El mercado de dólar futuro constituye una herramienta mediante la cual dos agentes se comprometen a comprar o vender dólares a un precio previamente acordado (cotización) y dentro de un determinado tiempo (vencimiento). Ambos agentes no se conocen, sino que efectúan la operación contra una contraparte central.
Una vez llegada la fecha de vencimiento, una de las partes debe abonar a la otra la diferencia entre la cotización efectiva del tipo de cambio y el precio acordado. Si el precio se encuentra por encima del acordado, gana el comprador, en caso contrario gana el vendedor. Se trata de un juego de “suma cero” en el cual el monto que gana una de las partes es idéntico al que pierde su contraparte.
Si una de las partes desea cerrar su posición lo que debe hacer es efectuar la operación inversa, es decir, si había comprado dólar futuro, debe venderlo. Esta operación se efectúa contra la “contraparte central” y, por lo tanto, no implica que la otra parte también cierre su posición.
Un contrato de dólar futuro Rofex tiene las siguientes características:
- Activo subyacente (Tamaño): Un lote de USD 1.000
- Valuación del subyacente: dólar mayorista oficial - Comunicación A-3500 del BCRA.
- Liquidación: No hay entrega de los dólares, se liquida por diferencias en pesos.
- Moneda: El pago de los márgenes y diferencias diarias es en pesos.
- Vencimiento: último día hábil del mes del contrato.
- Garantías: el comprador/vendedor debe constituir garantías, las cuales pueden ser desde dólares líquidos hasta acciones, cedears, bonos e incluso fondos comunes de inversión.
Ejemplo de compra de dólar futuro
Los precios en el mercado de dólar futuro rondan los siguientes valores:
Supongamos que un inversor compra un contrato de dólar futuro con vencimiento en enero de 2021 a un precio de $90,7.
El monto subyacente son USD 1.000 a un precio de $90,7 con lo cual las garantías a suscribir se calcularán como un porcentaje de dicho monto ($90.700). Además de constituir garantías, el inversor deberá abonar la comisión de compra del futuro y tener liquidez suficiente como para afrontar potenciales movimientos desfavorables de precios que ocasionen solicitudes de diferencias diarias. Dicha liquidez puede mantenerse depositada en un fondo común de inversión para devengar tasa y evitar el costo financiero que implica mantener capital inactivo.
Si al día siguiente de la compra el dólar A-3500 cierra en $90,9 entonces se habrán ganado $0,20 y el comprador verá un saldo favorable de diferencias diarias por $200 ($0,2 x 1.000) en su cuenta. Por el contrario, si el tipo de cambio hubiera sido de $90,5 se habrían descontado de sus fondos $200 bajo el mismo concepto.
En caso de no disponer de dinero para cubrir las diferencias diarias, el mercado podría ejecutar (vender) los títulos constituidos como garantía a fin de cubrir las mismas.
Apalancamiento y tasas implícitas
La constitución de garantías y la liquidez a mantener para diferencias diarias son considerablemente inferiores al valor del subyacente ($90.700). Es por esta razón que el contrato de dólar futuro constituye una inversión apalancada, ya que permite exposición a variaciones cambiarias sobre un monto superior al que se demanda como garantía.
Normalmente el inversor que busca comprar futuros como cobertura cambiaria cuenta con un capital en pesos que desea dolarizar, es por esta razón que la compra de dólar futuro se suele combinar con la compra de un instrumento en pesos. Y aquí es cuando entran en juego las tasas implícitas.
El dólar actualmente ronda los $80,36 y su precio futuro a enero de 2021 es de $90,7. Ello implica que el mercado “descuenta” una depreciación de $10,3 hasta el último día hábil de enero, que es el viernes 29/01/2021. Esta depreciación de 12,8% en 72 días implica una tasa anualizada de 65%.
Ahora bien, si con el futuro estamos convalidando una suba del tipo de cambio del 65% anual, con los pesos disponibles buscaremos obtener una tasa de interés similar, de modo que neutralicemos este “costo financiero” y logremos una cobertura total desde el valor actual del tipo de cambio.
Actualmente los instrumentos en pesos con igual plazo al vencimiento rinden una tasa inferior a la implícita en los futuros, con lo cual estaríamos experimentando una cobertura dollar linked menos unos puntos de castigo por diferencia de tasas. Para obtener un mayor rendimiento debemos comprar títulos que vencen en forma posterior al futuro adquirido, y ello implica un descalce de plazos, lo cual expone al inversionista a un “riesgo precio” por variaciones del título más allá de la tasa devengada.
Decisión de cobertura
En el contexto actual, los contratos con vencimientos más largos tienen a su favor una mayor probabilidad de que efectivamente se dé un salto cambiario que genere importantes ganancias. No obstante lo anterior, los contratos largos incorporan este mayor atractivo en precios y, por lo tanto, cotizan a tasas implícitas más altas, encareciendo la cobertura respecto de las opciones más cortas.
Otra particularidad del mercado actual es que el BCRA ve limitado su poder de intervención en el mercado conforme se acerca el final de cada mes y su posición vendida en futuros alcanza los topes establecidos por el mercado. De este modo, sin mayores ventas del BCRA, la tasa implícita de los futuros sube considerablemente en la segunda mitad del mes y vuelve a bajar una vez que finaliza cada mes y el BCRA, con sus contratos del mes previo expirados, vuelve a contar con cupo para intervenir.
En este sentido, e incorporando la tendencia alcista de la inflación, resulta atractivo considerar la compra de futuros de dólar a principios de diciembre y combinar esta postura con una posición comprada en bonos CER, logrando una tasa sintética ligeramente positiva con vencimiento a fines de enero.