Cuando se habla de las SGRs (Sociedades de Garantía Recíproca), suele afirmarse que están destinadas exclusivamente a beneficiar a las PyMEs. Y esa afirmación es cierta: el objetivo principal de las SGRs es, justamente, facilitar el acceso al financiamiento a las pequeñas y medianas empresas.
Sin embargo, existe un modelo de articulación muy potente que muchas veces pasa desapercibido. Y es que las grandes empresas pueden convertirse en socios estratégicos en este proceso, ayudando a sus cadenas de valor PyME a financiarse en mejores condiciones, sin resignar eficiencia ni competitividad.
Las grandes empresas enfrentan un doble desafío. Por un lado, deben gestionar relaciones con proveedores que operan con cheques como forma de pago; y por otro, lidiar con clientes que demandan plazos más largos para cancelar sus compras.
Por consiguiente, la pregunta es ¿cómo resolver ambos frentes sin tensar la estructura financiera? La respuesta está en un esquema virtuoso: las Cadenas de Valor, donde las grandes empresas actúan como fiadoras ante las SGRs para que sus proveedores y/o clientes PyME puedan acceder a financiamiento en el mercado de capitales.
Existen tres tipos de cadenas de valor: una diseñada exclusivamente para proveedores, otra enfocada únicamente en clientes y una tercera opción híbrida que combina ambas modalidades.
Cadena de valor para proveedores
Una cadena de valor permite a una empresa grande (en adelante, Empresa Fiadora) ofrecer a sus proveedores una línea de financiamiento para descontar cheques emitidos por la propia Empresa Fiadora. La gran empresa otorga una fianza global a una SGR para avalar operaciones de financiamiento de sus proveedores PyME.

Una vez aprobada la cadena, la SGR emite los avales correspondientes. Luego, el proveedor PyME factura a la Empresa Fiadora, que, como contrapartida, emite un cheque de pago diferido para cubrir dicha factura. Finalmente, Cohen Aliados Financieros, por ejemplo, negocia esos eCheqs en el Mercado Argentino de Valores (MAV), permitiendo al proveedor PyME acceder al cobro anticipado.
Cadena de valor para clientes
La Empresa Fiadora también puede implementar una cadena de valor para sus clientes, con una diferencia clave respecto de la de proveedores: los clientes tienen la posibilidad de negociar cheques que sean tanto propios como de terceros.
Aquí, la gran empresa también otorga una fianza global a la SGR, pero esta vez en beneficio de sus clientes PyME. Los clientes acceden a una línea de crédito avalada por la SGR y presentan sus propios cheques (o de terceros) para ser negociados por Cohen en el MAV, obteniendo así liquidez inmediata.

Cadena de valor híbrida
En este caso, la Empresa Fiadora estructura un esquema que abarca tanto a sus proveedores como a sus clientes PyME. Bajo esta modalidad, otorga una única fianza global a la SGR, que permite canalizar operaciones de financiamiento de ambos extremos de su cadena productiva. Esto no solo amplía el alcance del programa, sino que también refuerza la sostenibilidad del ecosistema en su conjunto, alineando intereses comerciales y financieros a lo largo de toda la red de valor.
Beneficios:
- PyMEs: obtienen capital de trabajo a tasas competitivas sin necesidad de contragarantías, sin consumir líneas bancarias y con un proceso ágil y simple.
- Grandes empresas: fortalecen su cadena de valor, fidelizan proveedores y clientes, mejoran sus ratios de capital de trabajo y ganan flexibilidad operativa.
En resumen, las SGRs no son exclusivas de las PyMEs, pero sí están pensadas para ellas. Y cuando una gran empresa se suma a una Cadena de Valor, lo hace para cumplir ese mismo propósito: potenciar a las PyMEs que la rodean, facilitando su acceso al financiamiento en mejores condiciones. Porque apoyar a las PyMEs no es solo una buena práctica empresarial, es una estrategia inteligente para construir un ecosistema más sólido, competitivo y sostenible.