En julio de este año, cuando el tipo de cambio alcanzó máximos cercanos a los $1.500, el mercado buscó rápidamente coberturas en instrumentos dollar-linked, lo que generó una gran oportunidad para que las empresas se financiaran a tasas bajas. Durante junio y julio, se emitieron 24 Obligaciones Negociables denominadas en dollar-linked por un total de USD 1.064 M, con una tasa promedio de 2%.
En los meses siguientes, el tipo de cambio retrocedió y la inflación mostró un descenso notable, disminuyendo así la demanda de este tipo de instrumentos en el mercado. Sin embargo, en octubre, probablemente impulsados por los dólares ingresados al sistema a través del blanqueo, los instrumentos hard-dollar volvieron al centro de la escena.
En octubre se emitieron 19 Obligaciones Negociables hard-dollar en el mercado local (Ley argentina) por un total superior a USD 900 M, con una tasa promedio de 6,77%, considerablemente inferior a otras plazas (Ley Nueva York), que en el mismo período operaron a un promedio de 8,66%.
Este auge de emisiones incentivó a muchas empresas a explorar la posibilidad de ingresar al mercado de oferta pública. Sin embargo, ¿es demasiado tarde? ¿Cuánto tiempo más se extenderá este “veranito” de tasas en dólares?
Es difícil prever cuánto tiempo se extenderá esta oportunidad para la deuda en dólares. El blanqueo eventualmente finalizará y, con una posible salida del cepo, es probable que las tasas de las plazas locales y extranjeras converjan. Para entender mejor este contexto, podemos analizar los efectos que tuvo la salida del cepo a finales de 2015 en las emisiones hard-dollar. Al año siguiente de que el gobierno anunciara el fin del cepo cambiario, las emisiones hard-dollar casi duplicaron los montos: pasaron de USD 2.654 M a USD 5.026 M. Luego del gran 2016, continuó un 2017 destacado, marcando dos años consecutivos de crecimiento en las emisiones.
Este 2024 ha superado a 2017 en términos de monto emitido en dólares. ¿Se repetirá esta tendencia con la salida del cepo? No parece tan sencillo, ya que el blanqueo de este año ha sido clave, y además, la mayoría de las empresas cuentan con perfiles de vencimientos despejados. Todo dependerá de cuánta 'new money' decidan buscar estas compañías.
En cuanto a la tasa, es probable que una desregulación lleve el costo del financiamiento a converger con las tasas de las plazas extranjeras. En 2015, las tasas de las emisiones promediaron un 5%, mientras que en 2016, ya sin cepo, promediaron un 8%.
En conclusión, la salida del cepo podría generar un efecto de “sentimiento positivo” que incentivaría a muchas empresas a emitir en moneda dura. Las empresas deben estar preparadas para identificar y aprovechar las próximas oportunidades, manteniéndose en constante contacto con sus asesores financieros y analistas de mercado para optimizar sus decisiones en un entorno cambiante.