Uno de los mayores desafíos que tiene el BCRA es lidiar con el elevado contexto inflacionario, que ha conducido de manera gradual a un atraso cambiario. En consecuencia, ha incrementado el ritmo devaluatorio mensual, que pasó del 1% en octubre de 2021 al 3,3% en marzo de este año (abril se encamina al 4%).
La primera reacción del mercado fue una mayor demanda de instrumentos dollar linked (DLK). Esto provocó un cambio en las expectativas de devaluación real −devaluación por encima de la inflación− medida en bonos de similar vencimiento. Por ejemplo, para fin del primer trimestre de 2023, se espera que el atraso sea de 1,7%, cuando 2 semanas atrás el escenario descontado era de un atraso cambiario del 6%, teniendo en cuenta, además, que a precios del 8 de abril la expectativa descontaba una inflación real del 0,8%.
Otro segmento alcanzado por dicha medida fue el de futuros de dólar, cuyas tasas nominales ajustaron al alza considerablemente, en parte como resultado de las actualizaciones en las tasas de referencia y en parte como consecuencia del ajuste de expectativas devaluatorias en todos los tramos, que subieron 10 pp. Por caso, la tasa implícita por el contrato a diciembre, que al 3 de marzo estaba en 49,5%, al 4 de abril ya se ubicaba en 57,5%.
Por este motivo, evaluamos estrategias y carteras de cara a lo que se viene. Como primer punto, consideramos que la estacionalidad en la liquidación del agro, que se verá potenciada por el alza en los precios agrícolas en los últimos meses (+20% en el 1Q22 y 30% i.a.), prevalecerá sobre la demanda, permitiéndole al BCRA comprar divisas en el mercado cambiario y acumular reservas internacionales sin la necesidad de acelerar más el tipo de cambio. En este sentido, para las carteras de inversión, no vemos la necesidad de incrementar la exposición actual (25%) en instrumentos DLK. Tampoco sugerimos aumentar el porcentaje destinado a instrumentos CER (60%), ya que fue tan elevada su demanda en el último tiempo que su potencial de suba luce menor que tiempo atrás.
Para aquellos inversores que todavía posean el TV22 que vencen el 29 de este mes, las alternativas son dos. Una primera opción es ir migrando a instrumentos como el T2V2 o el TV23, dado que el movimiento que puede tener el TV22 a tan pocos días de vencimiento es reducido. Una segunda alternativa es aguardar a la última ventana de licitación del mes −miércoles 27−, donde el Tesoro, obligado a rollear un 115%, pueda introducir mejores alternativas, ya sea en instrumentos o en tasa.
Respecto al mercado de futuros de dólar, entendemos que la mejor estrategia es posicionarse en mayor medida en los contratos que van desde mayo a julio, ya que cualquier ajuste de expectativas tendrá mayor impacto en los contratos largos.