Se fue otra muy buena semana para los mercados. Subieron bonos y acciones mientras que el dólar se debilitó y los commodities cayeron. El muy buen dato de inflación se combinó con la actividad, que mostró una suave desaceleración con pleno empleo y sigue impulsando las expectativas de los inversores de que la Fed recortará la tasa de interés en la reunión de septiembre e incluso se ilusionan con dos nuevos recortes en el último trimestre. Esto le dio impulso a la renta fija y a las acciones, aunque con cierta rotación hacia los sectores Value desde los Growth que venían siendo los impulsores de la renta variable. Solamente un escenario con deterioro macroeconómico importante, con una abrupta caída del nivel de actividad o un súbito aumento del desempleo obligaría a la Fed a imponer una política monetaria flexible. Por eso mantenemos nuestro escenario base de un soft-landing en el que la Fed es muy cuidadosa en la toma de decisiones. Las miradas de esta semana estarán en el impacto político del atentado contra Trump mientras que, en lo económico, la agenda pasará por la temporada de balances del 2Q24 y de las ventas minoristas de junio.

En el sendero deseado. El índice de precios al consumidor de junio trajo muy buenas noticias, con el IPC general marcando una leve caída y el Core subiendo muy por debajo de lo esperado, convalidando la desaceleración de los meses previos y alejando las dudas que habían generado en el 1Q24 cuando los precios se habían recalentado. Concretamente, el IPC marcó una caída de 0,1% m/m acumulando en los últimos doce meses un alza de 3,0%. La baja mensual estuvo explicada por los precios de la energía y transporte, que en el mes cayeron 2,0% m/m y 0,5% m/m respectivamente en tanto que los precios de vivienda –que venían marcando un alza promedio mensual de 0,4%– sólo subieron 0,2% m/m. El IPC Core sólo creció 0,1% m/m, su menor aumento desde febrero de 2021, acumulando en el último año un alza de 3,3%, la más baja en tres años. Con este resultado, en el 2Q24 la inflación minorista marcó una suba promedio de sólo 1,1% m/m anualizada, muy por debajo a la del 1Q24 que había promediado 4,6% mensual anualizada y está en el canal de convergencia al objetivo de la Fed. Al respecto, en las declaraciones de Powell ante el Congreso, enfatizó que la Fed no tiene prisa en flexibilizar la política monetaria hasta no asegurarse que la inflación converge al objetivo y que la actividad esté equilibrada.

Buen resultado fiscal de junio. Dentro de un contexto en el que las cuentas públicas lucen deterioradas con un déficit muy elevado y la deuda en niveles récord, el resultado de junio trajo algo de calma al anotar una importante mejora respecto a un año atrás. Los ingresos totales crecieron 11,5% i.a. mientras que el gasto primario anotó una caída de 22% i.a. lo que permitió lograr superávit primario de USD 15.100 M que contrasta contra el dato del déficit de USD 157.900  M de un año atrás. En tanto que por el alza en la carga de intereses de 16% i.a., el resultado fiscal del mes marcó un rojo de USD 66.000 M, 70% menor al de junio del año pasado. Con esto, en el primer semestre el resultado primario marcó un déficit de 1,3% de PBI –vs 2,9% PBI en el 1S23– mientras que el déficit fiscal llegó a 3,5% de PBI –vs 4,5% PBI en el 1S23–. La carga por intereses derivados del aumento de la deuda y de las tasas de interés ya representa el 17% de los ingresos –2 pp más que en 2023 y 7 pp por encima al nivel previo a la pandemia–.

Mirando a septiembre. El dato de inflación y la expectativa de que los datos de actividad irán mostrando un sendero más modesto siguen alimentando las probabilidades de que en la reunión de septiembre la Fed finalmente decida reducir la tasa de referencia en 25 pb. Subió 20 pp en una semana llegando hasta el 90%. También aumentaron las chances de otras dos bajas adiciones en las reuniones de noviembre y diciembre. Esto le dio soporte a los bonos del Tesoro y los rendimientos cedieron en todos los tramos: la UST2Y bajó 14 pb en la semana hasta 4,46% mientras que la UST10Y bajó 9 pb hasta 4,19%.

Mercados al alza. Los principales índices de renta fija tuvieron una buena semana, convalidando el repunte que vienen teniendo desde la segunda mitad de junio. El índice de bonos agregados subió 0,8% de la mano del alza de 0,7% en los bonos del Tesoro, 0,9% en los corporativos IG y 0,7% en los corporativos HY, al tiempo que los bonos emergentes anotaron un alza de 1,0%. En el caso de las acciones, los tres principales índices de EE. UU. cerraron en alza y cerca de los máximos históricos aunque lo que caracterizó a la última semana fue el mayor impulso de los sectores Value que subieron 2,4% mientras que los Growth tuvieron una leva caída de 0,1% ante el ajuste de 3% que marcaron las megacaps. De hecho, mientras que el S&P 500 subió 1,0% y el Nasdaq apenas 0,1%, el SPY equiponderado anotó una suba de 3,0% y el Dow Jones 1,7%.

Descomprime el dólar y el mundo festeja. La buena performance del mercado americano y la expectativa de baja de tasa de la Fed debilitó al dólar DXY que en la semana bajó 0,7% empujado por el Yen japonés contra quien se debilitó 1,8% mientras que contra el Euro perdió 0,6%. También cayó contra el Real Brasileño, que cerró la semana en 5,43 –0,6% más abajo que la semana previa–. En este contexto, las acciones globales sin EE. UU. lograron un alza semanal de 2,0%, entre las que se destacaron los índices de China y Latam con subas de 3,3% y 4,0% respectivamente. La de Latinoamérica estuvo impulsada por México, que se recuperó con una suba de 7,8%, y por Brasil que siguió de racha y ganó 2,7%. 

Lo que viene. La semana arranca con el impacto político del atentado a Trump durante un acto de campaña el último sábado. Si bien las encuestas ya lo daban con ventaja respecto a Biden, es esperable que este evento favorezca su candidatura y sus chances de volver a la Casa Blanca. En el plano económico, se publican las ventas minoristas, producción industrial, permisos de construcción y construcciones iniciales. También avanza la temporada de balance con la publicación de Goldman Sachs, BlackRock, BoA, Morgan Stanley, Charles Schwab, J&J, Netflix, y Amex.