La región enfrenta la recesión más profunda desde 1914 y 1930. Esto se observa en un lapso temporal muy breve, en un contexto mundial globalizado e interdependiente, lo cual hace a la región más vulnerable, y dado que su evolución es muy dependiente de la marcha de los países centrales.
El empleo se va a contraer como ocurre en el resto del mundo, un tercio de la población está en ese riesgo, Terminaron los años de vacas gordas y, desde 2013, estamos en una fase de vacas flacas. Se estima que el desempleo pase de 26 millones de personas a 38 millones, y que la pobreza llegue a 30 millones de ciudadanos, que incluye a 15 millones de indigentes. La distribución del ingreso deficiente, como es sabido un tema estructural de Latam, es una fuente natural de conflictos potenciales como el que vivimos en Chile en el año 2019. A su vez, los paquetes fiscales son muy heterogéneos para aliviar los costos de la pandemia.
Se nota menos margen para una expansión por el lado monetario debido a que los bancos centrales han establecido tasas de interés en niveles muy bajos. La deuda pública no es tan relevante en términos del PIB, se encuentra en un nivel de 45%. Mientras que el pago de intereses de deuda pública de América Latina se lleva 2,6 puntos del PIB. El déficit de empresas públicas es importante y está en un punto del producto de la región. El déficit público de Latam es importante, la inflación está controlada a excepción de Venezuela en hiper y Argentina en niveles altos.
El comercio internacional está en una clara fase de contracción, se asume que las exportaciones caerán 15%. Por otra parte, el impacto del descenso total del turismo internacional es un factor a ponderar. A su vez, las remesas se ven también afectadas, como es sabido muy relevantes para América central. El flujo de capitales de la Balanza de Pagos fue afectado y el vuelo a la calidad genera una contracción desde el costado financiero de las economías.
En cuanto a países, Perú y Chile están mejor posicionados, no venden petróleo que se encuentra en franco descenso y, por sus políticas públicas robustas, pueden implementar políticas contracíclicas, y lo están ejecutando. Panamá y Paraguay firmes con buenas condiciones de la macro. Brasil, con el ministro Guedes, está bien orientado pero hay errores en la ejecución de políticas públicas y advertimos una recesión importante por la pandemia.
En síntesis, hay que monitorear a la región que ha tenido, en cuanto a política sanitaria, conductas divergentes donde sobresale la de Bolsonaro y donde los focos de pobreza estructural configuran un riesgo enorme de contagio.