Las tasas de referencia juegan un rol clave en los mercados financieros, ya que sirven como punto de partida para determinar el costo del crédito y las condiciones de financiamiento de empresas y entidades. Estas tasas afectan tanto a los préstamos como a las emisiones de deuda y a las inversiones, influyendo en la liquidez y en la eficiencia del sistema financiero. En este contexto, es fundamental que las tasas de referencia reflejen adecuadamente las condiciones del mercado, la inflación y el riesgo asociado a las distintas operaciones. Cuando una tasa de referencia pierde representatividad –ya sea por cambios en el volumen o estructura del mercado, o por su desconexión con las condiciones macroeconómicas– se vuelve necesario actualizarla o reemplazarla por una más precisa y relevante.

Bajo esta premisa, el BCRA introdujo a principios de diciembre la Tasa Mayorista de Argentina (TAMAR) con el objetivo de reemplazar la referencia que ofrecían las otras tasas, las cuales se quedaban bajas frente a la inflación. 

TAMAR, BADLAR y TM20

Hasta la aparición de la TAMAR, el mercado contaba con la tasa BADLAR, que toma en cuenta los depósitos mayores a un millón de pesos, y la TM20, que considera aquellos superiores a 20 millones de pesos. Como consecuencia de la depreciación del peso, ambos montos mínimos se licuaron frente a la inflación. En este sentido, la necesidad de una nueva tasa de referencia se resolvió con la TAMAR, que se calcula en base a los depósitos concertados a plazo fijo de al menos 1.000 millones de pesos, con vencimientos entre 30 y 35 días.

El beneficio de la nueva tasa por sobre sus competidoras es que los montos mínimos de depósitos elegibles se actualizarán anualmente, evitando así que la dilución se repita. Cabe destacar que, al igual que el resto de tasas pasivas, los datos de la TAMAR tendrán un rezago de un día hábil.

En cuanto a la tasa en sí, la brecha entre la TAMAR y la BADLAR fue, en promedio, de 2,55%, en tanto que frente a la TM20 fue de 1,39%. Cabe señalar que la TAMAR nunca fue menor que la tasa de política monetaria, mientras que la BADLAR estuvo en algún momento por debajo de esa tasa.

Un nuevo rol en la emisión de ONs

Las empresas también comenzaron a utilizar la TAMAR como referencia para las emisiones de Obligaciones Negociables.

Desde su salida y hasta enero de este año, hubo ocho emisiones en pesos que se estructuraron a TAMAR + margen, lo que representa más del 50% de las ONs emitidas en pesos y más del 70% de las emisiones en pesos con tasa variable. Únicamente dos emisiones decidieron emitir con un margen frente a la tasa BADLAR. 

Tomando en cuenta estos datos del mercado de financiamiento, las emisiones TAMAR + margen se colocaron a un margen de corte de 2,96% (tasa de corte: 36,21%). Mientras que las emisiones BADLAR + margen se emitieron a un margen del 7% (tasa de corte: 41,31%).

A partir de nuestro análisis y experiencia, estimamos que, en un futuro cercano, la TAMAR cobrará aún más importancia y se presentará como la tasa de referencia para todas las emisiones a tasa variable.