Con compras por más de 2.000 M USD en lo que va del mes, el Banco Central continúa engrosando sus reservas: las brutas superaron los USD 41.500 M, mayor valor desde septiembre de 2020, mientras las netas se encuentran cercanas a los USD 6.500 M. A su vez, todavía el país deberá recibir USD 4.300 M por los DEGs (derechos especiales de giro del FMI); y también crecieron las expectativas (aunque por ahora nada concreto) sobre que el Club de París podrá otorgar un puente de tiempo hasta la negociación con el FMI.

Igualmente, los riesgos no son despreciables: aún queda abonar al FMI en el año casi USD 4.500 M. Además, históricamente -considerando años con cepo y brecha-, el tercer y el cuarto trimestre suelen ser mucho más desafiantes para el BCRA en términos cambiarios (el año pasado hubieron ventas por USD 4.200 M en tal periodo).

En esta línea, el mercado continúa acentuando su visión de un BCRA con poder de fuego para contener el tipo de cambio hasta las elecciones, pero no más allá: la diferencia de devaluación esperada entre los contratos de dólar futuro de febrero (TNA: 46%) y de noviembre (TNA: 38%) se encuentra en un máximo (800 puntos básicos).

Esto también se plasma en el empinamiento de la curva: las tasas implícitas para los meses de mayo a febrero se ubican en el rango de 22% al 46% (vs 26% al 45% de la semana pasada).

Con respecto al ritmo devaluatorio, el BCRA lo aumentó desde el 12% (3 centavos por día) al 17% (4 centavos por día).