Otra semana con resultados mixtos en los mercados globales. Por un lado, los muy buenos balances de las empresas y la expectativa de recortes de tasas más agresivos dieron un nuevo impulso a las acciones, que cerraron la semana en nuevos máximos, especialmente las del sector tecnológico. Por otro lado, si bien los últimos indicadores económicos muestran que la actividad se enfría más rápido de lo esperado –especialmente tras los últimos datos de empleo–, la otra cara de la expectativa de tasas de interés más bajas es la presión política de Trump sobre la Fed que, sumada a la política tarifaria, deteriora la fortaleza institucional de EE. UU. Esto último golpea a los bonos del Tesoro y debilita al dólar a nivel global, interrumpiendo la incipiente recuperación que había mostrado en julio. En el mercado de commodities, el petróleo retrocedió mientras que el resto de los activos tuvo una semana al alza. Arranca una semana clave, con las miradas puestas en el dato de inflación de julio que, en caso de resultar por encima de lo esperado, podría interrumpir el buen humor de los mercados al aumentar los riesgos de estanflación y potenciar el higher for longer.

Trump vs Powell. Mientras el mercado digiere el golpe por los malos datos de empleo de los últimos tres meses –especialmente por la revisión a la baja en la creación de empleo de mayo y junio–, los inversores esperan los datos de inflación para definir si la economía entró en un sendero de estanflación en el que la Fed deberá decidir qué variable priorizar en el corto plazo. En este sentido, más allá de la debilidad reciente del mercado laboral, la tasa de desocupación se mantiene en niveles históricamente bajos –4,2% en julio– y por debajo del objetivo de la política monetaria, mientras que la inflación interrumpió su descenso y sigue por encima del 2% i.a. que tiene como meta Powell y compañía. Por eso, ante este panorama, la Fed mantiene un discurso prudente y data dependent –especialmente por la incertidumbre respecto del impacto en las tarifas–, por lo que la baja de tasas de interés avanza más lentamente de lo que el mercado y, sobre todo, Trump desean –desde diciembre se mantiene en 4,5%–. Mientras Powell se apoya en el pasado, Trump mira al futuro y presiona cada vez más para que se reduzca la tasa, e incluso busca reemplazarlo lo antes posible –el mandato del presidente de la Fed vence en mayo de 2026–. Con este contexto, y dado que en la última reunión del Comité de Política Monetaria hubo dos votos disidentes –algo que no ocurría desde 1993–, el mercado sigue de cerca esta tensión. La semana pasada tuvo un nuevo capítulo: ante la renuncia de Adriana Kugler –la primera gobernadora latina de la Junta de Gobernadores de la Fed, que asumió en septiembre de 2023 nominada por Biden–, Trump propuso para su reemplazo al actual presidente del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca, Stephen Miran, lo que alimenta la preocupación por la politización de la Fed y el riesgo de pérdida de parte de su independencia.

Actividad más débil, pero creciendo a buen ritmo. Los datos económicos de la última semana reforzaron la expectativa de una economía que se desacelera más rápido de lo previsto. Lo más destacado fue el PMI de servicios del ISM, que se debilitó al marcar 50,1 en julio, frente a 50,8 en junio y por debajo de las previsiones de 51,5, lo que indica que el sector servicios prácticamente se estancó, con factores estacionales y meteorológicos que afectaron negativamente la actividad. Por otro lado, en la última semana de julio, las solicitudes iniciales de subsidio por desempleo aumentaron en 7.000 respecto de la semana anterior, hasta alcanzar 226.000, frente a las 221.000 previstas por los analistas. A su vez, las solicitudes continuas de subsidio por desempleo se dispararon en 38.000, hasta 1.974.000, muy por encima de las expectativas del mercado de 1.950.000, marcando el nivel más alto desde noviembre de 2021. A pesar de estos datos más débiles, el nowcast de la Fed de Atlanta proyecta un crecimiento de 2,5% t/t anualizado en el 3Q25, muy por encima del 0,75% t/t anualizado que espera el consenso de analistas.

Temporada exitosa de balances. La temporada de balances del 2Q25 se va cerrando con resultados mucho mejores a los esperados, lo que justifica en parte el sólido desempeño que vienen mostrando las acciones, más allá de la incertidumbre y volatilidad por las medidas económicas de Trump. Hasta el momento, presentaron resultados 452 compañías del S&P500 y el 80,3% superó las estimaciones de los analistas, frente a un promedio histórico de 67%. Las ventas crecieron 6,2% i.a. y las utilidades, 12,4%. Con esto, la proyección de ganancias para todo el S&P500 apunta a un alza de 13,2% i.a., muy por encima del 5% que se esperaba antes del inicio de la temporada y prácticamente repitiendo el resultado del trimestre anterior. La mejora respecto de lo previsto fue generalizada entre los sectores, aunque se destaca el de consumo discrecional, que pasó de una proyección de baja de 3,5% i.a. a un incremento de 6,6% i.a., y la aceleración en el crecimiento de las utilidades del sector tecnológico y de comunicación, con subas de 23% i.a. y 49% i.a., respectivamente.

Las acciones retomaron las subas. En la última semana, todos los índices estadounidenses operaron al alza, recuperándose del traspié de la última semana de julio. El Nasdaq fue el de mejor desempeño, con una ganancia de 4,0% –acumulando una suba de 11% en el año–, seguido por el S&P500, que subió 2,5% –en el año avanza 8,6%–, y en tercer lugar quedó el Dow Jones, con un avance de 1,4% –apenas 3,9% desde fines de 2024–. Los sectores que más tracción aportaron a las acciones en las últimas cinco ruedas fueron Consumo Discrecional (+3,8%), Consumo No Cíclico (+3,1%) y Tecnológico (+3,1%), mientras que solo se registraron caídas en Salud (-1,2%) y Energético (-1,1%). Entre los hechos relevantes de acciones se destacaron las subas semanales de aproximadamente 10% y 4% de Apple y Amazon, respectivamente, debido a sus anuncios de inversión en EE. UU. por USD 100.000 M. En el resto del mundo, las acciones también mostraron un buen desempeño semanal, con las europeas subiendo 2,9%, Japón 5,2% y mercados emergentes 2,4%, liderados por Brasil con un 4,8%, seguido por China con un 2,5%. En lo que va del año, la bolsa con mejor rendimiento es la de Brasil, que acumula una ganancia de 24,1%.

La expectativa por la baja de tasa de la Fed no contagió al mercado de bonos. Si bien, con los últimos datos económicos y la presión de Trump, el mercado asignó mayor probabilidad a que la Fed acelere la baja de tasas –ahora espera 3 recortes este año y otros 3 en 2026, por lo que para dentro de un año se proyecta que la tasa se ubique en 3,25% desde el 4,50% actual–, los temores por la inflación, el déficit fiscal y la debilidad institucional pusieron un piso a los rendimientos de los bonos del Tesoro, que la semana pasada cerraron con subas generalizadas, revirtiendo el comportamiento de la semana previa. La UST2Y cerró en 3,76%, la UST10Y en 4,28% y la UST30Y en 4,85%, todas 5 pb por encima de la semana anterior. Esto arrastró a toda la renta fija de mayor duration; tal es el caso de los Bonos del Tesoro y los corporativos Investment Grade, que retrocedieron 0,2% en la semana, mientras que los corporativos High Yield y los emergentes subieron 0,3% y 0,7%, respectivamente.

Dólar más débil. Tras el repunte de julio, el dólar volvió a debilitarse frente a la mayoría de las monedas. El DXY cayó un 0,9% en la semana y cerró en 98,21, acumulando una baja de 9,5% en el año. Este movimiento semanal se explicó por la apreciación de la libra en 1,2% frente al dólar, seguida del euro, que ganó un 0,6%. En tanto, el dólar se fortaleció un 0,2% frente al yen. En Brasil, el dólar también perdió un 2,1% y acumula una caída de 12,2% frente al real, que cerró en USDBRL 5,42.

El petróleo a la baja. En commodities, lo más destacado de la semana fue el retroceso de 5,1% del petróleo WTI, que cerró en USD 63,5 por barril y acumula en el año una caída de 10,7%. La confirmación de la OPEP+ sobre el aumento de producción en 547.000 barriles diarios a partir de septiembre, junto con los débiles datos de empleo en EE. UU. que incrementan las preocupaciones sobre una menor demanda futura, tuvo mayor impacto en el precio del crudo que las sanciones impuestas a India por sus compras de petróleo ruso. En cuanto al oro, registró un alza semanal de 1,1%, acumulando un avance de 29,6% en 2025, impulsado en los últimos días por la imposición de nuevas tarifas estadounidenses del 39%. Al respecto, la Agencia de Aduanas y Protección Fronteriza de EE. UU. determinó que los lingotes de oro de un kilo y 100 onzas deben clasificarse bajo un código aduanero sujeto a gravámenes, contrariando las expectativas del sector, que esperaba exenciones para estos productos. En el segmento agrícola, la soja subió un 1,2%, impulsada por una mayor demanda ante los bajos precios actuales, cerrando en USD 357,5 la tonelada, aunque acumula una caída de 2,5% en el año.

Lo que viene. La atención de la semana se centrará en el informe del IPC de julio para obtener pistas sobre el impacto de los nuevos aranceles. Se espera que la inflación general se acelere al 2,8% i.a., el nivel más alto en cinco meses, y que el IPC Core muestre una tendencia similar, con una suba estimada de 3% i.a. Otros indicadores relevantes serán los precios mayoristas –se proyecta que tanto el general como el Core aumenten 0,2% m/m después de estancarse en junio– y las ventas minoristas de julio, de las que el mercado estima un alza nominal de 0,5% m/m, mientras que se espera que la producción industrial haya caído 0,2%. También figura en el calendario el índice de confianza del consumidor de la Universidad de Michigan de agosto, para el que se anticipa una nueva mejora. Otras publicaciones clave incluyen los precios de importación y exportación y el resultado fiscal de julio. El final de la temporada de balances del segundo trimestre traerá los resultados de Cisco, Applied Materials, Deere & Company y de los principales ADR chinos.