El veranito cambiario va quedando atrás: el BCRA volvió a vender divisas. Si no hay ingresos de divisas excepcionales del agro, los dólares no alcanzan para cubrir a la demanda y obliga al BCRA a endurecer el control de cambios. Esto le vuelve a poner presión a las reservas internacionales netas y apura al gobierno a lograr un acuerdo con el FMI. Mientras tanto, el tipo de cambio oficial sigue subiendo al ritmo de la inflación y le saca más ventaja a las tasas de interés en pesos.
Volvió a vender
En la última semana de enero el BCRA volvió a registrar saldo negativo en sus operaciones en el mercado cambiario al marcar ventas netas por USD175 M. Con este resultado, en todo enero el BCRA terminó con un saldo de compras netas por USD160 M aunque con un comportamiento muy dispar a lo largo del mes. De hecho, mientras que en la primera quincena compró USD501 M –explicado en gran medida por la fuerte liquidación de divisas de las cereales que en el contexto de levantamiento del paro de aceiteros ingresaron USD1.300 M, USD400 M más de lo habitual- en la segunda mitad del mes vendió USD342 M.
Fragilidad cambiaria
Esta performance dispar que presenta el mercado cambiario es el reflejo de la fragilidad del mercado cambiario que venimos marcando en los últimos meses. El principal problema es que las exportaciones –principal fuente de divisas- no tienen una buena performance más allá de la ayuda del alza en los precios de las materias primas, dado que las cantidades de las ventas no agrícolas vienen cayendo al 20%. Al tiempo que la oferta se mantiene estancada, la demanda se mantiene firme: la mejora en el nivel de actividad y la brecha cambiaria impulsan las importaciones mientras que las empresas cancelan deuda en moneda extranjera. La demanda del dólar ahorro se redujo a fuerza de mayor presión impositiva que opera como una devaluación: por caso, en diciembre sólo 850 mil personas aprovecharon de su cupo de USD200, mientras que en agosto pasado fueron casi 4 millones. Esto lo hace inestable y en los únicos momentos que el BCRA logra comprar es por el ingreso extraordinario de divisas del agro. La película de las cuentas externas es inestable y será una piedra en el camino para cualquier intento de recuperación del nivel de actividad y vuelta a la normalidad de algunas actividades, como por ejemplo turismo.
Reservas estables, pero pocas
Con las ventas de divisas realizadas, las reservas internacionales cayeron USD170 M en la semana y cerraron el mes con un stock bruto de USD39.517 M, USD107 M más que a fin del año pasado. La mala noticia es que las reservas netas -excluyen los pasivos en moneda extranjera del BCRA- cayeron USD150 M en el mes, cerrando enero con un saldo de USD3.500 M. Para lograr mantener el stock de reservas netas el BCRA tendrá la dura misión de evitar que el saldo del mercado cambiario resulte negativo como el año pasado y lo más importante: que el gobierno logre algún acuerdo con el FMI que le permita estirar los vencimientos con los organismos internacionales (este año vencen USD10.200 M).
Corriendo la inflación
En este entorno de fragilidad de las cuentas externas, el BCRA continúa con su política cambiaria de mover el tipo de cambio oficial prácticamente al ritmo de la inflación. En la última semana el tipo de cambio oficial subió 0.9% (3.5% mensualizado) cerrando el mes con un alza de 3.75%. Si comparamos la dinámica del promedio mensual del tipo de cambio oficial (de manera de hacerlo comparable con el IPC) la suba mensual fue del 4%, la más alta desde abril de 2020. Así las cosas, el tipo de cambio real con respecto al dólar estadounidense (compara la evolución del tipo de cambio con la inflación local y la de EE.UU) se mantiene prácticamente sin cambios desde julio del año pasado y se encuentra 2% arriba respecto al de inicio de la gestión de Alberto Fernández.