Luego de tres semanas de fuertes subas impulsadas por la pausa impuesta por Trump en la aplicación del arancel universal, en la última semana los mercados tomaron un respiro y presentaron leves retrocesos tanto en bonos como en acciones. A su vez, el dólar se fortaleció y el petróleo recuperó algo del terreno perdido en los meses anteriores. La Fed cumplió con las expectativas y no movió la tasa de referencia por tercera reunión consecutiva, destacando que la actividad sigue mostrando indicadores sólidos, aunque alertaron que, por la suba de aranceles, los riesgos de una estanflación aumentaron. Mientras tanto, el déficit comercial de marzo siguió empeorando ante el salto de las importaciones, que se adelantaron a la suba de aranceles, en tanto que los datos de actividad de abril mostraron una inesperada recuperación del sector servicios. En cuanto a la política comercial, Trump celebró un principio de acuerdo con el Reino Unido, lo que genera expectativas de más acuerdos en el corto plazo, pero sin perder de vista que el arancel universal del 10% no se movería. La semana arranca con el optimismo generado por la reunión del fin de semana entre autoridades norteamericanas y chinas, en la que acordaron una tregua por 90 días en los que EE. UU. baja el arancel de 145% al 30%, al tiempo que China lo reduce del 125% al 10%. Además, la semana estará marcada por la publicación de la inflación y de las ventas minoristas de abril.

La negociación avanza. Desde el temblor que provocó aquel 2 de abril, cuando anunció un arancel universal del 10% y luego un arancel recíproco para los países con los que mayor déficit comercial tenía, Trump puso la vara muy alta para negociar, dejando en claro que ya nada volvería a la situación previa a su asunción. Posterior a la medida, que generó un fuerte golpe en los mercados financieros —afectando principalmente a los activos americanos—, comunicó una pausa en la aplicación del arancel recíproco, abriendo las puertas a una negociación. Es decir, el escenario del arancel promedio no será del 2,3%, sino que tendrá un piso de 10% y escalará entre 15% y 25%, de acuerdo al resultado de las negociaciones con China, a quien por el momento se le mantienen aranceles en 125%. De hecho, la semana pasada Trump firmó un acuerdo comercial bilateral limitado con el Reino Unido, que marca el inicio de una serie de tratados que Washington busca sellar en el corto plazo. La excepción es con China, con quien el enfrentamiento es más directo, aunque el mercado estuvo expectante de la reunión que tendrían el fin de semana en Suiza el secretario del Tesoro, Bessent, y el viceministro chino, He Lifeng. De acuerdo a lo anunciado ayer, Trump consideró que la reunión fue “muy buena” y que se negoció un “reinicio total”, de forma “amistosa, pero constructiva”.

La Fed espera, pero alerta por la estanflación. Por tercera reunión consecutiva, la Fed cumplió con las expectativas del mercado y mantuvo la tasa de interés de referencia en un rango de 4,25%-4,50%. El comunicado destacó que los últimos datos de actividad fueron buenos, con un mercado laboral sólido, alto nivel de empleo y baja desocupación, mientras que el proceso de desinflación continúa, aunque la dinámica de precios sigue por encima del objetivo del 2% i.a. que tiene la autoridad monetaria. Powell y el resto de los directores insisten con la decisión de esperar, dado que sigue preocupando la fuerte suba de aranceles que lanzó el presidente Trump, ya que prevén que puede impulsar la inflación y ralentizar el crecimiento económico. Remarcaron que, en este escenario de buenos indicadores de corto plazo, pero con incertidumbre en el mediano plazo –en el que aumentó la probabilidad de una estanflación–, la Fed no necesita apresurarse para bajar la tasa de referencia. Luego del anuncio, el consenso de mercado aumentó la probabilidad de que, en la próxima reunión del 18 de junio, la Fed vuelva a dejar la tasa de referencia sin cambios, en tanto que esperan tres recortes de tasa en el segundo semestre, para que termine el año en un rango de 3,50%-3,75%.

Empeora el saldo comercial. En línea con el comportamiento que se viene dando desde noviembre del año pasado, en marzo el déficit comercial de EE. UU. se amplió a USD 140.500 M, levemente por encima de las expectativas. También representó más del doble del déficit de marzo del año pasado, debido al fuerte salto que mostraron las importaciones previo al aumento de los aranceles que empezarían a regir a partir de abril. Concretamente, en marzo las importaciones subieron 4,4% m/m y 27% i.a., en tanto que las exportaciones anotaron un alza de apenas 0,2% m/m y 6,7% i.a. Con este resultado, en el 1Q25 el déficit de la balanza de bienes y servicios se amplió a USD 394.300 M, prácticamente el doble del mismo período del año pasado, debido a que las importaciones totales aumentaron 23,3% i.a., mientras que las exportaciones lo hicieron al 5,2% i.a. El aumento del déficit comercial fue generalizado con todos los socios comerciales, aunque se destacó el deterioro frente a Europa, con quien se registró un déficit de la balanza de bienes de USD 149.000 M, tres veces superior al del mismo período de 2024, a raíz del alza del 60% i.a. en las importaciones frente al 6,1% i.a. de las exportaciones. Asimismo, con China el rojo comercial subió de USD 60.800 M a USD 70.800 M, producto de que las importaciones aumentaron 5,2% i.a., al tiempo que las exportaciones cayeron 13,1% i.a.

La actividad resiste. El fuerte aumento que tuvieron las importaciones en los primeros meses del año –dado que las empresas apuraron sus compras del exterior para evitar el alza de los aranceles– fue el principal motivo por el cual en el 1Q25 el PBI marcó una caída de 0,3% t/t anualizado. Al subir 41% t/t anualizado, las importaciones tuvieron una contribución negativa de más de 5 pp, en tanto que el consumo privado y la inversión registraron un desempeño aceptable. Con la puesta en vigencia de los aranceles, esperamos que esta situación se invierta y que sea el consumo de las familias el que aporte las peores noticias para el PBI. Pero por ahora, esto no se viene reflejando en los datos que van llegando del inicio del 2Q25. Al buen dato de empleo de abril, la semana pasada se sumó el repunte del ISM de servicios, que avanzó a 51,6 desde 50,8 en marzo. También es alentadora la dinámica de las peticiones iniciales de desempleo, que en la primera semana de mayo bajaron 13.000 hasta 228.000, levemente por debajo de las expectativas, lo que marca que el mercado laboral continúa por un buen sendero. Con todo esto, el Nowcast de la Fed Atlanta estima que en el 2Q25 la actividad marcaría un alza de 2,3% t/t anualizado, impulsado por el consumo privado, que marcaría un avance del 3,3% t/t anualizado.

Repuntan las tasas. Con datos de actividad mejores a los esperados y con las preocupaciones sobre la dinámica de la inflación, los rendimientos de los bonos del Tesoro operaron al alza. La UST2Y cerró en 3,88%, 4 pb más alta que al cierre de la semana anterior, y acumula un suba de 26 pb en lo que va de mayo. Por su parte, la UST10Y terminó en 4,38%, 6 pb más que la semana anterior y 21 pb por encima del cierre de abril. Esto golpeó a los bonos del Tesoro y a los corporativos IG. Así, el índice agregado de bonos perdió 0,2% en la semana y en mayo acumula una caída de 1,3%, empujado por la mala performance de los bonos del Tesoro y los corporativos Investment Grade, que cayeron 0,3% y 0,2% en la semana, y 1,5% y 1,2% en lo que va del mes, respectivamente. En cambio, los bonos High Yield apenas subieron 0,1%, en tanto que los emergentes avanzaron 0,4%.

Leve recuperación del dólar. Tras la fuerte caída que tuvo en los primeros cuatro meses del año –perdió casi un 10%–, el dólar comenzó mayo recuperando algo del terreno perdido. En la última semana, el dólar DXY subió 0,4%, acumulando en lo que va del mes un alza de 0,9%. El fortalecimiento del dólar fue generalizado, aunque lo más destacado fue el avance frente al yen japonés, al apreciarse 0,3% en la semana y 1,6% en el mes, mientras que contra el euro ganó 0,4% y 0,7%, respectivamente. Diferente fue la performance contra las monedas emergentes, frente a las cuales perdió algo de terreno: contra el yuan retrocedió 0,5% en la semana y lo mismo en lo que va del mes, en tanto que contra el real brasileño perdió 0,1% en la semana y 0,4% en el mes.

Commodities en alza. Semana heterogénea para los precios de las materias primas, con el petróleo y el oro en aumento, mientras que la soja y el cobre tuvieron una leve caída. En el caso del petróleo, en la semana recuperó 4,6% y cerró con el WTI cotizando en USD 61 el barril, alejándose del mínimo del 5 de mayo cuando había llegado a cotizar en USD 56. A pesar de este repunte, en lo que va de 2025 acumula un retroceso de 15%. El oro siguió aprovechando la mayor incertidumbre global y subió 2,7%, cerrando la semana en USD 3.327 la onza –en el año acumula un alza de 27%–. El precio de la soja bajó 0,5% en la semana, cerrando en USD 384 –en el año acumula una ganancia de 4,6%–, al tiempo que el cobre perdió 0,4% –en el año lleva ganado 16%–.

Una pausa en la recuperación. Luego de la fuerte recuperación que tuvieron las acciones en general desde el piso del 12 de abril —acumularon un alza de 13%—, en la última semana tomaron un respiro y los principales índices americanos operaron a la baja. Concretamente, el S&P 500 perdió 0,3%, impulsado por el retroceso en las acciones del sector de salud que cayó 3,8%, mientras que el resto de los sectores operaron estables. Con este resultado, en lo que va de mayo el S&P 500 acumula un alza de 1,9%, pero registra una pérdida de 3,6% en lo que va del año arrastrado por la caída de 6,3% en las acciones tecnológicas, de 9,7% en las de consumo discrecional y de 3,7% en las del sector energético. Para el resto del mundo también fue una semana más tranquila y con leves retrocesos, con el índice global sin EE. UU. perdiendo 0,3%, aunque los resultados de mayo y del año son muy positivos, con una ganancia de 1,6% y 10,9%, respectivamente. Latam tuvo la mejor performance semanal, con un avance de 2,3% –en el año gana 21,8%–, y en menor medida Europa, con una suba de 0,5% –en el año sube 20,9%–.

Lo que viene. La semana arranca con la expectativa en torno a la reunión que mantuvieron representantes del gobierno de Trump y de China en Ginebra, durante el último fin de semana, respecto de las negociaciones por un nuevo acuerdo comercial. Según lo anunciado, la desescalada de la guerra arancelaria implica una reducción de los gravámenes a China del 145% al 30% por parte de EE. UU., en tanto que China reducirá las tasas sobre productos estadounidenses del 125% al 10% durante 90 días —ambas potencias modificarán sus gravámenes antes del 14 de mayo—. En cuanto a la agenda económica, se destaca la publicación de la inflación de abril, de la que se espera un repunte de 0,3% m/m, revirtiendo la caída de 0,1% registrada en marzo, mismo resultado que se espera para el IPC Core. También será importante la publicación de los precios mayoristas, de los que se prevé un alza de 0,2% m/m frente a una caída de 0,4% m/m el mes anterior. No menos relevante será la primera estimación del índice de confianza del consumidor de la Universidad de Michigan, luego del desplome registrado en abril, cuando marcó el nivel más bajo de los últimos tres años. Con respecto al consumo, se publicarán las ventas minoristas, que se espera moderen su dinamismo tras el repunte de marzo, impulsado por compras adelantadas frente a la suba de precios derivada de los mayores aranceles.