Los buenos resultados de los balances de las empresas en general y de las grandes tecnológicas en particular fueron el antídoto para que los mercados quiebren la racha negativa que venían teniendo en abril y cierren la semana al alza. Esto permitió compensar las malas noticias que llegaron de los indicadores económicos que mostraron que la actividad desaceleró más de lo esperado mientras que la inflación sigue por encima del objetivo de la Fed. Aunque los motores del crecimiento siguen activos, aumentó la probabilidad de un soft-landing pero con tasas más altas por más tiempo –higher for longer–. La expectativa de un recorte de tasas sigue corriendo para adelante –las mayores chances están en que las baje en septiembre– en tanto que los rendimientos de los bonos del Tesoro de EE. UU. siguieron en alza y tocaron los niveles más altos del año. Con este marco de fondo, los principales índices bursátiles tuvieron una muy buena semana –especialmente el Nasdaq–, lo que les permitió amortiguar el ajuste que vienen marcando en abril. La presión sobre los rendimientos de los bonos siguió afectando a la renta fija que tuvo una semana con ligera caída. Los commodities operaron estables en términos generales mientras que el dólar se mantuvo fuerte. A nivel global se destacó el repunte de la bolsa de China que, tras un arranque de año de fuerte caída, en abril viene siendo la única bolsa que sube. Las miradas de esta semana estarán en los datos de empleo de abril que darán un mejor panorama de cómo arrancó el 2Q24, previendo que modere la tasa de creación de empleo en un contexto de tasas de desocupación baja y con salarios subiendo en línea con la inflación.

¿Llega el soft-landing? Como lo comentamos en el informe anterior, la publicación de la primera estimación del PBI del 1Q24 era muy importante para los inversores dado que en ella se juzgaba la salud del soft-landing. Los datos adelantados de consumo y empleo marcaban un buen dinamismo de la actividad en el arranque del año, no dando señales de moderación –incluso el nowcast de la Fed de Atlanta durante todo el trimestre venía proyectando un alza de entre 2,5% y 3% t/t–. Pero la publicación del último jueves trajo algunas sorpresas: el PBI creció menos de lo esperado y la inflación implícita –aunque los indicadores de precios mensuales ya lo venían alertando– estuvo por encima de las estimaciones. ¿Es una alerta por una probable estanflación? No. Cuando analizamos los datos nos muestra que los motores del crecimiento siguen operando, aunque con moderación en el margen. De hecho, el primer dato del PMI de abril sorprendió a la baja, llegando a 50,9 (desde 52,1 previo), debido al menor dinamismo en los sectores manufacturero –marcó 49,9, el nivel más bajo en 4 meses– y de servicios –bajó a 50,9, el nivel más bajo en 5 meses–.

Crece, pero más lento. Concretamente, la primera estimación del PBI marcó que en el 1Q24 la actividad económica en EE. UU. se expandió un 1,6% t/t anualizado en el 1Q24 –vs 3,4% del trimestre anterior–, muy por debajo de las previsiones que apuntaban a un alza del 2,5% t/t y siendo el menor desempeño desde el 2Q22. Con este resultado, comparado contra el 1Q23, el PBI creció 3% i.a. Si bien todos los componentes de la demanda se expandieron, la desaceleración del PBI respecto al 4Q23 fue determinada por las exportaciones netas. Un mayor dinamismo de las importaciones –7,2% vs 2,2% en el 4Q23– y un menor empuje de las exportaciones –avanzaron apenas 0,9% vs 5,1% en el 4Q23–, determinaron una contribución negativa al PBI de 0,9 pp –vs +0,3 pp en el 4Q23–. También tuvo una menor contribución el consumo público –avanzó 1,2% vs 4,6% en el 4Q23–, aportando 0,2 pp al crecimiento del trimestre –vs 0,8 pp en el 4Q23– y, en menor medida, el consumo privado que aportó 1,7 pp al alza del trimestre, 0,5 pp menos que en el trimestre anterior debido a un menor ritmo de crecimiento –2,5% vs 3,3% previo–, debido a que la caída de 0,4% en el consumo de bienes no pudo ser compensada por la aceleración en el consumo de servicios que subió 4% –vs +3,4% en el 4Q23–. Diferente fue el caso de la inversión: de la mano de una mejor performance de la inversión residencial –13,9% vs 2,8% en 4Q23–, la inversión se aceleró a 3,2% en el 1Q24 aportando 0,6 pp al alza del PBI –vs 0,2 pp en el 4Q23–.

Más gasto y menos ahorro. La desaceleración del consumo que marcó el PBI se concentró en enero cuando cayó 3,7% m/m anualizado —por la fuerte contracción del consumo de bienes—, pero en febrero y marzo recobró impulso al marcar un alza del 6,3% y 5,7% m/m anualizado, con recuperación en el consumo de bienes mientras que el de servicios se mantuvo dinámico. La buena performance del consumo se apoyó en un menor ahorro de las familias. Concretamente, en dólares corrientes, en marzo el gasto personal aumentó un 0,8% m/m —el de bienes aumentó un 1,3% y el de servicios creció un 0,6%— mientras que los ingresos personales aumentaron un 0,5% m/m, lo que resultó en que la tasa de ahorro baje al 3,2% de los ingresos, la más baja desde finales de 2022 (vs 3,6% en febrero y 4,1% en enero).

El muro de la inflación. Como comentamos más arriba, además de la desaceleración del crecimiento, otra de las preocupaciones que alertó a los inversores fue la dinámica de la inflación. Si bien el IPC ya venía acelerando desde noviembre pasado, sorprendió que la inflación implícita del PBI en el 1Q24 acelerara un 3,1% t/t anualizado –vs 1,7% en el trimestre previo– impulsado por el PCE core que subió 3,7% –vs 2,0% en el 4Q23–. Este dato se confirmó con el índice de precios de marzo del PCE, que aumentó un 0,3% m/m, lo mismo que en febrero y coincidiendo con las previsiones del mercado. El mismo resultado marcó el PCE core, estando en línea con las expectativas. Con esta performance, en los últimos doce meses el PCE aceleró su marcha al 2,7% y el PCE core al 2,8%.

Tasas al alza. Entre el menor crecimiento y la mayor inflación, los inversores se preocuparon más por la segunda, alargando aún más la perspectiva de recorte de tasas —si bien la mayor probabilidad es que la baje en septiembre, la misma se redujo del 94% al 78% mientras que suben las chances de que se demoren hasta noviembre y diciembre—. En este contexto, los rendimientos de los bonos del Tesoro siguieron en alza y marcando los niveles más altos desde noviembre último. La UST10Y subió 5 pb hasta 4,67% —llegó a superar 4,7% el jueves— y la UST2Y cerró en 5%, 3 pb por encima a la semana previa. En lo que va de abril, la suba de tasas ronda los 40 pb. El alza de tasas impide que mejoren los índices de renta fija ya que, si bien se mantuvieron estables en la semana porque la baja en los bonos del Tesoro fue compensada por el alza en los corporativos, en lo que va de abril acumulan una pérdida de 2,7%.

Temporada de balances positiva. Fue una semana clave para la temporada de balances, ya que se publicaron resultados de un tercio de las empresas que componen el S&P 500, entre las que se destacan las principales tecnológicas como Tesla, Meta Platforms, Microsoft y Alphabet, y otras grandes compañías como PepsiCo, empresas de la industria de la salud como Novartis, AstraZeneca y Merck, y energéticas como ExxonMobil y Chevron. Con estas, ya casi la mitad de las compañías que componen el S&P 500 presentaron sus resultados del 1Q24, marcando hasta el momento una tasa de crecimiento de ganancias de 3,5% i.a. También a favor está que el 77% viene reportando ganancias por acciones positivas. En total, ocho sectores están reportando un crecimiento interanual en ingresos, liderados por los sectores de Servicios de Comunicación (+8,2%) y Tecnología de la Información (+7,4%). Las publicaciones destacadas de la semana fueron para Alphabet, que superó las expectativas de ingresos y anunció que pagará su primer dividendo a los accionistas. También Microsoft se destacó gracias a sus servicios comerciales en la nube. En el caso de Meta, a pesar de reportar un buen balance, la proyección de una menor estimación de ingresos y un aumento del capex para el próximo trimestre fue duramente castigado por el mercado. Respecto al sector energía, las grandes petroleras como Chevron y Exxon Mobil informaron caídas interanuales de ganancias debido a los menores precios del gas natural y una disminución en la refinación.

Recuperan las acciones. Los buenos resultados de los balances proporcionaron gran volatilidad al mercado, aunque con un resultado positivo para toda la semana, especialmente en las tecnológicas, lo que permitió romper tres semanas consecutivas de caída y acotar la pérdida en lo que va del mes. Concretamente en la última semana, el S&P 500 repuntó un 2,7%, reduciendo la baja de abril a 2,9%; el Nasdaq, un 4%, y en el mes pierde 2,8%; y el Dow Jones, un 0,7% y en abril acumula una caída de 3,9%. Para los sectores en la semana, tecnología ganó 3,9% traccionado principalmente por Apple (+3,2%), Microsoft (+2,5%) y Nvidia (+12%). También fue una muy buena semana para el consumo discrecional, que subió 3,7% empujado por la subida de 14% en la acción de Tesla, que a pesar de reportar resultados negativos, el guidance esperado para el año fue bueno. El sector de comunicaciones terminó con una suba de 0,8%, dado que el alza de Alphabet de 11,4% fue compensada por la caída de 7,6% en Meta. El S&P top 50 fue el más beneficiado con un 3,4%, seguido por las small caps anotando un 2,7% y el S&P equiponderado un 1,7%.

El dólar se mantuvo fuerte y el oro retrocedió. El dólar se mantiene en niveles altos aunque retrocedió 0,2% en la semana hasta los 105,9. La mayor caída la tuvo contra el euro y la libra, contra quienes perdió 0,54% y 1% respectivamente, compensada en parte con la ganancia de 2,1% frente al yen, que cerró en JPY 158 –máximos históricos– ante el dato del BOJ de mantener la tasa de interés. El real logró fortalecerse 1,7% en la semana hasta BRL 5,12 luego de haber alcanzado los BRL 5,20. El oro también descomprime, cayendo 2,1% hasta los USD 2.339 ante el alivio de tensiones en Oriente Medio.

Commodities estables. El índice Dow Jones de commodities cayó 0,1% durante la semana, aunque sube un 4,2% en el mes. Los energéticos tuvieron un avance de 1,3% y 1,2% en abril, respectivamente. Para los granos, la subida fue del 3,1% y 2,2%, respectivamente. Por el contrario, los metales tuvieron una caída de 2,3% semanal pero subieron 10% mensual. El WTI subió 0,9% en la semana, respaldado por una mejora de las perspectivas de la demanda y los persistentes riesgos de suministro relacionados con el conflicto en Oriente Medio. El cobre aumentó 1,5% y llegó a máximos de los últimos dos años ante los persistentes problemas en la extracción del metal en las fundiciones y plantas de tratamiento, como el cierre de una mina en Panamá, la más grande del mundo de cielo abierto, y la suspensión de la actividad en Zambia debido a la escasez de energía. La soja avanzó 0,8% hasta los USD 426 la tonelada.

Los mercados globales también subieron. Las acciones globales cerraron una semana positiva, con el índice global subiendo 2,7%, aunque acumulando una baja de 2,5% en abril. Si se excluye EE. UU., los números son 2,6% y -1,6% respectivamente. Abierto por regiones, Europa reaccionó con un 2,9%, impulsado por Alemania con un 3,1% tras la recuperación de indicadores de industria y Reino Unido con un 3,9%. Los mercados emergentes también avanzaron 3,6% y LATAM ganó 2,6%, con Brasil recuperando 2,6% y México subiendo 3%. Lo más destacado fue la mejora de China que saltó 7,5% en la semana, siendo la única bolsa que gana en abril al acumular un alza de 7%. En el caso de la renta fija, los bonos soberanos excluyendo EE. UU. anotaron una baja de 0,6%, mientras que los bonos corporativos High Yield ganaron 1% y los bonos emergentes 0,1%.

Esperando los datos de empleo de abril. Mientras continúa la temporada de balances, llega el turno de Amazon, Apple, Eli Lilly, Coca-Cola y McDonald's, entre otras. Las miradas de la semana estarán en los datos de empleo de EE. UU. correspondientes a abril que se publicarán el viernes. El mercado espera que la creación de empleos no agrícolas se modere a 243,000 desde los 303,000 creados en marzo, mientras que estiman que la tasa de desempleo se mantendría en 3,8% y los salarios repetirían el comportamiento de marzo, subiendo 0,3% m/m.