Luego de varias semanas en baja, los mercados registraron la mejor semana de los últimos años, con importantes subas en bonos y acciones, que alcanzaron niveles récord en vísperas de la asunción del nuevo presidente de EE. UU. Aunque la inflación general superó las expectativas y persisten los riesgos asociados a las políticas de Trump, los inversores celebraron que la medición core y los precios mayoristas estuvieron por debajo de lo previsto, volviéndose a ilusionar en que la Fed realice dos recortes de tasas este año. El mal resultado fiscal del gobierno federal, que mostró un déficit creciente, tuvo un impacto limitado y presenta un gran desafío para la nueva administración, que deberá equilibrar su promesa de reducción de impuestos con la necesidad de ajustar el déficit fiscal. En este contexto, los rendimientos de los bonos del Tesoro retrocedieron, el dólar se debilitó, los commodities subieron y tanto bonos como acciones cerraron la semana con ganancias amplias y generalizadas. La semana comienza con la asunción de Trump, y la atención estará centrada en sus primeras medidas, especialmente en aranceles, inmigración y política fiscal. En cuanto a la agenda económica, se destaca el avance de la temporada de balances del 4Q24.
Malo, pero no tan malo. Si bien el IPC general de diciembre aceleró y superó las expectativas, los inversores valoraron que el IPC Core –que excluye alimentos y energía– y el índice de precios mayoristas (PPI) estuvieron por debajo de lo esperado. En diciembre, el IPC general registró un aumento del 0,4% m/m, por encima del 0,3% m/m proyectado y del dato de noviembre, llevando la variación interanual a 2,9%, desde 2,7% i.a. del mes anterior. Este incremento estuvo impulsado por los precios de los servicios, que subieron 4,5% i.a., mientras que los bienes mostraron una caída de 0,5% i.a. Los mayores aportes al dinamismo del IPC provinieron de la energía y el transporte, con alzas de 2,5% m/m y 0,5% m/m, respectivamente, frente a los 0,2% m/m y 0% m/m registrados anteriormente. De este modo, el IPC acumuló su sexta aceleración consecutiva, marcando la mayor suba desde febrero pasado, lo que obliga a mantener cautela respecto a la velocidad de convergencia de la inflación al objetivo de la política monetaria. Por otro lado, el IPC Core aumentó un 0,2% m/m, marcando una desaceleración frente a noviembre y su menor incremento en cuatro meses. En términos interanuales, cerró el año con una suba de 3,2%, 70 pb por debajo del nivel de 2023. En cuanto al IPP de diciembre, subió solo 0,2% m/m –la mitad de lo esperado y menos que en noviembre– acumulando un alza de 3,3% i.a. frente al 3,5% i.a. del mes previo. Aún mejor fue el desempeño del PPI Core, que no mostró cambios respecto a noviembre y cerró 2024 con un incremento de 3,5% i.a., contra el 3,8% i.a. anticipado.
La actividad sigue pujante. En diciembre, las ventas minoristas nominales aumentaron un 0,4% m/m, en línea con la inflación y representando el menor nivel en cuatro meses, en contraste con el incremento revisado al alza del 0,8% m/m en noviembre y por debajo de las previsiones del 0,6% m/m. A pesar de esta desaceleración, los datos reflejan un gasto de consumo robusto, ya que las ventas excluyendo alimentación, automóviles, materiales de construcción y gasolineras –componentes clave para el cálculo del PBI– crecieron un 0,7% m/m, su mayor nivel en tres meses. Por su parte, las peticiones iniciales de desempleo subieron en 14 mil frente a la semana previa, totalizando 217 mil. Aunque este resultado superó levemente las expectativas del mercado, se mantuvo por debajo del promedio del segundo semestre de 2024, señalando la solidez del mercado laboral en EE.UU. En conjunto con los buenos datos de creación de empleo, el mercado inmobiliario y el gasto público, el Nowcast de Atlanta elevó su proyección de crecimiento del PBI para el 4Q24 a 3,0% t/t anualizado desde el 2,7% estimado el viernes pasado, de la mano de la corrección al alza del consumo privado del cual prevé un crecimiento de 3,8% t/t.
El desafío fiscal. Mientras el mercado analiza los datos de inflación para evaluar los próximos pasos, los datos fiscales generan inquietud sobre la dinámica de la deuda estadounidense y su impacto en los rendimientos de los bonos del Tesoro. Al respecto, los datos fiscales de diciembre publicados en la semana mostraron un déficit presupuestario de USD 87 MM, significativamente inferior al de USD 367 MM del mes anterior y al de USD 129 MM registrado en diciembre de 2023. La reducción del déficit se explicó por un aumento interanual del 5,8% en los ingresos, combinado con una disminución del 3,1% en el gasto total. Este ajuste se produjo porque el incremento del 20% i.a. en los pagos de intereses fue compensado por una reducción del 6,1% i.a. en el gasto primario, debido a que los pagos de prestaciones se trasladaron a noviembre. Sin embargo, a pesar de esta mejora puntual, el balance de los primeros tres meses del año fiscal registró un déficit récord de USD 711 MM, un 39% superior al del mismo período del ejercicio anterior. Este aumento se debió a una caída del 2,2% i.a. en los ingresos, al tiempo que el gasto total creció un 11% i.a., a raíz tanto del gasto primario (+10% i.a.) como por los pagos de intereses (+12% i.a.). En este escenario, la carga por intereses se incrementó al 22% de los ingresos y al 14% del gasto total.
La locomotora del mundo. La buena performance de EE.UU. lo posiciona como el principal motor del crecimiento económico global. Según la actualización del Panorama de la Economía Mundial (WEO) del FMI, se proyecta un crecimiento global del 3,3% para 2025, superando ligeramente el 3,2% estimado para 2024, pero aún por debajo del promedio anual del 3,7% que tuvo entre 2000 y 2019, antes de la pandemia. Las revisiones al alza en las proyecciones para EE.UU. (de 2,2% i.a. a 2,7% i.a.) y China (de 4,5% i.a. a 4,6% i.a.) respecto a la estimación de octubre, impulsaron la mejora del pronóstico global, contrarrestando las rebajas en otras economías importantes. En el país asiático, el PBI del 4Q24 creció un 1,6% t/t (su mayor avance trimestral desde 1Q23 y acelerándose desde un aumento revisado al alza del 1,3% en el 3Q24) y un 5,4% i.a., superando las estimaciones del mercado (5,0% i.a.) y alcanzando un crecimiento anual del 5,0% i.a., en línea con los objetivos del gobierno pero inferior al 5,2% de 2023. En contraste, la zona del euro presentó una rebaja en su proyección de crecimiento a 1,0% i.a. desde 1,2% i.a. En particular, Alemania –la principal economía del bloque– cerró 2024 con una contracción del PBI de 0,2% i.a., sumando dos años consecutivos de recesión (en 2023 había retrocedido 0,3% i.a.). Por otro lado, las previsiones para Japón (1,1% i.a.) y la India (6,5% i.a.) se mantuvieron sin cambios. En cuanto a la inflación, el FMI anticipa una desaceleración global, con una reducción al 4,2% en 2025 (frente al 4,3%) y una posterior caída al 3,5% en 2026.
Las tasas ceden y se recuperan los bonos. El optimismo por los datos de inflación se reflejó en las expectativas de tasas de la Fed, con los inversores anticipando ahora dos recortes de 25 pb, alineándose con lo proyectado por la entidad. Esta expectativa marca un cambio respecto al mes anterior, cuando se preveía solo un recorte e incluso existía incertidumbre sobre si la tasa se movería. Los recortes esperados están proyectados para mayo y diciembre. En este contexto, los rendimientos de los bonos del Tesoro cedieron tras haber alcanzado niveles máximos en más de una década a principios de la semana. La UST2Y cerró en 4,28% (-12 pb semanal) y la UST10Y en 4,62% (vs. 4,77% del viernes pasado). La renta fija tuvo una buena performance semanal, con un alza promedio de 1,0% en todos los índices. Los corporativos Investment Grade lideraron con una ganancia de 1,3%, seguidos por los High Yield con un 1,2%, mientras que los bonos del Tesoro subieron un 0,9%. En ambos segmentos, los spreads frente a los bonos del Tesoro continuaron reduciéndose, alcanzando mínimos históricos. Por su parte, la renta fija emergente mostró un desempeño destacado, con un incremento del 1,3%, aunque el spread respecto a los bonos del Tesoro registró un leve aumento.
Se estabilizó el dólar. Con el alivio en los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense, el dólar se estabilizó y cedió terreno frente a todas las monedas, aunque sigue en niveles máximos de los últimos dos años. El índice DXY cerró la semana en 109,4, un retroceso del 0,2% respecto a la semana anterior, debido a una caída del 0,9% frente al yen japonés, que cerró en USDJPN 157 ante las expectativas de que el BoJ suba su tasa de referencia. Contra el euro, el dólar retrocedió 0,2%, en tanto que frente a la libra esterlina avanzó un 0,3%. Entre las monedas emergentes, el dólar también mostró estabilidad, destacándose una caída del 0,3% frente al Real Brasileño, que cerró la semana en USDBRL 6,07.
Commodities en alza. El mejor clima en los mercados financieros, junto con el sólido reporte de crecimiento que marcó China en el 4Q24, se reflejó en el precio de los commodities, que registraron una semana de subas generalizadas. El petróleo aumentó un 1,7% y cerró en USD 78 el barril, potenciado también por la demora de la OPEP en incrementar la producción. El cobre registró una ganancia del 1,3%, mientras que la soja avanzó un 2,2% hasta alcanzar los USD 380 por tonelada, debido a los problemas de sequía que enfrenta Argentina. Además, fue una gran semana para los metales como el aluminio y el acero, con subas superiores al 5%. Por último, el oro acompañó la tendencia alcista y finalizó en USD 2.700 la onza, con un incremento del 0,4% respecto a la semana anterior.
Gran semana para las acciones. La lectura de menores presiones inflacionarias –dejando momentáneamente de lado las preocupaciones por los efectos de la política de Trump–, junto con las sólidas ganancias del 4Q24 reportadas por los principales bancos, impulsaron con fuerza las acciones, que recuperaron casi todo el terreno perdido desde principios de diciembre y registraron la mejor semana desde las elecciones presidenciales de 2020. El S&P 500 subió un 2,9% (3,9% si se considera el índice equiponderado), el Dow Jones avanzó un 3,7%, el Nasdaq un 2,7%, y el Russell 2000, que agrupa a las empresas de menor capitalización, lideró con un incremento del 4,0%. Todos los sectores del S&P 500 operaron en terreno positivo, destacándose los cíclicos como el energético, financiero y de materiales, que registraron ganancias superiores al 6%. En cambio, las “siete magníficas” mostraron una performance más moderada, con un avance promedio del 2%, aunque Tesla destacó con una suba superior al 11%, mientras que Apple retrocedió un 3,0% debido a los malos datos de ventas en China. También fue una semana favorable para la renta variable: el índice global sin EE. UU. subió un 2,2%, con destacadas ganancias en China (+5,7%), Europa (+3,3%) y Latam (+2,5%). Dentro de este último, Brasil lideró con un avance del 3,7%.
Lo que viene: Trump 2.0. La semana comienza con la asunción de Donald Trump, generando expectativas en los mercados, que estarán atentos a su discurso inaugural en busca de posibles cambios de política y órdenes ejecutivas. Paralelamente, la temporada de resultados se intensifica con informes notables de empresas como Netflix, Charles Schwab, Procter & Gamble, Johnson & Johnson, Abbott, Progressive, Intuitive Surgical, General Electric, Texas Instruments, Union Pacific, American Express, Verizon y NextEra Energy. En el ámbito económico, el calendario será más liviano, con los PMI globales preliminares de S&P, que proporcionarán una visión anticipada de la actividad del sector privado en enero, junto con las cifras de ventas de viviendas usadas y la lectura final del índice de sentimiento del consumidor de Michigan.