Tal como se esperaba, la Fed mantuvo la tasa de los fondos federales en un máximo de 23 años del 5,25%-5,50% por octava reunión consecutiva. Las autoridades señalaron que hubo avances hacia el objetivo de inflación del 2%, aunque sigue siendo algo elevada. Además, los indicadores recientes sugieren que la actividad económica ha seguido expandiéndose a un ritmo sólido. La creación de empleo se ha moderado y la tasa de desempleo ha aumentado, pero sigue siendo baja. A pesar de esto, la Fed no cree que sea apropiado reducir el rango objetivo hasta que haya ganado mayor confianza en que la inflación avanza de manera sostenible hacia el 2%. En la conferencia de prensa posterior a la reunión, Powell tuvo un tono más "dovish" que en ocasiones anteriores, comentando que el primer recorte está sobre la mesa y podría llegar tan pronto como la próxima reunión (18 de septiembre), aunque sin comprometerse a un ritmo definido ni a una cuantía específica de recortes de tipos, que en todo caso serán data-dependientes.
Tras la decisión de la Fed, sumado a que el dato de creación de empleo privado provisto por ADP marcó que sólo se crearon 122 mil empleos en julio (vs. 150 mil esperados), convalidando el escenario de ralentización de la actividad económica, los bonos del Tesoro recibieron un impulso, llevando los rendimientos al nivel más bajo de los últimos cuatro meses. La USDT2Y bajó 2 pb y cerró el mes en 4,34%, mientras que la UST10Y descendió 4 pb hasta 4,11%. Esto favoreció a toda la renta fija, que anotó un alza promedio de 0,5%, cerrando el mes con una ganancia de 2,1%, la mejor performance del año. También fue una buena jornada para los bonos corporativos y emergentes, con subas de hasta 0,6%.
En cuanto a las acciones, el mensaje de Powell fue bien recibido por los inversores, quienes aprovecharon también los buenos resultados corporativos para impulsar al alza todo el mercado tras varias jornadas volátiles y de caídas en las tecnológicas. El S&P 500 cerró con un alza del 1,6%, el Nasdaq subió un 3,0% y el Dow ganó 0,3%. El sector tecnológico fue el de mejor desempeño, con Nvidia subiendo un 12,8% después de que Morgan Stanley la renombrara como la mejor opción, borrando parte de las pérdidas recientes debido a la rotación del mercado hacia sectores más tradicionales. AMD subió un 4,4% tras superar las estimaciones con sus resultados. Broadcom (12%) y Qualcomm (8,4%) también subieron después de informes de que algunas empresas extranjeras no se verán afectadas por las restricciones estadounidenses a las exportaciones de fabricación de chips a China. Apple, Meta y Amazon también cerraron al alza, mientras que Microsoft cayó un 1,1% debido a resultados decepcionantes en la nube. Posteriormente, con los mercados cerrados, Meta (META-US) presentó resultados que superaron las previsiones, lo que permitió un repunte del 4,4% en operaciones fuera de hora.
Tras varias ruedas de caídas, los commodities cerraron al alza, destacándose el petróleo con un incremento del 4,3%, cerrando en USD 78 el barril. Este repunte se debe al aumento de las tensiones en Medio Oriente, después de que se informara sobre el asesinato del líder de Hamás, Ismail Haniyeh, en Teherán. Además, el gobierno israelí afirmó haber matado al máximo comandante de Hezbollah en un ataque aéreo en Beirut el martes.
En cuanto a Europa, el IPC de julio en la Eurozona se mantuvo sin cambios respecto a junio, acumulando un alza de 2,6% en los últimos doce meses. La tasa subyacente subió 2,9% i.a., impulsada por los precios de los servicios que aumentaron 4% i.a. Este dato no modificó las expectativas del mercado de un segundo recorte de tipos en septiembre y un tercero en diciembre, ya que el reciente deterioro de los indicadores adelantados de ciclo viene acompañado de nuevos avances en el proceso desinflacionario.
En Japón, durante la reunión de julio del comité de política monetaria, el Banco de Japón (BoJ) elevó su tasa de interés clave a corto plazo a 0,25% desde el rango anterior de 0 a 0,1%, establecido en marzo. En una perspectiva trimestral, el BoJ proyectó que la inflación subyacente para el año fiscal 2024 caería alrededor del 2,5%, menos que las previsiones de abril del 2,8%, y sería de alrededor del 2% para los años fiscales 2025 y 2026. En cuanto al PBI, las autoridades redujeron su pronóstico de crecimiento para 2024 del 0,8% al 0,6%, tras una revisión estadística. Para los años fiscales 2025 y 2026, el banco mantuvo su perspectiva del PBI en 1,0%. Ante esta decisión, el Yen se fortaleció 1,8% y cerró la jornada en USDJPY 150, alejándose del máximo de USDJPY 160 que había marcado a fines de junio y siendo el nivel más bajo desde mediados de marzo.