Las criptomonedas son el activo que mayor momentum presenta. Su rendimiento extraordinario es noticia en todos los medios de comunicación y existe un gran número de inversores que ve en las mismas un resguardo frente a las enormes magnitudes de dinero emitidas por los principales bancos centrales como respuesta a la pandemia.

Existen incluso quienes van más allá y ven en esta nueva clase de activo un instrumento ideológico para rivalizar contra el monopolio de los gobiernos en la emisión de dinero. El estandarte es la preservación del valor de la moneda, que en el caso de las criptomonedas responde al hecho de que su oferta tiene un límite previamente definido. Es decir, no hay emisión y, de acuerdo a la teoría monetaria, de esta manera evitan el impuesto inflacionario.

El liderazgo tanto en popularidad como valor de mercado corresponde al Bitcoin. Esta criptomoneda pasó de valer 30 centavos de dólar a fines del año 2010 hasta más de USD 50.000 en la actualidad. En el año 2020 subió 301% y durante los primeros dos meses de 2021 prácticamente duplicó su valor.

En la actualidad existen unos 18.7 millones de Bitcoins en circulación y su cantidad límite es de 21 millones.

Ahora bien, el rendimiento de esta criptomoneda no está exento de riesgos y volatilidad. Bajas de 10% a 20% en su cotización son habituales, y en repetidas ocasiones se llegó a registrar caídas que superaron el 80%.

También se experimentaron prolongados períodos de rendimiento negativo. En diciembre de 2017 su precio marcó un nuevo máximo de USD 18.674, a partir del cual se desató una caída de 83% que no sería completamente revertida hasta fines de noviembre de 2020, casi 3 años después.

La manera más directa de invertir en Bitcoin a través del mercado es con Grayscale Bitcoin Trust (GBTC). Se trata de un fondo que invierte únicamente en este activo y cotiza en Estados Unidos.

Si bien su cotización es el mejor reflejo de la criptomoneda, la correlación no es perfecta ya que, al ser el camino más directo y el único por algunas empresas y fondos pueden ganar exposición al Bitcoin, suele cotizar con un premio sobre el valor de sus Bitcoins subyacentes.

Desde el mercado argentino solo es posible ganar exposición a esta clase de activos con Cedears de empresas norteamericanas que guardan relación de manera indirecta. Entre ellas se destacan Paypal (PYPL), Advanced Micro Devices (AMD) y NVIDIA (NVDA).

El futuro de su cotización es un misterio. Si bien podría convertirse en el ideal de una moneda ampliamente aceptada como medio de pago y unidad de medida de precios, su volatilidad no le permite cumplir con el propósito fundamental de constituirse en una reserva de valor. Por otro lado, el camino en adelante está marcado por desafíos regulatorios y de prevención del lavado de dinero en su utilización.

En líneas generales, su cotización responde favorablemente a los contextos de tasas de interés a la baja y dólar debilitándose. Las mayores subas se dieron en 2017 y 2020, años de dólar depreciándose. Por el contrario, el recorrido alcista del dólar entre 2018 y 2019 coincidió con sus años de peor desempeño.

Más allá de lo anterior, su principal punto en contra es el hecho de no generar flujos de fondos. Su valor está definido de manera similar al precio del oro y otros commodities. Si la historia sirve de guía, son los activos que generan flujos de fondos (acciones y bonos) aquellos que mejor rendimiento tendrán en el largo plazo.

No obstante, en el mediano plazo tenemos por delante más emisión de dinero, tasas bajas y dólar debilitándose, lo cual podría presionar por mayores precios. No debemos olvidar la famosa frase del economista John M. Keynes “El mercado puede permanecer irracional más tiempo del que uno puede mantenerse solvente”.