broadcom (-1,2%) retrocedieron.
En paralelo, los rendimientos de los bonos del Tesoro operaron al alza y la UST2Y subió 3 pb hasta un nivel de 3,51%, al tiempo que la UST10Y avanzó 2 pb hasta 4,17%. Con esto, la renta fija en general tuvo una rueda negativa, mostrando una caída de 0,1% para el índice de bonos del Tesoro, al igual que para los Investment Grade. A su vez, los High Yield y la deuda de mercados emergentes operaron sin cambios. El mercado continúa descontando dos recortes de tasas para 2026, a pesar del guidance de un recorte que dio la Fed.
El US Dollar Index cedió un 0,3% y cerró en 98,31, gracias a las caídas de 0,3% frente al euro, 0,6% ante la libra y 0,5% contra el yen. En tanto, el dólar se apreció frente al real brasileño un 0,7% y cerró en USDBRL 5,58, alcanzando máximos de agosto, en un contexto de mayor incertidumbre política y riesgos macroeconómicos internos. En Brasil, datos de actividad más débiles y dudas sobre el cumplimiento de las metas fiscales de 2026 reforzaron la presión cambiaria, aunque la tasa Selic –la tasa de interés de referencia– se mantiene en niveles altos. De la mano de la depreciación del dólar vino un fortalecimiento del oro, que alcanzó nuevos máximos históricos al subir un 2,1%, hasta un nivel de USD 4.431 la onza, debido a la expectativa de dos recortes de tasas para 2026 y a los conflictos geopolíticos.
El petróleo WTI rebotó un 2,3% hasta USD 57,9 por barril por el aumento de las tensiones geopolíticas vinculadas a Venezuela y Rusia, que elevaron la prima de riesgo sobre la oferta. Sin embargo, el impacto estructural sigue siendo acotado y el mercado continúa dominado por expectativas de sobreoferta, por lo que el crudo permanece encaminado a cerrar el año en baja. En agrícolas, la soja aumentó un 0,4% hasta USD 387 la tonelada.


