La reunión del Comité Federal de Mercado Abierto de la FED trajo novedades, aunque poco específicas, sobre el proceso de normalización monetaria.
El informe publicado luego de la reunión de ayer reconoce que, en caso de que la situación económica continúe mejorando como se espera, el comienzo del retiro de estímulos monetarios “podría empezar pronto”.
La lectura del mercado apunta a que la primera reducción en la inyección de dinero -que actualmente asciende a USD 120.000 M mensuales- sería anunciada tras la próxima reunión (3 de noviembre) y comenzaría en diciembre.
Respecto de las tasas de interés, la actualización del cuadro de estimaciones registró que 9 miembros del comité proyectan la necesidad de subir la tasa de referencia al menos una vez en 2022, mientras el resto de los miembros mantiene su visión de no subir tasas el año que viene. Para 2023, la media de los miembros estima entre 3 y 4 subas, que situarían la tasa de política monetaria en torno al 1%.
El aumento en la cantidad de miembros que proyectan al menos una suba de tasas para 2022 coincidió con una corrección al alza en las estimaciones de inflación para el año en curso, que pasaron desde 3,4% en la reunión de junio al 4,2%. En 2022 la inflación sería del 2,2%.
La proyección de crecimiento económico para 2021 se corrigió desde 7% en la reunión previa hasta 5,9%, sin embargo, se aumentó el crecimiento estimado para 2022 desde 3,3% hasta 3,8%. El desempleo finalizaría 2021 en 4,8% (desde 4,5% en la reunión previa) y volvería a los mínimos previos a la pandemia (3,5%) recién a finales de 2023.
Se agrava la escasez de semiconductores
Los fabricantes de automóviles han agotado sus reservas de chips y la oferta continúa sin registrar normalización, afectada recientemente por cierres y limitaciones a la producción producto de medidas de contención del Covid-19, cuya variante Delta se propagó con rapidez dentro de Asia en los últimos dos meses.
La falta de chips lleva a que las automotrices deban anunciar nuevos frenos en las fábricas. Se proyecta que la industria, globalmente considerada, terminará reduciendo su producción de 2021 en 7,7 M de vehículos, duplicando el estimado de pérdidas de facturación desde USD 110.000 M (proyecciones de mayo) hasta USD 210.000 M.
La situación afectó con particular intensidad a Ford y General Motors, cuyos planes de fuerte expansión en vehículos eléctricos y autónomos sufren viento de frente por los faltantes del insumo clave para su producción. Ford acumula una baja de 17,3% desde máximos de mayo al tiempo que General Motors cedió 20,6% en igual lapso.
A pesar de lo anterior, Ford es la gran ganadora de 2021, acumulando un retorno de 49,3% y superando holgadamente tanto a sus pares (GM +21%, TSLA +8%) como al S&P 500 (+19%).