El texto plantea un repaso sintético de la región que decrece al 5% anual por la cuarentena que frenó la oferta agregada, frente a un crecimiento promedio estimado de 1% antes de la pandemia. Cada vez nuestros Alumni trabajan más con o en la región. Parece relevante como introducción comentar cómo van los países de América Latina que transitan esta nueva década que añora la primera del siglo, la del boom materias primas.

Es arriesgado generalizar sobre la región con 600 millones de habitantes y diferentes realidades socioeconómicas. En la política económica se perciben cuotas de realismo pragmático con espacios de realismo mágico. Hacemos un repaso muy sintético.

América Central. Zona con sensibilidad especial al cambio climático. El déficit estructural de materias primas hace a la subregión vulnerable. Es una zona muy alineada con Estados Unidos, donde destacan Panamá y Costa Rica. Panamá en concreto tiene el mayor PBI per cápita de la región.

El Nafta pasadas casi dos décadas y media de su nacimiento ha dado pocos resultados a Méjico. El PRI perdió el poder en México. Tensiones por delito y drogas. Crece su PIB con moderación. La industria en transformación desplazada la maquila parcialmente por los menores costos de Asia.

Venezuela. Petróleo bajo complica. La sucesión de Chávez fue nefasta. Parece hegemónico el socialismo del siglo XXI. Existe poca oposición con ningún candidato consolidado. En la región es quien va peor tanto en la macro como en la microeconomía. El doble mercado cambiarlo supone una distorsión seria. La hiperinflación no cede. El populismo divide la sociedad en dos grupos.

Colombia. Inflación moderada. Las FARC en clara reconversión, mucha inversión extranjera para un país que avanza firme en el terreno económico. Ecuador. 20 años con dólar como moneda con gran aceptación. Hay rechazo a Correa. Baja inflación. En educación es positivo lo hecho en formación de docentes, otro aspecto destacable ha sido el gasto en carreteras. El riesgo país sigue alto y en proceso de negociación de deuda con riesgos de default. Parecieras la dolarización no fue la panacea.

Perú. Continuidad desde 1990 en la política económica. Presidentes corruptos pero el país funciona. Perú es grado de inversión. Minería muy dinámica, sin críticas severas de la opinión pública a cuestiones ambientales. Proyecto energético de Cammesa muy pujante. Problemas en la sierra y en la selva que son áreas mucho más atrasadas que Lima. Perú está bien pero todavía es muy pobre. Es la estrella de la región pero corre de atrás con un coeficiente de Gini malo, difícil de corregir por lo estructural de la pobreza.

Bolivia. Pobreza estructural. Macro con piloto automático con un Banco Central ordenado. Ideología presente con ruptura del afán de perpetuidad del régimen. La tensión con Santa Cruz de la Sierra bajo control. El gas natural es pieza central del crecimiento.

Paraguay. Domina el Partido Colorado. El empresario Horacio Cartes, ex presidente, sigue activo en la política. La soja y la carne vacuna son claves. Desafíos en infraestructura y educación. Muy atrás en el índice WEF de competitividad.

Chile. Estuvo inestable por los movimientos espontáneos de crítica al modelo neoliberal. Algunos como Sebastián Edwards plantean que ya ha muerto como tal. Buscando nuevos sectores para desarrollar, debe agregar más valor a las materias primas. Muy sólido en deuda pública y en el frente fiscal. Uruguay. Firme en calidad de decisión pública. Fuerte el sector agropecuario y aprovechando el desarrollo forestal. Esperando una mejor evolución del Mercosur.

Finalmente Brasil está en búsqueda de una tasa mayor de crecimiento. Exportaciones dinámicas y mucha inversión extranjera directa. Guedes con ideas claras en cuanto al rumbo económico a seguir. Bolsonaro más errático. El panorama de la región es medianamente optimista a la salida de esta fuerte recesión por el Covid para un mundo donde varios países centrales siguen con problemas. Casi todos los países de América Latina con amenazas de enfermedad holandesa y con problemas de competitividad.