Los activos financieros globales volvieron a tener una muy buena semana, con ganancias generalizadas y con nuevos máximos para las acciones. El segundo mandato de Trump empezó con muchas medidas pero considerablemente más suaves –por el momento– de las que había prometido en campaña, especialmente en lo que respecta a los aranceles. Si bien queda mucho camino por andar y con temas cruciales que aún no se han tocado, como un programa fiscal creíble que apunte a reducir el déficit y evitar tensiones con la deuda pública, los inversores respiran más aliviados, dado que la chance de una guerra comercial y de tensión global perdió fuerza. En este contexto, las expectativas de inflación se estabilizaron, los rendimientos de los bonos del Tesoro quedaron sin cambios, el dólar retrocedió con intensidad –especialmente frente al euro– y las acciones, que recibieron el impulso de muy buenos resultados de balances, tuvieron subas generalizadas, no sólo en EE. UU. sino también en el resto del mundo, destacándose Europa, Japón y Latam. Las miradas de esta semana estarán en la reunión de la Fed en la que se espera que detenga el recorte de tasas luego de tres bajas consecutivas –el mercado espera que baje 25 pb en mayo y que no la mueva hasta fines del año que viene–. También se destaca la publicación del PBI del 4Q24, del consumo de las familias y el PCE de diciembre, indicadores claves para ver la fortaleza de la economía americana y cuáles fueron los motivos por los que no moderó el ritmo de crecimiento.

Un arranque más suave. El lunes 20, Trump inició su segundo mandato, que lo tendrá en la Casa Blanca hasta enero de 2029. El mercado lo esperaba con gran expectativa, no sólo por el optimismo que generaba la promesa de bajar impuestos y desregular más la economía, sino también por el temor a las medidas que adopte en materia de aranceles e inmigración, que podrían derivar en más inflación, más déficit y menor crecimiento en el largo plazo –como así también mayor inestabilidad global– ante la probabilidad de una nueva guerra comercial, especialmente con China. Pero no news, good news: hasta el momento, Trump amenazó con subir los aranceles a las importaciones de México y Canadá a partir del 1 de febrero, pero se quedó ahí: no aplicó el 60% a las de China ni tampoco uno universal del 10% para el resto de las importaciones, algo que traía preocupaciones a todos los países. Mejor aún, el equipo económico de Trump se mostró dispuesto a negociar, lo que trajo alivio a todo el mercado, que reaccionó con un marcado optimismo.

¿No landing o soft-landing? Los inversores parecen ajustar sus escenarios, modificando las expectativas de tasas, de inflación, de déficit fiscal y de dólar, pero prácticamente no modifican las de crecimiento del nivel de actividad, como si estuviera ajeno al resto de las variables. En ese entorno, las acciones tienen ventaja, dado que los resultados esperados de sus balances siguen marcando una fuerte suba de las ganancias –de acuerdo con las proyecciones del 4Q24, se espera que en todo 2024 los beneficios marquen un alza de 10% i.a. y que en 2025 y 2026 aceleren al 12% i.a.–. En este sentido, creemos que los indicadores de actividad serán protagonistas en los próximos meses, dado que, a diferencia de otros años, el consenso marca que el PBI de este año prácticamente mantendrá una tasa de crecimiento estable superior a la tendencia, por lo que las sorpresas pueden ser negativas. Al respecto, si bien esta semana conoceremos el PBI del 4Q24 –del cual esperamos un alza en torno al 3% t/t anualizado–, el viernes último se conoció el PMI compuesto de enero, que anotó 52,4 puntos y, si bien sigue indicando que la actividad continúa en la fase expansiva, fue el número más bajo en nueve meses y estuvo muy por debajo de los 55,4 puntos que había registrado en diciembre. Esto se debe a que, si bien se recuperó la actividad manufacturera –superó los 50 puntos luego de seis meses–, la de servicios sufrió una importante moderación al pasar de 56,8 a 52,4 en el primer mes de 2025. ¿Luz amarilla?

¿Higher for longer? Otra de las novedades de la semana fue el discurso de Trump en el Foro Económico de Davos, en el cual llamó a los bancos centrales a bajar las tasas de interés, enfocándose en una agenda de crecimiento sin considerar los riesgos inflacionarios. Esto reafirma la tensión que tendremos en estos tiempos entre el gobierno y la Fed, que se mantiene expectante. Por ahora, el mercado ignoró esta presión y espera que la Fed sólo haga un recorte de tasa en mayo de este año, hasta 4,25%, y no la movería hasta diciembre de 2026. En este marco, los rendimientos de los bonos del Tesoro, que habían arrancado la semana con una importante suba –de hecho, la UST10Y llegó a superar 4,8%–, cerraron la semana prácticamente sin cambios, con la UST2Y en 4,27% y la UST10Y en 4,62%. Así, los bonos del Tesoro tuvieron una semana con un alza de apenas 0,1%, que no alcanza a cubrir las pérdidas de la primera quincena, mientras que los bonos corporativos siguieron comprimiendo el spread y anotaron subas de 0,3% para los Investment Grade (el rendimiento quedó en 5,35% y el spread bajó 3 pb hasta 80 pb) y de 0,4% para los High Yield (el rendimiento quedó en 7,16% y el spread bajó 5 pb hasta 260 pb).

Retrocede el dólar. La versión más “suave” de Trump le dio aire a todas las monedas del mundo y el dólar tuvo un marcado y generalizado retroceso. Concretamente, el US Dollar Index interrumpió la tendencia alcista que había marcado desde el 24 de septiembre –había subido casi 10%– y 12 de enero y retrocedió 1,7%, explicado principalmente por la pérdida de 2,1% frente al euro y 2,5% frente a la libra. Misma performance tuvo contra las monedas emergentes, entre las que se destacó el yuan, contra quien perdió 1,3%, y el real brasileño, que bajó 2,6% y cerró la semana en USDBRL 5,90 –en el mes, la moneda brasileña recuperó casi 5% ante las expectativas de un alza en las tasas de interés del BCB para contener la inflación–. El oro también se vio favorecido por la debilidad del dólar y volvió a ubicarse en niveles récord al subir 2,6% y cerrar la semana cotizando en USD 2.771 la onza.

Commodities mixtos. Los precios de las principales materias primas tuvieron una semana mixta, entre las que se destacaron la caída del petróleo y del cobre, mientras que la soja tuvo un leve repunte. En cuanto al petróleo, luego de la escalada que había mostrado en las semanas previas –que llevaron el WTI a más de USD 80 el barril–, respetó la banda que viene marcando desde el último año y perdió 4,1% hasta USD 75 el barril, debido principalmente al llamado de Trump a bajar los precios del crudo –en su discurso en el Foro de Davos anunció planes para instar a Arabia Saudita y a la OPEP a reducir los precios del petróleo y tomó medidas para aumentar la producción estadounidense–. El cobre perdió 1,1%, mientras que la soja repuntó 2,1% y cerró en USD 388 la tonelada.

Nuevos récords de las acciones. La menor tensión por las medidas de Trump y los buenos balances presentados les dieron un nuevo envión a las acciones, que tuvieron otra semana con subas generalizadas. El S&P 500 subió 1,7% en la semana y, en lo que va de enero, acumula un alza de 3,7%, recuperando todo lo perdido en diciembre y alcanzando un nuevo récord histórico al superar los 6.100 puntos. La suba fue generalizada en todos los sectores, aunque se destacaron el sector de comunicación con una ganancia de 3,1% –la acción de Meta subió 5,7%– y el de salud con un alza de 2,9%, mientras que sólo desentonó el sector energético, que retrocedió 2,8% –aunque sigue siendo de los que más subió en el mes, con un alza de 7%–. El buen desempeño de las acciones también se reflejó en el índice S&P 500 equiponderado, que avanzó 1,2%, en el Nasdaq, que subió 1,5%, y en el Dow Jones, que fue el de mejor desempeño con un incremento de 1,8%. Asimismo, se destacaron las empresas de baja capitalización, con un alza semanal de 1,4%. Las acciones globales también se hicieron eco del mejor ánimo de los inversores, y el índice global sin EE. UU. subió 2,6% con muy buen desempeño de Europa y Japón, que ganaron más de 3%, y de Latam, que subió 3,8% de la mano del buen desempeño de México y Brasil, que ganaron 5,5% y 3,4%, respectivamente.

Lo que viene. La semana arranca con las bolsas globales en rojo ante el avance de la startup china Deep-Seek, que presentó un modelo de IA que puede ejecutarse con chips menos avanzados, lo que constituye una seria amenaza para las tecnológicas de EE. UU., que caen con fuerza. Por otro lado, las miradas de la semana estarán en la reunión de la Fed, en la que se espera que mantenga estable la tasa de los fondos federales en el rango de 4,25%-4,5%, haciendo una pausa después de tres recortes consecutivos de tasas en 2024. También serán importantes las declaraciones de los funcionarios sobre sus planes para 2025 –recordemos que en diciembre habían dicho que es probable que se realicen dos reducciones de tasas en 2025–. Asimismo, la atención se centrará en los datos económicos, como la primera estimación del PBI del 4Q24, proyectado a una tasa anualizada de 3% t/t, ligeramente por debajo del 3,1% del 3Q24. Además, el informe PCE proporcionará actualizaciones críticas sobre las presiones inflacionarias. En cuanto a las ganancias, será una semana de suma importancia con las publicaciones de Microsoft, Meta, Tesla y Apple, junto con otras empresas relevantes como AT&T, Boeing, Lockheed Martin, Starbucks, T-Mobile, Chubb, ServiceNow, IBM, Danaher, Visa, Mastercard, Blackstone, Caterpillar, Comcast, UPS, Exxon Mobil, AbbVie y Chevron.