La aparición del Coronavirus (COVID-19) hizo que el pánico se apoderara de los mercados globales.Mientras tanto los inversores en Argentina siguenmás preocupados por la coyuntura local (recesión, inación, reestructuración de la deuda). ¿Qué están dejando de ver unos y otros?
Históricamente, cada crisis del mercado de acciones americano demostró ser una buena oportunidad de inversión. El índice S&P 500 a pesar de la múltiples correcciones que experimentó a lo largo de los últimos 11 años, acumulaba hasta los máximos del pasado 20 de febrero una rentabilidad del +526% (incluyendo dividendos). Con este track record, cada corrección del índice, fuese leve (-5%como en 2013 o en 2019) o severa (del -20% en 2011 o en 2018), siempre resultó ser una buena oportunidad de compra.
En esta línea, la corrección del -13% (desde el 20de febrero) generada por la aparición de varios casos de Coronavirus fuera de China, no debería ser percibida como algo inusual, más bien como una nueva oportunidad en la larga historia del S&P 500.Todo inversor debería comprender que este tipo decaídas (-10/15%) es habitual cuando uno invierte en acciones; el punto es entender el nivel de riesgo que cada uno está dispuesto a tolerar.
Podría ir más allá y recordar que venimos de un 2019 donde el S&P 500 subió +31,5%, en un contexto de abundante liquidez. En estas circunstancias, se dice que la posición técnica del mercado es mala; es decir, la mayoría de inversores
está “comprado” y, al no haber nuevos inversores, resulta dificultoso sostener nuevas subas.
La velocidad de la corrección (-13% en solo unos días) también se explica por las estrategias de protección que adoptaron varios clientes institucionales ante el miedo de hacerlo “mal”, y que consistió en comprar opciones (puts) para limitar las pérdidas de sus carteras. Estas estrategias defensivas obligaron al vendedor de dichos seguros a vender futuros del mismo índice (otra forma de cobertura), para no quedar descalzados en sus posiciones al cierre del día (nadie asegura sin un reaseguro). Si esta operatoria ocurre a gran escala tal como se dio esta semana, lo único que se genera es más presión vendedora en el mercado, retroalimentando el proceso de cobertura de esos mismos inversores institucionales, y así
sucesivamente hasta que aparezca un comprador.
Este siempre lo hace, sólo que a precios un 10% o 15% más abajo. Por eso, quienes deseen seguir en modo pánico pueden aprovecharse del catálogo interminable de NETFLIX y vivir el terror de una pandemia, tantas veces como quieran, con sólo seleccionar “Soy Leyenda” de Willy Smith. Para Usted, estimado inversor argentino, que vio desplomarse el valor de sus acciones un 85% promedio desde los máximos de enero de 2018, perder la mitad del patrimonio que tuviera en deuda soberana o provincial, o ver licuados sus ingresos medidos en dólares en un 50%. ¿Por qué le digo esto? Porque esta corrección en los mercados globales no debería hacerle temblar ni el párpado ya que Ud., al igual que yo, estamos
anestesiados de tantas crisis financieras.
¿Es bueno estar anestesiados? En un punto sí porque nos permitió desarrollar una capacidad diferencial respecto de otros inversores (principalmente de mercados desarrollados) acostumbrados a niveles de estrés sustancialmente menores, y que hoy no pueden ver la enorme oportunidad que se les presenta.
¿Cuál es esa oportunidad? El mundo está a las puertas de grandes cambios (inteligencia articial, autos eléctricos, energía limpia, supermercados sin cajeros, turismo espacial) y son las empresas que hoy forman parte del S&P 500 las que los
protagonizarán. Son compañías como TESLA, Virgin Galactic, First Solar o Amazon las que diseñan, crean y facilitan las tecnologías que Usted en su retiro o sus hijos en su adultez demandarán.
Esas empresas hoy siguen allí, generando valor para sus clientes y para sus accionistas, transformando el
mundo que nos rodea, a pesar del pánico y las caídas en sus cotizaciones.
Haber diversificado en activos fuera de la Argentina antes de 2018 le hubiera ahorrado más de un disgusto; por ello esta es una oportunidad para corregir los defectos que todos los habitantes de este mundo tenemos: invertir mayoritariamente nuestros
ahorros en los activos (casas, campos, bonos, empresas, acciones) que tenemos más cerca, aunque no sean lo más beneciosos para nuestro futuro financiero.
Enjoy and diversify!