En 2023, la economía de Brasil se perfila para tener un crecimiento en torno al 3%, similar al del año pasado. Este avance fue impulsado por el sector agrícola, que disfrutó de una cosecha récord, en un contexto donde la inflación tuvo una notable disminución, pasando del 12% i.a. a mediados de 2022 al 4,8% i.a. en octubre. A raíz de esta mejora, el Banco Central de Brasil redujo la tasa de interés (Selic) en 100 pb, situándola en 12,25%. Además, se observó una apreciación del real a lo largo del año del 7%.

Para 2024, el Banco Central de Brasil proyecta un crecimiento económico brasileño a un ritmo inferior, en torno al 1,5%. Se espera que la inflación disminuya hasta el 3,9%, mientras que la tasa de interés podría reducirse aún más, situándose en torno al 9,25%. Además, se anticipa que el tipo de cambio entre el dólar estadounidense (USD) y el real brasileño (BRL) se mantenga estable, alrededor de los 5 reales por dólar. 

Estas proyecciones reflejan ciertas inquietudes relacionadas con las políticas implementadas por el gobierno de Lula y sus efectos en el ámbito empresarial. A pesar de la reciente aprobación de reformas que buscan simplificar el sistema tributario, la ausencia de cambios estructurales más profundos podría restringir las posibilidades de expansión económica. Factores como la volatilidad climática y una economía global en desaceleración podrían tener repercusiones adversas en el país.

El escenario económico favorable de Brasil, marcado por un crecimiento sostenido, ha tenido un impacto positivo en su desempeño en el mercado financiero. En 2022, el país alcanzó un notable retorno del 20%, y mantiene una progresión ascendente en 2023, con un aumento del 22% hasta la fecha. Estos logros sitúan a Brasil no solo como un jugador destacado en Latinoamérica, sino también en el ámbito global, proporcionando rendimientos que superan a los de muchos mercados accionarios internacionales.

Además, un aspecto clave es la relación entre el real brasileño y el mercado de acciones. Desde 2022, el real se apreció un 12%, mientras que el índice accionario (Bovespa) creció un 18%. Dada la correlación negativa entre ambas variables, esta tendencia podría intensificarse aún más en un entorno internacional donde se espera que la Fed reduzca su tasa de interés, provocando un dólar más débil y fortaleciendo las monedas emergentes, como el real brasileño.

La Cartera Brasil (B) de Cohen representa una excelente oportunidad para capitalizar el momento económico de Brasil. Con un 50% de su inversión en gigantes del sector energético y de materiales como Petrobras y Vale, y un 40% en el sector financiero a través de líderes como Itaú y Bradesco, la cartera se posiciona estratégicamente. El restante 10% se enfoca en el sector de consumo defensivo, destacando a Ambev. Las compañías fueron elegidas por sus buenos fundamentals y por su posicionamiento en el mercado. Vale, el mayor productor mundial de hierro y níquel, Itaú, el banco más grande de Brasil y del hemisferio sur, y Petrobras, la principal petrolera del país con presencia global, son ejemplos del liderazgo de estas empresas en sus respectivos sectores.

En resumen, el crecimiento económico sostenido de Brasil, la disminución de la inflación y una acertada política monetaria han sido fundamentales en su destacado desempeño financiero. Esto posiciona a Brasil como un mercado emergente esencial para invertir. La cartera de Cohen Brasil (B), con un retorno del 18% en dólares este año y una alta correlación con el índice accionario brasilero (EWZ), ejemplifica esta oportunidad de inversión. Su composición estratégica en sectores clave como el energético, financiero y de consumo defensivo ofrece una vía atractiva para capitalizar sobre el dinamismo económico de Brasil.