Recomendamos la cobertura de bonos corporativos como alternativa / complemento de valor respecto a los bonos soberanos. En primer lugar, porque hablamos de compañías con buena salud financiera y una generación de caja que les permite hacer frente a sus compromisos de deuda y, en segundo lugar, porque tienen elevadas tasas de retorno, lo que las convierte en una buena oportunidad de inversión incluso para operaciones de corto plazo.
Nuestra recomendación incluye cinco créditos: IRSA 2023 (RPC2O), AES Energía 2024 (AECAO), Transportadora de Gas del Sur 2025 (TSC2O), YPF 2026 (YMCHO) y Pampa Energía 2027 (MGC1O). Veamos cada caso:
IRSA (IRCPAR23)
El principal atractivo radica en su elevado rendimiento (~12% de TIR) en relación a su maturity y modified duration (0,8 años). Además, su cupón corriente sobre precio actual (CY) de 8,3% es de los más elevados de la curva.
Yendo a lo operativo, su principal negocio es la compra y administración de activos inmobiliarios, que incluye varias propiedades de valor en lugares estratégicos de la ciudad. Si bien la deuda neta / EBITDA es relativamente alta (6 veces), la normalización pospandemia para el alquiler de shoppings y oficinas debería ayudar a mejorar el EBITDA. Al mismo tiempo, la empresa redujo su deuda neta de UDS 755 M a USD 501 M en un año y medio. Esto se logró a través de la venta de activos inmobiliarios.
Por otro lado, los más de 500.000 m2 alquilables funcionan como una garantía por un valor de más de 4 veces la deuda.
AES Energía (AES24)
Encontramos en dicho crédito la TIR más elevada de la muestra e incluso de los comparables de la industria (~20%), que es una consecuencia del atraso tarifario y pesificación de tarifas por el que transita el sector de generación eléctrica. Esto último es una situación que la ubica vulnerable ante desajustes del tipo de cambio oficial. Sin embargo, a su favor, ha finalizado la construcción de dos parques eólicos con contratos rentables en USD oficial y cuenta con un crédito en USD oficial por el 50% de su EBITDA durante 4 años.
Si bien su situación financiera depende de las decisiones tarifarias que tome el gobierno respecto a la energía base, creemos que la actualización y reducción de subsidios a realizarse en los próximos meses le jugará a favor. Por otro lado, en 2021 redujo la deuda neta de USD 367 M a USD 248, mientras que mejoró su EBITDA ajustado de USD 93 a USD 110 M, por lo que el ratio deuda neta / EBITDA pasó a ser 2,3 veces.
La empresa terminó las principales inversiones en 2020 y utilizó el 2021 para cancelar deuda. Para 2022 se proyecta un escenario similar al de 2021, por lo que debería poder hacer frente a sus obligaciones.
Transportadora de Gas del Sur (TRAGAS25)
Técnicamente, y en relación al resto de los bonos de la curva, no cuenta con la mejor de las TIRs (~11%), pero sí con una atractiva paridad (~90%).
En el caso del ratio deuda neta / EBITDA 2021, es de tan solo 0,3, siendo uno de los ratios más bajos del mercado. El EBITDA en 2021 cayó ligeramente, al pasar de $45.156 M a $43.694 M (ajustados por inflación), dado que la falta de actualización tarifaria en su segmento regulado de transporte de gas le jugó en contra, mientras que los segmentos no regulados de midstream y líquidos ayudaron a compensar el resultado.
TGS aprovechó su flujo de fondos en 2021 para disminuir la deuda neta de $35.196 M a $12.436 M. Para 2022, el incremento de la tarifa del 60% en su segmento regulado ayudará al menos a mantener sus resultados, por lo que la deuda neta podría pasar a ser caja neta.
YPF (YPFDAR26)
Es uno de los casos más interesantes de nuestra selección. En primer lugar, hablamos de una compañía de un sector fundamental de la economía (petrolero), que cobró elevada relevancia a raíz de la crisis energética a nivel global, generada ante la menor oferta. Por otro lado, presenta números interesantes en términos de TIR (~15%) y paridad (86%). Su estructura de cupones progresivos -actualmente de 4% pero finaliza en 9%- implica una mejora año a año de su CY. Además, el bono 2026 está garantizado por exportaciones, lo que genera una protección adicional.
En cuanto a lo operativo, logró mejorar los resultados en 2021 de la mano de mayores ventas de combustibles -por normalización pospandemia- e incrementó la extracción de petróleo, lo que mejoró el EBITDA ajustado de USD 1.454 M a USD 3.839 M. Mientras tanto, bajó la deuda neta de USD 7.076 M a USD 6.271 M, por lo que el ratio deuda neta / EBITDA 2021 pasó a ser del 1,6 veces.
Se trata de un ratio manejable, en un contexto en el que la compañía espera incrementar la producción de gas y petróleo un 8% en 2022 y, además, ya subió un 26% el precio de los combustibles en lo que va del año.
Pampa (PAMPAR27)
Es otro caso atractivo, no solo por el tipo de crédito, sino porque es uno de los bonos que más volumen opera, en particular el 2027. En términos de TIR (11%) también luce interesante, sumado a un cupón anual de 7,5% que, a precio actual, le otorga un CY de 8,5%, por encima de cualquier soberano de corto plazo.
Operativamente, bajó su deuda neta en 2021 de USD 1.148 M a USD 866 M, mientras que incrementó su EBITDA ajustado de USD 698 M a USD 905 M gracias al plan Gas.AR, que le asegura buenos precios en dólares del gas hasta fines del 2024. La deuda neta sobre EBITDA quedó en menos de 1 vez, lo que la vuelve una compañía solvente en un contexto de mejora en sus márgenes de rentabilidad.
La alta diversificación de sus negocios (posee generación eléctrica, producción de gas, producción de petróleo, petroquímica y participaciones en TGS, TRAN y Refinor) y sus negocios atados fundamentalmente al dólar oficial le dan una importante cobertura. Para profundizar sobre la empresa, recomendamos la siguiente lectura: Pampa Energía, una empresa líder en el sector energético.