Luego del golpe que implicó la pandemia para el sector de transporte aéreo, el conflicto entre Rusia y Ucrania no le está permitiendo retomar sus ganancias previas a ese contexto. 

A pesar de haber retomado sus actividades luego de la aparición de la cepa Ómicron, el conflicto bélico está afectando gravemente a la industria del turismo, principalmente a la de transporte aéreo. La integración que tienen tanto Rusia como Ucrania en la industria de aviación genera preocupación en dicho sector, al no poder sobrevolar esta zona dado el conflicto. Esto, sumado a la prohibición que tienen distintas aerolíneas rusas a operar a lo largo del mundo, golpea a una industria que ya venía afectada. 

Sumado a esto, el rally alcista del petróleo impacta directamente en los costos de la industria que, medida en el ETF JETS, retrocedió un 21,5% en la última semana -marcando así su peor semana desde abril de 2020-. Tanto la suba de costos como los vuelos más largos -en pos de evitar la zona del conflicto- encarecen enormemente al sector, que no logra recuperar sus valores previos a la pandemia. 

De esta forma, las aerolíneas marcan una contracción de 19,8% en lo que va del 2022 y no presentan resultados positivos desde el 2019 (desde dicho año acumulan una baja de 46,2%).