Debido al feriado en EE. UU. por el Día de Acción de Gracias, no hubo operaciones en Wall Street, lo que resultó en una jornada atípica. Lo más destacado ocurrió en Japón y Brasil, con importantes movimientos en sus monedas.
En Japón, el IPC de la ciudad de Tokio de noviembre –un adelanto de lo que podría mostrar el índice nacional– registró un alza de 0,6% m/m, llevando la suba interanual a 2,2% desde el 1,8% i.a. del mes anterior. La aceleración de la inflación se dio en un contexto en el que los datos de producción industrial, ventas minoristas y empleo apuntaron a una desaceleración de la actividad económica. La mayor presión en los precios aumentó las expectativas de que en la próxima reunión de política monetaria, el BoJ eleve nuevamente las tasas de interés, lo que fortaleció la cotización del yen, que se apreció un 1% hasta USDJPY 150, el nivel más bajo desde el 21 de octubre, alejándose del USDJPY 156 registrado a mediados de mes.
En Brasil, el gobierno federal anunció un plan fiscal que recortaría el gasto en USD 12.000 M, frustrando las expectativas del mercado de ajustes más agresivos en medio de preocupaciones por déficits presupuestarios insostenibles que podrían estimular una mayor inflación y elevar los riesgos crediticios, ya de por sí elevados. Esto se sumó al anuncio de que se eximiría a los salarios inferiores a BRL 5.000 mensuales del pago del impuesto sobre la renta, mientras que se elevaría la carga tributaria a los de mayores ingresos. Estas medidas incrementaron las inquietudes en torno a la mayor economía de América Latina, que enfrenta un modesto desempeño del nivel de actividad y un repunte de la inflación en un contexto de menor superávit comercial debido a la caída de los precios de materias primas como petróleo, soja y mineral de hierro. En este marco, la cotización del real subió un 1,3% y cerró la rueda en USDBRL 6,01 –un máximo histórico–. Con este resultado, el real acumula un alza de 4% en el mes y 24% en lo que va del año.