Contexto global

Mientras la economía norteamericana continúa intentando recuperar sus valores previos a la pandemia, el aumento de la inflación se vuelve una variable de preocupación para la FED. Bajo este contexto, durante el mes de noviembre la institución presidida por Jerome Powell anunció el inicio del Tapering para controlar este aumento con una política monetaria más restrictiva. Esta medida, sumada a los datos presentados -que superaron con creces las estimaciones de la FED-, llevan a desestimar la idea de una inflación “transitoria”, lo que nos hace esperar nuevas medidas en pos de controlar esta variable. A este contexto se le sumó la aparición de una nueva cepa de COVID-19, que trajo más incertidumbre y volatilidad, afectando negativamente a los mercados globales.

Concretamente, durante el mes de noviembre el S&P marcó una baja de 0,6%, que llevó la ganancia acumulada en el año al 24%. Por su parte, el índice Nasdaq -que  se diferencia por tener una mayor ponderación de empresas tecnológicas- subió 1,6% en el mes y 27% en lo que va de 2021. Este índice se vio favorecido por la ola de presentación de balances de las grandes empresas -iniciada en octubre-, en su mayoría superiores a los esperados por el mercado. 

Los últimos días del mes surgió una nueva cepa de COVID-19 proveniente de Sudáfrica, denominada Omicrón. Este nuevo dato, sumado al aumento de casos en Europa, generó pánico en los mercados, que decidieron migrar a la renta variable ante una mayor aversión al riesgo. Esto afectó negativamente, tanto  a los mercados globales como a los sectores, aunque en diferente medida. El sector tecnológico, ya beneficiado por el resultado positivo de los balances, fue el único que cerró un mes en verde, con una suba de 4,55%, mientras que el resto terminaron el mes en rojo. Los sectores que mostraron mayores bajas fueron el de energía, que marcó una caída de 5%, el de comunicaciones (-5,91%) y el financiero (5,31%). Cabe destacar que la razón detrás de esta fuerte caída, encabezada por el sector energético, fue el miedo ante nuevos cierres -impulsados por el aumento de los contagios-, que podrían desacelerar la economía. Segundo quedó el sector tecnológico (32%), impulsado por fuertes resultados de balances, mientras que en último lugar se ubicó el sector de productos de consumo, que solo subió 6% en lo que va del año.


Performance de nuestras carteras Cedears

Con este marco de fondo, nuestras carteras Cedears tuvieron rendimientos mixtos durante el último mes. La de mejor desempeño fue la cartera G (oro), con un alza de 4,81%, impulsada por la suba del oro, que cumplió con su rol de reserva de valor en momentos de incertidumbre. En segundo lugar se ubicó la cartera Q (Quality), que combina 17 Cedears de empresas de buena calidad en sus negocios y balances: subió 1,52%, impulsada por la muy buena performance de Apple, que logró una suba de 10,3% el último mes. Luego se posicionó la cartera T (Nasdaq), con un alza de 0,6%, y las carteras A (S&P) y B (Brasil), con bajas de 0,6% y 1,8%, respectivamente. En último lugar se encontró la cartera C (Cíclicas) -se compone por empresas que acompañan el ciclo económico, como bancos, compañías de consumo y energéticas- y la cartera F (Financieras), que tuvieron rendimientos negativos de 5,3% y 7,2%, respectivamente. Ambas se vieron afectadas negativamente por la desaceleración del ciclo económico, ante la posibilidad de nuevos cierres, lo que hizo que marquen un retroceso, especialmente en la última semana del mes. 

A pesar de los resultados mensuales, la cartera F encabeza el mayor crecimiento en lo que va del año, con una suba del 35% gracias a la expansión económica global del primer semestre del año. Luego se ubicaron las carteras Q, T, A y C, con rendimientos positivos, mientras que las carteras G y B retroceden un 19% y 20% -respetivamente- en lo que va del año.

Conclusión

De cara a los próximos meses, los contagios de COVID-19 no dejan de ser una preocupación que la mayoría de las economías no están pudiendo controlar (se suma al contexto inflacionario). En este contexto, esperamos que los mercados continúen expectantes, por lo que puede darse cierta volatilidad en el corto plazo. Por este motivo, creemos que nuestras carteras A -que replica al S&P- y F -que unifica a cinco de las mayores entidades financieras- son una inversión recomendable a la hora de aprovechar el escenario actual. La cartera A destaca por su relación riesgo/ retorno gracias a su diversificación de sectores, por lo que es la mejor alternativa para posicionarse y aprovechar un retorno considerable con una baja volatilidad. Por otra parte, el contexto inflacionario impulsará un alza de tasas que beneficiará al sector financiero, gracias a que este puede trasladar la suba a los créditos que otorga. De esta forma, se dará un aumento en su rentabilidad por el spread entre la tasa activa y la tasa pasiva del sector. Por esto, recomendamos posicionarse en la cartera F, aprovechando también la caída del último mes para entrar al sector financiero a un bajo costo.