La economía global continúa recuperándose. El avance de las vacunas va normalizando la actividad económica y permite la recuperación de los servicios, los principales afectados por la pandemia. La recuperación global no es sólo exclusiva de EE. UU y se expande al resto de las economías, entre las que se destacan Europa y Brasil. En EE. UU, la actividad sigue mejorando con buen dinamismo del mercado laboral y con la inflación en alza, aunque por el momento la FED se muestra confiada en no retirar los estímulos monetarios. El mercado continúa optimista avalando este  escenario, por lo que las expectativas de inflación se mantienen acotadas y la tasa de los bonos del Tesoro retrocedió a los niveles de febrero. En este contexto, todos los componentes de nuestras carteras recomendadas presentaron buenos rendimientos en el último mes, lo que permitió que la cartera moderada y la agresiva marquen subas de 0,5% y 1,7% respectivamente.

El re-opening de la economía global

La economía global continúa en su sendero de recuperación. Con el avance de la vacunación -en especial en las economías desarrolladas- y la apertura gradual de actividades antes limitadas, en combinación con fuertes estímulos monetarios y fiscales, el nivel de actividad global continuó mejorando. Así lo marca el índice PMI de mayo, un buen termómetro del nivel de actividad, que rozó los 60 (arriba de 50 indica expansión). El impulso se da tanto por el repunte de la actividad manufacturera como en los servicios, principales víctimas de la pandemia. EE. UU es la gran locomotora de la economía mundial, aunque ahora se suman otras economías, como la Eurozona, que tras la caída del 0,3% del PBI durante los primeros tres meses del año, con el levantamiento de las restricciones empieza a tomar impulso y se estima que muestre un importante dinamismo en lo que resta del año. Aunque con un sendero más estable, China también sigue mostrando un buen ritmo de crecimiento de la mano del crecimiento de la inversión y las exportaciones. Sin dudas, los países emergentes vienen más demorados en la recuperación debido al impacto de la segunda ola y un avance más lento en el ritmo de vacunación. Entre ellos, el caso más notable es el de la India.

Mejora el empleo y la inflación se acelera

La combinación de un inédito paquete de estímulo fiscal y monetario generaron las condiciones para que la economía de EE. UU tenga una rápida recuperación tras el shock de la pandemia del 2Q20. El repunte del nivel de actividad es acompañado por la mejora en el mercado laboral. Concretamente, tras el trago amargo de abril (cuando la creación de empleos no agrícolas fue de “apenas” 200 mil empleos, muy alejadA de los 700 mil que esperaba el mercado), en mayo volvió a acelerarse: registró 559 mil nuevos puestos, explicados principalmente por el sector de servicios que contribuyó con 489 mil. Con este resultado, la tasa de desocupación bajó al 5,8%, 9 pp menos que un año atrás. Pese a esta recuperación, aún quedan más de 7 millones de puestos de trabajo por recuperar (de los que se perdieron por la crisis), por lo que aún queda mucho camino por recorrer. Con la mejora del empleo y las transferencias directas del sector público a las familias, los ingresos de las familias tuvieron un fuerte repunte y le dan impulso al consumo de bienes y servicios. Pese a esta recuperación en el gasto de las familias, la tasa de ahorro de las familias se mantiene por encima del 15% de los ingresos, duplicando el nivel histórico. El re-opening de la economía americana genera cuellos de botella y esto presiona los precios. De hecho, la luz amarilla viene por el lado de la inflación: en mayo marcó un alza de 0,6% respecto a abril, acumulando en el último año una suba de 4,9%, en tanto que el índice Core (excluye energía y alimentos) lo hizo al 0,7% mensual y 3,9% respecto a mayo del año pasado, siendo el mayor incremento desde 1991. La buena noticia es que el mercado sigue viendo este efecto como transitorio y con ello las expectativas implícitas en los bonos se mantuvieron estables. Con este marco de fondo, la FED no prevé cambios de la política monetaria hasta fines de 2023. 

Mejoran las perspectivas de Brasil

Tras varios años de volatilidad, incertidumbre política y estancamiento económico, de a poco las perspectivas para Brasil fueron mejorando. Si bien la coyuntura actual es delicada, con una situación sanitaria muy débil y una actividad económica que se desacelera, lo importante es que la performance está resultando mejor a la esperada unos meses atrás: se registra una notable mejora en los términos de intercambio, tanto así como un gradual avance en la agenda de reformas en el Congreso (como la previsional, laboral, privatizaciones e independencia del Banco Central entre otras). A esto se sumó un contexto político más previsible, dado el acercamiento que muestran Lula con Fernando H. Cardozo, síntoma de que, en el caso de un retorno al poder, no habrá espacio para un giro chavista de Brasil. Los flujos de capitales que venían esquivando a la principal economía de la región volvieron, y ello se reflejó en un fuerte repunte de la bolsa: subió 35% desde principios de marzo. Lo propio sucedió con el tipo de cambio, que en el mismo período se apreció 12% (pasó de 5,9 a 5,05). Con todo este contexto, las perspectivas de crecimiento para este año mejoraron, previendo una expansión del 4%, y de 2,35% para el año que viene.

Bajan las tasas

Como comentamos anteriormente, pese al mal dato de inflación en EE. UU, se consolida la visión de que la aceleración será transitoria y que la FED no hará un ajuste brusco de su política monetaria. En este contexto, las expectativas de inflación permanecieron estables -incluso con cierta caída-, en tanto que las tasas de interés de la UST10Y revirtieron su tendencia alcista y retrocedieron hasta 1,43%, mismo nivel que el de mediados de febrero. Sin dudas, es una muy buena noticia para un mercado que observaba con mucha preocupación la escalada que presentó durante los primeros tres meses del año.

Se debilita el dólar y suben los commodities

Con la caída en las tasas de los bonos del Tesoro, el dólar volvió a debilitarse frente a la mayoría de las monedas, en especial frente al Euro, el Yuan y el Real Brasileño. Concretamente, el índice DXY, que mide la fortaleza del dólar contra las principales monedas, perdió casi 1% y volvió a ubicarse en torno a los 90 puntos, pasando a terreno negativo en el año 2021 y acumulando una baja de -7,3% desde inicios de 2020. El correlato de un dólar debilitado son los precios de commodities, con presión alcista: el ETF de commodities DBC se recuperó de una caída de -34% en los primeros meses de la pandemia, y se encuentra actualmente un 16% por encima de los valores de comienzos de 2020. Si la FED se mantiene intransigente con la inyección de liquidez y tasas en torno al 0%, le daría soporte a los elevados precios que presentan actualmente los commodities. En este contexto, Latinoamérica resultaría una de las regiones más beneficiadas, dado que mejoran drásticamente los términos de intercambio.

Continúa el reflation trade

Aunque con un menor impulso que en los meses anteriores, en el último mes los mercados continuaron al alza. En lo que respecta a renta variable, entre el 30 de abril y el 9 de junio el S&P subió 1,0%, mientras que la caída de las tasas de interés permitió que los índices de renta fija tengan un mejor desempeño, con subas en torno al 2%. En cuanto a los sectores, continuó afianzándose el reflation trade, dado que los asociados al ciclo económico tuvieron un desempeño superior al de las tecnológicas, acumulando en lo que va del año un alza del 12%. El impulso del último mes vino por los materials, bancos y energéticas que, con subas superiores al 4%, compensaron los malos resultados de las tecnológicas.

Mejoran los emergentes

El buen clima económico y financiero le dio impulso al resto de los mercados. Impulsado por el muy buen desempeño del mercado brasileño (ver más arriba) el índice de LATAM fue el de mejor performance en el mes, al marcar una ganancia de 13%: esta le permitió compensar la pérdida de los meses anteriores y acumular en el año un alza de 9%. También se destacó el buen desempeño del mercado Europeo, que ganó 5,5% en el último mes y en el año está 16% arriba, siendo el mercado con mejor rendimiento. En el caso de las bolsas asiáticas, tuvieron un pobre desempeño debido a la mala performance de los papeles tecnológicos (tienen un peso relativo importante) y al golpe que sintió la bolsa de la India (dado el impacto de la segunda ola de contagios).

Asset allocation 

Mayo fue un mes de buenos rendimientos para los componentes de nuestras carteras recomendadas, donde se destacaron activos cíclicos como Brasil y Europa junto con commodities, entre los cuales el oro experimentó una recuperación de 7,8% que lo llevó de vuelta a los valores de comienzos de 2021.

La renta fija se benefició de tasas estables y generó retornos principalmente por devengamiento de intereses. Dentro de este segmento, continuamos viendo atractivo ponderar en mayor medida la liquidez y los bonos cortos a la espera de mayores tasas de interés, para así aumentar exposición a títulos más largos.

Resultó positivo que la totalidad de los segmentos de las carteras recomendadas presentaron ganancias en mayo, en un contexto de corrección en activos de valuaciones “burbujeantes” como los SPACs, tecnológicas disruptivas (englobadas en el ETF ARK Innovation) y criptomonedas, que acumulan bajas superiores al 20% desde máximos, registradas en su mayor parte durante el último mes.

Nuestra Cartera Moderada, que a grandes rasgos se distribuye 54% en renta fija de la mejor calidad crediticia, 15% en renta fija high yield, 19% en acciones, 5% en Real Estate, 5% liquidez y 2% oro, presentó un rendimiento de 0,5% en mayo y acumula un alza de 1,7% en lo que va del 2021.

Nuestra Cartera Agresiva, que combina los mismos segmentos con menor incidencia de la renta fija (30%) y mayor peso de acciones (40%), Real Estate (15%) y oro (15%), subió 1,7% en el mes de mayo y acumula un alza de 7% en 2021.