Favorecido por una notable mejora del contexto internacional y con mayor control de cambios, el gobierno logró finalizar el 2020 con pax cambiaria y recuperación de reservas internacionales. No se solucionaron los problemas de fondo que pusieron en jaque al mercado cambiario durante todo el año pasado pero al menos evitó un salto del tipo de cambio oficial que hubiese generado mayor inestabilidad económica y social. El gobierno ganó tiempo pero no le sobra nada. Con bajo nivel de reservas internacionales propias, brecha cambiaria muy elevada, exportaciones en baja, inflación acelerando y con un déficit fiscal muy elevado y financiado en mayor parte con emisión monetaria, la tensión cambiaria volverá a poner a prueba al BCRA.
Si hablamos de reservas internacionales, podemos concluir que diciembre fue el mejor mes del año. Con los USD193 M cosechados en la última semana, el BCRA recuperó en todo diciembre USD757 M de reservas internacionales que terminaron 2020 con un stock bruto de USD39.409 M. Esta mejora en la evolución de las reservas se sustentó en la reversión en el resultado del mercado de cambios en el que el BCRA pasó a comprador neto de casi USD600 M luego de cinco meses en los que vendió a razón de USD1.000 M por mes. Como lo venimos adelantando en informes anteriores, la mejora en el resultado del mercado de cambios no se apoyó en la mayor oferta -el agro liquidó prácticamente lo mismo que en los meses previos- sino que la misma habría estado explicada por la menor demanda de divisas para el pago de importaciones, pagos de deuda y menor demanda de dólar ahorro, todos efectos derivados del mayor control de capitales.
En este contexto, en la última semana el BCRA aceleró el ritmo de devaluación del peso que cerró la semana en $84.15. Esto implicó que en todo diciembre el dólar oficial suba 3.5% (52% anualizado) acumulando en todo 2020 un alza del 40.5% respecto a fines de 2019. Si bien quedó lejos de los momentos de mayor tensión, el mercado paralelo estuvo más dinámico en el que tanto el CCL como el MEP marcaron subas en torno a los $2 por lo que la brecha terminó el año rozando el 70%. La mala nota la dio el tipo de cambio informal que subió $8 cerrando el año en $167 llevando la brecha al 98%.
Con este panorama de recuperación de las reservas internacionales, tipo de cambio oficial sin sobresaltos y con un contexto internacional muy favorable, caracterizado por una importante mejora en el precio de las materias primas y desvalorización del dólar a nivel global, las expectativas de ajuste de tipo de cambio ajustaron a la baja, aunque siguen estando bastante por encima de las tasas de interés en pesos.