La región cuenta con más de 600 millones de personas y la población va envejeciendo, cada vez con menor tasa de natalidad. Disponemos de energía abundante en cuanto a hidrocarburos, recursos renovables, minerales y productos agropecuarios, pero aún nos falta más y mejor infraestructura, institucionalidad y competitividad.

Tenemos disponibilidad valiosa de agua potable y no hay conflictos de guerrilla que fueron tan extendidos en su momento, particularmente en los 70. Las economías en general sin inflación, todavía muy primarizadas en relación al comercio exterior, es decir, muy dependientes de materias primas, con la excepción de Méjico y Brasil que disponen de estructuras más industriales. A su vez, aún existe una visión endogámica y provinciana, no salimos al mundo como otros países. Nos situamos muy atrás del sudeste asiático en este sentido, con quien competimos por alcanzar el desarrollo desde los ´50.

La región corrió por derecha en los ´90, por izquierda en los 2000 y, en la década que se inició en 2010, se repartieron los espacios políticos. Esta última década no fue buena en cuanto a crecimiento, varias economías se estancaron. En el decenio que comienza parece que hay variedad de signos partidarios y de ideologías, quizás con cierto predominio de gobiernos de izquierda. Concretamente, estamos en un año electoral y se van a ir revelando posiciones.

Tenemos una interna muy fuerte entre Bolsonaro y Lula. Un PT desprestigiado impulsado a la vez por la persona de mayor carisma de Brasil que es Lula. Bolsonaro se ha consolidado y, a pesar del desastre sanitario y de las dificultades con la economía, aspira a la reelección. Los sondeos preliminares le dan 50% a Lula y 40% al actual Presidente.

La región tiene un buen contexto externo expresado en bajas tasas de interés y buenos precios de materias primas. Es una situación interesante para crecer. En los 2000 se aprovechó la existencia de recursos económicos para apuntalar, a su vez, a los gobiernos populistas de izquierda.

En un repaso rápido, Méjico avanza a ritmo lento y muy dependiente de Estados Unidos. El nuevo NAFTA se presenta consolidado. Siguen los problemas de inseguridad, narcotráfico y violencia política. Cuestiones estructurales como las pérdidas de la empresa estatal Pemex siguen presentes

En América Central no hay mayores novedades. Cuba de a poco se va flexibilizando pero el régimen castrista aún domina e influye incluso en un par ideológico como Venezuela. Es una isla pobre y atrasada con poco potencial de crecimiento. Si cambia el régimen castrista, se espera un shock de inversiones para recuperar terreno perdido en términos de riqueza. Venezuela muy degradada con hiperinflación y violencia. No se ve la salida institucional.

Colombia sigue creciendo y con buenas perspectivas. Perú mal en el frente político y sólido en economía. Aún con mucha pobreza. Hay que ver si se estabiliza con el nuevo presidente que se elige en breve. Paraguay con turbulencias recientes relacionadas con la interna dentro del propio

Partido Colorado. Los conflictos influidos por la cuestión sanitaria. Uruguay está sólido con el Partido Nacional en el poder después de 25 años volvió a gobernar. Chile esperando la nueva constitución, con muy buen nivel de seguridad ciudadana. Seguramente venga un gobierno más afín a la centro-izquierda. Bolivia está aprendiendo a funcionar sin Evo a cargo, la economía sigue estable y sólida pero la política complicada con el arresto de la última presidente. Ecuador con mucho riesgo país, seguramente vuelva a la influencia directa de Correa que colocó a su candidato en la elección presidencial en una segunda vuelta por dirimir.

Finalmente, no hay mayores novedades en cuanto a la estrategia de Biden para la región. Se espera mayor compromiso de la administración demócrata con América latina. El aniversario del Mercosur es muy relevante y ánima a consolidar procesos de integración que quisieron los padres fundadores de América. La región depende mucho de China que está presente en infraestructura, recursos naturales y energía. Cada vez un socio comercial más pleno, el primero en la mayoría de los países. Esta relación con China debe tratarse con prudencia para no perder los lazos comerciales y geopolíticos con Estados Unidos y Europa.