A pesar de la continuidad del shutdown –que seguramente tendrá un impacto negativo sobre el nivel de actividad–, los inversores se apoyaron en la distensión de la guerra comercial entre EE. UU. y China, en el buen arranque de la temporada de balances empresariales y en las perspectivas de bajas de tasas de interés por parte de la Fed para recuperar el optimismo. En este contexto, los mercados globales tuvieron una semana con subas generalizadas. Las acciones se recuperaron del tropezón de la semana previa y volvieron a quedar cerca de los máximos históricos; los bonos subieron, el dólar se debilitó, el oro continuó en alza, mientras que la nota negativa la dio el petróleo, que volvió a cerrar por debajo de USD 60 el WTI. Por otro lado, en su último informe de perspectivas de la economía global, el FMI corrigió levemente al alza las proyecciones de crecimiento para este año y dejó sin cambios las de 2026, previendo un aumento del PBI global de 3,2% i.a. y 3,1% i.a., respectivamente, aunque volvió a advertir sobre los riesgos derivados de políticas comerciales más proteccionistas. Con el cierre de gobierno entrando en su cuarta semana, las miradas de los inversores estarán puestas en la evolución de las negociaciones comerciales entre EE. UU. y China, en la temporada de balances y en la publicación del IPC de septiembre.

Crece la economía global. En su último informe de Perspectivas de la Economía Global (WEO), el FMI corrigió levemente al alza la proyección de crecimiento para este año y dejó sin cambios la de 2026, destacando que el efecto de la suba de aranceles está siendo menor al esperado. Concretamente, luego de una expansión de 3,3% i.a. en 2024, a pesar de la incertidumbre generada por la política comercial de EE. UU., en 2025 el crecimiento sería de 3,2% i.a. –0,2 pp más de lo estimado en julio–, y en 2026 alcanzaría el 3,1%. Los países desarrollados crecerían este año 1,6% i.a., 0,2 pp menos que en 2024, debido a la desaceleración del PBI de EE. UU., que avanzaría 2,0% i.a. –vs 2,8% i.a. en 2024–, compensada parcialmente por el mejor desempeño de Europa y Japón, que de crecer 0,9% i.a. y 0,1% i.a. en 2024, este año lo harían al 1,2% i.a. y 1,1% i.a., respectivamente. Por otro lado, se proyecta que los países emergentes marcarán una expansión de 4,2% i.a. este año –0,1 pp menos que en 2024– y de 4,0% el próximo año, destacándose la persistente moderación del crecimiento de China, que de crecer 5,0% i.a. en 2024, en 2025 y 2026 lo haría al 4,8% i.a. y 4,2% i.a., respectivamente. En cuanto a Latinoamérica, el FMI prevé que mantendrá un crecimiento de 2,4% i.a. A pesar del optimismo por la mejora en las proyecciones, el FMI advirtió que la economía mundial enfrenta un período de incertidumbre y subrayó los riesgos persistentes derivados de políticas comerciales, restricciones migratorias, vulnerabilidades fiscales y financieras, así como posibles ajustes bruscos en los mercados tecnológicos y de materias primas. En paralelo, destacó que los avances en negociaciones comerciales, reformas estructurales y una mayor productividad impulsada por la IA podrían mejorar la resiliencia y el crecimiento a mediano plazo.

Amenazas y negociaciones. Luego de volver a patear el tablero la semana pasada, cuando amenazó con romper la tregua con China y elevar los aranceles a las importaciones del 35% al 100%, en sus últimas declaraciones Trump afirmó que su propuesta de imponer aranceles del 100% a los productos chinos no sería sostenible. Sin embargo, culpó a Pekín por las recientes tensiones comerciales y confirmó que su reunión con el presidente chino, Xi Jinping, sigue siendo probable para finales de mes.

Tasas a la baja. Sin publicaciones oficiales por el shutdown, aunque con el dato negativo del índice manufacturero de la Fed de Filadelfia –que cayó a -12,8 en octubre, señalando una fuerte desaceleración de la actividad en la región– y con las declaraciones de Powell de que el mercado laboral continúa deteriorándose lentamente, el mercado da por hecho un recorte de 25 pb en la reunión de octubre y un segundo recorte de 25 pb en la de diciembre, con una probabilidad del 94%. En este contexto, las tasas de interés de la curva soberana operaron a la baja en todos los tramos, con mayor impacto en el corto. La UST2Y cayó 6 pb en la semana hasta 3,46%, la UST10Y retrocedió 5 pb hasta 4,00% y la UST30Y bajó 4 pb hasta 4,60%. En lo que va de octubre, la caída de las tasas ronda los 15 pb en todos los plazos.

Semana positiva para la renta fija. Buena semana para todo el tramo de renta fija, en la que volvieron a destacarse los bonos emergentes. Concretamente, el índice agregado anotó un alza de 0,5% en la semana, acumulando en el mes una suba de 0,6%. El índice de bonos del Tesoro subió 0,3% en la semana y 0,7% en el mes, mientras que en el mismo período los TIPS avanzaron 0,2% y 0,5%, respectivamente. En cuanto a la deuda corporativa, los bonos Investment Grade subieron 0,8% en la semana y 0,7% en el mes, mientras que los High Yield ganaron 0,7% en la semana, aunque en el mes retroceden 0,8%. La deuda de mercados emergentes mostró la mejor performance, con una suba semanal de 1,0% y una ganancia acumulada en el mes de 0,6%.

Comenzó la temporada de balances. Para el 3Q25 se espera un aumento de las ganancias del S&P 500 de 8,0% i.a. Si bien sería el noveno trimestre consecutivo de crecimiento de beneficios, marcaría una desaceleración respecto de los dos primeros trimestres del año, en los que la tasa de crecimiento promedió 12% i.a. Seis de los once sectores que componen el S&P 500 mostrarían incrementos en sus beneficios, destacándose el tecnológico con un alza de 20% i.a., mientras que entre los cinco sectores con caídas sobresale el energético, con una baja de 4,0% i.a. Se estima que la mayoría de los sectores presenten mejoras en sus resultados, mientras que sólo desentonarían los de energía y consumo básico. Hasta el momento, el 12% de las compañías que integran el índice ha publicado sus resultados, con un crecimiento promedio de beneficios de 16% i.a., destacándose el sector financiero, cuyos resultados muestran un incremento de 22% (frente a una estimación de alza de 13% i.a. para el conjunto del sector).

Acciones retomaron las subas. Las acciones cerraron la semana con avances, recuperando parte de la caída registrada la semana previa tras los temores de una escalada en la guerra comercial entre EE. UU. y China. El Nasdaq lideró con una suba semanal de 2,2%, acumulando un alza de 0,4% en el mes; el S&P 500 avanzó 1,5% en la semana, aunque retrocede 0,5% en octubre, y el Dow Jones subió 1,5%, mostrando una baja mensual de 0,4%. Las small caps ganaron 1,8% en la semana, aunque se consolidan como el índice de peor desempeño en octubre, con una caída de 1,3%. Por sectores, el principal motor fue real estate (+3,0% semanal; -0,5% en octubre), seguido por consumo discrecional (+2,4% semanal; -2,2% en el mes) y tecnología (+2,0% semanal; +0,8% en el mes). En contraste, el sector financiero cerró la semana prácticamente neutral, luego de que bancos regionales como Zions Bancorp y Western Alliance enfrentaran problemas puntuales con préstamos, que derivaron en caídas de hasta 11%. Sin embargo, los temores se moderaron el viernes tras una nueva ronda de resultados que mostró provisiones por pérdidas de préstamos menores a las esperadas.

El resto del mundo acompañó. En el plano internacional se registraron subas superiores a las del mercado estadounidense. El índice de acciones globales excluyendo EE. UU. avanzó 2,8% en la semana y acumula un alza de 1,2% en el mes. Se destacaron las acciones de mercados emergentes, con un incremento semanal de 4,1% y una suba de 1,2% en octubre. Dentro de este grupo, lideraron las acciones de Brasil, que avanzaron 3,0% en la semana aunque retroceden 4,4% en el mes. Por detrás, las acciones chinas subieron 2,7% en la semana y también muestran una baja de 4,2% en octubre. Entre los mercados desarrollados, la Bolsa de Japón se destacó con una suba semanal de 4,5%, acumulando una ganancia de 2,1% en el mes. En tanto, las acciones europeas avanzaron 1,6% en la semana y muestran un alza mensual de 0,9%.

El dólar lateraliza y el oro bate nuevos récords. El DXY retrocedió 0,5% en la semana, cerrando en 98,51 puntos y acumulando una suba de 0,7% en el mes, presionado por la apreciación del euro (+0,4%) y la libra (+0,3%), junto con la caída frente al yen (-0,6%). En Brasil, el dólar se depreció 1,7% en la semana, aunque en el mes sube 2,0%. Mientras tanto, el oro alcanzó nuevos máximos históricos antes de retroceder levemente en la rueda del viernes y cerró con un avance semanal de 5,5%, acumulando una suba de 9,8% en el mes, impulsado por las expectativas de recortes de tasas en EE. UU., las tensiones geopolíticas y la fuerte demanda de activos refugio. De esta manera, se mantiene como el activo con mejor desempeño en 2025, con una ganancia acumulada de 61,6%. 

El petróleo a contramano del resto de los commodities. El petróleo WTI cerró el viernes en USD 57,5 por barril –su nivel más bajo en cinco meses–, acumulando una caída de 2,6% en la semana, 8,0% en lo que va del mes y 20,0% en el año. El sesgo bajista estuvo dominado por las expectativas de sobreoferta: la OPEP+ aumentó la producción en septiembre y la AIE proyectó un superávit global récord cercano a 4 M de barriles diarios para 2026, en un contexto de menor crecimiento esperado de la demanda. A esto se sumaron tres semanas consecutivas de incrementos en los inventarios de crudo en EE. UU. y señales de desaceleración del consumo. En el plano geopolítico, la tregua entre Israel y Hamas redujo la prima de riesgo en Medio Oriente, mientras que las tensiones comerciales entre EE. UU., China e India deterioraron el panorama global. Solo las expectativas de posibles avances en las negociaciones entre Washington y Moscú ofrecieron cierto soporte, aunque prevaleció la percepción de exceso de oferta. La soja subió 1,1% en la semana y cerró en USD 373,9 por tonelada, impulsada por una molienda interna récord en EE. UU., que compensó la cautela del mercado ante las tensiones comerciales con China y la falta de datos oficiales por el shutdown. Aun así, la expectativa por una posible definición sobre compras chinas en la reunión entre Trump y Xi mantuvo el foco en la demanda externa. El cobre subió 2,2% en la semana y acumula un avance de 3,1% en el mes, recuperándose del retroceso inicial causado por los temores comerciales entre EE. UU. y China gracias a señales de posible negociación. Además, el repunte se vio apuntalado por expectativas de recortes de tasas de la Fed y riesgos de menor oferta refinada por la caída en los márgenes de procesamiento, en un contexto de disrupciones productivas en Chile e Indonesia.

Lo que viene. Los inversores seguirán de cerca la evolución de la disputa comercial entre EE. UU. y China, atentos a indicios de escalada o relajación de las tensiones. La temporada de resultados corporativos en EE. UU. también estará en pleno apogeo, con importantes empresas como Tesla, P&G, GE, Coca-Cola, Netflix, IBM, AT&T, Verizon e Intel próximas a publicar sus balances. Si bien se espera que el cierre del gobierno federal entre en su cuarta semana, el viernes se publicaría el IPC de septiembre –se proyecta que el índice general suba 0,4% m/m y 3,1% i.a., mientras que el IPC core aumentaría 0,3% m/m y se mantendría en 3,1% i.a.–, junto con los PMI preliminares del S&P Global y las ventas de viviendas existentes.